Conversacion
Thomas llega a la residencia Flyn, toca la puerta llamando a Marié y ella le responde que puede pasar.
Thomas muy nervioso abre la puerta, una vez adentro encuentra a Marié parada en la sala. No vio enojo en su rostro así que camino con más seguridad. Marié lo hizo tomar asiento a Thomas.
Se sentaron frente a frente, Thomas no podía ver a Marié de lo apenado que estaba, sentía miedo por el posible regaño que recibiría.
Finalmente Marié decidió romper el hielo.
—Tommy —Marié no recibió respuesta, normalmente el se molesta con ese apodo, pero ni se inmutó—Quiero que hablemos sobre lo que pasó.
—¡Yo no vi nada! —Fue lo que dijo inmediatamente Thomas todo asustado.
—¡No Thomas, no digas eso! —Alza un poco la voz Marié—Si viste algo, no podemos negar lo que pasó —Marié se pone de pie frente a el—Somos adultos jóvenes, no debemos hacer como que esto no pasó, ocurrió y no se puede cambiar, Fletcher, mírame a los ojos.
Thomas tenía la mirada hacia abajo por la pena, pero ante la orden de Marie fue subiendo la vista poco a poco pero sin prestar mucha atención al cuerpo de Marie, cuerpo que había visto desnudo hace un momento.
—Ponte de pie —ordena Marie, y Thomas obedece.
Están mirándose a los ojos.
—No somos niños, no podemos ignorar que esto no pasó, así que las cosas como son, me viste masturbandome. Quiero que lo digas.
—Yo... yo... —Thomas tartamudea ante la presión.
—Dilo —Marie toma de la cara a Thomas—¿Que fue lo que viste?.
—No vi nada —Responde rápido.
Marie le da una palmada en la cara.
—¿Que fue lo que viste?.
—No vi nada —Responde rápido.
Marie le da una palmada en la cara.
—¿Que fue lo que viste?.
—Yo... Yo... Te vi sin ropa—Responde nervioso.
Marie le da una palmada en la cara.
—¿Que fue lo que viste?.
—Te vi desnuda. —Responde rápido.
Marie le da una palmada en la cara.
—¿Que fue lo que viste?.
—Te vi, te vi masturbandote—Responde un poco lento.
—Dilo otra vez.
—Te vi masturbandote.
Marie suelta la cara de Thomas.
—Muy bien, ¿lo ves? Somos adultos jóvenes, es un hábito normal de nuestra vida, no es nada del otro mundo.
—Creo que, tienes razón, lamento haber entrado.
—Si, debiste tocar la puerta.
—Creí que estabas en problemas.
—¿Querías "echarme una mano"? —dice la pelirroja en modo de burla.
—¡Marie!
—Lo siento, no puede evitarlo. Bueno, ya pasó, tengo hambre, veré si cocinamos algo o salimos a comer —Marie se dirigió a la cocina mientras Thomas simplemente soltaba un respiro.
Sin embargo, Marie se detuvo en seco, pensó en algo, algo que era innecesario preguntar, pero dentro de ella quemaba la necesidad de hacer esa cuestión, no decirlo podría hacer que todo siguiera normal entre ellos, pero ella no sabía el rumbo que tomaría su vida al hacer esa pregunta.
Marie se dio la vuelta y le dirigió la palabra a Thomas.
—Oye —dijo Marie en seco.
Thomas giro y vio que Marie estaba en una especie de trance, estaba levemente sonrojada y se veía que tragaba saliva.
—¿Que pasa? —pregunta el chico.
—Solo te quería preguntar, ¿Te gustó lo que viste?
La pregunta fue muy pesada para Thomas, si no hubiera recibido el sermón de Marie su respuesta sería rápida y una mentira, pero dadas las circunstancias, no sabía que contestar, ¿cuál era la mejor respuesta?
Apago su mente un momento y respondió por instinto.
—Si, estuvo bien —Thomas no creyó lo que dijo, pensó que sería tachado como un pervertido, solo veía la cara de Marie sin expresión alguna, hasta que esta finalmente esticulo una expresión y palabras.
—Esta bien —Respondió felizmente Marie de forma rápida, se dio media vuelta y entró en la cocina.
Ese pequeño intercambio de palabras entre ambos cambió algo, algo muy dentro de ellos.
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