Jade.

Todo el camino hacia la casa de Eros la pasé abrazando a mi hijo, no me quiero separar de el, Eros está a mi lado, no dice nada solo me ve y sonríe mientras yo abrazo y beso a Ángel.
No le deseo esto a ninguna madre.

— Mami y tía Susa, la quiero ver — me dice Ángel mientras hace un puchero.
— Ricardo la dejó ahí tirada, yo no quería mami — aún Ángel está muy nervioso, él solo es un niño de 5 años.

— Tía Susana está bien, en unos minutos la verán — dice Eros con voz calmada y una sonrisa en los labios, Ángel lo ve y asiente.

— Si, tranquilo mi niño, tía Susa está bien, en unos minutos la tendrás junto a ti abrazándote y comiéndote a besos.

Llegamos a la casa de Eros, el auto se detiene y Eros sale primero, luego él toma la mano de Ángel ayudándolo a bajar y por último bajo yo.

— DIOS MÍO, YA ESTÁN AQUÍ — grita Susana frente a la puerta de entrada y corre hacia nosotros con lágrimas en los ojos.

Toma a Ángel en brazos y lo abraza, llena su cara de besos.

— Perdóname Ángel, no te cuide, por mi culpa… — habla mientras lo abraza.

— No tía — Ángel se separa un poco y coloca sus pequeñas manos en las mejillas de Susana — No fue tu culpa, tu siempre me cuidas bien — Él sonríe — me dejas comer helado en las noches — dice en voz baja y ambos sonríen — Roberto me dijo que buscaríamos ayuda, el me mintió y me llevó a ese feo lugar. Yo no debí creerle, él es un mentiroso, yo no te debí dejar sola tía.

— Mi pequeño — Susana lo abraza.

— El único culpable ya está tras de reja, es momento de olvidar ese mal momento. ¿No creen?  — dice Eros.

— Mi niño tiene razón — Habla Juana y en este momento me percaté que ella también está aquí y no solo ella, también Victor, Leonel y Rosa.
— Pasen hablemos adentro.

Susana aún con Ángel en brazos entra a la casa, caminamos al recibidor y tomamos asiento.

— Yo me voy a poner algo más cómodo — les hago saber.

— O pensé que esa era la nueva moda — dice Susana entre risas, yo sonrió.

— Ángel porque no vamos a tu habitación para que tomes un baño.

— Si, ve con tu madre mientras yo les preparo algo de comer — dice Juana.

— Yo la ayudo — le dice Rosa a Juana y las dos se levantan y caminan a la cocina.

— Los esperamos aquí — dice Eros quien le hace señas a Victor para caminar hasta un pequeño bar que tiene en una esquina.
— ¿un tragó?

— Si, me parece buena idea — dice Victor levantándose del mueble y extendiéndose la mano a Susa para que lo acompañe.

Los dos hombres y Susana se alejan a un lado y me parece raro ver qué ahora Victor y Eros sí se llevan bien.

Subimos las escaleras Ángel y yo, caminamos hasta su habitación, cuando ingresamos en la misma Ángel se voltea y me abraza.

— Te quiero mucho mami.

— Y yo más mi cielo. Te prometo que nunca más pasarás por una situación como está.

Luego de ese abrazo, Ángel entra al baño y yo procedo a buscarle su pijama de iron man, colocándola en la cama. Me siento a un lado y paso mi mano por su pijama.

Un par de lágrimas corren por mis mejillas al recordar esos horribles momentos.

La puerta se abre y por ella entra Susana.
Ella no dice nada, solo camina y se sienta a mi lado.

— Lo hiciste bien Jade. Volviste sana con nuestro niño — Yo la abrazo.

— Tenía tanto miedo, no sé qué sería de mí si a mi hijo le pasa algo…

— Tranquila — ella pasa su mano una y otra vez por mi espalda — Nosotras lo cuidaremos juntas — se separa y me sonríe — Además ya solo no somos nosotras dos contra el mundo, ahora tenemos a una tercera persona con nosotras — Yo la miro sin entender y ella ve la confusión en mi mirada por lo tanto me aclara — Ahora Eros está con nosotras o mejor dicho "contigo" aunque tú te lo tenías calladito.

— Yo — mis mejillas se calientan — bueno él y yo…

— No tienes que decirme ya lo se todo — la miro con mucha confusión. ¿Qué sabe? Y ¿cómo lo sabe?
— Es mi mujer la que está allá afuera, no sé si en este momento él la está lastimando, yo necesito ir con mi familia — Dice Susana imitando la voz de Eros.

Yo la miro con mis ojos tan abiertos que deben parecen dos balones de fútbol.

— Estoy diciendo textualmente las palabras que dijo Eros en la comisaría — me aclara.

— Eso dijo Eros — una sonrisa nace en mis labios, siento mi corazón retumbar en mi pecho.

— Sí amiga…

— Mami ya me bañé — Dice Ángel saliendo del baño envuelto en una toalla que tiene la imagen de los Avengers en ella.

— Ve a cambiarte yo me encargo de Ángel.

Luego de besar las mejillas de mi hijo voy a mi habitación y me cambio por una franela blanca y un leggins morado.

Esa noche a pesar que ya era muy tarde, cenamos todos juntos, evitamos temas tristes y solo platicamos de temas sin mucha relevancia, Ángel apenas comió se fue a dormir y yo no pude evitar irme con mi hijo, esa noche él se quedó a dormir en mi cuarto.
Se que Eros y yo tenemos que hablar, él se comportó como un príncipe en todo momento, pero no me quiero alejar de mi hijo.

Al parecer Susana pensó lo mismo que yo, ya que unos quince minutos después, Susana entró a mi habitación vestida con su pijama de hello Kitty y se acostó en un estreno de la cama, Ángel quedó en el medio de las dos.

— ¿Puedo dormir con ustedes?

— Claro gafa, igual, no sería la primera vez — Susa abraza a Ángel y en unos minutos cae en los brazos de Morfeo.

Yo los veo dormir tan tranquilos.

Si yo sentí que me moría al enterarme que mi hijo fue raptado, me imagino que Susana se sintió igual o peor, ya que ella lo cuidaba cuando se lo llevaron.

Susana perdió a su familia en un accidente de tránsito, ella se salvó del accidente ya que ese día peleó con su hermana y no quiso ir con su familia al paseo que su padre se ganó en la compañía donde trabajaba.
Ella apenas tenía 18 años.
Nosotras somos mejores amigas desde el bachillerato y cuando ella perdió a su familia pasamos a ser más unidas, ella cayó en depresión, fue muy duro para ella, yo la ayude en lo que pude, la acompañe en sus noches de pesadillas, en sus despertar en lágrimas. Luego de eso, nuestra amistad creció aún más, al punto de llamarnos hermanas de madres diferentes.
Cuando yo quedé embarazada, Susana me apoyó en todo, cuando el padre de mi hijo se negó a tenerlo y se alejó, Susana me dijo que no importaba que si no tenía un papá, tendría a dos mamás.
Cuando estaba en trabajo de parto, Susana se coló en el hospital y desde la puerta del ala de maternidad vio nacer a Angel, la doctora cuando se dió cuenta la regaño, pero ella no le tomó mucha importancia ya que cumplió su cometido, que era, ver nacer a Ángel.

Cuando se fue a trabajar a la ciudad, y se estabilizó, me convenció de cambiar aire que quizás allí, tendría más oportunidades laborales para salir adelante por mi hijo, me abrió las puertas de su casa y juntas sacamos adelante a Ángel, si el enfermaba nos tenía a las dos.
Se que somos su única familia y no me pienso separar de ella, de mi hermana.

A la mañana siguiente me despierto, apenas está saliendo el sol, veo a Ángel dormido acurrucado a mi lado y a Susana dormida de lado con su mano en la cintura de Ángel.

Me levanto, tomo una ducha y me visto con algo cómodo, hoy no pienso salir, pasaré el día con mi hijo.

Salgo de mi habitación y bajo a la cocina, quiero prepararle el desayuno a mi niño.
Estoy preparando panqueques, vierto la mezcla en un sartén, pongo el envase con la mezcla en el mesón, cuando siento unos brazos que me toman por la cintura.

— Buen día mi amor — esa voz, ese aroma y esas palabras me derriten.

— Buen día — me volteo y veo a un Eros sonriente, algo despeinado pero hasta recién levantado se ve muy sexy.

El me da un beso que me enciende y que hace que olvide lo que estaba haciendo antes de él llegar.
Me pierdo en sus labios hasta que un olor llega a mi nariz.

— Se quema — me separó mientras digo esas palabras y retiro de la hornilla la sartén con el panqueque quemado.

— Ven te ayudo — Eros busca otra sartén y la pone al fuego.
— ¿Qué hago ahora?.

— ¿Sabes cocinar?

— Algo.

La verdad no sabe nada, lo único que hizo fue poner el sartén al fuego, más nada, trate de enseñarle pero creo que perdí el tiempo, bueno por lo menos la pasé bien, me reí un montón cada vez que él echaba la mezcla y el panqueque quedaba con una forma graciosa.

Cuando nos sentamos a comer Eros me dijo.

— Tenemos que hablar con Ángel.

— De que — le digo apenas tragó un trozo de panqueque y procedo a tomar un sorbo de jugo de naranja.

— De nuestra relación — y me atoro, él me da unos leves golpecitos en la espalda para que deje de toser.

— Relación — es lo que alcanzó a decir cuando me tranquilizó, Eros me ve muy serio.

— Si, de nuestra relación. Tu eres mi novia, mi pareja, mi mujer, y creo que tenemos que decirle a Ángel qué a partir de ahora seremos una familia — me dice aún serio.

Yo lo miro y sonrió.

— Una familia — que hermoso sonó todo, pero creo que es muy rápido, apenas tenemos unos días de ser novios.

El me mira a los ojos y toma mis manos

— Jade yo no estoy jugando, para mí ya somos una familia, y dentro de poco serás mi esposa, por lo tanto tenemos que hablar con Ángel y contarle todo.

— Esposa — pero este hombre va a mil por hora, yo ni siquiera he procesado que somos novios para que venga y me hable de matrimonio.

— Ya va. Ya va. Creo que tú te estás adelantando, apenas tenemos unos días de ser novios, primero tenemos que ver cómo fluye todo, para luego dar otro paso — le digo mientras suelto sus manos y me recuesto del respaldo de la silla.

— ¿Tu no estás segura de lo que sientes por mi? — me pregunta con un semblante triste.

— No. Digo si. Ósea, si estoy segura de lo que siento por ti, pero no creo que debamos ir tan rápido — No se que pasa por la cabeza de Eros pero se ve preocupado.
— Eros, mi hijo te tiene mucho cariño, yo no quiero que él se emocioné y te vea como un padre y el día de mañana terminemos y…

— Y quien dijo que vamos a terminar.

— Nadie pero…

— Pero nada. Ya tomé mi decisión, y créeme que me tomó mucho tiempo abrir los ojos y darme cuenta que tú eres la mujer de mi vida…
sabes hoy en día me alegro de nunca haberme casado, de haber conseguido a mi ex con mi mejor amigo — yo lo miro con asombro al escuchar sus palabras.
— Si eso no hubiera pasado, hoy en día estaría casado con una mujer a la cual creí amar, pero que ahora me doy cuenta que lo que sentí por ella no es ni la mitad de lo que siento por tí — él toma mis manos nuevamente por sobre la mesa.
— Te amó Jade y quiero vivir este amor inesperado a tu lado, ser felices, ser el padre de Ángel, tener cinco hijos más, y llegar juntos hasta viejitos.

Es inevitable no derramar lágrimas de felicidad luego de escuchar esas palabras.

— Eso significa que Eros será mi papá y que tendré hermanitos — preguntó un sonriente Ángel tomado de la mano de una feliz Susana, la cual al verme sube y baja las cejas.

— Ángel — no se que decir, luego de todo lo que dijo Eros, creo que si debería decirle a Ángel, bueno por lo visto ya escucho algo de nuestra conversación.

— ¿Te gustaría que yo fuera tu papá? — pregunta con voz algo temblorosa Eros.

Ángel se acerca y se para al lado de Eros.

— Pues si, tu eres muy bueno, eres mi amigo y si fueras mi padre te podré presumir en las actividades de padre e hijos en la escuela, jugariamos fútbol a diario y mi mami no estará sola, ni triste.

Yo tengo un nudo en la garganta, veo a Eros y veo una sonrisa de genuina felicidad en su rostro.

<< Ay Raquel, espero que dónde estés estés viendo este momento >>

— Entonces si tu aceptas a partir de hoy yo seré tu papá y novio de tu madre — Ángel ve a Eros procesando sus palabras y luego se pone serio.

— Me prometes que tratarás bien a mi mamá y que la harás feliz — yo me quedo muda por las palabras de Ángel, veo a Susana limpiarse una lágrima de su mejilla.

— Claro, lo prometo. A partir de hoy dedicaré mis días en hacer feliz a tu madre — Ángel sonríe y yo también.

— Bueno, esto parece que en vez de un desayuno, es la boda y tu hijo te está entregando en el altar — habla Susana haciéndonos reír a todos.

Susa y Ángel se sientan a desayunar, todos comemos entre risas y alegría.

Los siguientes cuatro días la pasamos en familia, Eros solamente trabajaba en las mañanas desde el despacho, Victor venía todas las tardes a la casa, cada día lo veía más interesado en mi amiga, Leonel y Rosa venían a diario, un día Ángel preguntó si ellos también era sus abuelos, el niño sacó esa conclusión porque ellos le dicen hijo a Eros y si eran padres de Eros debían ser sus abuelos.

Eros le explicó, que ellos no son sus padre biológicos, pero se quieren como tal, por eso ellos le dicen hijo, Leonel le dijo que por él no había problema que los llamaran abuelos ya que todo hijo de Eros sería su nieto.

Quien se iba a imaginar que mi vida cambiaría tanto, que ayudar a una desconocida me llevaría a los brazos de un amor inesperado, que conocería personas tan maravillosas que llenan nuestra vida de luz.

A Veces pienso que Raquel pudo ver el futuro, que vio en mi destino, el amor de mi vida, y que ese amor era este hombre mujeriego, sin sentimientos, frío e impulsivo llamado Eros Smith.

***********
Hola a tod@s, ya casi termina la historia.

Que les parece, Eros quiere que Ángel sea su hijo y tener "5" hijos más.
Pero que bárbaro no 2 o 3 sino 5🤔

Espero leer sus comentarios.

Y ver sus 🌟