Jimin abrió la puerta de su casa permitiéndole la entrada a sunhee quien quedó maravillada con lo acogedor y hermoso hogar de jimin. Estando completamente adentro un exquisito olor a comida proveniente de la cocina provocó que el estómago de sunhee emitiera unos graciosos sonidos.

Una hermosa mujer salió de la cocina con una sonrisa quien al ver a sunhee su sonrisa creció mucho más. Sunhee hizo una reverencia mostrándole respeto.

- Hola sunhee –saludó la mayor-. De verdad me alegra mucho conocerte, espero que te sientes cómoda.

- ¿usted sabía que venía?

- Jimin me explico todo –tomó las manos de sunhee-. Siéntete como en casa, puedes quedarte todo el tiempo que necesites. Eres bienvenida.

Al sentir la calidez y la sinceridad con la que hablaba la madre de jimin, por un instante sunhee deseó que su madre fuera así de dulce y comprensiva con ella.

- ¿tienes hambre? –preguntó la madre de jimin. Sun hee asintió con algo de pena-. Entonces lávense las manos para comer. Los espero en la cocina.

Jimin la guio hacia al baño y la dejo ahí, mientras que él la esperaba afuera. Sunhee se vio en el espejo con los ojos rojos e hinchados y su cabello un poco alborotado. Lavó su rostro repetida veces, queriendo borrar de su mente la conversación de sus padres. Cuando ella salió del baño, se encontró con jimin recostado en la pared con los brazos cruzados.

- ¿te sientes mejor? –inquirió el pelinegro

- Un poco –forzó una sonrisa.

- Ven –toma su mano-. Vamos a comer.

***

La madre de jimin era estupenda cocinera, sunhee comía con mucho gusto aquella excelente comida. De vez en cuando jimin junto a su madre lograban hacer sonreír y reír a sunhee. Jimin era muy parecido a su madre en muchos sentidos.

- Hablar con un trozo de kimchi es algo nuevo –la mayor trataba de no reír

- ¿se lo dijiste? –sunhee le dio un leve golpe a jimin.

- Perdón –dijo entre risas-. No me aguanté.

- Hijo mío, tú no te quedas atrás –ríe un poco-. Recuerdas esa vez que hablaste con ese poste de luz

- ¡mama! –se sonrojó-. No cuentes eso, no me encontraba consiente cuando eso.

- Y tu burlabas de mi –entrecerró sus ojos-. Sabiendo que tú también hablaste una vez con un poste de luz.

- mi excusa es que no estuve consiente.

- Es lo mismo –suelta una carcajada-. Consiente o no, lo hiciste.

Seo ra miraba con gracia la escena de los chicos, hace tiempo no veía a su hijo así de contento, pero ver a sunhee la entristeció un poco debido a los momentos difíciles por los que debía estar pasando esa chica. Se paró de la mesa dejándolos atrás para dirigirse a la cocina a prepararse un poco de té. Al estar de regreso hacia a ellos, decidió hacer una pregunta.

- Sunhee cariño –llamó su atención-. ¿Cómo se llaman tus padres?

- Mi madre se llama Song ji won y mi padre se llama Kim Jin hyuk.

Seo ra al escuchar ambos nombres, la taza entre sus manos cayó al suelo rompiéndose en miles de pedacitos.