Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 28

Anteriormente

—Bien. — Se sentó en el mueble de cuero que estaba a sus espaldas mientras yo trataba de no matarlo a golpes. Di la media vuelta y empecé a arreglar mis pertenencias para irme. Y aunque trataba de no ver a Alexander era imposible, su mirada estaba perdida en la de Tyler, se reía con sus travesuras y estaba atento a cada movimiento de él. Ya era hora de irnos.

—Ven acá. — Pedía a Tyler que no dejaba de correr alrededor del escritorio. — Es hora de irnos. —

Cuando se quedó quieto me dio la mano y fuimos hasta la puerta. Alex se paró de inmediato y nos siguió, la guardería estaba a menos de una cuadra del edificio.

—Tyler, más despacio. — Me quejaba al seguir el paso de mi bebé, no sé qué alimento tenía tantos carbohidratos para que mi hijo estuviese con tanta energía, era algo agobiante, sé que parezco anciana pero es que a los 26 años ya me agoto demasiado. Teníamos que cruzar la calle, tenía la mano de mi niño tomada con mi mano izquierda pero el viento hizo que mi bolsa resbalara y al momento de agacharme solté a Tyler y lo primero que hizo fue correr a la calle, cuando me di cuenta ya estaba en medio de la transitada avenida y un carro negro directo a él. — ¡No! — Grite con fuerza a ver a mi hijo casi entre las llantas del auto.

Pude ver la cara del conductor y el rostro de sorpresa de Tyler al ver el auto tan cerca de él, sabía que ni intentando correr salvaría a mi bebe, puse un pie en la carretera y escuche rechinar las llantas del auto, un golpe sordo inundo mis oídos y lo único que pude hacer fue dejarme caer de rodillas en el cemento frio de la calle. Había perdido a mi hijo por una estúpida distracción. Levante la vista al no escuchar nada más y pude ver a Alex tirado en el suelo atrapando a mi hijo entre sus brazos. Corrí hasta él y quite a Tyler de sus manos. Mi niño estaba ileso, gracias a Dios, Alex lo había salvado. Lo puse en el suelo, no tenía ni un solo rasguño, trate de ver que le había pasado a Alexander quien se encontraba tirado con los ojos cerrados

—Alex. — Lo llame y sacudí su cuerpo. Parecía no escucharme. — ¡Alex! — Grite desesperada y abrió los ojos, me observo con preocupación.

— ¡El niño! — Grito. — ¿Dónde está Tyler? — Sonreí aliviada de que hubiese reaccionado, dirigí la mirada a nuestro hijo quien se encontraba atrás de mí y Alex suspiro. — Pensé que no había llegado. — Susurro. El conductor del auto bajo y parecía demasiado estresado.

— Yo... no vi al niño y...

—Lárgate. — Menciono Alexander con la voz dura. — Lárgate antes de que trate de matarte por casi asesinar a mí... a Tyler. — Se puso de pie y tomo a su hijo entre sus brazos. Me tomo con la mano restante y caminamos hasta la banqueta del lado donde estaba la guardería. Veía con preocupación cómo estaba, tenía varios raspones en el rostro y su brazo sangraba.

—Alex... estas herido. — Mencione con la voz cortada, las lágrimas estaban ya inundando mis ojos.

— Yo no importo. — Puso al niño de pie en la banqueta y se puso en cuclillas. — ¿Tu como estas campeón?

— Bi-bien. — Despeino su cabello y lo observo con ternura.

— ¿Seguro? — Asintió. — Anda ahora ve con mami para que podamos ir a comer ella y yo pero... prométeme que jamás volverás a correr hacia la calle si no estás tomado de la mano de un adulto. — de nuevo sonrió y asintió. Cargue a Tyler y lo lleve hasta la guardería, las chicas que estaban allí lo tomaron y les pedí extrema precaución con mi hijo.

Salí y vi a Alex de espaldas a mí viendo los autos pasar de forma exageradamente rápida por esa calle.

—Alex. — Susurre a su espalda. Volteo. — Gracias. — Mis lágrimas empezaron a salir de mis ojos. — Si no hubiese sido por ti yo...

—No digas nada... fue un... impulso algo que tenía que hacer. — Sonreí. — ¿Ahora si podemos hablar? — Asentí.

—Hay un restaurante a unas calles de aquí, es un lugar privado y muy acogedor. — Me siguió en silencio.

Llegamos y nos dieron una mesa para dos lejos de donde se encontraba la multitud.

Nos sentamos y pedimos los platillos, estaba lista, tenía que respirar y escuchar lo que Alexander tenía que decirme.

— ¿De qué quieres habar? — Empecé con la voz suave. — Creí que había quedado todo claro hace más de cuatro años.

—Amelia... ¿qué paso contigo? — Esta vez su voz también parecía suave y triste, como si no supiera nada, no te enojes Amelia, no te enojes. — ¿Porque me olvidaste así como así?

—Alexander, ¿de qué hablas?

—De lo que paso, después de que mi familia te acoge en casa te vas como si nada después de cortejar a mi hermano, ¿porque me ilusionaste?

— ¿Quieres repetir lo que dijiste?

—Sabes que es cierto.

— ¡No lo es! — Grite desesperada, logrando las miradas de todos dentro del restaurante. Tome aire. — Quieres empezar desde el principio. — Bufo.

—Ya sabes el principio. — Cerró los ojos y empezó. — Cuando me fui de casa me prometiste escribirme, JAMAS recibí nada, sin embargo llamaba a casa constantemente para saber de ti y lo único que contestaba mi madre y mi hermano eran cosas negativas, hablaron de un chico que iba a quedarse a dormir en las noches a tu lado...

— ¡¿Qué?! — Sentía como mi rostro se transformaba.

—Espera. — Exigió. —Jamás lo creí. — "Si claro", pensé. — y aun así seguí escribiéndote, pero cuando Nicholas me dijo lo de tu embarazo y la forma por la cual te habías ido... me dio mucho coraje, tristeza, dolor... decir que el hijo que esperabas era de Nick... fue lo último que creí de ti. — Mis ojos de nuevo se estaban llenando de lágrimas, pero esta vez de coraje. — Aparte de que metes a un chico en la casa, te acuestas con mi propio hermano ¿y le quieres dar la responsabilidad de un hijo?

No aguante más y le di una cachetada en la mejilla derecha logrando poner parte de su rostro rojo, no me importaba si los demás observaban o no la escena, eso ya era demasiado. Me puse de pie y salí del lugar. No tenía por qué escuchar más idioteces, más incoherencias, más dudas de su parte. En esta historia la única víctima era YO.

— ¿Entonces es cierto? — Escuche gritar detrás de mí, seguí caminando. — ¡Es verdad! — No voltearía, no lo haría, no tenía por qué responder a sus estupideces. — Contéstame Amelia. — Tomo mi brazo e hizo que girara sobre mi misma. — ¿Qué paso? ¿Todo fue verdad?

— ¡NO! — Grite con mis ojos llenos de lágrimas. — ¡NO! ¡TÚ fuiste el que rompió sus promesas, tú fuiste el que me dejo, nada de eso es cierto!

—No te dije que creí en lo que me dijeron.

—Si no creyeras, no me estuvieses cuestionando. —repuse.

—Dime Amelia, ¿qué explicación hay para que ninguna carta respondieras, para que tengas un hijo y te hayas largado de la casa? — Lo mire unos segundos, su mirada era exactamente la misma de cuando nos despedimos la última vez, la vez que le prometí esperarlo por siempre— ¡Rayos! ¡Contéstame Amelia! — Grito enfadado... ¿qué estaba pasando? Ni siquiera yo lo entendía...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro