"NO LO PUDE EVITAR"
Dedicado a Basummers2020, gracias por todo tu apoyo.
Ya es diez de junio. Hoy en la noche las chicas, Juan, Enrique y yo nos dirigiremos a un club a tomar algunas copas. Por suerte logré convencer a Eric de que lo mejor para él era quedarse, hace poco de su ingreso en el nuevo colegio; diez días para ser exactos (¿no os da gracia la coincidencia de fechas? A mí sí) y debe ponerse al corriente de todo.
En realidad, la salida es solo una excusa que utilicé, necesito salir de casa y la mejor forma de hacerlo sin levantar sospechas es yendo a una fiesta. Es viernes y mañana no trabajo; pretendía ir sin Enrique, necesito alejarme de su alcance, para mi desgracia no logré convencerlo de acompañar en casa a Eric. Por suerte para mí, en el club podré encontrar a alguien con quien pasar la noche bailando y así poder separarme de su lado.
La convivencia juntos se ha vuelto muy difícil, me besa a cada rato, me abraza o acaricia. Cuando intento evitarlo las fuerzas me fallan y así no puedo continuar. Tal vez si logro terminar la noche con otro hombre en la cama pueda olvidarme de su tacto.
_ ¿Noa vas a ir a almorzar? _ me preguntó Silvia entrando en mi consultorio. Extrañada miré la hora y me sorprendí de que fuera la una. No había visto correr el tiempo.
_ Sí, ahora voy, el tiempo se ha ido volando_ le digo con una sonrisa.
_ ¿Puedo acompañarte? _ me pregunta y mi sonrisa se ensancha. Su compañía es de las pocas que disfruto mucho.
_ Eso no lo tienes ni que preguntar_ dije cogiendo mi bolso y enganchando mi brazo con el suyo. En la cafetería cercana al hospital conversamos animadamente.
_ Dime Noa ¿qué te tiene tan distraída últimamente? _ me pregunta.
_ ¿Recuerdas al hombre que me trajo a su hijo cuando trabajaba en Madrid? Un hombre alto, apuesto, con un pequeño de pelo rubio_ ella lo meditó un segundo y luego asintió con la cabeza.
_ Sí, el niño era muy amable y cariñoso y el padre estaba para comérselo. Mmmmm que rico debía saber_ no pude evitar reírme, aunque una pizca de celos asaltó mi corazón. Saber que todas las mujeres caían rendidas a los pies de Enrique no me facilitaba nada las cosas.
_ Ya, ese mismo. ¿Recuerdas además que nosotros tuvimos una relación, la cual finalizó al yo volver a vivir en Londres? _ ella asintió. Junto a Erika y Flora, Silvia había sido una de las cuales me brindó su apoyo tras nuestra separación, aunque nunca le dije que amaba a Enrique_ Verás… está viviendo en mi casa junto a su hijo_ Silvia abrió mucho los ojos, no se esperaba algo así.
_ ¿Está aquí… en Londres y vive contigo? _ me preguntó asombrada.
_ Exactamente, y no solo eso, al parecer también quiere retomar nuestra historia donde la dejamos hace seis años_ su cara era todo un poema. Abría y cerraba la boca como un pez, era muy graciosa.
Mientras le daba un sorbo al batido de chocolate y un mordisco a mi pizza, esperaba su respuesta. Al fin logro pronunciar palabra.
_ Esto es una locura y una sorpresa maravillosa_ me dijo.
_ No le veo lo de sorpresa maravillosa, sino recuerdas, sufrí mucho tras nuestra ruptura. No estoy dispuesta a volver a aventurarme en una nueva relación. De todas formas, hace tiempo que decidí seguir con mi vida y olvidar mis sentimientos hacia él_ le dije. Era todo cierto, no obstante, me estaba resultando más duro de lo esperado.
_ ¿Tú crees poder olvidarlo viviendo en la misma casa? _ su pregunta tiene sentido, lanzando un suspiro continué.
_ Lo de vivir en mi casa es temporal, solo hasta que encuentren una para ellos_ le explico. “Aunque, no parecen tener muchas intenciones de buscar una casa propia”. Por supuesto omito este pensamiento.
_ Si tú lo dices_ fue toda su respuesta antes de darle un bocado a su pizza.
_ No lo digo, es lo que hay, por más que se esfuerce en querer volver conmigo no lo conseguirá. Lloré mucho tras enterarme de su nueva relación, yo lo amaba_ al decir eso Silvia levantó rápidamente su cara para mirarme_ Sé que nunca te lo dije, pero yo lo amaba, en realidad, todavía lo hago; no puedo volver a sufrir. Fuera más sencillo si Eric no intentara acercarme a su padre o eso me parece, no sé, me siento confundida.
_ Lo hace porque te quiere, seguro te ve como una madre. Si no recuerdo mal, perdió a la suya.
_ Esa fue la razón por la cual lo atendí_ le dije_ No me ve como madre, me ve como amiga cercana, nunca supo de nuestro corto noviazgo. De todas formas… me confesó que a una de las NOVIAS de su padre…_ enfatizo en la palabra novia para hacerle entender que nunca fui una de ellas o, mejor dicho, no se me conoció como una_ le había dado deseos de llamarla mamá. No sabes lo mucho que eso me destrozó el corazón.
_ Lo siento Noa_ dijo agarrándome de la mano_ Yo confío en tí, eres una mujer inteligente, fuerte, estoy segura de que tomarás la decisión correcta para tí y para ellos_ me aseguró.
_ Gracias, ojalá me aclare. Supongo que ahora mismo solo quiero que seamos amigos, ¿tan difícil les es entender eso? _ me pregunto antes de sacudir la cabeza. “Lo que deba ser será, no gano nada con comerme la cabeza con ese asunto” _ Cambiando de tema, ¿no has conocido a alguien especial todavía? _ al decir esto su sonrisa se agrandó mucho.
_ Conocí hace dos noches en un bar a un hombre genial. Es cocinero en un restaurant muy importante. Estuvimos hablando un rato y bueno hoy volveremos a salir_ me dijo con expresión soñadora.
_ Eso es fabuloso, me alegro por ti. Dime ¿a dónde irán? _ le pregunto interesada.
_ Me llevará a su casa_ al decir esto arqueé una ceja, mala señal_ No, no es lo que piensas, no me acostaré con él. Va a cocinar para mí y bueno si la comida se ve tan bien como él, probablemente sí terminaremos en la cama_ me aclara sonriente y ambas nos reímos a carcajadas.
_ Ah, entonces sí. Es muy romántico que un hombre cocine para ti, no es algo que se viva todos los días. Enrique lo ha hecho para nosotros en casa_ le dije, la verdad cocina muyyy bieeeennn.
_ Sí, muy pocas mujeres tienen nuestra suerte_ terminamos de almorzar entre plática y plática.
De vuelta al consultorio me dediqué a atender a mis pacientes. Al atardecer me dirigí a casa, los padres de Flora harían de niñera para Eric y Ángela y así nosotros poder salir tranquilos. Al entrar en casa me asaltó un delicioso aroma a comida, algo habitual últimamente. Al dirigirme a la cocina me recibió una agradable sorpresa. Enrique cocinaba algo muy concentrado; se veía tan sexi con el delantal puesto. Su forma de caminar lenta y rápida a la vez revisando que nada se quemara, los movimientos con las manos tan suavemente al colocar algo en el sartén. “¿Cómo diantre podría resistirme a semejante manjar?” Y no hablo específicamente de la comida.
_ Mmmmm que olor más rico, es agradable llegar a casa y tener a alguien cocinando para ti_ dije llamando su atención. Se volvió con una hermosa sonrisa iluminando sus bellos ojos grises como el mar en un día de tormenta.
_ Me alegra saberlo, ven acércate, prueba esto_ dijo cogiendo una salsa en el dedo, caminé despacio hacia él. Acercando su dedo a mi boca me hizo probarla, está muy buena.
_ Mmmmm_ fue todo lo que pude pronunciar.
Él deslizó su dedo por mi cuello, rodeó mis senos y al llegar a mi cintura me acercó mucho más a su cuerpo; por donde quiera que me acariciaba provocaba una corriente eléctrica. Acercó su boca a la mía y me besó, otra vez no pude resistirme, no lo pude evitar; me encantaba su sabor. Moviendo su otra mano bajo mi blusa empezó a acariciar mi costado de arriba abajo enviándome agradables descargas que terminaban en mi bajo vientre. Su boca tenía tanta maestría, y sus manos sabían dónde exactamente debían tocarme para hacerme perder la razón.
No pude evitar introducir mis manos bajo su pulóver y acariciar la suave piel de su espalda, notando como sus músculos se contraían bajo mis caricias; me tenía muy encendida. Con sus labios fue descendiendo hasta mi cuello, en el camino hacía pequeños giros con su lengua erizándome la piel. “Diossss como me gustan sus caricias”. Me tenía agarrada sin utilizar la fuerza, solo sus manos y boca.
Poco a poco, muy despacio, volvió a ascender hasta mi boca para intensificar el beso; dándome pequeños mordiscos en el cuello por el camino provocando que unos gemidos incontrolables, por todo lo que me hacía, escaparan de mis labios. En eso una de sus manos subió hasta cubrir uno de mis pechos y empezó a acariciarme, en ese momento estaba más que excitada, estaba como una olla a presión. Mmmmm, mmmmm, me fascina como su lengua se enreda con la mía, como su mano acaricia mi pecho y la otra baja hasta acariciar mi muslo por debajo del vestido. “¡Cómo se me ocurre ponerme un vestido! ¡Le estoy facilitando las cosas!”
No puedo dejar que esto continúe, no puedo, no debo, sin embargo, no puse objeción cuando me levantó en brazos. Enredé mis pies en su cintura y seguí besándolo mientras él me depositaba sobre la encimera de la cocina. Todo era muy morboso, nunca en mi vida había hecho esto. Seguimos así, acariciándonos, provocándonos, besándonos con desesperación y anhelo hasta que la voz de Eric nos hizo salir de la burbuja dentro de la cual nos encontrábamos.
_ ¿No sabéis que para eso existe una habitación? No tenéis que mostrar al público joven lo que se hace en un cuarto cuando las luces se apagan_ nos dijo con una sonrisa perversa. Yo estaba roja, roja pero roja, no sabía si era por la excitación o por la sorpresa.
_ E… Eric, q.…que h…haces aquí_ logré pronunciar, me odié por tartamudear tanto. Su sonrisa de maleante, tan parecida a la de su padre, se extendió.
_ Por si no te acuerdas ¡yo! vivo aquí_ me dijo. Mierda es cierto, pero ¿cómo coño quería él que pensara cuando toda la sangre me había abandonado el cerebro? Y no era la única, Enrique se encontraba igual de excitado, me lo confirmó una rápida mirada a sus partes nobles “¿Por qué no le molesta esto a Eric? ¿Acaso quiere vernos juntos?” me pregunto internamente. Enrique se rió mientras me ayudaba a volver al suelo.
_ Eric tiene razón, nosotros somos los del espectáculo_ mi mirada fue de padre a hijo, serán cretinos.
_ Idiotas, Eric ve a tu habitación a dejar la mochila, Enrique tú terminas la comida y yo me voy a bañar. Si a alguno de los dos se les ocurre volver a pronunciar este incidente os mato_ dije antes de salir a toda pastilla completamente turbada y avergonzada. No obstante, pude escuchar el "bien hecho, sigue así" de Eric a Enrique.
Nada más cerrar la puerta de mi habitación me apoyé en ella, las piernas las tenía como gelatina y mi respiración salía entrecortada. Silvia tiene razón, mientras viva con Enrique me va a resultar imposible olvidarlo. Decidido, esta noche bailo y me acuesto con otro hombre, si Enrique me ve con alguien diferente a él, deberá comprender, o eso espero, que no lo necesito y tal vez, solo tal vez, logre quitarme la imagen de lo experimentado hace pocas horas en la cocina.
Luego de bañarme me dirigí a comer con mis invitados, por suerte no mencionaron nada de lo sucedido, aunque no dejaron de intercambiar miraditas y risas. Los ignoré, tengo que esforzarme por acabar con esto, debo hacerlo o terminaré muy mal. Más tarde regresé a la habitación a ponerme un vestido rojo corto sin mangas y escote recto, unos tacones altos del mismo color, un collar, y pendientes largos plateados. Me apliqué un maquillaje sencillo con un rojo intenso en los labios. Al terminar me miré en el espejo, había logrado la imagen que quería, ser irresistiblemente tentadora.
Cuando volví a reunirme con los chicos ya se encontraban los padres de Flora con la pequeña Ángela junto a ellos en la sala.
_ Estás para matar, hermosa. Papá, vas a tener que cuidarla bien y espantar a unos cuantos moscones_ dijo Eric con un ruidoso silbido y todos nos reímos.
_ No te preocupes hijo, no se apartará de mi lado_ yo los miraba incrédula.
_ Tú no harás nada_ le dije a Enrique_ si los hombres quieren acercarse a mí que lo hagan. Soy soltera y tener compañía de vez en cuando no es malo_ les dije. “Eric y Enrique me miraron con los ojos oscurecidos o serán imaginaciones mías”.
_ Como tú digas hermosa_ dijo y luego le susurró algo a su padre al oído. “¿Que estarán tramando?”.
_ Tía un bedo_ me dice Ángela. Me agacho y la achucho un poquito mientras se ríe.
_ Bien chicos marchaos y no se preocupen por Eric, nosotros lo cuidaremos bien_ nos dijo Samy la madre de Flora. Junto a su esposo se lo estaban pasando en grande con nuestra conversación.
_ Si hija anda, váyanse o no llegarán nunca_ nos apremió Alex, el padre de Flora, cogiendo a su nieta en brazos. Eric se acercó a mí, abrazándome me susurró en el oído.
_ No lo conseguirás, al final mi deseo se hará realidad, es una promesa_ yo lo miré sin comprender nada ¿de qué deseo habla? Me dió un beso en la mejilla antes de empujarme hacia la puerta.
Paramos un taxi y nos dirigimos al club, al llegar y salir del auto mientras nos acercábamos a la entrada donde nos encontraríamos con el resto le dije a Enrique.
_ Este lugar me trae muchos recuerdos.
_ Ah, sí, ¿por qué? _ me preguntó interesado.
_ En este lugar, dos años atrás, fue donde se reencontraron Juan y Flora. Además, aquí es donde vengo cuando quiero ligar con alguien_ le comunico recordando aquel día con una sonrisa. Yo pensaba que Flora estaba actuando raro porque quería divertirse y en realidad lo que pasaba era que su amor de la adolescencia se encontraba muy cerca.
_ ¿Te importaría no hablar de tus ligues? _ lo miré extrañada.
_ Que tiene de malo, ni que tú fueras un santo_ le digo molesta.
_ No, no soy un santo, pero no conseguirás lo que quieres, no me separaré de tí en toda la noche_ me dijo casi las mismas palabras que Eric ¿Será coincidencia? Parando de caminar me volví hacia él furiosa.
_ No me estarás acosando toda la noche. Planeo divertirme y bailar con cuántos hombres a mí me plazca y ni tú ni nadie lo impedirá_ no voy a dejar que Enrique me impida seguir adelante con mi plan, necesitaba urgentemente olvidarlo. Él solo se acercó a mí y con su boca a escasos milímetros de la mía dijo mientras su aliento resbalaba por mi cuello.
_ Tú eres mía y solo mía, no importa con cuántos hombres te acuestes, yo seguiré siendo el único que te excite tan solo con mirarte.
_ Mira que eres creído, no pienses que otros hombres no me atraen. No eres el único_ le digo chula. Es obvio que miento, pero no pienso darle la satisfacción de que sepa cuanta verdad tienen sus palabras.
_ Di lo que quieras, advertida quedas. Al final de esta noche con el hombre que te irás a la cama será conmigo, es una promesa_ dijo antes de besarme y agarrarme por la cintura para conducirme hacia el lugar donde mis amigos nos saludaban. No lo rebatí, ¿para qué?, sabía que llevaba razón. Esta noche sería la primera vez en mucho tiempo que disfrutaría en los brazos de un hombre, no importa lo mucho que desee evitarlo (y lo intentaré, vaya si lo haré).
Decidí olvidarme de las palabras de Enrique y nada más entrar en el local agarré a las chicas de la mano y las llevé a la pista donde inmediatamente empezamos a mover las caderas. Enrique cumplió su promesa y en ningún momento se separó de mí. Bailamos todas las canciones pegados cuerpo contra cuerpo provocándonos. Traté de impedirlo, sin embargo, las copas en mi organismo me lo ponían muyyy difícil. En cierto momento cambiaron las canciones a unas más suaves, lo cual aprovechó Enrique para acercarme mucho más a él.
_ Enrique, debes separarte de mí, no dejas que otros hombres se me acerquen. Ya hablé contigo, solo somos amigos_ le dije mientras le sonreía y guiñaba un ojo a otros chicos que no dejaban de mirar en mi dirección. Necesitaba urgentemente dejar de bailar estas canciones con él, a la orden de ¡ya!
_ No lo voy a hacer, ningún hombre volverá a tocarte. Solo yo soy el dueño de tu cuerpo, solo yo logro excitarte y despertar el deseo en tí_ dijo antes de besarme y empezar a enroscar su lengua con la mía. De verdad sabía exactamente qué hacer para dejarme completamente a su merced.
Encendida, con copas de más en el cerebro le devolví el beso y froté mi cuerpo contra el suyo. En la oscuridad del local nadie vería lo que hacíamos; pegada a él pude sentir su deseo hacia mí. La canción había terminado y en su lugar sonaba…no… imposible… ahora no. Por los altavoces sonaba “Quiero ser tu amor eterno” de David Bisbal, la canción que bailamos en nuestra primera cita, nuestra canción. Miro a Enrique, por la expresión de su rostro también la reconoce. Es como revivir esa noche, todos los recuerdos me asaltan alterando mi equilibrio y haciéndome imposible resistirme. “¿Por qué ahora? Es como si el universo conspirara en mi contra” pienso suspirando.
_ Vámonos a casa Noa, no prolongues más lo inevitable. Que suene esta música específicamente hoy y ahora significa algo, deja de resistirte_ me dijo acariciándome el muslo y apretando sus caderas contra las mías. No tuve otra opción que asentir, estaba demasiado caliente. Los recuerdos me trastocaban y lo deseaba tanto que no me importaba nada más.
Nos despedimos de los chicos, les pareció raro nuestra retirada temprana, pero a pesar de todo no se opusieron. Erika y Flora me lanzaron la típica mirada de "mañana hablamos". De camino a casa llamamos a Samy y Alex para decirles que podían irse (a pesar de ser la una y media, no les importó contestar). Cuando llegamos ellos estaban parados en la entrada con Ángela dormida entre sus brazos.
Los despedimos con la mano y al entrar en casa Enrique me acorraló contra la puerta besándome y acariciándome sobre la tela del vestido.
_ No sabes cuánto he ansiado esto, he soñado con volver a hacerte mía muchas veces desde nuestra separación_ me dijo. Me hubiera gustado recordarle que nuestra separación fue por su culpa, sin embargo, en vez de eso metí mis manos bajo su camisa y me pegué más a su cuerpo para sentir su calor.
_ Yo también, dejémonos de charlas y vayamos a la cama_ Enrique asintió y alzándome en volandas me aferré a su cintura con mis pies mientras nos disponíamos a terminar lo iniciado unas horas atrás en la cocina.
Sabía que era una locura, sin embargo, en ese momento la razón hacía horas que me había abandonado dándole paso a lo irracional, era algo inevitable.
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A la mañana siguiente me desperté con dolor de cabeza, no sabía ni donde estaba. Intenté levantarme, pero una mano me retenía, al girar la cabeza me quedé en blanco. “¡Enrique!, me había acostado con él”. No, no, no, esto no puede estar pasando, se supone que me acostaría con otro hombre no con él.
En ese instante los recuerdos me asaltaron, sus caricias, sus besos, ¡todo! Al parecer no tomé suficiente alcohol como para olvidar lo sucedido. No lo puedo creer, cometí una locura. ¿Cómo pude hacerlo? Esto solo empeorará las cosas y me confundirá más.
_ Buenos días hermosa_ me dijo Enrique. Mierda, ya está despierto.
_ Buenas_ traté de sonar lo más tranquila posible. Yo lo amo, lo deseo y eso combinado con alcohol y la maldita melodía me jugó una mala pasada. Me iba a ser imposible olvidarlo ahora.
_ Estas muy guapa acabada de despertar ¿sabías? _ dijo besándome. Mmmmm, mmmmm esos besos. Se lo devolví, a la mierda todo, si ya me había equivocado una vez, dos no cambiaría nada.
Un rato después mientras me duchaba no dejaba de reprocharme lo absurdo de mi comportamiento. No debí acostarme con él, ninguna de las dos veces. Después de haber vuelto a probar el fruto prohibido me sería imposible no seguir haciéndolo. Al salir me senté a desayunar con los chicos, por la mirada de Eric ya sabía lo que había pasado, MIERDAAAA.
_ Bueno Eric, ¿te divertiste anoche con los padres de Flora y la pequeña Ángela? _ le pregunté tratando de mantener la calma.
_ Muchísimo, la pequeña es muy divertida, me lo pasé genial, aunque no tanto como ustedes claro_ su comentario me hizo ponerme roja, mirar a Enrique y dejar de respirar_ Ni siquiera me enteré cuando regresaron de la fiesta, debieron llegar cuando amaneció_ siguió diciendo con voz inocente.
Por las sonrisas de ambos me di cuenta de que yo sola me había delatado, serán imbéciles. No puedo creer que Enrique se lo haya dicho a Eric. “¿No se supone que eso es algo que los jóvenes no deben saber porque les molestaría enterarse de que su padre se acuesta con otra mujer?” Al parecer esa regla no se aplica a estos dos.
_ Tranquila Noa o dentro de poco te explotará la cabeza, ¿no tendrás fiebre? _ me preguntó Enrique con su mejor tono de chico bueno.
_ Estúpido, idiota_ fue mi respuesta y ambos se carcajearon.
_ Por qué me dices eso, no creo haber hecho nada para merecerlo. Solo disfruté de la oscuridad de la noche y el calor del momento_ dijo y Eric se empezó a reír de mi cara de sorpresa y espanto. No podía creer lo que acababa de salir de sus labios, me cago en su madre, en su padre y en todos sus antepasados habidos y por haber.
_ ¿Estás loco? _ le pregunté bajando la voz.
_ Hermosa, no te pongas así. Papá me contó que el local estaba demasiado oscuro y que como había mucha gente el calor era insoportable_ me dijo Eric, me cago en su padre también, han estado jugando conmigo.
_ Seréis tontos_ les dije y entonces los tres nos empezamos a reír como locos sin parar. Un rato después terminado el desayuno me puse a fregar.
_ Noa_ dijo Enrique a mi espalda_ ¿Te encuentras bien? _ yo suspiré.
_ Tranquilo, el idiota de tu hijo y tú me lo pagaréis, ya verán_ le dije. No podía cambiar el pasado, pero podía evitar cometer el mismo error en el futuro_ Enrique lo de anoche no puede repetirse.
_ ¿Ah no?, ¿por qué? _ dijo mordiéndome el lóbulo de la oreja por detrás.
_ Ya vale, no hagas más esto; no está bien, nosotros rompimos hace mucho_ le dije muy débilmente. Estaba ganándome la batalla con sus caricias.
_ Algo que nunca debió haber pasado.
_ Tú fuiste el primero en dejarme, no lo olvides_ dije a la defensiva. Él me giró bruscamente, de esa forma estuvimos cara a cara; se veía cabreado.
_ ¿Qué yo te dejé? ¡¿Qué mierda es esa?! Tú fuiste la primera, me cambiaste por un tipo unos días después de yo haber vuelto a Madrid, tras haber venido a verte por el fallecimiento de tu abuela_ no entendía nada.
_ ¿De qué narices estás hablando? Después de la muerte de mi abuela no volví a salir con nadie. No hasta que me enteré de que sin hablar conmigo me habías dejado por otra y me tuve que enterar por Eric ¡Ni siquiera por tí! _ le grité colérica, recordar eso me mataba.
_ ¡Te has vuelto loca! Eso no es cierto_ dice tan enojado como yo.
_ No puedo creer que tengas la poca vergüenza de mentirme en la cara, ¡en la cara! _ le digo aún más cabreada.
No pudimos continuar nuestra discusión, en ese momento sonó el timbre. Sin esperar su respuesta pasé como un huracán por su lado y fui a abrir la puerta. Eric había salido con algunos amigos nuevos del colegio. No podía creer que de estar deseándonos pasáramos tan rápido a la pelea, era increíble.
Al abrir la puerta me di cuenta de que nuestra pelea no era lo más increíble. Las personas paradas ante mí debían ser una alucinación, un fantasma, un sueño perdido y enterrado hace ya mucho tiempo, algo no esperado y olvidado bajo capas de dolor y desilusión, un imposible....
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Wow que intenso verdad? Al final no pudiste resistirte no es así Noa?
Este Erik y Enrique,que malos son. Mira que jugar de esa forma con Noa.
Quienes habrán aparecido ahora? Serán buenas o malas personas? Qué habrá pasado en realidad en la relación de Noa y Enrique?
Quién creen que tiene la razón: Noa o Enrique?
Muy pronto lo sabremos🤗.
Mil besos,
Nohelia💞
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