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Martín me llevó a un lugar muy bonito, alejado de todo. Se veía un paisaje hermoso, era algo parecido a un pícnic nocturno y no estaba mal. Me gustó la idea. ¿Martín hizo todo esto para mí? ¿Por qué? Pues me parecía un gesto muy lindo pues igual me he dado cuenta de que a la final si siento algo por él, algo que no había sentido antes, y esa sensación era hermosa.

— Amara— dijo Martín muy serio y viéndome a los ojos.
Yo solo regresé a verlo, pues estaba hipnotizada con el paisaje.

—Desde el día que te encontré llorando, y nos tropezamos, recuerdas que te dije que tenía algo importante por decirte?—

—Si, claro. Por lo que no hablabas conmigo—

—En realidad eso no es todo lo que quería decirte. Pero por la situación vi que no era lo mejor que podía hacer, Amara me gustas, me gusta todo de ti. Tal vez no sea el chico perfecto, ni uno de los chicos como los que te gustan de los libros. Pero quisiera estar contigo toda mi vida, eres muy especial y contigo me siento bien—

¿Estaba segura de lo que yo sentía? Claro que sí, pero tengo miedo porque la última vez que estuve con alguien terminamos y me sentí muy mal por muchos días. Pasé preguntándome qué pasaba conmigo, porque se había ido, pero supongo que había sido lo mejor. ¿Motivo por el que terminamos? Simple, estuvo engañándome todo el tiempo.
Pero, estaba segura de que quería darme una oportunidad, quería estar con Martín.

—Tú también me gustas Martín— le dediqué una pequeña sonrisa y al instante se acercó y me besó. Fue el beso más bonito que había tenido.

Seguimos con nuestro pícnic y estábamos hablando por un momento de nosotros. De nuestra infancia, de libros...
Es algo muy hermoso encontrar a alguien con quien hablar de lo que te gusta y que se entiendan.

Al terminar nuestro día especial fue a dejarme en casa y no había nadie. De igual manera me quedé, pero él quiso hacerme compañía, así que vimos una película en la sala y nos quedamos dormidos ahí.
——-
Al levantarme no encontré a Martín a mi lado, pensaba que se había ido, fui a mi habitación para ducharme, arreglarme y hacer el desayuno. Pero mi sorpresa es que al ir a la cocina encontré a Martín preparando el desayuno, al verme me dio un beso delicado y seguía en lo que estaba haciendo. Yo solo tomé asiento y empezó a servir.

—¿Cómo amaneció la princesa más bonita de este mundo?— dijo Martín dedicándome su hermosa sonrisa.

—Muy bien porque estoy con la persona más especial y tu precioso?—

—Muy bien, estoy con la mujer más hermosa—

Era imposible verlo y no sonreír, ya que los dos sabíamos que nuestros sentimientos no eran de solo este tiempo, sino también de cuando éramos niños.

Al terminar de desayunar fuimos a la casa de Martín para que se aliste y poder ir donde Pili, porque estábamos en su carro.
Al llegar le contamos todo a Pili y se veía feliz de que estábamos juntos, la verdad me agradaba la idea de pasar más tiempo con ellos. Se estaban convirtiendo en una familia para mí.

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La tarde pasé con Oli, ya que quería contarle todo lo que había sucedido porque únicamente hablábamos por llamada en las noches últimamente.

—Así que dejamos de vernos y ya tienes novio!!

—Shhh... todo pasó ayer, por eso te cuento. Pero deja de gritar, todos nos quedan viendo— le dije dedicándole una mala mirada.

—Ok, ok... así que ayer te invitó a salir y por eso no me llamaste. No podías escribirme y decirme "Hey Oli, sabes que voy a tener una cita así que hablamos mañana"— dijo dramáticamente.
Yo solo me reí y ella continuó. — Me alegro de que estés con alguien que quieres, pero ten cuidado. No es que te diga que es un mal chico porque lo conoces, solo... no quiero que te hagan daño. Soy tu mejor amiga y me preocupo por ti preciosa.
Igual sabes que aquí estoy por si quiere hacerte daño— dijo guiñándome el ojo y dedicándome una delicada sonrisa. Yo solamente la abracé, extrañaba ver a mi mejor amiga y reírme con todos los dramas que hacía, siempre ha sido como una hermana para mí y era lo más bonito contar con ella.