Después de dos semanas mejore mi relación con Augus, pase muchos momentos con él y ya no hablaba con Eric, todo el tiempo pase ignorándolo y tampoco siguió insistiendo. 

 Yo sabía que a pesar de todo lo que yo sentía o creía que sentía por él no era bueno, solo era una ilusión. Lo bueno es que me di cuenta de que si sentía algo por Augus y no era solo para olvidarme de Eric, sino porque es un buen chico y teníamos que intentarlo. También me sentía mejor conmigo misma, en el transcurso de la semana muchas veces no tenía hambre o me encerraba en mi habitación para sentirme bien y para inspirarme. Últimamente si no me sentía bien, en el colegio trataba de estarlo y apenas llegaba a casa se sentía todo mal. Algunas veces no podía dormir bien y pasaba muy cansada en el colegio... 

 —Amara, despierta— escuchaba que me decían, yo solo me moví un poco —Amara, estamos en clases, levántate— escuché otra vez, me tomó unos segundos reaccionar y al momento de despertarme me di cuenta de que la profesora Smith estaba al frente mío con el ceño fruncido. 

 —Señorita Amara, usted es una buena estudiante, pero no puedo permitir este comportamiento en mi clase, tiene que ir a la dirección— en ese momento lo que hice fue levantarme e irme a la dirección, me sentía muy mal, las veces que me llevaban a la dirección solo era para felicitarme o para avisarme de los concursos del instituto. 

 Al llegar me encontré con Martín, era mi vecino cuando era más pequeña, pero nunca hablaba o no conmigo, muchas veces me había acercado a él, pero salía corriendo. Me di cuenta de que había cambiado es mucho más lindo que antes, cuando era pequeña él me gustaba, pero como no tuve la oportunidad de hablar con él nunca se lo dije. 

Él estaba leyendo, lo que me sorprendió demasiado, ya que últimamente no hay muchos chicos a los que les guste leer, lo mejor es que era uno de mis libros favoritos. Pensaba hablarle, pero me arrepentí y me fui a sentar en el otro lado, sentía que me estaba mirando, pero apenas regresé a ver estaba leyendo, pero ahora con una sonrisa, sentía que me ponía roja y lo único que podía hacer era taparme la cara, y de la nada también se me formo una sonrisa en mis labios. Se abrió la puerta de la dirección. 

—Pasen por favor— escuchamos de la puerta. 

—Martín, necesito que dejes de hacer tus bromas en clase, y tú Amara deja de quedarte dormida, últimamente te quedas dormida en algunas clases, también estás bajando tu promedio y así no puedes participar en los concursos de literatura— la verdad es que sí, últimamente bajé mi promedio por quedarme dormida en clases, así estudie en casa no era suficiente. 

 —Entendido director, no volverá a pasar— le dije lo más comprometida conmigo misma. 

 —Los dos irán a detención por dos días— dijo lo más serio posible.

—Ahora regresen a sus actividades— apenas lo dijo, nos paramos y salimos de la dirección. 

—Así que ahora te quedas dormida en clase— dijo en risitas, yo estaba muy avergonzada en ese momento. 

—No he pasado por un buen momento. 

—Puedes contarme lo que te pasa, claro si tú quieres. 

—Gracias, pero por ahora estoy bien sin decir mis problemas. 

—Entiendo, adiós, vecina— no pensé que se acordara, éramos vecinos hace mucho tiempo. —Adiós— dije tratando de verme lo más tranquila. 

Este capítulo está muy cortito, pero espero les guste, si es así me pueden ayudar con una estrellita y también pueden comentar.

Hasta la próxima