Capítulo #7: Visitas al médico.
— ¿Qué pasó hijo?
— Estábamos hablando tranquilos, se empezó a marear y se desmayó.
— ¡Ay Dios! Déjame buscar un poco de agua.
Edward al lado de Carolina sin saber qué hacer, con un miedo profundo espera a que venga su madre con el agua para darle un poco, con la esperanza de que reaccione.
— ¡Carol despierta! — le dice Edward mientras trata de darle un poco de beber.
— ¿Qué pasó? Me duele la cabeza — dice Carolina.
— Te desmayaste hace unos minutos en el comedor. Voy a llamar a tus primos desde tu celular.
Mientras tanto en la casa de los primos.
« ¡Suéltame! No... No, por favor ¡No lo hagas! »
— ¡Hey! ¡Jesús! Reacciona.
— ¿Qué pasa Miguel?
— ¿En qué piensas? Está sonando el teléfono.
— En... Estupideces. Ya contesto.
En la llamada.
— ¿Aló? ¿Carolina? — responde Jesús.
— Buenas noches soy Edward, Carolina acaba de sufrir otro episodio y creo pertinente avisarle a usted.
— ¡Dios mío! Ya voy para allá.
Jesús tranca la llamada, agarra las llaves del auto y se va rápido hasta la casa de Edward sin despedirse de Miguel, aunque dura más en llegar por no acordarse muy bien de la dirección, decide que al llegar la iba a llevar al médico para que le hicieran un chequeo aunque sea a bases de engaños. Al llegar, Jesús se baja del carro y camina hacia la puerta y toca el timbre.
— ¿Hola? Disculpe pero... ¿Quién es usted? - pregunta la madre de Edward.
— Es mi primo — responde Carolina.
— Si, mucho gusto, vengo por Carolina.
— Dios mío, sólo fue un simple desmayo ni que tuviera algo muy grave pero está bien nunca puedes dejar de ser tan imbécil. Chao Edward aunque no se dio como queríamos la cena me gustó, tu casa y que me presentaras a tus padres — dice Carolina dándole un fuerte abrazo de agradecimiento a Edward.
Carolina se retira junto a Jesús para subirse al auto y una vez más tener otra discusión.
— Es que tú de verdad no puedes ser más imbécil.
— ¡Dios mío Carolina te desmayaste! ¡Eso puede ser peligroso y por eso ahorita vamos al médico!
— Siempre con tu sobreprotección Jesús, si se supone que tengo anemia entonces ¿cuál es la gran preocupación? Arruinaste mi cena, mi noche y ahora estás con la estúpida idea de ir a un hospital a altas horas de la noche, eres el colmo.
Luego de esa discusión ambos se dirigen a la clínica sin dirigirse la palabra, todo el camino solo se escucha el sonido del silencio hasta que llegan al lugar.
— ¡Vaya pero es que hasta las perras llegan a los hospitales!
— ¡Respeta a Alejandra! Hola Ale, ¿Qué haces aquí?
— Mi tía entró a cuidados intensivos esta tarde...
— ¡Lo siento tanto! Espero mejore pronto.
Después de ese encuentro casual con Alejandra, Jesús y Carolina siguen caminando hasta el mostrador.
— ¡Disculpe! Quisiera hablar un momento con el doctor si aún está.
— Claro, pase por aquí - responde la secretaria.
— Esta bien, Carolina espérame aquí ¿sí?
— Mmm ok te espero.
Jesús fue detrás de la secretaria hasta llegar al consultorio del doctor.
— ¡Hola joven! ¿Qué hace por aquí?
— Doctor se volvió a repetir, otro desmayo y tengo miedo.
— Cálmese, eso lo produce la quimioterapia, puede irse tranquilo pero lo que sí debe pensar es decirle en algún momento la verdad porque igual se va a enterar.
— Esta bien doctor, que pase buena noche.
Al finalizar esa conversación con el doctor, Jesús sale a buscar a Carolina que casualmente estaba hablando con Alejandra.
— Ah hola, pensé que te ibas a quedar toda la noche allá dentro.
— ¿Qué hacen juntas ustedes dos? — pregunta Jesús.
— Solo hablando, te recuerdo que mi tía está en cuidados intensivos — responde Alejandra.
— ¿Podemos hablar Alejandra a... Solas?
— Claro.
Alejandra se levanta despidiéndose de Carolina y se va a hablar con Jesús.
— ¿Le dijiste?
— No genia no le dije. Te quiero a la misma hora y en el mismo lugar, espero asistas si no quieres que se sepa todo.
— ¡No te soporto!
— ¿Sabes? Yo te odio con todas mis fuerzas pero aún te tengo un poco de respeto porque Carolina te quiere y por eso no quiero ocasionarle un daño permanente pero para eso te espero mañana y no es necesario decirte en donde, tú mismo sabes a lo que me refiero. Ahora me voy, cuida a Carolina.
« ¡Como la odio! Quisiera que no supiera tanto de mí aunque fue una casualidad, ha sido mi tormento »
Piensa Jesús mientras Alejandra se va a cuidados intensivos y él va a buscar a Carolina para llevarla a casa.
— Bien prima, vámonos a casa.
— ¿Qué tanto estaban hablando Alejandra y tú? — pregunta Carolina a Jesús mirándolo directamente a los ojos.
— Alguna cosas... Pendientes que teníamos que aclarar, nada de qué preocuparse.
Carolina y Jesús se retiran del hospital y se van directo a casa. Al llegar Carolina cansada se tira al sofá.
— Menos mal que salí de ese hospital, me enferma estar en uno.
— Mañana tendrás que volver Carol — le dijo Miguel sentándose junto a ella en el sofá.
— ¿Mañana? ¿Por qué? — pregunta Carolina a sus primos mientras estos se veían mutuamente.
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