Capítulo #5: Peleas con sangre
— ¿Quieres ser mí novia Carolina?
— ¿Hablas enserio? ¿O sea tú piensas que esto es una telenovela que nos conocemos, unos cuantos encuentros por casualidad y de la nada ya vamos a ser novios? Lamento decirte que no, nos estamos conociendo y tenemos que convivir más para pensar tan siquiera en un noviazgo...
— Lo siento, no quise apresurarme pero tú me gustas en verdad Carolina.
— No te gusto Edward, te atraigo que es algo muy diferente ya que nadie le gusta alguien de un día para otro, sigamos conociéndonos y allí vemos cómo nos va, disculpa pero me tengo que retirar a clases Edward.
Carolina se retira del lugar y se fue directamente a clases, al llegar toma asiento justo al lado de su amiga Alejandra mientras el docente daba la clase.
— ¿Por qué tan feliz?
— No exageres Alejandra, simplemente estoy contenta el día de hoy.
— Ya Carolina dime... ¿Por qué andas tan feliz?
— Es que... ¡Edward me propuso ser su novia!
— ¡No puede ser! ¿Qué le respondiste?
— Le dije que no, eso de conocernos hace poco y ya de una vez de la nada ser novios eso solo pasa en las telenovelas, pero no te niego que el chico me gusta, es de estos hombres que no son ni un fuckboy que todas se mueren por ellos ni un nerd que no sabe ni coquetear... Él es simple y eso me atrae.
Mientras que el docente dictaba la lección del día se da cuenta que Carolina está hablando e interrumpiendo la clase.
— ¡Señorita Taylor! ¡Ponga más atención a la clase! — le reclama el profesor.
— Esta bien señor Houston, disculpe — responde Carolina.
Carolina se queda viendo fijamente al profesor pero con la mente en otro sitio, a los treinta minutos después se acaba la clase y Alejandra junto a ella salen al estacionamiento de la escuela a esperar a su primo que por alguna extraña razón decide hoy ir a buscarla para que no se regrese con su amiga a casa como es costumbre.
— ¡Hey! Súbete tenemos que ir a la clínica...
— ¿Qué? ¿Cómo que a la clínica? - pregunta Carolina.
— Chequeo de rutina Carol... Solo es para chequear como está tu anemia por Dios - replicó Jesús.
— Los acompaño - dice Alejandra.
— No acostumbro traer perras en mí automóvil pero contigo hago una excepción.
— ¡Ya basta Jesús! ¡Basta de tus insultos constantes hacía Alejandra!
Carolina y Alejandra se montan con Jesús para irse directamente al hospital a su primera cita de quimioterapia, al llegar Carolina va a su cita que dura aproximadamente unos treinta minutos o un poco más, al salir bajaron por el estacionamiento.
Carolina ve a su peor pesadilla en persona.
— ¡No puede ser! ¿Qué hace está aquí? Esta si es una verdadera perra Jesús.
— Esto es un lugar libre y puedo estar donde a mí me dé la gana estúpida.
— ¡Aléjate de mí! Ya me has hecho mucho daño.
— Por favor no seas mentirosa.
— ¿Mentirosa? Tú sabes muy bien a lo que me refiero, tú eres la desgracia de mí vida.
— ¿Quién es esta mujer Carolina? ¿Qué te hizo? - preguntó Alejandra.
— Eso lo sabrán des... ¡Perra! - grita Carolina.
Marta saca un cuchillo de punta fina y le roza la pierna a Carolina, esta le responde con unas cuantas cachetadas y ambas empezaron a pelear como si fueran las únicas que están allí, el odio que se tienen es más fuerte que la cordura y la decencia, Jesús angustiado intenta separar a estas dos chicas que están peleando casi a muerte.
— ¡Sepárense! ¡Marta deja a Carolina en paz perra!
— ¡Bien! ¡Me voy! ¡Pero esto no se queda aquí! — dice Marta retirándose del lugar.
— ¿Estás bien? Vamos a casa.
Carolina se sube al carro y los tres se fueron a la casa, al llegar Miguel se para preocupado viendo que la pierna de Carolina está sangrando.
— Mi niña pero... ¿Qué te pasó?
— ¡La desgraciada de Marta me rozó con un cuchillo la pierna!
— Miguel sube con Carolina a su habitación para curarla, yo me quedo hablar algunas cosas en privado muy... Importantes con Jesús — le dice Alejandra a Miguel.
Miguel y Carolina suben a su recámara dejando solos una vez más a Jesús y Alejandra, él se la lleva a la estudio y cierra la puerta para tener completamente privacidad.
— Eres un idiota... No le dijiste la verdad a Carolina y eso te va a costar caro cretino — le dice firme Alejandra a Jesús.
— ¿Qué vas a hacer? Eres solo una perra sin poder.
— ¡Vas a tener que volver a repetir lo de aquella noche! Sino Carolina sabrá toda la verdad y no solo me refiero que sepa su verdadera enfermedad que tiene sino lo otro que sabes que si algún día se lo digo adiós custodia.
— ¡Cállate! ¿Esto es lo que quieres? ¿Ah? ¡Respóndeme! — exclamó Jesús mientras jala fuertemente Alejandra junto a él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro