Al pisar la clínica Jesús empieza a perder el control mientras los enfermeros se llevan a Carolina en una camilla directo a emergencia, él no puede con la desesperación que se le sube por las venas y Edward por alguna razón está muy nervioso porque aunque aún no le gusta al 100% Carolina, él ya la aprecia porque siempre se tropiezan en el mismo sitio.

La tensión se siente en el aire y Alejandra en una esquina sentada llorando a mares porque ella la quiere tanto que no sabe qué hacer si la pierde en algún momento.

— Cálmate por favor Alejandra... No me gusta verte así.

— ¡No puedo calmarme Jesús, no puedo! Mi mejor amiga acaba de entrar en emergencia y tengo miedo de que sea algo grave que le provoco el desmayo en pleno pasillo de nuestro instituto.

Justamente en ese momento el médico sale llamando a la familia.

— Por favor la familia Taylor.

— Sí, aquí estoy... Soy el tutor legal de Carolina - respondió Jesús.

— Venga conmigo, tengo algo que hablar con usted.

Jesús se para de su asiento dejando en la sala de espera a Edward y Alejandra para ir detrás del médico sintiendo un enorme susto.

«Dios mío que mi Carolina no tenga nada por favor, ella es mi vida y mí chiquita, que no sea nada grave sólo un desmayo loco y ya» piensa Jesús mientras entra al consultorio del doctor.

— Siéntese señor Jesús porque lo que le voy a decir es muy grave.

— Ya, hable de una vez doctor... ¿Qué tiene?

— La señorita Carolina tiene cáncer avanzado, le queda poco tiempo y la única forma de que pueda salir viva es someterse a quimioterapia y a una cirugía que es de alto riesgo.

— ¿Qué? ¿Usted me está diciendo que Carolina tiene cáncer?

— Sí, lo más recomendable es que le diga la verdad sobre lo que tiene de todas formas ya está estable, en unos momentos se le da de alta.

— Bien doctor, la espero afuera...

Al salir, Jesús por primera vez en mucho tiempo se sienta a llorar como un niño chiquito porque a pesar de que Carolina y él viven en una sola pelea todo el tiempo, ella es su tesoro más preciado.

— Pero... ¿Qué te pasa Jesús? — con la voz quebrada le pregunta Alejandra.

— Caro... Carolina tiene cáncer... ¿El idiota de Edward dónde está?

— No sé... Cuando quité las manos de mí rostro él ya no estaba... ¿Le piensas decir la verdad a Carolina?

— ¿Qué verdad me tienen que decir?
— réplica Carolina saliendo de la sala de emergencia.

— Nada nada Carolina, nada grave de que te debas de preocupar... ¿Qué te parece si nos vamos a casa? — dice Jesús evadiendo la pregunta de Carolina porque él no es capaz de decirle la verdad.

Agarrando sus cosas Jesús y Carolina se van a la casa, Alejandra va con ellos. Ya es de noche y Carolina decide irse a dormir ya que aún no se siente del todo bien dejando a Alejandra y a Jesús completamente solos.

— Alejandra ya te puedes ir, hoy no estoy de humor para esto... Vete.

— Esta bien, pero dile la verdad o te costará caro Jesús.

— ¿A qué te refieres con eso perra?

— Si hoy no le dices la verdad, lo averiguarás...

Alejandra agarra su mochila y se retira de la casa, Jesús se queda pensativo con eso último que le dice Alejandra pero ya tiene bastante con la noticia de la enfermedad de su prima para poner otro peso en su mente, sube y cuando va a entrar a su habitación Carolina lo llama.

— ¡Hey idiota! Ven aquí un momento.

«Dios trágame seguro va a querer que le diga que tiene, no debí subir todavía»

— ¿Qué pasó niña? ¿No puedes dormir o qué?

— Tú siempre tan estúpido... Pero dime algo Jesús ¿Qué tengo? Dime la verdad.

— Nada... Grave Carolina sólo anemia.

«Que imbécil no se me pudo haber ocurrido una mejor excusa que esa»

— ¿Seguro Jesús? Además... ¿Dónde está Miguel?

— Sí, seguro. Miguel está en casa de su novia la berrinchuda.

Luego de esa plática los dos se van a dormir, al día siguiente como es rutina Carolina se levanta, se asea y se va al colegio, al llegar se encuentra con su amiga Alejandra.

— ¡Hola! ¿Cómo tomaste la noticia de lo que tienes?

— Bien Alejandra, sólo es anemia, creí que era algo peor.

— Ah... Si...anemia — dice pensativa Alejandra.

«Ese cretino no dijo la verdad a Carol... Esto le va a costar caro» piensa Alejandra.

— ¡Hola chicas! — Exclama Edward- ¿Me podrás dejar a solas con Carolina un momento Alejandra?

— Claro.

— Tengo algo muy importante que decirte y es necesario que lo sepas ahorita antes de que sea peor...

— ¿Qué pasa Edward?