Al abrir la puerta se encuentra con la sorpresa de que no hay nadie, cierra la puerta y se dirige nuevamente a su dormitorio, al llegar tiene un mensaje de texto en su móvil ella sin aguantar más la incertidumbre de quién le ha mandado ese y el anterior mensaje días atrás agarra el celular para contestarle al número desconocido.

— ¿Se puede saber quién eres? - responde Carolina.

— ¿Ahora no recuerdas a tus viejas amigas...? ¡Soy Marta, estúpida!

— ¡Desgraciada eres tú! ¡Ya no me molestes más, no quiero saber más nada de ti! ¡No me escribas más! ¡Adiós!

Carolina se pone tan nerviosa con ese mensaje que decide tomar unas pastillas para dormir. Al día siguiente despierta y ve un horrible escrito en la ventana e inmediatamente llama a su primo Jesús.

— ¡Jesús! ¡Ven acá ya!

— ¿Qué pasó? — le pregunta Jesús a Carolina.

— Mira la ventana.

— Pero... ¿Quién pudo haber hecho esto tan espantoso?

— No sé... Quizás fue la desgraciada de Marta, digo yo.

— ¿Quién es esa tal Marta?

— Una vieja "amiga de la infancia" como la odio.

— ¡Vístete ya! Vamos a la casa de la perra esa.

— Si claro genio y... ¿Sabes dónde vive? Obvio que no idiota. Déjame vestirme para bajar a comer.

Jesús sale del cuarto de Carolina para dejar que ella se vista, se cepille. Al bajar aún se le notaba la rabia que tiene tanto que Miguel le pregunta qué le pasaba.

— ¿Por qué estás molesta Carol? ¿El idiota de Jesús te hizo algo?

— Esta vez no es culpa de Jesús... Es culpa de la desgraciada de Marta y no me preguntes quién es Miguel porque tú sabes quién es perfectamente y... Ya se me quitaron las ganas de desayunar, me voy al liceo, cuídense.

Ella sale toda enfurecida pero se encuentra con su amiga Alejandra y se van juntas al instituto. Al llegar Alejandra tuvo que desviarse al baño dejando a Carolina sola caminando hasta el salón y en el trayecto se topa con Edward.

— Chico... Ya se está haciendo costumbre encontrarnos — dice Carolina sonrojada y un poco sonriente.

— Si vale... ¿Cómo has estado preciosa? ¿Tú primo ya no me odia? — responde Edward con una gran sonrisa en su rostro.

— Estoy bi...

— ¿Estás bien?

— Si... Estoy bi...

Carolina estaba tratando de decirle a Edward que todo está bien pero de un momento a otro se desmaya.

— ¡Ayuda! ¡Ayuda!

Edward empieza a gritar como loco de la desesperación y Alejandra al salir del baño escucha los gritos de él e inmediatamente se acerca al lugar.

— Pe... Pero ¿Qué pasó? Carol despierta — dice Alejandra casi llorando al ver a Carolina desmayada en el suelo.

— Se desmayó ¿No estás viendo? Hay que llamar alguien no sé... — le responde Edward a Alejandra con un tono de voz entrecortada.

— ¡Ya sé! ¡Voy a llamar a su primo mayor! ¡Edward tranquilízate!

Alejandra con lágrimas en los ojos llama a Jesús para darle la noticia, este empieza a gritar de la preocupación, le dice que se quede allí junto a Carolina que enseguida iba con una ambulancia hasta el lugar.

A los diez minutos después se aparece una ambulancia y en su interior se encuentra Jesús con los ojos hinchados de tanto llorar, suben en una camilla a Carolina y Edward decide subirse junto con ellos hasta llegar al hospital más cercano del lugar.