— La paciente Carolina Taylor se ha salvado, la operación fue un éxito.

— ¡No puede ser! ¿Puedo ir a verla doctor? — responde emocionado Edward.

— La chica aún está dormida por efecto de la anestesia, dejémosla descansar por hoy. Mañana podrán pasar a su habitación, felicidades.

La noche es larga, a todos le permitieron quedarse en la sala de espera, duraron horas hablando hasta que el sueño los vence hasta el día siguiente. Un ruido de gente se hizo presente y Jesús es el primero en levantarse percatándose que ya es de día. Sin esperar más fue al consultorio donde le dicen en qué habitación esta Carolina.

— ¡Hey! Esta despierta, ¿te sientes bien?

— Si, no puedo creer que estoy viva

Carolina en la cama aún sin poder asimilar que ha logrado vencer al cáncer, que todos sus problemas habían terminado. Ambos primos se quedan charlando un poco y a los diez minutos después enfermeros entran al traerle el desayuno a la paciente.

— Me estoy muriendo del hambre, gracias — dice Carolina a los enfermeros mientras se acomoda para comer.

— ¡Hola! — dice Miguel y lo demás al entrar a la habitación.

Ese día fue el más hermoso para Carolina, su vida había vuelto a su curso y orgullosamente logra vencer a la enfermedad.

Dos meses después.

— ¡Carolina! — grita Jesús desde abajo.

— Ya estoy terminando de arreglarme, cálmate que estoy nerviosa.

— ¡Apúrate vamos tarde! Hoy es tu graduación y no queremos llegar en pleno acto — responde Miguel apurado.

La graduación de Carolina ha llegado y todos en la casa están ansiosos. Luego de que se terminaron de alistar se fueron en el automóvil de Alex que amablemente se ofrece días atrás llevarlos. Al llegar, Carolina ve a Edward muy elegante que la estaba esperando, era su segundo mes también de novios y se van agarrados de la mano a esperar que al fin la ceremonia empezara.

Jesús y Miguel se van a sentar en sus lugares emocionados porque su prima menor al fin se va a graduar de bachiller.

— Este día es perfecto, al fin nuestras vidas están como se debe — le dice Carolina a Edward.

— ¡Cuidado!

Grita fuertemente Edward al ver un encapuchado entrar y se le monta encima evitando una tragedia. Al quitarle la capucha todo el lugar se queda en silencio, nadie se podía imaginar quién era.

— ¿Tú? ¡Dime que no es cierto! - dice Carolina.