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Capítulo #1: El inicio

— Cálmate por favor Alejandra... No me gusta verte así.

— ¡No puedo calmarme Jesús, no puedo! Mi mejor amiga acaba de entrar en emergencia y tengo miedo de que sea algo grave que le provoco el desmayo en pleno pasillo de nuestro instituto.

Diez días antes...

El viento hace de las suyas mientras que las ruidosas cornetas de los vehículos no dejan de chingar en mis oídos, simplemente me aturden a veces y ¿mis padres? Muertos de una forma que nunca entendí y solo se la versión de mi primo mayor Jesús que si no les importa no diré ahorita.

Digamos que vivo tranquila junto a Jesús y Miguel que es mi otro primo, salgo con mi mejor amiga además de asistir a la secundaria, vida simple para una chica como yo.

— ¡Carolina! — grita con furia Jesús.

«Estoy harta de Jesús, siempre tan imbécil» piensa Carolina mientras baja a la sala.

— Señor gruñón tendrá que esperar, está sonando mi móvil.

— ¡¿Quién carajos te está llamando a esta hora?!

— Lo sabré contestando. — responde mientras sube nuevamente a su alcoba.

« ¿Quién me puede estar llamando a esta hora? » pensó un segundo antes de contestar.

En la llamada.

— Nos vemos pronto :).

— Al...

Fin de la llamada.

Carolina impactada por esa rara llamada, no pudo reconocer la voz, seguro es alguien que la conoce aunque cuando ella trata de hablar, la persona del otro lado de la línea finaliza la llamada.

— ¡Hey! ¿Qué pasa Carol?

— Miguel, no sé quién me llamo y no pude reconocer la voz pero sonaba con un poco de rencor hacia a mí.

— No te preocupes por eso, fue de seguro una de esas llamadas de broma. — suelta una carcajada — mejor descansa, mañana es otro día.

— Pero... ¿Jesús no quería hablar conmigo sobre algo?

— No, solo es para fastidiarte, ya sabes cómo es el. Descansa Carol.

Miguel cierra la puerta del cuarto de Carolina, ella abre su closet para buscar un pijama, ponérsela y descansar. A pesar de que demoro en dormirse pensando en esa llamada un poco perturbadora para su gusto, al final consigue dormir.

En la mañana siguiente, a las siete de la mañana, hora común que ella se levanta para ir al liceo, se ducha, viste y baja a desayunar con sus primos.

— Buenos días a todos ¿Cómo amanecieron? — dice Carolina a sus primos mientras se sentaba en la mesa.

— ¡Bien, esperándote! ¡¿No pensabas bajar o qué?! — dice Jesús casi gritando.

— ¿Sabes qué? Ya no quiero comer, te dejo Miguel, con el señor bravucón — dice Carolina parándose de la mesa para irse de la casa al instituto.

La muchacha agarra sus pertinencias y se retira del lugar. Fue a la casa de Alejandra (quien además de su mejor amiga es su vecina) para así poder irse juntas al instituto tal cual como acostumbran hacer todas las mañanas.

— Ho... - Carolina tiene un mareo leve.

— ¿Estas bien?

— Si, tranquila Ale, de seguro es por el mal desayuno, vamos al instituto.

Caminaron por diez minutos hasta llegar al liceo, Carolina ve a un chico pero como ella no está pendiente de esas cosas simplemente sigue caminando junto a su amiga Alejandra. Al parecer el chico nunca ella lo ha visto en el lugar que estudia y este se acerca amablemente hacia ella.

— Hola, ¿Cómo te llamas? — dice el chico mirando fijamente a Carolina.

— ¡Hola! Carolina, ¿Y tú?

— Mi nombre es Edward, mucho gusto Carolina.

— Lo mismo digo, te presento a Alejandra, es mi mejor amiga.

— Mucho gusto Alejandra. — dice Edward con un amistoso apretón de manos.

Después que Carolina se presenta con aquel chico, Alejandra y ella entran a clases. No es un secreto que Carolina odia las clases de matemáticas y fueron unas largas dos horas de ello.

Al culminar la clase ambas se van devuelta a sus casas sin pensar que Edward está esperándolas afuera del instituto (por alguna razón logra llegar rápido a la entrada).

— ¿Les molestaría que las acompañara? — pregunta Edward a las chicas mientras no deja de mirar a Carolina.

— No, claro que puedes venir con nosotras. — responde Alejandra por Carolina.

Los tres se van caminando hasta sus casas, casualmente Edward vive en una cuadra adelante por lo tanto se queda atrás antes que ellas. Carolina le parece bonito el chico, aunque está feliz no se da ilusiones tan rápido. Al entrar Alejandra a su casa (luego de despedirse de ella) entra contenta a su hogar.

— Hola chicos ¿Me extrañaron?

— No, ¡para nada! — exclama Jesús.

— No le hagas caso, es un idiota — le dice Miguel a Carolina.

— Sí, ya sé que es un completo idiota, Miguel.

— A ver, mejor cuéntanos... ¿Por qué tan feliz? — pregunta Miguel.

— ¡Conocí a un chico! Está bonito y no es creído.

— ¿Quién? ¿Cómo se llama? ¿Te gusta? — pregunta Jesús intrigado.

— Es un chico de mi escuela, se llama Edward, Jesús, me llama la atención y por supuesto que aún no me gusta, me atrae, ya no me molestes con tus celos tóxicos, mejor me voy a mí dormitorio porque tengo tareas que hacer.

Son las tres de la tarde, ella con mil deberes de la escuela por hacer, está en las semanas finales, se dedica a ejecutarlos hasta terminarlos.

Pasaron las horas hasta que los culmina. Sin darse cuenta ya ha caído la noche, está cansada; baja a cenar algo ligero para luego despedirse de sus dos primos mayores, sube, entra nuevamente a su cuarto para ponerse su pijama para adormilarse.

Al día siguiente Carolina se despierta, seguidamente chequea su celular, esta vez hay un mensaje de un número desconocido pero decide no contestar parándose de su cama, se ducha, desayuna para luego despedirse de sus primos con un poco de prisa porque ya va tarde al instituto. Al llegar a la escuela toda azorada, tropieza con Edward y cae al suelo.

— ¿Estás bien?

— Sí, estoy bien, gracias. — dice Carolina a Edward mientras se paraba.

— ¿Por qué tan apurada?

— Porque voy tarde.

— Pero... faltan diez minutos aún, a propósito... ¿Por qué no me contestaste el mensaje?

— Entonces es mi celular que... Ya va espérate un momento... ¿Tú eres el número desconocido? ¿Cómo tienes mí número?

— Alejandra me lo dio, yo se lo pedí... bueno registrarme ¿sí?, nos vemos − dice Edward yéndose con sus amigos.

«Bien es él pero... ¿Quién es el que me hizo esa perturbadora llamada de "Nos vemos pronto :)"? imposible que sea él, son números distintos» pensó Carolina.

Después de pasar diez minutos Carolina entra a clases y se sienta al lado de Alejandra, quien con molestia la ve ya que la ha dejado embarcada (siempre se molesta con ella cuando se va por su cuenta al instituto) y sin darse cuenta voltea y tiene detrás de ella a una persona que le parece muy familiar.

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