Capítulo 4 - Extraño Interés
Adam
Escuché unos suaves susurros en mi oído, y luego como una mano rozaba mi mejilla, por lo que apareció un nombre en mi cabeza.
—¿Lara? — Pregunté imaginando su rostro.
—¡Por Dios! — Exclamó Connor atrayéndome a la realidad — Solo me bastó con eso para que tuvieras una fantasía sexual, me sorprendes hermanito — Una gran carcajada salió de su boca — Ahora muévete porque la próxima vez vengo con una bolsa de hielo.
—No puedo creer que me haya ido un año y aún sigas siendo el mismo imbécil — Me levanté para vengarme pero un fuerte mareo por la rapidez en que lo hice me invadió.
—Deja tus delirios pre menstruales que vamos a llegar tarde — Antes de que pudiera reclamar, ya había desaparecido.
Cuando observé el reloj, me di cuenta que en efecto íbamos a llegar tarde justo el primer día, por lo que a paso apresurado me di un baño y en tan solo 5 minutos ya estaba en la primera planta encontrándome con mi hermano comiendo una manzana.
—Desayunamos en el comedor — Exclamó tomando las llaves de su auto, así que me limité a seguirlo — ¿Qué haces?, no te vas a ir conmigo.
—¿Esperas que me vaya caminando?.
—No, por algo tienes tú transporte — Dijo incrédulo, y de repente me lanzó unas llaves.
Cuando gané una competencia de natación estatal, el dinero lo invertí en una motocicleta que había querido desde hace mucho tiempo, solo que alguien, una noche, supuse que estaba alcoholizado, porque no veía razones para que una persona con todos sus sentidos, tomara la decisión de destruirla hasta el punto de dejarla irreparable, así que todos mis ahorros se habían perdido. Pero las llaves que me había tirado Connor, eran de una muchísimo mejor que la que tenía, y no pude disimular mi sorpresa al verla justo al lado del Audi de él.
—¿Cómo es que...
—Tomamos la decisión de reponer lo de hace un año — Me interrumpió — Así que disfrútala que esta es de las pocas Ducati de esa edición — Se acercó para abrazarme — Sí llegas a rechazarla te mato — Ambos sonreímos antes de que cada uno emprendiera el camino a la universidad, donde claro, ya íbamos demasiado tarde.
La brisa y la velocidad en la que íbamos era increíble, siempre fui amante de esa sensación de vértigo, pues me recordaban mucho a ese niño que amaba subirse a un tejado para admirar las estrellas.
Cuando llegamos, llamamos la atención de algunos presentes, ya que al frenar abruptamente los dos vehículos casi al mismo tiempo, Connor y yo parecíamos estar en una de esas películas de Rápidos y furiosos.
El tipo de miradas que obtuvimos, él las amaba, lo conocía tanto como para saber que le gustaba ser el centro de atención, entonces solo hasta ese momento entendí porqué quería que compitiéramos en el camino. Amábamos las carreras, siempre íbamos a las de fórmula 1, por lo que teníamos cierta habilidad al manejar, tanto que utilizábamos una vía alterna hacia la universidad, que casi no era transitada para subir un poco la velocidad.
—Después me agradecerás por la buena presentación que te di — Dijo en mi oído.
—No somos las Mean Girls — Exclamé retirándome el casco.
Entre risas y coqueteos por parte de Connor, subimos las extensas escaleras para luego empujar una puerta de cristal que nos presentó un panorama de estudiantes apurados en cada pasillo donde una que otra mirada se dirigía hacia mí.
—Tienes que ir a la oficina del director general, nos vemos después idiota — Se despidió, nos sin antes guiñarme un ojo para luego atravesar el lugar flirteando con toda mujer que se le acercara.
Müller era una universidad inmensa, así que me tardé un tiempo en encontrar la oficina a la que se había referido Connor, pues en esta, una joven mujer, que supuse era la secretaria, me acercó hacia la lujosa oficina que se encontraba cerca de los campos de fútbol americano, y donde en un extenso escritorio, estaba un hombre mayor que daba el aspecto de ejecutivo con su traje negro completamente impecable.
—Bienvenido — Dijo levantándose — Lo he estado esperando desde hace un rato señor Johnson.
—Sí, lo que pasa es que había mucho tráfico, ya sabe cómo es Miami — Exclamé intentado parecer apenado.
—Su hermano Connor ha sido un estudiante ejemplar en esta institución, y nada que decir de su padre, la verdad es un honor que también sea parte de esta comunidad, como director es realmente admirable su desempeño en Italia y en el instituto al que asistió — De una carpeta sacó diversos documentos — Aquí están todos los horarios, también me comentaron que es un gran deportista en el área de natación, así que me adelanté y ya está ingresado en el equipo de la universidad.
—Muchas gracias — Dije sorprendido — No esperaba que tuviera todo eso en cuenta.
—Soy muy amigo de tu padre — Sonrió — Así que obvio te tendré en cuenta, sí necesitas algo, puedes venir a mi oficina, sin más, creo que acaban de comenzar su primera clase.
Me despedí al instante en que comencé a buscar el área a la que debía dirigirme, al parecer ya todo estaba por completo organizado, así que luego de caminar un rato, me adentré en un gran espacio que tenía una pantalla audio visual que mostraba "Inducción".
Nadie se había dado cuenta de mi presencia, por lo que me acerqué lentamente hacia el profesor que estaba de espaldas, y este al verme, solo señaló uno de los lugares en los que podría ubicarme para como sí nada, continuar con su explicación. Las miradas no pasaban desapercibidas, y todas las atribuí al extraño experimento social que Connor había creado en la universidad.
—Para mi es un placer presentarme — Habló el profesor — Mi nombre es Leonel, soy economista, y poseo varios doctorados, pero el día de hoy vengo en reemplazo al que realmente debería estar dándoles esta introducción, pero por desgracia, mi colega está enfermo, así que tomaré su lugar para explicarles de qué va todo esto — Suspiró — Tanto para las carreras de economía como derecho, seré su profesor, aunque claro en distintos aspectos como entenderán, pero comenzaré por... — Unos golpes en la puerta interrumpieron su discurso, por lo que este se dirigió hacia ella para abrirla y revelar a una chica.
—Disculpe profesor, es que tuve un problema y no pude llegar a tiempo — Habló nerviosa ante la atención del auditorio hacia ella.
—Verá señorita, no sé sí sabe que en esta universidad exigimos la puntualidad, no por algo somos una de las mejores — Se apartó para que ella a paso apresurado, se sentara en el primer puesto libre que encontró — Esta será la última vez que admito algo así en mis clases.
Luego de un silencio, él continuó con su monólogo, mientras que mi atención estaba puesta en la chica que había llegado tarde, porque algo en ella se me hacía extrañamente familiar, y lo comprobé cuando su mirada se concentró en mi, quizás sintió la intensidad con que la observaba, pero esos ojos azules me llevaron a recordar a esa niña de la que me había enamorado hace ya muchos años atrás, por lo que cierta sensación de tristeza me invadió.
La intenté buscar cuando tuve la oportunidad, pero no lo logré, había muchas mujeres con su nombre, y a pesar de que hice lo posible no rendirme, fue imposible continuar.
Cuando comenzó el receso, caminé hacia el comedor que antes mencionó Connor, pues no tuve tiempo para comer algo por lo tarde que íbamos y mi hambre había comenzado a fastidiarme, pero en el momento en que atravesé las puertas la misma chica se acercó a mi.
—Oye...Se te quedó esto — Dijo ofreciéndome un cuaderno de notas.
—Joder — Susurré — Gracias — Sonreí a lo que ella mantuvo su azulada mirada, por lo que me sentí incómodo así que tomé el cuaderno y salí del lugar.
Mientras pensaba en el momento extraño que había tenido, llegué donde Connor me indicó por mensaje, mi sorpresa fue grande al ver la extensa zona de comedores en el lugar, donde él, levantó su brazo para llevarme al lugar donde se encontraba.
—Hermanito — Puse mis ojos en blanco ante su falsa ternura — Te presento a Caín y Dereck. — Dijo señalando a dos chicos que lo acompañaban.
De alguna manera, eran distintos, ya que clasificándolos en los estereotipos de un grupo de amigos, comenzando por Caín, daba la apariencia de ser el más estudioso de todos ya que estaba concentrado en su portátil, y contrario a lo que alguien se imaginaría de ese tipo de estudiantes cerebritos, llevaba un tatuaje justo debajo de su oreja, además de un pendiente en la ceja. Por otro lado Dereck, se parecía mucho más a Connor, con el típico aire de chico malo, pero este de alguna manera daba la sensación de ser menos sociable que mi hermano, hasta parecía estar perdido en sus pensamientos.
—Con que este es tu hermano... — Dijo Caín inspeccionándome — Es muy distinto a como lo imaginaba. ¿Eres igual de troglodita que él? — Preguntó sonriendo
—No me jodas — Lo empujó Connor — Ignóralo, ya sabes que somos los celos de todos aquí.
—Ya quisieras — Dije hablando por primera vez. — No entiendo como lo soportas, ¿En serio son amigos?
—Un gran trabajo, pero ya sabes, luego te acostumbras — Sonreí ante la mirada de diversión de él y la molestia en Connor.
—Por lo menos Dereck me ama — Respondió ubicando la mano en el hombro del otro que hasta ese momento no había emitido ni una sola palabra. — ¿Sabías que somos todos unos fuckboys?
—Lo que pienso yo es no seguir escuchando esto — Se levantó para salir y robarse las miradas de todas las jóvenes, porque claro, eso que tanto le gustaba alardear era cierto, sea lo que sea los tres llamaban la atención de muchas.
Había algo en la mirada de Connor que me sorprendió, sí bien era cierto, él era de lo que se preocupaban por lo demás, pero se palpaba la preocupación en su rostro, de alguna manera la mirada que compartió con su amigo, me dijo que quizás algo no estaba bien.
—Creo que volvió a eso — Suspiró — ¿Qué vamos a hacer Caín?, yo lo he intentado todo...
—Quizás no — El tono que antes había empleado este, ahora ya no tenía ningún ápice de diversión — ¿Sabes que sigue con Alissa?, no entiendo muy bien esa relación, pero es de lo más rara.
—Pensé que ya había terminado su juego...
No entendía nada de lo que hablaban, por lo que con la excusa de ir al baño me levanté para salir del lugar, y mientras caminaba por los ajetreados pasillos, a lo lejos observé a la misma chica con la que me había topado en la clase de inducción, aunque esta vez no estaba sola, pues para mi sorpresa, Dereck la acompañaba.
La duda de si ella era la chica de la que antes hablaban se implantó en mi cabeza, y no solo eso, ya que al acercarme, pude notar que estaban compartiendo un porro, lo que de alguna manera explicaba la actitud relajada que él llevaba, muy diferente a la postura tensa que tenía en el comedor, y en ella, no entendía mi extraño interés, porque algo sí estaba seguro, ella me recordaba a Lara, sus ojos azules, cuando los vi de cerca, solo me recordaron esa chica que tanto amé...
La culpa de mataba, el hecho de que no logré encontrarla me pesaba, así que mientras me dirigí hacia el amplio campus universitario, mis pensamientos se reducían a una pregunta.
¿Dónde estarás ojos bonitos?
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