Alissa

Los días pasaron como sí de un infierno se tratara, la verdad es que llamé a Adam repetidas veces porque la necesidad de aclarar mi error me perseguía a cada minuto, pero sí era sincera, había también preocupación pues para ese momento ya no estábamos hablando de cualquier persona, era Matt, y al parecer uno que desconocía las razones reales por las que había hecho eso.

Maldito Connor...

No era mí intención que las cosas llegaran hasta ese punto, y ahora que estaba traspasando las puertas el campus universitario sentí el peso de mí ansiedad, esa que deseaba por fin confesarle quien era yo, que deseaba con todas sus fuerzas que me aceptara, que me perdonara, y aunque quisiera no admitirlo, que ese amor que alguna vez sintió por mí siguiera presente.

—Señorita Davis — Exclamó la secretaria a mí lado, cosa que me sorprendió pues había sido ignorante a su presencia. — La he estado llamando pero veo que se encontraba distraída.

—Disculpa, es que tengo un examen y estaba pensando en eso — Sonreí falsamente.

—Verás el director te necesita de forma urgente en su despacho, así que sígueme — Sin darme tiempo a replicar, dio media vuelta para continuar con su acelerado paso.

Sí bien no era un ángel, hasta ese momento no se me ocurría nada que llamara la atención del director para reprenderme, y lo último medio válido seria haber fumado un poco de marihuana en los basureros con Ascher, pero estaba segura que nadie nos había visto.

La secretaria se detuvo en la puerta donde se limitó a empujarme dentro de la oficina y cerrarla a mis espaldas.

—Buenos días señorita Davis — Saludó el director Dante — Verás te llamo de esta forma tan improvisada porque quiero hablarte de un tema importante.

—Sí no hay problema — Dije tranquila a pesar de que los nervios estaban por todo mí cuerpo.

—Soy consciente de que eres la pareja sentimental del chico Walker — Cuando hizo la mención de Ascher, la imagen de los dos fumando volvió a mi mente — Para nadie es un secreto que tiene cierta tendencia a consumir ciertos alucinógenos, y aunque he intentado varias veces hablar con él debido a que sus padres se encuentran en el exterior, todo ha sido en vano, y siéndole sincero como medida extrema, tú eres mi última oportunidad antes de tomar la decisión que el consejo a propuesto desde hace ya mucho tiempo.

—Que es la expulsión — Afirmé para su sorpresa, pero no era ciega, sí bien yo he tenido cierto control, Ascher es el ser más despreocupado que conozco ya que se ha inyectado en clases y un día casi enfrente del director, cosa que a pesar de mis advertencias, él ignora, y siempre había estado en mí cabeza la posibilidad de que pasara esto así que por más cruel que fuera, no era una sorpresa para mí.

—En efecto — Dio un largo suspiro antes de continuar — Necesito que me ayude a detenerlo, le prometí a su madre que lo cuidaría pero he fallado y de qué manera... — Su mirada se centró en el gran ventanal donde las canchas de tenis estaban ocupados por distintos estudiantes y en una de ellas había un partido de parejas. — Ustedes me recuerdan a mí juventud. No está bien pero te confesaré que alguna vez también me sentí atraído por esa bella sensación en la que todo a mi alrededor desaparecía, en la que mis problemas dejaban de tener sentido, en la que mi vida era más sencilla — Una triste sonrisa se reflejó en su rostro — Pero vaya que estaba muy equivocado, y ahora solo quiero evitar que ustedes dos se hundan en ese oscuro mundo del que muy pocos logran salir.

Nos sumimos en un silencio donde sus palabras se repetían en mi mente generando una gran sorpresa, pues nunca antes alguien se había referido a las drogas de una manera comprensiva pero a la misma vez generando una advertencia.

—No tiene que decirme nada señorita Davis, solo analice mis palabras y espero que se pueda hacer algo para salvarlo — Intenté despedirme pero una llamada llegó transformándolo de nuevo en el director de la universidad, así que solo con un "hasta luego" me alejé de su oficina con mí cabeza hecha un desastre.

Como sí lo hubiera llamado con el pensamiento, en los pasillos me junté con Ascher y aunque este me ignoraba, lo seguí hasta el basurero donde indiferente a mí presencia encendió un cigarrillo.

—Ascher necesito hablar contigo — Dije llamando por fin su atención.

—Te escucho — Su tono despreocupado era tan irritante que tuve que dar una pausa para no gritarle.

—El director ya sabe lo que hacemos — Me detuve para ver sí reaccionaba pero aún continuaba con su rostro impasible — Tienes que parar Ascher, la próxima vez te van a expulsar de la universidad.

—¿Terminaste? — Se retiró el cigarro de su boca para dejar el humo siendo expulsado de sus pulmones justo en mi rostro.

—No puedo creer que te importe tan poco — Una pequeña sonrisa se formó en sus labios

— Era algo que iba a pasar tarde o temprano, así que lo único es alistar mis pocas pertenencias y largarme de este lugar — Pensaba irse pero lo detuve con un fuerte agarre en su hombro.

—Ascher, me preocupas, esto podemos solucionarlo, he visto buenos lugares para...

—Alissa — Me interrumpió — No te mientas a ti misma, lo único que te preocupa es la culpa que puedas llegar a sentir, pero no te preocupes, estoy seguro que Johnson te ayudará con eso. — Dejándome sin palabras, se limitó a tirar el cigarro y desparecer entre los estudiantes.

La impotencia me permitió gritar llamando la atención de las pocas personas que pasaban por ahí, pero lo necesitaba, era increíble como todo se había salido de mis manos y al parecer estaba siendo una completa inútil en remediarlo.

Luego de intentar calmarme, las campanas sonaron indicando el inicio de mí clase y aunque tuviera pocas energías, no podía darme el lujo de faltar.

***

La mañana pasó de una forma normal, tenía la suerte de que el día de hoy mis clases no fueran tan pesadas, y cuando tuve un receso, me concentré en buscar a Adam, la verdad era que deseaba con mis fuerzas que por lo menos esto saliera bien, él no podía odiarme.

Me dirigí a lo que supuse era la zona de su carrera y a lo lejos pude reconocerlo hablando con Liam, así que a paso lento me acerqué intentando recitar las palabras que había pensado ya por muchos días. Cuando los dos se dieron cuenta de mi presencia, Adam tomó una expresión seria, mientras Liam se despidió amablemente y se alejó del lugar dejándonos solos.

—Hola — Dije sentándome al frente de él.

—Hola — Evitaba mirarme y a pesar de que lo odiara, sabría que no podría hablar si me miraba a los ojos.

—Primero que todo quería pedirte perdón por todo lo que pasó ese día y lo que le dije a Connor, sí te soy sincera la rabia me dominó y dije cosas estúpidas — Lo observé por un momento para grabarme cada facción de su cara por sí sería la última vez que estaría tan cerca de él — Tuve una razón importante para hacer lo que hice... — Intenté que las palabras salieran de mi boca pero al parecer estaba siendo más difícil de lo que pensé para mí.

—No importa, solo olvídalo — Dijo luego de un largo silencio, y solo cuando se levantó dispuesto a irse, fue que me atreví a dejar mi cobardía a un lado.

—Quería saber sí eras él... — Mi voz era apenas audible, pero Adam pudo escucharme pues se quedó estático y con expresión confundida.

—¿Sí era quien?

—Sí eras Matt — En el momento en que de mi boca salió su nombre, fue como sí el mundo tomara un papel secundario y solo nosotros estuviéramos protagonizando un papel importante, pues el rostro de Adam se contrajo a un nivel de perplejidad que mis nervios aumentaron.

—Lara...

******