Capítulo 19 - Amore Mio
Adam
La luna estaba a punto de ocultarse cuando salí de la casa de Enzo y el lugar donde me hospedé por un año. El frío de la noche se calaba por mis huesos a pesar de llevar un gran abrigo en consecuencia del clima según me advirtió el pronóstico en mi teléfono.
A pesar de ya algunos meses sin recorrer estas calles, era sorprendente como aún lograba ubicarme mucho mejor que en Miami, así que poco a poco me acerqué al espacio donde algunas horas antes me habían enviado para un encuentro. Estaba mal hacer esto a las espaldas de mí mejor amigo, pero la verdad es que uno de los acuerdos era que fuera solo, y sí podía ayudar para el caso de Piero, fue algo que no dudé ni un segundo.
—È un piacere rivederti — Es un placer volver a verte. Dijo Francesca al sentarse a mi lado en el lejano parque de la ciudad.
—¿Por qué me citaste? — Pregunté sin rodeos — ¿Cómo sabes que estoy aquí?
—Los chismes vuelan Adam, y como no tuve la oportunidad de hablar contigo antes de que te fueras pensé que sería mi mejor opción hacerlo ahora — Sacó un cigarro para luego encenderlo llevándolo a su boca— Y respondiendo a tú otra pregunta, sé que Enzo está siendo investigado luego de la aparición de ese misterioso testigo para el caso de Piero — Una gran nube de humo salió de sus labios donde al ver que la observaba me ofreció a lo que me negué — Ese testigo es falso Adam, el padre de Piero está tan desesperado por hacerle pagar a alguien y ocultar que su hijo era un violador de mierda que hasta ha pagado a uno de los que estuvieron en esa fiesta para testificar a su favor.
—¿Y cómo es que tú lo sabes? — Sí bien descubrir esto era una esperanza, en un pasado tuve cierta relación extraña e intensa con Francesca y quizás esto solo sea una estrategia para molestarme.
—Porque a la persona a la que le pagó fue a mí — La sorpresa me invadió en ese momento hasta el punto de alejarme de ella.
—¿Cómo es que te dejas comprar por el imbécil de Bernardo? — La indignación estaba hasta tal punto que provocaba cierto descontrol de mi parte — ¿Por qué me lo dices?, ¿Qué ganas tú con esto?, sabes que podría ir a denunciarte.
—Necesitaba el dinero ya que como sabes estoy intentado sortear mi carrera, además no tenía sentido perder tal oportunidad solo por no querer dañar a Enzo — Se levantó para acortar la distancia entre nosotros — Pero ayer en el aeropuerto — Humedeció sus labios llevando mí atención a ellos de nuevo antes de continuar— No sé sí recuerdas que trabajo en uno de los restaurantes de ahí, mi sorpresa fue grande al verte con él llegar — Su mirada se concentró en mi boca para luego subir a mis ojos — Aún te sigo queriendo Adam. Y sí esta es la única forma de enmendar mis errores del pasado, ayudaré a tú amigo.
—No sé que decirte Francesca — Una de sus manos se mantuvo en mi mejilla.
—Confía en mí Adam, por todo lo que vivimos y el cariño que te tengo — Susurró más cerca de mí. — Dame la oportunidad...
— Siempre serás una parte especial de mi vida — Respondí intentando mantener mi compostura — Y sí bien lo que hiciste me costó perdonarlo, estoy seguro que podremos construir una relación mucho mejor — Me acerqué para rozar su boca con mis labios — Los dos nos hacíamos daño....Pero sea lo que sea, el simple hecho de hacer esto por arreglarlo ya es mucho.
—Non sarà mai abbastanza — Nunca será suficiente. Susurró para luego estampar sus labios en los míos.
El ritmo era suave, pues ella era una chica que de alguna u otra forma había marcado mi vida, y este beso se sentía como una despedida hasta el punto de que me di la oportunidad saborear cada parte de su boca. Mi lengua se aventuró para rozar su labio superior a lo que ella respondió con un suave gemido.
—Dile a Enzo que presente esto en el juicio — Susurró agitada al separarnos — Es una grabación donde Bernardo afirma que me pagará por hablar en contra de tú amigo y desmentir eso de la violación — Una pequeña sonrisa se formó en su boca — Para ese momento ya estaré en Roma iniciando la universidad.
—¿Pero no se supone debes testificar?
—Lo hice en un video que mi abogado mostrará ese día. — Nos quedamos unos segundos intentado calmar nuestras respiraciones.
—É stato un piacere incontrarti — Ha sido un placer conocerte. Exclamé cuando me alejé para retomar ya el camino a la casa antes de que Enzo notara mi ausencia.
—Ci rivedremo amore mio — Nos volveremos a ver amor mío. Dijo antes de dar medio vuelta y emprender hacia la dirección contraria donde estaba.
*
La semana había pasado de una forma rápida, luego de mi conversación con Francesca me enfrenté a las miles de preguntas de Enzo y Bianca sobre cómo conseguí tal evidencia, pero una parte de mí no quería ir gritando a los cuatro vientos la gran ayuda que mi exnovia fue para mí, pues sería claro cómo todos se lanzarían sobre ella por aceptar el pago de Bernardo, así que solo me limité a dejarla como un anónimo.
El juicio era hoy por lo que los nervios de todos estaban a tope, así que mientras íbamos en la camioneta de Enzo, este no paraba de mover su pierna en signo de nerviosismo y solo cuando le pedí que se detuviera porque ya habíamos llegado al juzgado fue que volvió de su burbuja de intranquilidad.
—Con las pruebas que tenemos será más que suficiente ya lo verás — Dije en un intento de apaciguar su ansiedad a lo que este se limitó a asentir y bajar del auto.
Al llegar a la sala pocas personas estaban presentes, algo que de alguna manera me pareció mucho más cómodo, aunque mi tranquilidad desapareció al ver a la familia de Enzo sentada en la primera fila. Entre ellos estaban los padres y su hermano, el cuál me dirigió una larga mirada antes de enfocarse en otra cosa.
Mientras el juez hablaba, yo solo me limité en controlar mi respiración porque sabia que Enzo estaba sereno gracias a mi falsa máscara de calma, por lo que luego de un tiempo el cuál me pareció una eternidad mostraron la confesión de Francesca donde dejaba en claro la manipulación de Bernardo. Los rostros de su familia eran de estupefacción total y en cierta parte sentía empatía con ellos, pues él lo había esperanzado diciendo que nosotros solo buscábamos dinero y aunque el hermano de Enzo sabia la mentira que era eso, prefirió creerla antes de culpar a su hermano muerto.
Luego del revuelo que invadió la sala, la decisión fue liberar a mi mejor amigo de cualquier vínculo con el caso e iniciar un proceso con el padre de Enzo por comprar testigos y entorpecer la investigación.
—No sabes lo agradecido que estoy contigo — Dijo Enzo mientras salíamos — Sin esas pruebas yo podría estar... — Su voz se ahogo mientras intentaba controlar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, así que me acerqué a él para abrazarlo.
A pesar de que por más ridículo que sonara no termine implicado de forma directa en el caso debido a que ningún testigo afirmó mi cercanía a Enzo en esa fiesta y yo prácticamente saldría ileso, la culpa se habría convertido en un infierno para mí sí algo llegaba a pasarle a él, no podía abandonarlo en algo tan grave cono esto.
—No tienes que agradecer nada — Susurré en su oído — Como te dije ese día y aún lo mantengo, esto lo hicimos juntos y juntos lo enfrentaríamos.
—Ustedes son tan cursis — Dijo Bianca con una gran sonrisa en su rostro.
—¡Arruinas el momento! — Respondí mientras nos separábamos — Pero ahora que ya hemos solucionado esto...Necesito que me acompañen a esa dulcería cerca de nuestro antiguo instituto porque mamá me matará sí no le llevo toda la tienda en Miami.
—Me encantaría ver eso — Murmuró Enzo entre risas — Ya va siendo hora de que alguien te de tú merecido.
—Sí que la hay — Lo dije en un tono casi audible por lo que nadie me prestó atención mientras me perdía en esos ojos azules que no paraban de aparecer en mi mente cada que podían.
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