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Capítulo 16 - Lealtad

Adam

A pesar de que la extraña actitud que había tomado Alissa luego de dejarla en mi habitación me generó cierta curiosidad, para ese momento solo estaba enfocado en hablar con mamá y Connor para irme a Italia donde en este momento estaba el gran problema que tenía que solucionar.

—¿Vas a decirme porqué hay una maleta de viaje con tú ropa y tú pasaporte? — Preguntó mamá en la oficina ya que me escribió diciendo que me estaría esperando para hablar.

—Tengo que irme a Italia por unas semanas — Su reacción fue de total sorpresa.

—Pero Adam estás iniciando la universidad, recuerda tus entrenamientos de natación para las estatales comenzarán dentro de poco — Entendía su confusión, al final me estaba yendo a otro continente en pocas horas— ¿A qué se debe este apresurado viaje?

—Algo pasó con Enzo mamá — Suspiré — Bianca me llamó ayer y la verdad es muy grave — Tomé su mano para transmitirle seguridad — Sé que tengo compromisos aquí, pero no iría sí no fuera importante, sabes que es mi mejor amigo y él me necesita. Te prometo que apenas solucione todo volveré lo más pronto posible.

—Solo no te quedes tanto tiempo — Sus ojos comenzaron a cristalizarse — Te extrañé mucho el año de tu intercambio, sabes que siempre serás mi hijo y como madre no me gusta estar alejada de ti, solo no te encariñes mucho con ese lugar.

—No lo haré mamá, te lo prometo — Sonreí aunque me dolía verla de esa forma — Podría traerte esos dulces que tanto te gustan, serán solo dos semanas.

—Espero que me compres muchos empaques de esas galletas también — Dijo con un puchero — Ahora vete que perderás el vuelo.

Luego de despedirme de ella emprendí mi camino al aeropuerto de la ciudad pero una llamada de lo que supuse era Connor hizo que aparcara en la avenida de improviso.

—Hermano, yo...

— ¿Adam por qué no está gran parte de tú ropa en tú armario? — Preguntó con un extraño tono — Dime por favor que no vas a hacer ninguna estupidez — Luego de analizar me di cuenta que por su respiración aún seguía recuperándose de la noche anterior — Dime que no vas a dejarnos.

—Connor, tengo que irme a Milán por dos semanas porque surgió un problema con Enzo... — Hubo en momento en que se quedó en silencio por lo que me llevó a pensar que había cortado la llamada pero luego volvió a hablar, esta vez su tono más despierto.

— ¿Pasó algo con...?

—Sí, pero no sé con exactitud la situación — Suspiré al sentirme aliviado ya que por lo menos con él podía hablar sin reprimirme — Dentro de tres horas sale mi vuelo, pensaba despedirme pero como no contestabas supuse estabas modo zombie por el alcohol, aunque ahora que lo recuerdo ¿Dónde pasaste la noche?

—Primero ya estoy de camino al aeropuerto así que nos vemos ahí, y segundo, en un hotel con una sexy rubia — A pesar de que trataba bromear fui consciente de que no era la verdad.

—Sabes que te conozco y sé que estás mintiendo, espero y cuando nos veamos me digas algo que de verdad haya ocurrido — Colgué para no permitir que me siguiera mintiendo y de paso provocar decepción de mi parte. Quería a Connor, era mi hermano fuera lo que fuera pero el hecho de que yo hubiera tenido la confianza de contarle mi secreto más oscuro y él no, duele, aún cuando sé que no hay que presionarlo pero ya llevaba tiempo un tanto extraño donde quizás me permití pensar él tendría la iniciativa de hablar.

A medida que me acercaba y desde lejos se apreciaba la gran estructura del aeropuerto, la voz de imagine dragons invadía el auto transportándome a ese recuerdo al cuál tanto había intentado huir pero como sí el destino se burlara de mí ahora estaba volviendo al lugar donde surgió todo....

*

Ya iba a cumplir seis meses desde que llegué de Miami y la verdad la experiencia estaba siendo increíble hasta el punto de no querer devolverme aún sí me faltaba tiempo.

Caminé hasta llegar a la pequeña cabaña no muy lejos donde vivía junto a mi mejor amigo ya que estábamos ubicados a las afueras de la ciudad y con motivo de celebración del verano decidieron alquilar aquel lugar. En la entrada ya había muchos estudiantes de cursos en los cuales solo conocía por nombre, pero como sí lo estuviera llamando Enzo apareció junto a Bianca con grandes sonrisas plasmadas en sus rostros.

—Al final sí te animaste — Exclamó mi mejor amigo con una mano en mi hombro.

—Cosas que hago por ti — Suspiré mientras junto a ellos me adentraba al lugar saludando a los pocos rostros que reconocía.

Nos mantuvimos en una mesa con pequeños pubs donde a medida que pasaba el tiempo íbamos probando distintas bebidas que estaban dispuestas en una mesa acompañada de diferentes snacks. Tenía que admitir que los cocteles eran la especialidad de quien quiera que se haya encargado de la comida. En busca de otra bebida me levanté pero el agarre tenso de mi amigo me detuvo alertándome.

—¿Qué pasa? — Pregunté preocupado

—Él está aquí — No era necesario mencionarlo para saber a la perfección a quien se refería, y de hecho a los pocos segundos de buscarlo apareció en mi campo de visión atrayendo la atención de todos los presentes, pues se suponía él no iba ha estar presente en esa fiesta ya que no se llevaba muy bien con el organizador. — Te juro que se llega a acercar y...

—Tranquilo — Susurré obstaculizando su mirada de odio hacia él — Tenemos suerte de que esté tan distraído en relaciones sociales que no haya notado nuestra presencia.

—¿Seguro? — La voz de Bianca llena de incomodidad llegó a mi lado, donde comprobé que tenía razón cuando él se estaba dirigiendo a nosotros con esa característica sonrisa arrogante plasmada en su rostro.

—Pero a quien tenemos aquí — Exclamó en nuestro encuentro — El extranjero, El idiota y la princesa — Para nadie era un secreto que desde un inicio siempre ha estado interesado en la novia de mi mejor amigo, y aunque los dos le han dejado claro que no interfiera en su relación él sigue intentado acercarse a ella, cosa que con obvias razones le molesta a Enzo.

—Piero por favor no empieces con tus estupideces, hay muchos lugares donde puedes estar, así que largo — Dije interponiéndome entre él y Enzo.

—Siempre al rescate — Bufó a la vez que daba media vuelta para desaparecer entre la multitud.

—No entiendo por qué tiene que ser tan descarado — Se sentó mi mejor amigo de mala gana — No es la primera vez que acorrala a Bianca, yo ya no sé que hacer Adam — Estaba afligido y con total razón, en muchas ocasiones Piero se acercaba a ella sin ningún respeto de espacio personal de tal manera que aún a metros de distancia Bianca siente una gran incomodidad.

El resto de la noche la pasamos intentado olvidar la presencia de Piero donde la mejor opción fue el alcohol pues Bianca ya estaba borracha mientras intentaba bailar con Enzo que estaba cerca de llegar al mismo estado que ella.

Cuando intenté ir por otra una chica casi tropezó conmigo provocando que el poco líquido que llevaba en mi vaso se esparciera en su vestido.

—Disculpa — Dije intentado ayudarla pero ella solo se limitó a alejarse corriendo. En ese lapso Enzo vuelve con lágrimas en los ojos en busca de un abrazo.

—¿Qué ha pasado?

—Me dijo que necesitaba el baño — Exclamó entre sollozos ahogados — Me va a abandonar por alguien como el baño, ¿Qué tiene ese maldito que no tenga yo? — A pesar de que traté de no reírme por la situación tan ridícula en la que estábamos, una gran carcajada salió de mi boca provocando extrañeza en mi mejor amigo.

—Tranquilo, estoy seguro que no te dejará por el tal baño ese — Mordí mi mejilla para evitar reír de nuevo ya que por suerte al parecer lo que dije lo tranquilizó.

Los minutos pasaron y aunque Enzo estaba sumergido en un trance por el alcohol, la ausencia de Bianca comenzó a notarse por lo que la preocupación se instalo en mí. Así que le dije a Enzo que me esperara pero como el terco que era decidió seguirme hasta llegar a los baño de mujeres junto a mí y justo cuando pensaba tocar debido a que estaba cerrada la puerta, unos sollozos se escucharon provocando que todo mi cuerpo se tensara.

—No sabes por cuánto tiempo he estado esperado tenerte — Exclamó un tono de voz muy conocido para mí. Piero.

Cuando me disponía a gritar Enzo se abalanzó a la puerta abriéndola de tal forma que pudimos ver una horrible escena.

Bianca se encontraba entre inconsciente y despierta pero estaba en ropa interior ya que su vestido había desaparecido por alguna parte, así que no me tomó mucho tiempo conectar las cosas ya que Piero se encontraba semidesnudo. En ese momento intenté tomar toda la calma posible, pero la rabia me invadió al pensar en lo que hubiera pasado sino me percataba de la ausencia de Bianca.

Con mi visión distorsionada por la intensidad de mis sentimientos me dirigí hacia él con el propósito de hacerlo pagar pero Enzo se abalanzó primero para comenzar una pelea entre ellos donde gritos y hasta sangre invadieron el lugar. Pensaba moverme para detenerlos pero una parte de mí disfrutaba de ver como Enzo hacía lo que yo tenía pensado, pero al notar que Bianca no estaba con bragas un denso escalofrío me invadió, el maldito al parecer sí lo había hecho y estaba tan asqueado conmigo mismo por haberlo permitido que sintiendo la bilis en mi garganta me acerqué al inodoro y vomité.

Cuando me recuperé del todo decidí acercarme a Bianca que estaba dormida mientras los otros dos se peleaban, así que me quité la franela que había llevado esa noche para intentar cubrir su desnudez y como no seria suficiente, también le puse mis jeans quedando en bóxer pero para ese momento el pudor me daba igual, ella era mucho más importante.

—¿Cómo te atreviste a tocarla? — Exclamé acercándome a un lastimado Piero que me sonrió a pesar de su estado.

—Era alguien que tenía que poseer de la manera que fuera — Respondió mientras Enzo del mareo se desestabilizó cayendo de espaldas, pues fuera lo qué fuera aún había alcohol en su sistema. — Admito que no me arrepiento de nada, sí folla así dormida no me imagino despierta.

—Me das lástima Piero — Dije apretando mis puños en busca de control — Sí una mujer te dice que no, es no, y con esto solo demuestras tú ridícula hombría, porque un verdadero hombre no haría algo así, un verdadero hombre que respeta a la mujer y así mismo no abusa de ella...

—¿Qué hizo qué...? — Pregunté Enzo un poco más recuperado — Pensé que no la había tocado — Susurró para sí mismo.

Como sí en cámara lenta se tratara, Enzo se abalanzó de nuevo contra él para golpearlo con mucha más fuerza y sí bien lo hirió, Piero pudo desestabilizarlo también ya que fuera lo que fuera también era igual de fuerte que mi mejor amigo.

Sí bien Bianca no era mi novia, ella era mi amiga y aún así ninguna mujer debe pasar por algo tan humillante como que pasen sobre su voluntad, de tal forma que aproveché esa fracción de segundo donde con toda mi fuerza impacté mi puño en su mejilla aturdiéndolo hasta el punto de darle pie a Enzo para que continuara, y así pasó hasta que los gritos me despertaron de mi trance y pude ver el horrible escenario ante mí.

Alguien estaba esperando para entrar al baño, Bianca se había dormido y Enzo golpeaba un....cadáver, el cual comprobé cuando tomé su carente pulso y solo en ese entonces mi parte racional volvió empujando a mi mejor amigo que me miró con desconcierto pero volvió a acercarse a Piero con rabia así que estampé la palma de mi mano en su mejilla buscando que reaccionara.

—¡Está muerto! — Luego de escuchar mi desesperado tono parpadeó donde por fin recobró la realidad.

—No... — Su voz se quebró — Dime que no maté a alguien Adam, por favor....

—Lo hicimos los dos — Exclamé tomando su cara con mis manos — Y eso lo solucionaremos juntos.

Mientras se congeló en su sitio me apresuré a limpiar con papel higiénico la gran cantidad de sangre que había en el suelo hasta dejar el lugar relativamente limpio, luego para no llamar la atención de los demás limpié el rostro de Piero dejando solo pequeñas gotas de sangre donde me excusaría diciendo que se tropezó debido al alcohol.

—No es cierto — Susurraba continuamente mi mejor amigo con la mirada pérdida.

Lo entendía, al final habíamos acabando con la vida de una persona, sea el imbécil que fuera habíamos matado a alguien y eso ya era delito ante la ley, pero no iba a permitir que por defendernos fuéramos encarcelados, así que lo mejor era encargarme de eso, ser fuerte por mis amigos.

A simple vista era ilógico lo que estaba haciendo por ellos, simplemente pude irme y dejarlos hasta que alguien externo los encontrara encarcelando a Enzo y quien sabría lo que pasaría con Bianca, pero a pesar de los pocos meses donde nos cocinamos, ellos habían sido una gran ayuda para mí, desde el primer momento me apoyaron a pesar de que fuera un completo desconocido en su mundo, así que valía la pena estar de su lado.

Una amistad más que risas y buenos momentos era lealtad, así que me hundiría con ellos sí era necesario...

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