"Ella era simplemente un volcán de emociones que había llegado a mi vida para quedarse, la destrucción era inminente, y cuando explotara me arrastraría por completo hacia un abismo del que estaba dispuesto a saltar por ella, vaya que sí estaba jodido.
Esos ojos que tanto amaba, me gustaba llamarlos míos, pero me estaba mintiendo, al final lo único seguro, fue como se apoderó de mi corazón, la muy ladrona hasta el sol de hoy no me lo ha devuelto..."

—Adam Johnson

***

Alissa

El constante dolor de cabeza no me permitió volver a dormirme, la verdad es que recordaba muy poco de la noche anterior, solo eran instantes borrosos en los que hablaba con alguien que hasta ahora, seguía siendo un misterio para mí.

—¿Quieres café? — Preguntó Ascher.

Según lo que él me dijo en un intento por ayudarme a recordar, al final de la fiesta me pidió que lo esperara mientras buscaba su moto, así que al parecer no hice ninguna estupidez, pero me costaba admitir que me encontraba en un estado deplorable, y era claro que no solo había alcohol en mi sistema.

—No, gracias — Dije levantándome y recogiendo con máximo cuidado de no alterar el ya insoportable martilleo en mi cabeza — Luego te llamo — Me giré para despedirme pero este, ya estaba subiendo las escaleras en dirección a su habitación, por lo que sin más remedio crucé el umbral de su apartamento en camino a casa.

No éramos los más románticos, de hecho nunca me vi en ese plan de ser cariñosa con alguien, y la respuesta de porque seguíamos juntos era muy clara, tanto él como yo hacíamos una buena compañía, esa que es silenciosa, esa que no se necesitan palabras de lástima, porque a veces los silencios son mucho más reconfortantes y sinceros que un simple "Lo siento" o "Estoy contigo".

Cuando salí del edificio, un auto muy familiar para mí apareció en la acera frenando en seco, donde luego un hombre abrió la puerta de una forma un tanto violenta para revelar a un Connor desaliñado y rabioso, pues cuando nuestras miradas se cruzaron, pude sentir su desesperación de una manera directa.

—¿Qué haces tú aquí? — Preguntó acercándose — Deja de perseguirlo pareces una lapa, ayúdense entre los dos alejándote Alissa.

—Oye, no sé que te pasa pero...

—Me pasa que un día mi hermano de repente se interesa en ti, teniendo todas las chicas del instituto y de Miami toma la decisión de poner sus ojos en una adicta de mierda — Dijo interrumpiéndome — Venía a visitar a Ascher pero aprovecho que estás aquí — Acercó su dedo acusatorio a mi pecho — Ya jodiste a mi amigo, pero no pienso permitir que te lleves a mi hermano también, así que me haces el favor y te alejas — Se reincorporó para continuar con su camino — Estás advertida...

Estaba tan sorprendida que no pude girarme a insultarlo por culparme de algo que no era cierto, sabía que ellos como sus amigos, pensaban que yo era la causante de que Ascher aumentara su consumo a la marihuana y a veces, cuando estaba muy estresado, a la cocaína, pero la realidad era muy diferente, pues de hecho, cuando lo conocí, él mismo ya lo hacía, solo que de repente dejó de ocultarse casi al mismo tiempo en el que empezamos a salir, por lo que para externos, era la responsable de su desenfrenada adicción.

El camino de regreso a casa fue un tanto molesto, pues el sol de la tarde me daba por completo en los ojos, así que luego de sufrir unos cuantos kilómetros por fin visualicé mi destino, y es que a pesar de todo aún seguía molesta por lo que había pasado horas antes, me daba impotencia el hecho de que creyeran que yo era la causante de todo, cada persona es autónoma de lo que hacen, yo no obligue a Ascher, todo lo hizo por su cuenta. No iba a mentirme, era era más fácil culpar a alguien que aceptar la verdad.

—Sabes que es un idiota, la verdad no me sorprende que haya dicho eso — Suspiró Davine en el teléfono — ¿Piensas hacer algo? — Su tono curioso me indicó que tenía algo entre manos, pues a ella la conocí durante las prácticas de admisión a la carrera, la verdad no era de muchas amistades, pero de alguna manera las dos coincidimos en muchos aspectos y de repente, se convirtió mejor amiga.

—Hasta ahora yo no, pero sé que tú sí — Podía jurar que estaba sonriendo — ¿Qué propones?

—Es obvio que se encuentra en su casa, y no vamos a tomar su ejemplo de huir para no dar la cara, así que le daremos una pequeña visita, además, tengo que hacer un trabajo con él así que la excusa es perfecta.

—Te refieres a una emboscada — Confirmé terminando de preparar el pobre sándwich ya que no había comido nada en horas — Vaya que eres una mente maestra.

—¿Dudas de mí? — Preguntó con falsa indignación.

—Así pregones que lo odias, sé que te gusta Connor. — Luego de un corto silencio, escuché su característica risita nerviosa.

—Creo que estás drogada, como sea, paso a recogerte en 10...

Sin dejarme replicar cortó la llamada, así que me dispuse a terminar de comer para esperarla, y a pesar de que miles de advertencias aparecían en mi cabeza de lo estúpido que era lo que pensábamos hacer, mi mejor amiga, aparcó su auto con la música a todo volumen interrumpiendo mi cargo de conciencia.

—Me sorprende tú puntualidad — Exclamé abriendo la puerta del coche — ¿Te emocionan los planes macabros?

—¿A quien no? — Dijo sonriendo, donde luego de buscar una canción en su teléfono acelerar.

Amaba cuando acompañaba a Davine al volante, la verdad es que era de las pocas personas que amaban la velocidad, y mi mejor amiga era experta en eso. Las escena era como de película cliché, la cálida brisa de la tarde en mi rostro era perfecta que llegaba a perderme entre las casas de la ciudad. Me distraje hasta tal punto que cuando sentí como frenó secamente me golpeé con el mismo cinturón de seguridad.

—Un poco más de cuidado no está demás — Repliqué divertida — ¿Lista?

—Creo que antes debemos acicalarnos — Una gran carcajada salió de su boca, y cuando me observé en el retrovisor le di la razón.

Amaba ir a toda velocidad, pero sí era sincera, las consecuencias de que mi cabello se volviera un desastre casi como sí no lo hubiera cepillado por días, me bajaba un poco el entusiasmo.

Luego de arreglar el desastre en que nos convertimos bajamos del auto para adentrarnos a la casa de Connor, y fue en ese momento donde los nervios comenzaron a apoderarse de mi cuerpo.

—Davine, creo que deberíamos... — Pensaba arrepentirme pero alguien abrió la puerta dejándonos a ella y a mi congeladas en el lugar. Era Adam...

Al principio no se dio cuenta de nuestra presencia, pero cuando levantó su mirada, esos intensos ojos verdes se fijaron en mí.

—¿Qué haces aquí? — Me preguntó directamente olvidando a Davine.

—Estamos buscando a tú hermano — Respondió ella al ver que me había quedado en blanco.

—¿Quién eres tú? — La confusión era clara en su rostro, y para ese momento tenía unas terribles ganas de volverme invisible.

—La novia — Se mostraba tan tranquila que sí no la conociera me habría creído eso.

—Sí, ya lo creo — Bufó para adentrase a la casa y cerrarnos la puerta en la cara.

Seguía aún sorprendida, y a lo lejos escuchaba como mi amiga lo maldecía mientras intentaba no ocultar su rostro sonrojado por la rabia, así que cuando disponía a devolverme con el pensamiento de que fue una mala idea la puerta volvió a abrirse, pero esta vez revelando a los dos hermanos.

—¿No quedamos en pagarle a alguien para hacernos el trabajo? — Preguntó Connor mirando a Davine — Y espera... ¿Mi novia? — Pensaba seguir hablando pero entonces notó mi presencia, y toda su postura cambió a una tensa — Y tú ¿Qué mierda haces aquí?, Creo que te dejé claro las cosas en la mañana.

—Tú pero yo no — Dije por fin encontrado mi voz — Mira, yo entiendo que te preocupes por Ascher, es lo justo al ser su amigo, pero a mí no vegas a meterme en cosas que no son, sí él ha querido meterse en lo que esta, es por su decisión propia, yo a él no lo he amenazado, no lo vuelvas una víctima porque está muy lejos de serlo — Cuando terminé, hasta la misma Davine se quedó sorprendida.

Una risa por completo falsa salió de la boca de Connor antes de que este posara su mirada de odio en mí.

—Eres una descarada Alissa, y no solo te bastó con eso, ahora te da por llamar la atención de mi hermano en mi casa, eres una put... — No lo dejé terminar porque impulsada por la rabia me lancé hacía él, y cuando creí que podría darle el tan merecido golpe en la cara, alguien me detuvo.

—Connor, deja de ser tan infantil — Exclamó Adam estresado mientras me sostenía — Y ustedes, por favor, váyanse de aquí.

—¿Quieres que nos quedemos de brazos cruzados luego de que él la insultara de esa manera?, Podrá ser tú hermano pero ella es mi mejor amiga, así que no pienso permitirlo— Habló Davine — Estás loco.

—¿Qué piensas hacer?, no voy a dejar que lo golpeen, no porque no se lo merezca, sino porque sería rebajarse — Exclamó luego de soltarme y empujar a un enojado Connor que desapareció por las escaleras — Connor es muy idiota, ya me encargo yo de que las deje en paz — Suspiró para volver a fijar su mirada en mí — No le hagas caso — Nos quedamos unos pocos segundos observándonos donde reinó el silencio para que luego este cerrara la puerta.

Davine seguía con impotencia así que elevó aun más la velocidad, pero ignorando sus quejas, lo que había dicho Connor me dejó pensando, ni siquiera el hecho de que me insultara, sino de que según él, llamé la atención de Adam, pues lo mencionó en la mañana cuando nos encontramos pero lo había olvidado por completo.

¿Por qué sentía cierta felicidad al enterarme de esto?, una pequeña voz en mi cabeza mencionó unas palabras que hicieron eco en mi mente.

Porque ya lo habías sentido antes...

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