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08. Cassie.

08. Cassie.

(08)

*Antes me gustaría agradecerles a todos aquellos que han tomado un pequeño tiempo de su día a día para enviarme mensajes y hacerme saber cómo se han sentido respecto a la historia, gracias por el apoyo. Quería agradecerle a Roxibel por estar siempre atenta a las actualizaciones y haber creído desde un inicio en mi trabajo <3

CASSIE.

—Oh, debo limpiar todo este desastre —digo mirando todo el sitio como pueda—, quiero crear una armonía perfecta en mi librería.

Recolecto el sin fin de cajas para tirarlas a la basura, Lukas me se ha tenido que ir a última hora. Tenía unos negocios por resolver, además su asistente no paraba de llamarlo.

Me detengo un momento.

Pensándolo bien, esa chica tiene algo que no me inspira confianza. Tal vez deba darle la confianza de conocerla primeramente antes de dar cualquier opinión de ella.

—¡Hahahaha! —grito, tirando por el aire un par de cajas vacías.

Patty y Valentino me observan extrañados.

¿Por qué ellos siempre llegan de imprevisto?

—Creí que necesitabas nuestra ayuda pero ya...

Valentín detiene sus palabras al ver mi, mirada juzgadora.

—Continúa, ¿qué ibas a decir? —inquiero.

Ambos tratan de simular su nerviosismo. Levanto mis cejas en señal de que estoy esperando una muy buena respuesta.

—¡Perdón! Creímos que necesitarías más ayuda —se excusa Patty.

—Si, por ello le pedimos a Lukas que te viniera ha ayudar.

Los observo detenidamente con mis brazos cruzados .

—¡Ya, ya! —exclama—. Solo queríamos darles un empujoncito.—concluye como si nada.

—¿Qué tal les fué? —pregunta alzando sus cejas de arriba a bajo.

Este par nunca cambian.

—No pienso decirles. Más bien ayúdenme con todo este desastre —pronuncio señalando todo.

Se ponen en marcha con mala cara y yo los ojeo por el rabillo del ojo con una pequeña sonrisa.





DANNA.

Ya le he marcado un millón de veces a su celular y no me contesta, sé que debo relajarme y tratar de disimular un poco las cosas. Pero no, no logro hacerlo, desde que llegamos a Seattle solo me ha ignorado cada vez que puede hacerlo.

Vuelvo a marcar pero el estrépito de la puerta me hace saltar del susto.

—Se puede saber, ¿qué te sucede? —me reclama el rubio.

Enarco mi cejo y me libero de mi furia, pasé casi toda una mañana llamándole, pero lo único que hizo fue ignorarme.

—Es lo que yo debería preguntarte a tí, me evades y me haces a un lado como si no te importara. Me escondes cosas de tu pasado, y sales corriendo detrás de ella como si solo te importara esa chica.

Suspira y se deshace del nudo de su corbata.

—Danna, yo no tengo porque darte explicaciones de mi vida personal. Cassie si, fué la novia de mi hermano eso lo sé y lo tengo muy claro. Pero debemos rehacer nuestras vidas y seguir adelante por muy difícil que sea todo a nuestro alrededor.

Niego.

—¿Por qué con ella?, ¿por qué no conmigo? ¿Me has llegado a tomar en cuenta para esa decisión?

Me mira fijamente.

—No tengo porque hacerlo, tú solo eres mi asistente, y esa es mi vida personal.

Mi corazón arde de la furia, no puedo creer que me esté haciendo esto.

Camino hacia él, me detengo tan cerca como puedo y lo miro fijamente.

—¿Nunca llegaste a sentir algo por mí?

—Nunca, lo siento —dice alejándose lo más posible de mí.

Me giro vagando en mis propios pensamientos y lágrimas.

—Te haré llegar mi renuncia —suelto.

—Eso no es necesario Danna, y lo sabés.

—A veces las personas con las que compartimos día a día, podemos no conocerlas bien totalmente.

Dejando mis últimas palabras en el aire me marcho sin decir nada más.





CASSIE.

—¿Entonces nos contarás qué pasó hoy? —interroga Patty.

Sonrío abiertamente.

—Nos tienes con la intriga —dice llevando un pedazo de papa frita a la boca.

No había notado que su cabello rosa luce más largo.

—Chicos creo que en el mundo se habla poco sobre las inseguridades y la falta de amor propio hacia uno mismo.

Lucen pensantes al escucharme, por lo que prosigo.

—El amor propio es una reconciliación consigo mismo; no digo que ya no habrán inseguridades pero si aprenderás a afrontar cada una de ellas para no quedarte estancada en un solo sitio sin salida alguna.

—Mmm, yo lo llamaría tomar conciencia de quién eres realmente —masculla Valentino.

Asiento.

—Yo lo llamo, tocar fondo.

—Nos volvemos salvajes y libres —suelta en medio de una carcajada.

Me acurruco en medio de ambos.

—Hallamos nuestro destino en medio de un enorme caos.

Los abrazo fuertemente, después de dos años que no lograba sentirme así, con tan siquiera un atisbo de paz. Finalmente, puedo decir que ha llegado ese momento glorioso.

—¡Espera!

Giro mi mirada en dirección a Patty.

—Eso quiere decir que...

—Que todo empezará desde cero.

Los chicos me apretujan más fuerte por la alegría.





LUKAS.

De pronto te ahogas en medio del mar, y tus ojos no ven la claridad para encontrar la salida. La tormenta te azota, te hiere hasta no poder más. Pero te das cuenta que solo puedes crecer y tener un cambio si aprendes de ella.

No hay que fingir ser fuerte, está bien gritar si te duele. Al final del dolor encontrarás la calma que necesitas para seguir adelante.

La lluvia en ocasiones para ser interminable, pero sin embargo, siempre llega a su fin, y así sucede en nuestras vidas.

Marco el celular de mi madre y esta contesta al primer tono.

—¿Esperabas mi llamada? —pregunto en rojo burlón.

—Al contrario, me has asustado con tan repentina decisión.

Río.

—No exageres madre, soy tu hijo puedo llamarte cuando quiera hacerlo.

—Si, pero últimamente hablar contigo sin que esa otra niña estuviera de por medio era bastante incómodo.

Hago silencio y recuerdo la manera en la que Danna salió de mi despacho.

—Ya no será así —susurro.

Ahora es ella quién guarda un corto silencio.

—¿Ha sucedido algo?

—Solo ha renunciando al trabajo.

—¡Vaya! Bueno, entonces ya puedo decirte que esa chica no me agradaba para nada —empieza a parlotear.

Suelto una carcajada.

—¿Puedes dejarme hablar?

Una risita traviesa se escucha en el parlante del teléfono.

—Ok, está bien.

—Creo que empezaremos las cosas desde cero... —hago una pausa y continúo—, Cassie y yo.

Ni yo mismo puedo creerlo al momento que lo digo.

—Sabía que en algún momento todo empezaría a tomar color nuevamente.

—Tu siempre tan segura de ello, y mira.

—Una cosa más Lukas, las segundas oportunidades son muy escasas, si la vida te ha dado una no la desperdicies sino más bien atesorala.

Quería decirle algo más pero me ha colgado sin aviso, sonrío porque sé que se ha puesto un tanto melancólica. Ella es así, pienso y me encojo de hombros esbozando una sonrisa.






DANNA.

Ellos creen que han ganado, pero no me quedaré de brazos cruzados.

Cómo de lugar evitaré que esos dos se unan, sacaré como sea a esa estúpida de mi camino.

No dejaré que destruya todos mis planes, he trabajado mucho tiempo para llevarlos ha acabo.

Que disfruten mientras puedan, cuando sea mi momento de jugar se van ha arrepentir, cueste lo que me cueste acabaré con ella.








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Quería decirles que ya le falta poco ha esta historia tan bonita llena de bajos y altos momentos.

Si has llegado hasta aquí, déjame agradecerte desde el alma por haberle dado una oportunidad a cada uno de los libros que componen esta bilogia.

Los quiero siempre ❤️

Nos leemos en una próxima actualización.

Anne Fernández.

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