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06. Cassie

(06)

CASSIE.

¡Rayos! Lukas luce tan..., ¡ahaha! Qué cosas te pasan por la cabeza Cassie R'ioldan te gusta complicarte la vida.

Me levanto de la cama sin hacer el mínimo movimiento forzoso para no despertarlo. Camino en puntillas hasta tomar todas mis cosas y salir de la habitación. Me siento por un momento como en una misión ultra secreta del FBI.

Estoy a punto de marcharme cuando recuerdo todo lo que dije la noche anterior.

¡Espera! No puedo irme así.

Busco por toda la sala de su departamento hasta encontrar una libreta y una pluma. ¿Ahora qué dejaré escrito? Vaya, la escritora no sabe cómo escribir una nota.

«Estoy segura de que el destino volverá a encontrarnos nuevamente».

Cassie R.


Detallo una y otra vez lo que he escrito hasta escuchar provenir ruido de la habitación.

¡Ay, no!

Corro y salgo tan pronto del departamento que casi he perdido toda mi respiración por completo.

Soy tan cobarde como coraje el perro de la señora Muriel y don Justo. ¡Ay Coraje, no eres el único con falta de valentía!

¡Ahahaha! Suelto un grito con tanta histeria tal como si fuera una fanática de cualquier banda famosa.

—Lo siento señorita, no quería asustarla —se disculpa con cierta preocupación.

Respiro profundo y llevo una de mis manos al corazón. Creo que Valentín me ha contagiado lo dramático.

—Tranquilo...ehm...

Me sonrojo de la vergüenza, parece notarlo porque suelta una risita y niega graciosamente.

—Marcus, ese es mi nombre —dice con afabilidad.

Asiento aún más apenada.

—Bueno Marcus, debo marcharme —digo y huyo tan pronto como pueda.

Creí que nunca saldría de ese lugar.



LUKAS.

Nunca faltaría a mi palabra, jamás dejaría de cumplir algo que haya prometido iría encontra de mi mismo. Pero con ella todo es tan difícil, tan diferente. Solo hace falta que me mire con aquellos pequeños ojos castaños para caer rendido ante ella.

Releo su nota una vez más pero estoy seguro de que el destino ya nos ha vuelto a encontrar de nuevo cariño. Sonrío al recordarla a noche, ella creía que no me había dado cuenta de que estaba despierta. No quise aprovecharme de la oportunidad solo pensé que debía darle su espacio, tampoco tenía el valor suficiente para enfrentarla. No después de haberle hecho saber mis sentimientos.

—Lukas —escucho a Marcus.

—Marcus —digo.

Entra y se tumba a mi lado en el sofá.

—¿Todo bien con la rubia? —pregunta con un tono de voz burlón.

Asiento.

—¿La viste salír?

Él asiente.

—¿Tú qué crees hermano?

Sonrío y ojeo una vez más su nota.

—Marcus dile a Danna que suspenda todo, ya no saldremos de Seattle. Que se encargue por ahora de ponerme al día con todas mis citas de negocios.

—Entendido, como hayas ordenado —se levanta marchando como un soldado.

Niego riendo pero el detiene su marcha y me observa con su cejo alzado.

—Lukas, espero que ya dejen de hacerse daño y acepten sus sentimientos.

Sostengo su mirada por un momento pero se marcha en cuanto ve que no tengo intensiones de responder. Marcus tiene mí misma edad, querer viajar por el mundo entero era su mayor sueño pero una tragedia lo apagó por completo y su enfoque tuvo que cambiar a trabajar para mantener a sus hermanos. Sus padres perdieron la vida tras un tiroteo en un restaurante. Aunque dejaron una buena fortuna ésta paso a manos de una tía paterna que luego llevaría todo a la banca rota y los dejaría en la calle.

No fue sino hasta hace un tiempo que nos hemos encontrado nuevamente, el destino siempre se encarga de encontrarte otra vez con aquéllas personas importantes.





DANNA.

¿Por qué tardará tanto en salír? Llegaremos tarde al aeropuerto. Debo calmar el impulso de querer marcarle a su móvil, el viaje sigue de pie y yo debo calmarme un poco.

Estoy algo impaciente.

Doy un respingo al ver a Marcus subir al auto sin Lukas.

—¿Dónde está...?

—No vendrá —me interrumpe.

Por un momento creí que bromeaba pero al ver la seriedad en su rostro supe que hablaba en serio. Hice un ademán en bajarme pero el me detuvo diciendo:

—Me pidió que te informara que suspendieras lo programado para hoy y que lo mantengas al día de todo.

Estoy segura que algo tuvo que ver esa estúpida en su cambio, él estaba tan decidido que creí que nos iríamos y todo volvería a ser como antes.

—Llevame a la pastelería —digo con fastidio en mi voz.

Debo hacer algo para eliminarla de mi camino lo más pronto posible.



CASSIE.

Seco mi cabello tomando asiento para trenzar mi lacia melena rubia, no había notado cuanto a crecido. Noto las ojeras en mi rostro están de infarto, paso mis manos por mi cara y dibujo una mueca melancólica en ella.

Reírme sinceramente se ha vuelto tan difícil últimamente es como si no pudiera hacerlo como si algo me detuviera cada vez que lo intento. Tal vez no encuentre las respuestas correctas a todas mis preguntas pero la vida es una y debo continuar he hacer a un lado todos mis miedos e inseguridades para recorrer este nuevo camino que me toca.

Soy yo quién tiene el poder de convertir mis propias decisiones en aquellas respuestas que tanto anhelo tener.

La mejor manera de honrar la memoria de aquéllos que nos dejan para brillar como una estrella hermosa, es viviendo una vida feliz y es el momento de verdad dejarte ir mi amado Jael mi precioso cielo rosa.

Le envío un texto a Patty a Valentín, necesito que vayan a echarme una mano con la librería, necesito prepararme para la apertura.

Espero todo salga bien ese día.





DANNA.

—¿Entonces podré verlo la próxima semana? —pregunto latosamente.

—Si.

Aplano mis labios para no soltar una insolencia.

—¿No podría ser antes? —insisto.

—Ya es mi última palabra señorita, podrá verme la próxima semana y punto.

Ruedo mis ojos con fastidio.

—Ok, entonces será para la próxima.

Sin embargo, no recibo respuesta. Me ha colgado la llamada pero que tipo más pedante.

Aunque debo esperar tengo entre mis manos la manera de destruirla, de apartarla de mi camino y de el de Lukas.

Sé que todo me saldrá a la perfección, por ahora tendre que soportarlo.




LUKAS.

La vida sigue y debes continuar, aunque hayas perdido a alguien debes seguir sin importar. Algunas cosas nunca vuelven a ser como antes, pero todo eso es parte de la vida.

El corazón humano es como un rompecabezas que si vas juntado las piezas en algún momento cobrará sentido. Y de repente hallarás a alguien que amará tus heridas y te ayudará a sanar cada una de ellas sin importar cuando grande sea tu caos.

Igual encontrá encanto en tí.

—Entonces Cassie necesita ayuda —digo y sonrío.

Sé que es un plan de estos dos, no esperes algo cuerdo cuando se trata de Valentín y Patty. Este par siempre armando aventuras para contar.

Pero también será un plan del que me podré aprovechar para verla.

—¿Te esperamos entonces? —pregunta Valentín en su labor de cupido.

—Ahí estaré —aseguro.

—Perfecto, nos será grato compartir de nuevo con usted.

—Cero formalidades Valentino, llámame por mi nombre.

—La costumbre, pero está bien Lukas entonces nos vemos al rato —dice y cuelga.

Los años pasan y sigue siendo el mismo, lástima que yo no pueda decir lo mismo de mí.




CASSIE.

Este fin de semana iré por Maddie creo que nos hace falta charlar un poco—sobre todo por lo de a noche-—, si sobre todo por ello.

He pasado la mañana entera juzgándome por lo sucedido. ¿Cómo pude decirle aquello a Lukas? Peor aún sin estar completamente segura.

Es tan difícil, es tan complicado. ¿Cómo amar cuándo tienes tanto miedo dentro? ¿Y si te vuelves a hacer pedazos? ¿Tengo la valentía suficiente para arriesgarme nuevamente?

Cuando alguien te rompe al corazón lloras y te sientes terrible por unos días, pero este no es mi caso. Jael rompió mi corazón sin malicia alguna, me amó genuinamente hasta el final; tanto que su amor fue una explosión envuelta en pétalos de rosas y su risa se volvió un pedazo de cielo.

Un día el viento sopla y se lleva todos nuestros sueños, todo lo que tanto queremos, ¿por qué? Nos preguntamos, pero lloramos y corremos como niños intentando alcanzar aquello que se llevó con su paso.

Que tontos somos.

—Me dijeron que cierta señorita necesitaba de mi ayuda.

Explayo mis ojos y me giro velozmente. Lukas llevaba una sudadera gris e unos vaqueros negros que se le veían... ni decir.

—Lukas.

—Cass.

Siempre llegará el momento de volver a correr pero está vez las lágrimas serán sustituida por una sonrisa.



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No me extrañen tanto por aquí, ya pronto empezaré a actualizar más seguido.

Será una historia corta pero que te llegará a tu corazón y no podrás sacarla de ahí.

Gracias por leerme, los quiero siempre ♥️💟

Anne Fernández.

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