Capítulo 34.2
Maratón [9/-]
Agarré mi celular, era mi hermano, así que contesto.
_Llamada_
—Dime —terminé de arreglar los papeles para luego salir de mi despacho.
—Sabias que Katia regresa hoy —se escuchaba emocionado.
—Cómo te enteraste? —salí al estacionamiento.
—Mi cuñada me dijo —sonrió —no me dijiste que ya habían arreglado las cosas y que serias papá —me detuve.
—Tú sabías que Kim está embarazada? —le pregunté.
—Si, perdóname pero tú eras el único que no sabía —se empezó a reír.
—Algo más que me quieras decir —me puse serio.
—Papá quiere hablar contigo —escuché que se puso serio.
—Dejaron entrar a la casa a ese señor —enojado me subí a mi auto.
—Mamá fue pero... —lo interrumpí.
—Ahorita llego, llama a la policía —colgué la llamada.
_Fin de la Llamada_
Manejé lo más rápido que pude, al llegar a la casa vi que el auto de ese desgraciado estaba ahí. Me estacioné y me bajé, entre a la casa, lo raro era que solo estaba Cesar.
—Hermano —me le acerque, vi que tenía su cara hinchada.
—Está... arriba —me miró aterrado.
Suspire enojado y fui rápido, revise cada habitación hasta que entre a la de mi madre.
—Hijo —ese señor me volteo a ver.
—Dónde esta mi madre —cerré mis manos en un puño.
—No está —vi que en su mano escondía una navaja.
—Juan.... —escuché a mi madre llorar en el closet.
—Hijo de puta —le di un golpe a mi padre.
Empezamos a pelear, yo estaba limpio al contrario de él, al segundo llegó la policia.
—Arrestenlo —se los dejé a la policia y fui a buscar a mi madre.
La encontré inconsciente en el piso, la policía se llevó a ese desgraciado, yo acosté a mi madre con cuidado en la cama mientras que fui a buscar el botiquín. Cesar llegó y me abrazó.
—Qué fue lo que paso? —le pregunté mientras que él se acostó al lado de mi madre.
—Yo estaba en mi habitación jugando, escuché que mi madre había abierto la puerta y al instante me gritó de que no saliera, trate de proteger a mi madre pero me fue mal también —señaló su cara.
—Dónde... está? —ella se despertó y en susurro nos preguntó.
—Ya no nos va a molestar —con mi hermano la tranquilizamos.
—Perdón... —empezó a llorar.
—No tienes por que pedir perdón —le sonreir —él ya no está —con Cesar la abrazamos.
—Los quiero mucho hijos —mi madre aceptó el abrazo.
Terminé de curar a mi madre, luego bajamos a comer y hablábamos de lo que sea, hasta que Cesar decide cambiar de tema.
—Hermano, no tienes algo que decirle a nuestra madre —tomó un poco de jugo.
—El qué hijo? —me preguntó mi madre.
—Kimberly está embarazada —dije sin rodeos, pero estaba feliz.
—Voy a ser abuela! —chilló emocionada —y los padres de ella ya saben?.
—No, creo que no —me puse a pensar —pero obviamente yo voy a ir con ella a decirles —sonreí.
—Y cuando sabrán si es niño o niña? —me agrada ver feliz a mi hermano.
—Este sábado vamos a ir —terminamos de comer, recogimos todo y limpiamos —hablando de mi mujer, tengo que ir con ella —le di un beso en la mejilla a mi madre y le revolví el cabello a mi hermano —si pasa algo me llaman —salí de la casa.
En el camino iba pensando que hay que celebrar que seremos padres, Kimberly me ha dicho que quiere ir a Paris, el lunes nos vamos a ir pero obvio no le dire. Llegué a la residencia de ella, estacioné el auto y me bajé.
—Amor —dije al nomás entrar a la casa.
—Hola —Kim salio de la sala —cómo esta Francisco? Es niña? Y la mamá? Don... —la interrumpí dándole un beso, por que ella es demasiado curiosa y por eso me gusta.
—Cálmate —le sonreí y ella se sonrojó —vamos a la sala —nos sentamos en el sillón.
—Yaaa dime —insistió.
—Cómo seremos padres... tenemos que vivir juntos, no? —la abrace por los hombros.
—Si —dijo nerviosa —eso que tiene que ver con Francisco? —me miró sin entender.
—Me dijo que no tiene donde quedarse, le ofrecí mi casa por que yo me voy a venir a vivir contigo y con mi princesa —toqué su vientre.
—Eres el mejor —me dio un beso.
—Claro —le sonreí —no le has dicho a tus padres verdad? —le pregunté ahorita que me acorde de eso.
—No, por que se los quiero decir y que tu estés conmigo —entrelazo nuestras manos.
—Vamos ahorita, porque entre más temprano mejor —nos levantamos.
—Solo deja voy por mi cartera —ella se fue y yo me fui a la puerta a esperarla.
Al rato ella llegó, salimos de la casa, nos montamos a mi auto y nos fuimos. A decir verdad, yo iba demasiado nervioso pero no lo hacia notar, por qué? Bueno.... no sé como vaya a reaccionar mi suegro.
—Estas bien? —escuché que Kimberly me preguntó.
—Si, porqué? —le pregunté sin apartar la vista del camino.
—Estas sudando —ella paso un pequeño trapo en mi frente.
—La verdad... es que no se que nos vaya a decir tu papá —llegamos, aparque el auto.
—No va a pasar nada, por que yo voy a estar contigo —me sonrió —vamos —nos bajamos del auto.
Nos acercamos a la puerta, Kim dio tres leves golpes y esperamos, hasta que mi suegra abrió la puerta.
—Mi niña —abrazó a Kim —hola Juan —nos dimos un beso en la mejilla y nos dejó pasar —que los trae por aquí? —nos preguntó.
—Venimos a hablar de algo, dónde está papá y mis hermanos? —Kimberly le preguntó.
—Amor, Carlos, Stefanny vengan —mi madre los llamó.
Los seis nos encontrábamos en la sala, los hermanos de Kimberly y mi suegro estaban enfrente de mi.
—Qué es lo que nos tienen que decir? —mi suegra nos trajo agua.
—Ustedes saben que a mi no me gusta andar con rodeos —empezó a hablar Kim mientras sacaba unos papeles.
—De qué son esos papeles? —mi suegro le preguntó.
—Léanlo por ustedes mismos —Kimberly se levantó y se los entregó, luego volvió a sentarse a mi lado.
—No nos digas que... —mi suegra estaba concentrada leyendo.
—Estas embarazada —mi cuñada volteo a ver sorprendida a Kim.
—Siii —dijo emocionada Kim.
Mi suegra y mis cuñados nos dieron un abrazo, pero el padre de Kim estaba serio, creo que no le gusto mucho la idea.
—Por qué estas serio? —Kim le preguntó.
—Por nada hija —dejó de verme para poder ver a Kim.
La abrazo, luego seguimos hablando hasta que se hizo de noche.
—Ya nos tenemos que ir —se levanto Kim.
—Noo quédense a cenar —mi suegra nos detuvo.
—Claro, tu que dices Kim? —le pregunté.
—Esta bien —asintió.
—Hijas ayúdenme por favor —las mujeres se fueron a la cocina, mientras que los hombres nos quedamos en la sala.
—Ya regreso —Carlos se fue.
—Así que... Juan... seras padre —escuché que me habló mi suegro.
—Si —suspire algo incómodo —la verdad es que con Kim lo hemos hablado mucho, estamos súper felices, ya queremos queremos conocer a nuestra hija —sonreí.
—Recuerdo que mi hija cuando estaba pequeña, decía que quería tener dos hijos —esbozó una sonrisa —espero que solo tengan uno, pero si mi hija es feliz yo soy feliz —suspiro.
(....)
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