Capítulo 28
Maratón [3/-]
—Espera... qué? —me preguntó —y mis tíos que opinan o la mamá de él —se nota que estaba emocionada por lo que le dije.
—No les hemos dicho a ninguno —no me había puesto a pensar en eso.
—Yo digo que si van a aceptar la idea —se emocionó más.
—Tranquila, que todavía no sé si estoy embaraza o no —fui por algo de agua.
—Bien que si, que ni llegaste a dormir... no me quiero imaginar lo que hicieron —puso una cara de horror.
—Pues no lo hagas —dije divertida y me termine el agua que había sacado en un vaso —y tú cómo vas con Ricardo? —dejé el vaso en el fregadero.
—Al final decidimos mejor solo ser amigos —se sentó —por que no le mirábamos futuro a la relación —suspiro.
—Pero si ustedes dos se miraban muy bien juntos —me le acerqué —ya verás que encontraras a alguien más —le sonreí y puse mi mano en su hombro.
—Eres la mejor prima del mundo —me abrazó y yo le acepté el abrazo.
Escuchamos que alguien abrió la puerta principal, así que fuimos a ver quien era.
—Hola familia —eran mis padres.
—No era que venían pasado mañana? —Cecia les preguntó, y les ayudamos con unas bolsas.
—No, en la empresa cancelaron el viaje —habló mi madre —así que fuimos a comprar para hacer una barbacoa —nos fuimos a la cocina.
—Si, así que... —todos dejamos las bolsas en la isla de la cocina —vé por tus hermanos y vamos al patio de atrás —con Cecia nos fuimos.
Buscamos a mis hermanos, Stefany se estaba bañando y Carlos estaba jugando en la computadora, más tarde estábamos en el patio, mi hermano le estaba ayudando a mi papá con la carne, mientras que mi madre, mi hermana, Cecia y yo alistabamos los platos, los vasos, el jugo, etc.
—Porqué no invitas a Juan? —me preguntó mi madre.
—Él esta en un viaje de negocios —terminamos de alistar todo.
—Oh y cuándo vuelve? —nos sentamos a esperar.
—Dentro de tres días —mi padre trajo la carne.
Empezamos a comer, hacíamos chistes, hablábamos de todo lo que nos había pasado, cuando estábamos pequeños, etc. Limpiamos todo y cada quien se fue a su habitación.
—Cecia —toque la puerta de su habitación.
—Dime —abrió la puerta.
—Quieres acompañarme a comprar? —le pregunté.
—Claro, pero el qué? —salimos de la casa.
—A comprar una casa —nos subimos a mi auto y nos fuimos.
—Oh entiendo —me sonrió.
Luego de ver varias casas, me gustó la última que me enseñaron.
—Pero esto no es una casa, es una mansión —dijo Cecia sorprendida.
—Lo es, tiene 10 habitaciones, cocina, dos sala de estar, un comedor, dos balcones, un garaje para dos autos, y 5 baños —nos dijo la muchacha que nos estaba enseñando las casas —lo bueno es que es privada —añadio por ultimo.
—Qué opinas Kimberly? —me preguntó Cecia.
—Trae incluido los muebles, utensilios...? —le pregunté a la muchacha.
—Trae incluido todo, es cortesía de la mansión —me sonrió.
—La compro —dije feliz, saqué el dinero y se lo entregué.
—Felicidades —la muchacha me sonrió y me entregó todas las llaves de la mansión.
—Vamos a verla —me dijo Cecia cuando la muchacha se fue.
Pasamos todo el día viendo cada lugar de la mansión, yo quedé muy enamorada, aparte... tenía un mal presentimiento.
—Te imaginas que mis sobrimos pasen corriendo —señaló el pasillo —o que me digan que si quieren jugar conmigo —dijo emocionada.
—Tranquila prima —sonreí por lo que estaba diciendo.
—Qué quieres que sean? —me preguntó.
—Me gustaría tener la parejita —sonreí —sabes.. niño y niña —definitivamente quiero tener hijos.
—No sé tú, pero desde que se fue Juan a ese "viaje de negocio" tengo un mal presentimiento —se puso seria.
—No eres la única —dije la verdad.
—Crees que tenga que ver con Juan? —salimos de la mansión directo a mi auto.
—Tendríamos que esperar —nos fuimos a la casa de mis padres.
—Dónde andaban niñas? —nos preguntó mi madre desde la cocina.
—A comprar la casa que les había hablado a ti y mi padre —le ayudamos a hacer la cena.
—Tía, no compro una casa —hablo Cecia —Kim compró una mansión —dijo con una sonrisa.
—Hija —mi madre me miró sorprendida —mañana la iremos a ver —mi padre y mis hermanos entraron a la cocina.
Luego de que cenamos, limpiamos todo, nos fuimos a la sala a ver varias películas hasta que nos ganó el sueño. Todos ya estaban dormidos, menos yo que no dejaba de pensar en Juan, así que le mandé un mensaje.
_Mensaje_
Y
o:
—Hola Juan ❤ —se lo mandé y al rato me contestó.
Juan:
—Hola Kim❤, qué pasa? Creí que ya estabas dormida.
Yo:
—Es que extrañaba hablar contigo, ya llegaste? Yo igual creí que ya estabas dormido.
Juan:
—Si ya llegué, estoy haciendo unos trabajos, y no, creo que me voy a dormir hasta tarde, algo más?.
Yo:
—No, has de estar muy cansado, te escribo mañana.
_Fin del Mensaje_
No esperé a que me respondiera, apagué mi celular, lo puse a cargar, luego me fui a poner mi pijama y a acostarme. En el último mensaje que él me mandó, sentí que estaba enojado pero cuando él regrese le voy a preguntar, mis ojos se fueron cerrando hasta que me quedé profundamente dormida.
*Al Día Siguiente*
Me desperté super temprano, pues estaba muy emocionada, hoy era el día que me mudaba a mi nueva casa bueno.... según Cecia era mansión en vez de casa.
Me metí a bañar, luego me cambié, me puse a arreglar todas mis cosas, después bajé con mis maletas y las puse en la puerta principal.
—Buenos días —dije cuando entré a la cocina.
—Buenos días —me dijeron mis padres, mis hermanos y mi prima.
—Hoy te vas —me dijo Stefanny haciendo un puchero.
—Podemos ir contigo para ir a ver la mansión? —me preguntó mi madre dándome mi desayuno.
—Mejor en la tarde, por que tengo que ir a arreglar mis cosas y todo eso —empecé a comer.
—Nos avisas —me dijo Carlos.
—Obvio hermanito —le sonreí.
Mas tarde que todos terminamos de comer, yo subí todo a mi auto y me fui, al llegar al portón el guardia me habló.
—Nombre? —el estaba serio.
—Kimberly Guadalupe Loaiza Martines —le dije luego que había bajado la ventana para verlo mejor.
—Usted es la nueva propietaria —abrió el portón —bienvenida, estoy a su servicio —me dijo, pero aún así seguía serio.
—Gracias —le sonreí y entre, por el retrovisor vi que cerró nuevamente el portón.
Me gustaba la seguridad de aquí, por que así mis hijos podían salir a jugar sin ningún problema. Estacione mi auto en el garaje, me bajé junto con todo lo que había en mi auto y me fui a la segunda planta.
—A ordenar —suspire y empecé a arreglar toda mi ropa, accesorios, maquillaje, etc.
Cuando terminé fui a la cocina para inspeccionar un poco, luego salí de mi casa, al auto y me acerqué al portón.
—Ya voy a regresar —le dije al guardia y este solo asintió.
Me fui al supermercado a comprar de todo, metí las bolsas en la cajuela y seguí dando vueltas, hasta que vi que eran las doce del medio día y regresé a mi casa.
Metí todo en la nevera, en los cajones y todo eso, luego que termine guarde los bolsas y me fui a la sala a esperar a mi familia.
(.....)
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