La noche se hacía presente en New York, Y con esta, las primeras gotas de lo que sería una violenta tormenta.
Nuestra linda azabache debido a su buena suerte se encontraba perdida en la gran cuidad, y por si eso fuera poco, ella estaba completamente empapada.

-¡Genial! Mi primer día aquí y ya me eh perdido dos veces- Mustiso para si misma.

-No te preocupes Marinette, pronto estaremos en la casa de May- Expresó la pequeña kwami con serenidad.

-¡May!- Exclamó la azabache con preocupación. -Como soy tonta, se supone que volvería de trabajar a las ocho- Argumentó. -De seguro está preocupada.

-¿Con quién hablas preciosa?- Interrumpió un voz gruesa.

-¿No te habrás perdido?- Cuestionó otra voz.

Como había poca iluminación, la azabache no podía distinguir los rostros de ambos hombres. Pero sin lugar a duda, ellos no estaban en sus cinco sentidos.

-No quiero problemas- Declaró la chica, mientras escondía la bolsa donde se encontraba la kwami.

-Sólo queremos divertirnos- Hecho una carcajada uno de a los dos hombres, mientras se acercaba peligrosamente a la azabache.

-Se ve que podrás entretenernos un buen rato- Inquirió el otro, mientras bebía de una botella de vidrio.

Marinette empezó a correr en dirección contraria a los hombres. La lluvia se hacía aún más fuerte, y debido a la humedad del pavimento, ella resbaló.

-¿A dónde crees que vas?- Cuestionó uno de ellos tomandola de los brazos.

Por instinto, Marinette alzó ambas piernas, para así golpear la hombría de aquel sujeto.

-¡Hija de per....-Exclamó el hombre, para después romper la botella que llevaba en mano, convirtiéndola así en un arma. -Ahora verás- Aseveró, para después tratar de enterar la botella en el cuerpo de la chica.

A pesar de que la azabache logró esquivar los primeros atraques, este pudo enterar la botella en su muslo derecho haciéndola gritar del dolor y al poco tiempo caer al pavimento.

Él se posicionó enésima de de ella y alzó de nuevo la botella amenazandola con apuñalarle.

Debido al clima poco amigable y en la situación en la que se encontraba, la azabache se vio forzada a formular un plan de escape. Tenía que transformarse antes de que fuera demasiado tarde. No importaba si dejaba al descubierto su identidad; era el testimonio de dos ebrios a fin de cuentas.

No obstante, algo pegajoso se adhirió a la mano del hombre, y de la nada lo tiró hacía tras.

Debido a la oscuridad de la noche, sólo se escucharon lo gritos de ambos hombres.

Un silencio tétrico se hizo presente, y la oji-azul asustada, trató de levantarse, pero el dolor de su herida la detenía.

-Si que te gusta meterte en problemas- Opinó una voz familiar para la azabache.

De entre las sombras apareció aquel héroe arácnido. Al ver la pierna de la azabache completamente llena de sangre, se acercó rápidamente hacia ella.

-Ok, esto se ve mal- Mencionó el arácnido preocupado.

-¿Cómo me encontraste?- Inquirió Marinette seria.

-Eso no importa ahora- Declaró Spiderman. -Karen, ¿puedes decirme que hacer en caso de una herida de arma blanca?

La azabache lo miro desconcertada.

-No es necesario- Alegó la francesa.

-Tu herida es profunda, debo parar la hemorragia- Replicó el héroe. -Si no lo hago podrías...morir.

La azabache sólo asintió, dando permiso al arácnido para ayudarla. Este tuvo que trozar parte del pantalón de la chica, dejando así al descubierto la herida. Hizo presión sobre esta y con algunas telarañas creó un torniquete.

-Bueno, esto detendrá por mientras la hemorragia- Anunció el arácnido.

-Gracias- Susurró la francesa. -¿Qué hiciste con los dos hombres?- Cuestionó dudosa.

-Digamos que no volverán a molestar a nadie- Respondió él.

-¿Tú los....

-¿Qué? ¡Claro que no! -Exclamó Spiderman. -Bien te llevaremos a un hospital...

-¡No!- Interrumpió la azabache. -Puedo arreglarmelas sola- Explicó.

-¿Estás segura? Porque eso parece grave.

-Si- Contestó Marinette. -Pero, ¿Podrías llevarme a mi casa?- Pidió tímidamente.

El arácnido pudo notar un ligero sonrojo por parte de la chica, lo cual le dio ternura.

-Esta bien, pero necesito que me digas todo la que sabes de ese tal Chat noir- Solicitó Spiderman.

-Sólo se que él no es un criminal- Masculló la oji-azul.

Spiderman comprendió que tal vez no era el mejor momento para hacerle un interrogatorio a la azabache, pues al escuchar de él, su expresión había cambiado drásticamente. Tal vez había pasado algo delicado entre ellos dos. Lo mejor sería dejar las cosas como están por el momento

Una vez que Marinette recuperó fuerzas, le indicó al héroe la dirección de su casa. Éste la cargó estilo nupcial y empezó a columpiarse por las grandes calles de New York.

Era común para la chica sentir el viento y las gotas de lluvia contra su rostro, pero había algo diferente está vez. Tal vez era porque estaba en una nueva ciudad, o tan solo era por la presencia del enmascarado, el que en tan sólo en un día la había salvado repetidas ocasiones.

En cuanto llegaron a casa, el arácnido dejó a la chica en su habitación, claro estaba que habían entrado por la ventana de esta, para no llamar la atención de May.

Marinette agradecida, se despidió del héroe con un beso en la mejilla, causando un sonrojo extremo al chico. En estos momentos Parker agradecía tener una máscara consigo.

Éste se salió de la habitación de la azabache, y sigilosamente entró a la suya.

-Peter tu ritmo cardíaco se ha elevado- Anunció Karen. -¿Te encuentras bien?

-Si, creo que me siento muy bien- Respondió alegremente.

Cuando Chat noir había "secuestrado" a la azabache, Peter le había dicho a May que Marinette estaba muy cansada y que dormiría, con tal de no preocupar a May.

El castaño decidió ir a la habitación de la joven para ayudarla, pero esta vez no como Spiderman, sino como Peter. Tocó levemente la puerta hasta oír un "Pasa"

-Marinette, May.....- El chico fingió asombro al ver a la chica con la herida al descubierto. -¿Qué te ha pasado?- Actuó con pánico, y a decir verdad no se le daba muy bien al castaño.

-Fue un pequeño accidente- Explicó nerviosamente la azabache. -Estaré bien, se como manejar esto.

-¿Necesitas ayuda?- Se ofreció amablemente el castaño.

-Por ahora no, pero gracias- Respondió la oji-azul.

-Entonces te daré espacio- Peter estaba punto de marcharse de la habitación de la francesa.

-Peter- Él volteó rápidamente hacia Marinette. -No le digas nada a May, ya han hecho bastante con acogerme y no quiero causar más molestias de lo necesario.

-Mis labios están sellados- Dicho esto, el castaño le dio una sonrisa a azabache para después marcharse.

Marinette con dificultad pudo curar su herida. Esto le hacía tener recuerdos de cuando terminaba de patrullar en París. Entraba sigilosamente a su cuarto cada noche, y en ocasiones tenía que lidiar con algunas heridas.

Ese era uno de los precios de ser una súper heroína.

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Aunque no lo crean donde vivo son las 2:00 a.m. 😅 Y estoy empezando a creer que mi creatividad surge con el insomnio XD.

En otras noticias, acabo de ver el trailer de Spider-Man Far From Home y lo ame!!! Díganme ¿qué les pareció?

Bueno, hasta el próximo capítulo!!!