4
Era sorprendente como las cosas que la chica había adquirido en los dos años de vivir en aquél solitario, desordenado y horrible departamento cupieran en una mochila. Aria había terminado de empacar sus cosas para mudarse al que era su hogar antes de la muerte de June. Llevaba consigo únicamente las cosas importantes, tal como la foto de June, el peluche que él le obsequió y todas las cosas que hacía que su mente viajara hacia los recuerdos del pelinegro.
Aria recorre la habitación en busca de algún artefacto que haya podido olvidar, pero no consigue más nada. Ni allí, ni en el baño, ni en la cocina, ni en la pequeña sala de estar que carecía de muebles ya que nunca tuvo la intención de recibir visitas en ese apartamento de mala muerte. Aunque Aria jamás lo admita en voz alta, el mudarse era necesario si volvería a la vida frente a las cámaras. La seguridad en el edificio no era la ideal si retomaría su vida de artista así que, sin darle una última mirada, se dirige a la salida del apartamento y cruza el umbral cerrando la puerta tras de sí.
No siente apego alguno por ese lugar que solo la escuchó llorar una y otra vez, tampoco se volvió cercana a sus vecinos así que el mudarse drásticamente no le afectará en nada a sus relaciones amistosas ni necesita despedirse de alguien. En realidad, Theo era la única persona que desde hace más de un año la visitaba, habían otras personas que antes hacían el intento de echarle un vistazo a la pelinegra cuando podían pero, debido a la resistencia de Aria, desistieron. Por fortuna o desgracia, aún Aria no decide cómo interpretarlo, Theo era perseverante.
La pelinegra deja las llaves del apartamento en recepción, donde la recepcionista de mediana edad le dedica una amable sonrisa y le desea suerte en su futuro. La mujer solo da un leve asentimiento ante esos deseos y camina a la calle para tomar un taxi que la lleve a la agencia, desde hoy debía retomar su vieja vida. Logra conseguir un taxi sin problema y el camino dentro de este transcurre en silencio. Luego de unos minutos el vehículo se detiene frente al inmenso edificio de la empresa MT Entertainment, Aria entrega el dinero correspondiente del viaje al conductor y, luego de una respiración profunda, sale del auto.
Los flashes dirigidos a su rostro no se hacen esperar al igual que la marea de voces que la golpean cual ola a piedras al costado de un risco. La mujer de orbes grises ignora cada una de las preguntas de los paparazis, quienes desesperadamente intentan obtener información sobre lo que sucede en la vida de aquella pobre mujer que desapareció de los medios un día sin dejar rastro alguno. Pero ella solo quiere trabajar.
Esta vez los de seguridad la dejan entrar sin problemas y la mujer se dirige de manera automática hacia la sala de espera mientras lucha con todas sus fuerzas para mantener los recuerdos de June en aquella caja de cristal de su mente. Al llegar a aquella sala se sienta en uno de los muebles a la espera de su mánager, con la cual no tiene contacto desde hace meses cuando decidió que no seguiría con su vida de artista. Debe estar bastante molesta por lo mucho que la ha ignorado y cómo logró escaparse de ella durante tanto tiempo. El atisbo de una sonrisa se presenta en sus labios de solo imaginarlo, pero el recuerdo de las veces que se escapó de ella la invade con ferocidad, es allí en donde sabe que perdió la batalla.
—Debería haber una zona donde podamos descansar además de la cafetería —Se queja la joven pelinegra—. Es agotador tener que estar rodeada de tantas personas.
—Admite que no te molesta estar rodeada de personas, te molesta que no podamos tener un momento íntimo los dos —Responde June en un tono lleno de picardía mientras se acerca a su novia lentamente.
Ambos se habían escapado de sus managers y compañeros para subir a la terraza del edifico y poder tener un momentos juntos. Desde que anunciaron su noviazgo no han podido pasar tiempo juntos ya que la condición del presidente era evitar los rumores a toda costa.
—Sería ideal si viviéramos juntos, pero la gente hablará si nos mudamos juntos antes del matrimonio —La chica hace un pequeño mohín con sus labios cruzándose de brazos observando al pelinegro, logrando cautivar más el corazón de June.
El chico solo toma de la cintura a su novia mientras sonríe de oreja a oreja.
— ¿Por qué sonríes? —Pregunta Aria elevando levemente su mirada.
— Porque soy afortunado de tener una novia que me ame tanto como para pensar en vivir juntos.
Aria se golpea internamente por admitir que quiere vivir junto a June, teme a que él piense que van muy rápido y, en consecuencia, se comience a alejar de ella. A diferencia de Aria, esta no es la primera relación del pelinegro. Además, entre ellos existen tres años de diferencia. No quiere que June piense que es una chica que vive en un mundo fantasioso donde a los meses ya esté imaginando la boda y el nombre de sus mascotas, solo que tampoco sabe cómo controlar los sentimientos tan fuertes que tiene por el pelinegro frente a ella.
June, quien conoce bien a su novia, nota por su expresión que está sobre pensando las cosas, así que en un ágil movimiento une sus labios a los de ella.
Ambos mueven sus labios en un dulce compás lleno de ternura, en ese dulce beso transmiten lo mucho que se aman, se añoran y se extrañan. Comparten su amor honesto que no tiene apuros por madurar, es un beso que demuestra que el amor puede dar tranquilidad y paz. Un beso que demuestra que están hechos el uno para el otro.
—Te amo mucho Aria, y también me gustaría vivir contigo —Comenta June al separar sus labios de los de la chica. Con delicadeza une su frente a la de ella y Aria solo puede sentir su corazón latir con rapidez ante las palabras de su novio— Despertarme a tu lado sería lo mejor que podría pasarme, solo dame tiempo y pronto podremos vernos todo lo que queramos —Añade el pelinegro— No te preocupes, tenemos toda la vida para vernos —June deposita un beso ligero sobre los labios de Aria, haciéndola sonreír— Toda una vida para amarnos.
Pero no tuvieron toda la vida. La vida de June se acabó y, junto a ella, la vida de Aria quedó congelada. Aria se mantuvo estática desde el momento que la terrible noticia del suicidio de June se le fue dada. Es como si la luz se hubiera apagado sin previo aviso, dejándola sola en un lugar donde la oscuridad y la frialdad era lo único que la acompañaba. Los recuerdos de June dolían, dolían debido a que no volvería a vivir algo similar junto al pelinegro, tal como lo hacen en ese momento. Una puntada de dolor se instala en el pecho de Aria tras ese recuerdo, los besos y caricias de June siguen impregnados en su cuerpo, manteniéndola prisionera del pasado. Todos sus recuerdos están intactos en su mente.
— ¡Aria! —Exclama una voz femenina que conoce bien, aquella voz culmina su momento a solas y su momento de recordar a June.
La mujer levanta su mirada para ver a Sophi, su mánager. La persona que más la ha aguantado después de June y Theo, claro está. La mujer de unos treinta y algo años sigue siendo igual de bajita y tierna como la recordaba. Continúa usando unos lentes de montura gigante para su pequeña cara con grandes mejillas rosadas y llenas de pecas, su cabello color cobrizo aún cae en rebeldes risos hasta sus hombros y ella sigue transmitiendo esa vibra que te hace sentir lo suficientemente segura para confiarle hasta tus más oscuros secretos con los ojos cerrados.
Sophi se sienta frente a Aria mientras espera que esta diga algo.
—He vuelto —Dice con simpleza la pelinegra.
—Me alegra que hayas vuelto, sabes que estaré aquí para apoyarte—Sophi toma con delicadeza la mano de Aria dedicándole una diminuta sonrisa en muestra del apoyo que planea darle.
La culpa invade a Aria mientras observa a la mujer sentada ante sí. Sophi siempre se mostró decidida a ser su apoyo desde lo ocurrido con June, pero ella lo único que hizo fue alejarla y huir de los orbes oliva que la observaban con lástima. Aria se dedicó a huir de su antigua vida porque esas miradas la agobiaban. La tristeza, la lástima y el intento de dar consuelo reflejado en la mirada era algo que la seguía desde aquél día y detestaba con todas sus fuerzas que las personas la vieran de esa manera, la hacían sentir tan débil y pequeña. Miradas como la que le dedicaba la pelirroja en ese momento. A pesar de la molestia que siente por ello Aria decide mantenerse en silencio, la mujer ha tenido que esperar 2 años porque ella se atreviera a volver a trabajar y aún debe esperar, porque Aria sigue sin sentirse preparada.
Sophi por su parte no culpa a la chica, sabe todo lo que ha vivido la joven desde que debutó como artista. Aria sufrió demasiadas cosas y quien estuvo para ayudarla en esos momentos fue June, es entendible el apego que desarrolló hacia el pelinegro puesto que él hacía hasta lo imposible para hacer sentir mejor a su novia, él siempre se esforzó por ella. Eran una relación hermosa, pero no pudo ser eterna. Ya no quedan rastros de la joven que sonreía por toda la agencia y llegaba a sus ensayos con energía. Ahora es una mujer de veinticinco años, con una mirada llena de nostalgia y añoranza. Los ojos grises que antes brillaban cual diamante ahora se muestran sin vida. Su alegre protegida ya no existe y Sophi no sabe si algún día volverá.
— Gracias, ayer el presidente Mark me entregó mi horario —Aria da inicio a la conversación sobre su trabajo con la intención de eliminar la mirada de lástima que la pelirroja le dirigía—. Vi que está colapsado, ¿hay algo más que deba saber?
—Tienes clases de canto, ensayos de baile, entrenamiento físico —La mujer de cabellos cobrizos comienza a enumerar con sus dedos—. También tus horas de composición, clases de actuación nuevamente y las citas con el psicólogo — Culmina la chica con la primera parte de lo que debe hacer Aria.
—Me imagino que no trabajaré tan pronto, aún no han anunciado mi regreso —Comenta la chica queriendo saber cuánto tiempo libre le queda.
—La próxima semana tienes una sesión de fotos la cual se usará para anunciar tu regreso de forma oficial —Responde Sophi, para luego quedarse en silencio unos instantes—... Bueno, ya algunos medios han publicado fotografías donde sales entrando y saliendo de la agencia, por eso se han esparcido rumores sobre si volverás o si culminarás tu carrera —La pelirroja vuelve a hacer una pausa evaluando el semblante de Aria, el cual permanece sereno. Al notar que no lo está tomando mal continúa hablando—. Algunas marcas, directores de series, películas y otros artistas quieren colaborar contigo de ser cierto tu regreso.
—Supongo que no han aceptado, ¿verdad? —La pelinegra enmarca su ceja con curiosidad. La sesión de fotos lo entiende, pues deben promocionarla. Pero... En el fondo espera que no la presionen a tomar tantos trabajos como antes.
Ella y June poco se veían ya que estaban colapsados de trabajos. Sesiones de fotos, desfiles de modas, series, películas, colaboraciones y más desbordaban la agenda de Aria. Y aunque otro artista se haría feliz teniendo trabajo sin parar, ella solo quería tener un momento a solas con su novio. Quizás eso hubiese ayudado a que él siguiera con vida...
—El único trabajo oficial que tienes es la composición de dos canciones del próximo álbum de Revenger, además de una colaboración con ellos —Explica con calma Sophi—. Hay algunos trabajos que creo que serán excelentes para ti, pero aún está en discusión, así que luego el departamento de mercado y el de relaciones públicas nos ayudarán a elegir los mejores trabajos para ti.
—Solo no me colapsen la agenda, quiero tener tiempo a solas —La pelinegra pide con un deje de implore plasmado en sus ojos, Sophi asiente rápidamente ante su petición, no permitirá que la empresa recargue de trabajo a Aria al punto de repetir lo ocurrido en el pasado.
—Lo expondré en la próxima reunión —La mujer lee rápidamente los documentos que trajo consigo para recordar las otras pautas que debe comentarle a su cliente—. Tendrás tu propio auto asignado, El guardia será tu chofer pero yo siempre estaré junto a ustedes lógicamente, porque si no escaparás —La voz de Sophi sale burlona con la última frase a la que Aria solo asiente, su mánager tiene razón, si es otra persona para ella sería fácil huir— También cuentas con un equipo de seguridad, profesores particulares y una sala de composición para ti sola —La pelirroja alza la vista expectante de ver un cambio en las facciones de Aria, pero la pelinegra mantiene su rostro apacible sin rastro de felicidad en él. Sophi se remueve el asiento y coloca los papeles sobre su regazo observando a Aria—. Me enteré que vivirás al apartamento que compraste hace dos años. ¿Te sientes cómoda con eso o prefieres vivir en los dormitorios? Quizás pueda conseguirte otro departamento...
Después de todo, ese departamento tiene dos dueños y el segundo ya no podrá habitarlo.
—No quiero deberle más a la empresa, prefiero mudarme al apartamento que ya tenía. No debes preocuparte, no pasará nada—Aria añade apenas ve que la mujer abre la boca para refutar su decisión, sabe lo que puede preocupar a Sophi, así que intenta calmarla antes de que pueda formular palabra alguna—. ¿Hay algo más para hoy? ¿Comienzo a ensayar ya o qué?
La pelirroja hace su mayor esfuerzo para que una mueca de preocupación no se instale en su rostro. Ha conocido el tiempo suficiente a Aria para identificar cuando cambia de tema porque no se siente cómoda. Por ello decide pasar de alto el que ni siquiera le dejara comentar algo sobre lo del apartamento y prefiere responder sus preguntas.
—No somos tan desalmados para hacerte ensayar de una vez —Un suspiro abandona los labios de Sophi, aunque no puede culparla de que piense de esa manera sobre la empresa— Hoy te presentaré a tu equipo de trabajo, también conseguiremos tu carnet para que entres sin problemas —Informa a medida que recuerda qué deben hacer—. El presidente Mark autorizó que compusieras las canciones de tu próximo álbum, así que mañana podrás ir a tu estudio para componer. Luego debes discutirlo con los productores de la agencia y así podrán empezar las grabaciones. Al final, dependiendo de las melodías, se harán las coreografías. Pero bueno, ya conoces todo el proceso para volver así que no debo explicarte mucho.
Aria no puede evitar la sorpresa ante la noticia de la autorización del presidente, el único que había logrado componer un álbum entero era June y se debía a que todos admiraban su música. Ella solo había conseguido componer un máximo de dos canciones en toda su trayectoria. Por eso la pelinegra intenta no hacerse mucha ilusión, porque sabe que los productores querrán cambiar cosas y al final quizás termine cantando pocas canciones compuestas por ella. Pero tiene una leve esperanza de poder desahogarse en la música, quizás componer la ayude a expresarse mejor.
—Bueno, hagamos lo de conocer al equipo y conseguir mi carnet para poder ir y acomodar el apartamento —La frialdad en la voz de Aria sale tal brisa helada en una noche de invierno— No quiero estar más tiempo aquí, así que terminemos todo lo de hoy.
Sophi no se siente ofendida por las duras palabras de la chica, entiende que no lo hace a propósito y simplemente la agencia le recuerda demasiado a June. Pero considera que tampoco debería ir al apartamento, es peligroso que esté sola.
— Vamos entonces —Sonríe la mayor para luego levantarse de su asiento.
Aria sin ánimo alguno se levanta luego de la mujer y la sigue por toda la empresa, una por una van haciendo las cosas que tenían anotadas. La pelinegra intentó presentarse de la mejor manera posible a su equipo de trabajo, pero este no cambio mucho. Sus antiguos guardaespaldas volverán a ser quienes la cuiden, los productores son quienes alguna vez trabajaron con June y el profesor de baile continúa siendo el mismo de cuando ella era activa. Así que lo único que hizo fue anunciar con desanimo su regreso y pedirles que cuiden de ella.
Después de caminar de un lado a otro termina en recursos humanos recibiendo su carnet como miembro de la compañía. Al salir de aquella oficina Sophi la espera con varias bolsas de marcas costosas que ella conoce bien.
—Aquí tienes —Levanta las bolsas para mostrárselas con una sonrisa— El presidente Mark te da este regalo de bienvenida. Tienes ropa, zapatos, accesorios y maquillaje —Comenta mientras entrega una por una— Y estas otras son de marcas que escucharon los rumores de tu regreso y seguramente quieren ser las primeras en vestirte —Añade entregando otras.
— ¿No es como mucho? —Dice Aria mientras sostiene las diez bolsas que le entregó la mujer, son algo pesadas para ella así que se las entrega al guardaespaldas—. Gracias —Murmura en un tono de voz bajo.
El hombre solo asiente, demostrándole que sí la escuchó.
—En la camioneta hay más —Se encoge de hombros la mujer de cabello cobrizo, restándole importancia a la cantidad de obsequios.
La chica solo suspira— Vámonos, debo desempacar.
Al ver como su mánager asiente camina hacia la salida. Lo único que sostiene es la mochila con las cosas preciadas, el guardaespaldas se ha ofrecido varias veces a sostenerla pero ella se negó. No quiere que nada se dañe, todas las cosas que se encuentran en el interior de ese bolso negro son importantes para ella, así que siente que debe cuidarlas.
Al atravesar el pasillo divisa los posters que el día anterior había observado junto a Theo. Aria se queda estática ante la imagen de su novio plasmada con aquella sonrisa tan característica de June, lo que logra que Sophi se alerte de inmediato. El presidente Mark le comentó sobre el suceso de ayer y le pidió que no se repitiera por lo que, aún con las palabras de su jefe presentes en la mente, toma del brazo a la pelinegra y la encamina a la salida. Aria dándose cuenta de lo que está pasando comienza a caminar por sí misma, desviando la mirada de la fotografía para conectar con la de los guardias que no la querían dejar entrar. Los mira desafiante y le muestra el carnet donde claramente dice: Cantante. Ellos solo se asustan creyendo que los acusará y serán regañados por tratar mal a la famosa. Saben por la cantidad de guardias que lleva consigo y por los regalos que no es cualquier cantante perteneciente a la empresa, es de las más importantes.
Pero Aria solo quería presumir por el mal trato que le dieron, no los acusará ya que ella no es así. Ignorando los flashes y preguntas de los periodistas que quieren saber si volverá o no, entra a la camioneta que la espera en la entrada.
— ¿Por qué, aunque hay un estacionamiento, debemos entrar y salir por donde nos ve todo el mundo? —Preguntaba una ignorante Aria, quien acababa de debutar.
—Porque así la prensa habla de ti, te saca fotos y a los fans le gusta tener la mayor cantidad posible de fotos de su artista favorito —Respondía un June de veinte años— Así que debes seguir haciéndolo.
Aria había terminado el ensayo y estaba en sus clases de vocalización con June, quien aunque era también artista de la empresa y pertenecía al grupo más famoso le gustaba enseñar a los más nuevos y apoyarlos.
—Entiendo su explicación, tiene razón —Responde la pelinegra de diecisiete años mientras asiente, no lo había visto de esa manera.
—Ya te dije que me tutees, no soy tan mayor —June sonríe mientras le alborota el cabello— Me duele el corazón si me tratas como un anciano.
La joven sentía sus mejillas calentarse, seguramente se había ruborizado así que con sutileza asiente y esconde su rostro para evitar que el mayor se dé cuenta de que su tacto logra conmover el corazón de Aria. Después de todo, alguien como él no se fijaría en ella, él era demasiado para ella.
— ¡Aria! —Exclama Sophi logrando sobresaltar a la pelinegra—. Te estoy preguntando que si quieres ir al apartamento o prefieres ir a almorzar conmigo —Dice la mujer quien se había cansado de llamar a la chica.
Aria solo suspira, recordó sus primeros momentos junto a June antes de comenzar su relación. Ella nunca pensó que él se fijaría en ella y quizás si no lo hubiese hecho seguiría vivo.
— ¿Entonces? —Insiste la mujer viendo por el retrovisor.
—Quiero ir a mi apartamento, tengo mucho que hacer.
No tiene hambre, solo quiere llegar al apartamento que tiene desde hace dos años para poder llorar con calma. Necesita desempacar y llorar mientras los recuerdos siguen apareciendo, sabía que volver a la empresa era mala idea pues ahora hay recuerdos que no aparecían, memorias que estaban enterradas y ese lugar se encargó de sacar a la luz para hacer que el sufrimiento de la pelinegra creciera.
NOTA DE AUTOR:
Poco a poco podemos ir viendo porque Rose era tan apegada a June, incluso puede que conozcan como se enamoraron. Si quieren conocer a los modelos de Rose y June pueden ir a mi instagram: lv_maria01
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro