Capítulo 14
Como habitualmente hacia su rutina de pararse a la 10AM desayunar ver la televisión y luego ir a trabajar a un restaurante de mesero.
Mientras que su pareja se paraba mucho más temprano para ir a trabajar, él dormía hasta cierta hora.
Se paro de la cama con cierta pereza, caminaba lento hacia al baño con los ojos medio cerrados, aún estando medio dormido.
Se echo agua en la cara y abrió completamente los ojos, se miró por el espejo, su cabello castaño alborotado, sus ojos con algunas ojeras por noches en las cuales no dormía bien.
Se echo nuevamente agua en la cara, se miró al espejo ahora mucho más despierto que antes, viendo su figura, algunos pensamientos entraron en su cabeza pero tan rápido como entraba salía, sacudió su cabeza, aún era muy temprano como para pensar en lo desagrable que se sentía consigo mismo.
Se metió a bañar y cuando termino, salio en toalla del baño, busca en el armario su uniforme que consistía en una camisa roja y su pantalón negro, con su correa se lo puso, el uniforme en si resaltaba mucho su figura.
Recordó como aquel día en el restaurante un hombre de pelo gris y ojos color verde, alto y formidable lo miraba con deseo, él sin perder la oportunidad le coqueteo y como ese mismo día quedaron enredados.
El sonido de su celular lo despertar de su recuerdo, agarro su celular, vio que era Kuroo, su amigo y compañero de trabajo, contestó la llamada.
–¿Donde andas, bella durmiente?
Se escucho la voz grave del pelinegro del otro lado.
–Cállate idiota, deja de llamarme así, aun me estoy vistiendo y voy a desayunar.
Contesto con su habitualmente humor, ambos se llevaban así de pesado, el otro se burlaba de su altura y eso hacia que se enojara, eran buenos amigos, su amistad se formó de una manera inesperada pero conectaron como buenos amigos.
–Mueve tu jodido trasero, no ves que hoy es un día especial y debíamos de llegar temprano.
Se escuchaba al otro lado de la línea al pelinegro un poco enojado.
–Ya voy, espérame unos 10 minutos.
No dejo que el otro lado contestara y colgó, termino de vestirse y desayunó algo rápido, agarro su bolso y llaves y salió del departamento para bajar la escalera, enfrente del edificio estaba el carro del pelinegro parqueado.
–Hasta que por fin bajas, muévete y sube.
El pelinegro dijo desde adentro del carro, con la ventana abajo, estaba con una mano en el volante, también tenía el mismo uniforme que Yaku, empezó a subir la ventana. El castaño se apresuró en entrar al carro, no dijeron nada más y el carro arranco en dirección hacia el restaurante.
El camino fue algo corto, llegaron al restaurante, se bajaron de carro y entraron por la puerta de atrás donde el personal estaba autorizado, dejaron sus cosas en los casilleros que se les dio, entraron a la cocina.
En la cocina todo estaba hecho un loquero, los cocineros de un lado para otro, ese día habían reservado el restaurante para una fiesta en donde iba a ir muchas gente importante y el dueño claramente quería que todo quedara perfecto al igual que él Jeff.
Se preparo para salir y tomar las órdenes de los clientes, al igual que Kuroo ambos salieron y empezaron a atender.
Por fin había terminado todo, realmente estaba agotado, el restaurante ya estaba cerrado, había sido agotador estar de aquí para allá, al final de cuenta ese era su trabajo. Estaba sentado en una silla, rescatado del cansancio.
–No puedo, me duelen los pies–Se quejo en voz alta, apoyando la cabeza en la mesa.
–Tú cállate, que no fuiste el que tuvo que andar con una sonrisa todo el día, no ves que me duele mis mejillas.
Se quejaba el pelinegro, tocando su mejillas, estuvo con una sonrisa todo el tiempo atendiendo a los clientes los cuales era difícil de hacer que quedara satisfecho.
Se quedaron un rato así, hasta que alguien más le llamó la atención para que empezarán a recoger para irse a casa, aun siendo meseros tenían que ordenar y limpiar para irse, así lo hicieron, fueron a sus casilleros y se cambiaron de ropa, salieron y se subieron en el auto del más alto.
–¿Aún no le hablas a Asahi sobre él verdad?
Kuroo aparte de ser su compañero, era su mejor amigo, él siempre tuvo para él en cada momento, lo conoció cuando estaba terminado la universidad, se caían mal al principio pero llegaron a ser buenos amigos, él siempre le contaba todo, con referente a todo, era todo y obviamente le contó su reciente infidelidad.
Estaba jugando con los cordones de su abrigo, no había respondido a la pregunta, él otro sabía que era un evidente no.
–Sabes que aunque soy tu amigo, no te apoyo para nada, sabes que lo que estas haciendo esta mal.
Él otro siguió hablando, en un tono serio, claramente cuando se entero se enojo con el más bajo, le hablo y aconsejo, sabía que por más que fuera una aventura no debía de haberlo hecho, pero no fue sólo una aventura.
Pensó que lo sería, pero sintió que le dieron una atección única, se sintió tan especial que no tuvo miedo de seguir, se enamoro de una manera que no pensó que pasaría, se sentía plenamente amado pero al final estaba destruyendo lo que construyo con Asahi, que fue tiempo perdido para ambos si al final ya él no lo amaba de la misma manera, que le mentía, que se acostaba con él, aún cuando en su mente estaba alguien más.
–Lo sé...pero no quiero lastimarlo, es difícil.
–Ya lo estas haciendo, le estas metiendo y además engañando ¿que hubieras hecho tu si alguien te hace eso, Morisuke? Claramente hubieras esperado que te lo dijera a que tu te enterarás, no seas cobarde, por favor–El tono del pelinegro escuchaba algo enojado, había levantado un poco la voz.
–¡Tú no lo entiendes Kuroo!‐Grito enojado, sus ojos se iban empañando de lágrimas, su rostro se ponía rojo de enojo pero también de la lágrimas que estaba empezando a soltar.
Kuroo no dijo más nada de ahí, empezó a manejar hacia otra dirección antes de ir a la casa del más bajo, manejo hasta un parque cercano, se estacionó, ambos se quedaron dentro del auto, él espero hasta que el castaño se calmara.
–Sabes que lo que te digo no es por que te odie, al contrario, eres mi amigo, casi como un hermano y quiero lo mejor para ti, es mejor que seas feliz sin ocultarte, sin sentirte culpable, a que seas miserable porque también te estás haciendo daño a ti.
Él escucho lo que decía Kuroo, se quedó un buen rato llorando, él pelinegro lo consoló, realmente lo que él estaba haciendo sabía que esta mal, pero se sentía mal, porque él del pasado lo hubiera odiado, hizo muchas cosas para ser pareja de Azumane para que terminará con él siendo infiel.
Cuando se sintió más calmado, volvieron a retomar el camino al departamento del castaño, se despidieron, bajo del auto y entró al edificio, empezó a subir las escaleras distraído en sus pensamientos cuando llego hasta su puerta sacó la llaves de su bolsillo y abrió.
Se encontró al mayor sentado en el sofá con su mirada algo perdida, cuando lo noto, sintió algo raro en su mirara, no lo miraba de la misma forma que siempre lo hacía, así que preguntó.
–¿Paso algo?
Pregunto con su hilo de voz algo bajo, temía, tenía miedo de que se haya enterado de lo que él hacía fuera de casa, de supiera que le era infiel.
El mayor no dijo nada, se quedó callado un momento hasta que volvió a verlo, con su mirada algo fría, sintió su corazón apretarse ante esa mirara.
–Yaku, debemos de hablar.
Y hasta aquí termina su querido capitulo, algun error haganmelo saber
Ya saben que me encanta dejarlo con el suspenso
Besos y abrazos 💗
Echense un grito si quieren otro capitulo
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