Es ella (Parte 1/2)
30 minutos después.
—3... —mire a mi mejor amigo por quinta vez. Fruncí el ceño, no entendía qué estaba pasando ya, sentía que estaba soñando—, 4..., 5... —Charlie sonrió.
—¿Qué cuentas Natalie? —no sé qué hacer, estaba tan aburrida. Ninguno de los dos tenía celular, el de Charlie estaba en la sala y el mío se cayó cuando me estiraron aquí.
—No lo sé, estoy muy aburrida —le hice un puchero al chico. Me estaba sintiendo cada vez más sofocada y el lugar no ayudaba mucho, era pequeño pero sí cabemos los dos—. Ya sé, cuéntame sobre la chica —asintió un tanto entusiasmado.
—Bueno, todo comienza en tu habitación —abrí mis ojos. Por favor que no me diga que hicieron cosas indebidas en mi cama—. Yo estaba recostado en tu cama, me sentía tan sofocado porque estaba huyendo de Gabriela, así que por eso me metí a tu cuarto —se acomodó de tal manera que se quedó frente a mí y continuó;—. Retomemos desde que estaba acostado, estaba pensando en cómo iba a vivir en Japón desde que me fuera, quiero decir, no ibas a estar tú. La puerta se abrió y entonces la vi, te juro que me gustó desde que se asomó —Charlie sonrió, no podía quitar mis ojos de él, me sentía rara—. Ella iba a irse pero la detuve y le dije que se quedara si gustaba, si lo hizo, se quedó. Estuvimos hablando de nuestras cosas, fuimos demasiado sinceros y nos abrimos mucho esa noche, fue maravilloso —se levantó e hizo que yo también me pusiera de pie, tomó mi mano y me atrajo a él—. Bailamos esa canción de Selena Gomez con la que estoy obsesionado —sonreí al sentir como empezaba a cantar y a bailar conmigo—. Cuando la canción terminó, nos miramos con ternura a los ojos. Yo veía muchas cosas en el destello que había en ellos, su sonrisa también era hermosa y me transmitía tantas emociones —era extraño que quisiera que se acercara a mí y me besara. Pero en qué estoy pensando, Natalie, ¡por dios!, tú tienes novio y lo amas, como es posible que quieras que Charlie te bese.
—Eso es muy bonito —lo comprendía, había pasado la mejor noche de su vida con Camila y era por eso que él quería volver a verla. ¿Debería decirle?—. Charlie...
—Todo fue tan perfecto —seguía moviéndose al ritmo de la música imaginaria y yo junto a él. No sabía cómo iba a hacerlo, cómo rayos se lo tomaría—. En ese momento, cuando la canción había terminado, ambos nos miramos y supe que era el momento, así que la besé, la besé de una manera tan dulce que quería que esa escena quedara congelada —Charlie era tan cursi cuando le gustaba una persona, puede analizar como es él, sonará ridículo porque lo conozco desde hace doce años, pero jamás se deja de conocer a alguien por mas que creas que lo haces.
—Charlie... —él me mostró una sonrisa tranquilizadora. Estaba tan agradecida que él estuviera conmigo, por todos los años que ha estado para mí—, hay algo...
Me volvió a interrumpir—Natalie es confuso, porque yo me siento realmente atraído hacia ti, pero algo me dice que esa chica es mi alma gemela y necesito encontrarla, necesito tener esa oportunidad de nuevo —demonios Charlie, él me sigue queriendo a mí, después de todo él se iba a ir por lo abrumadora que era esa idea. Yo no lo rechacé, no sabía que sentía ahora mismo, tengo novio y lo amo, pero cuando estoy con mi mejor amigo es diferente, siento diferente. ¡Qué confuso! ¿Qué hago?—. Fui un tonto al dejar ir una oportunidad así, la tenía a unos tres metros de mí y no hice nada —bueno, creo que ambos fuimos unos tontos al dejar ir una oportunidad así. Sí, saben a lo que me refiero y lo acepto, me gusta Charlie. Pero me gusta David también—. ¿Qué puedo hacer Natalie? ¿Qué harías tú?
—Los dos me gustan... ¿Cómo? ¡No! —¡Rayos!, hablé en voz alta. Trata de arreglarlo, Natalie has algo—. ¿Es la adecuada para ti? Si tú lo sientes, pues tal vez debes hacer lo posible por buscarla de nuevo —excelente, lo mantendrá ocupado. Ya no quiero pensar en eso.
—Lo haré, pero estoy tan confundido, ¿qué es los que realmente quiero ahorita? —estamos en las mismas mi querido amigo, que extraño, me siento como cuando estaba en la universidad—. ¿Quieres que paremos de bailar? —no me había dado cuenta que ni siquiera paramos de hacerlo, estaba tan sumergida en mis pensamientos. Negué, me sentía tan bien, como si no me importara que los dos estuviéramos encerrados en un armario.
—Charlie... —él siguió danzando junto a mí de una forma lenta. Sus ojos me miraban de una manera que no podría describir, sentía tanta libertad ahora mismo, sentía que solo éramos Charlie y yo. Era el momento perfecto. No había nadie más, solo nosotros. Sonreí y pasé mis brazos rodeando su cuello—, bésame —y de nuevo, volví a hablar en voz alta. Sabía que tal vez había arruinado esto, ahora va ser incómodo estar encerrada aquí con él—. Lo siento, no quise...
Sin esperar a que terminara la ridícula frase que iba a decir, me besó e hizo que callara. Miles de sensaciones habían en mí mientras yo correspondía ese deseado beso. Mi boca moviéndose con la suya, mis brazos alrededor de su cuello, sus manos en mi cintura, todo era perfecto. Quería que este beso durara para siempre. Pero entonces un sentimiento de culpa estaba creciendo en mí, ¿qué hay de David? ¿Qué estás haciendo Natalie? ¿Realmente quieres que esto suceda? Si no lo quisiese, no estaría correspondiendo el beso. Ambos nos separamos, abrí mis ojos encontrando los de Charlie. Él me sonrió e hizo que me pusiera muy nerviosa, nunca había pensado en lo que pasaría después—Esto me recuerda a la facultad —rió subiendo una de sus manos a mi mejilla—. O cuando nos besamos por primera vez.
Sonreí pero no podía decir nada, qué hacía, estaba sin palabras—Eso fue... —fue maravilloso, me sentía aún más cerca de Charlie y esta vez de una manera diferente—. Lo siento, claramente quería que sucediera pero me siento tan culpable —él asintió. Pasó un mechón de pelo detrás de mi oreja. Esto está tan mal, pero ya no hay nada que hacer.
—David..., lo sé, estás con él —se alejó un poco más de mí—. Yo también me siento un poco culpable, porque me gusta la chica, pero también me gustas tú y es confuso.
Sí, era demasiado confuso porque estoy totalmente igual a él—Pero no pasa nada..., ¿verdad? Fue un pequeño beso y pues no pasaría nada si lo volviéramos a hacer, porque para ser sincera a mí me gustó mucho..., a ti también te gustó..., ¿no? Estaba esperando que realmente lo hicieras y no me enojaría si lo volvieras a hacer... —Charlie me tomó por los hombros haciéndome callar. Estaba nerviosa, eso era todo y por eso hablaba de más.
—Pero Natalie, tranquila —rió burlón. No había nada más en mi mente, solo las ganas de volver a sentir los labios de Charlie una vez más. Lo miré directamente a los ojos y quité sus manos de mis hombros, frunció su ceño. Rápidamente me acerqué y lo besé, lo tomó por sorpresa pero me correspondió. Sus manos viajaron de mis cintura a mi espalda, me acercó aún más a él. Esto me estaba comenzando a gustar, me hacía sentir bien. El beso era cada vez más intenso. Mi espalda chocó con la pared e hizo que la luz se apagara, pero a ninguno de los dos nos importó. Volví a pasar mis brazos alrededor de su cuello. Tomó mis muslos e hizo que los enrollara alrededor de su cintura. Al elevarme, mi cabeza golpeó el estante y cayeron las botellas de los productos de limpieza.
—¡Ouch! —llevé una de mis manos a mi cabeza para poder sobar, fue un golpe muy duro porque resonó en la habitación.
—¡Dios, Natalie! ¿Estás bien? —asentí mientras estaba riendo sobando mi porrazo. El chico frente a mí soltó una carcajada, observó las botellas en el suelo y me volvió a mirar—. Lo siento, me resultó gracioso —todavía estábamos en la misma posición, solo que ahora me estaba agarrando el trasero. Me sonrojé soltando una risilla nerviosa—. ¿En qué estábamos? —preguntó con un tono de picardía en su voz y se acercó de nuevo para besarme. A pocos centímetros de él, se escuchó como mi celular empezaba a sonar y eso hizo que nos separáramos. No recordaba que el teléfono se me había caído justamente en la entrada, tal vez podríamos alcanzarlo con un gancho. Charlie me bajó para comenzar a buscar algo con que tomar el aparato.
Me agaché para ver por la orilla de la puerta y si, estaba realmente cerca. Con una vara de metal que encontramos lo acerqué hasta que por fin pude tomarlo con mis manos—¿A quién llamo? —Charlie se encogió de hombros. Rodeé los ojos e hice una mueca. La pantalla se iluminó mostrando una llamada entrante, era Camila. Abrí mis ojos un tanto asustada, mi mejor amigo me hizo una seña para que contestara, no me quedaba de otra —Hola... Amm Si.
—Rojita, ¿siempre llamo en momentos inapropiados? —rió al otro lado de la línea. Ay Camila, cómo te explico que no quiero que me llames en este preciso instante—. ¿Estás en tu casa? No quiero hacerte spoiler pero, conocí un chico muy majo y me gustó... —oh, sorpresa cariño, me acabo de besar con él.
—Ehhh Sí, a mí también... No..., pero sí —ella soltó una carcajada. Observé a Charlie, me miró incrédulo mientras hacía una mueca. Antes de que me diera cuenta, me quitó el teléfono y lo colocó en su oreja.
—Hola, soy Charlie y Natalie y yo estamos encerrados en un armario, lo sé, es gracioso... ¿Conoces la ubicación de su casa?... Excelente, te esperamos —¡No, no, no! Así no se pueden conocer, no puede ser, esto no lo puedo evitar—. Ella viene en camino.
—¿Por qué?... ¡GENIAL! —Exageré casi gritando la palabra "genial". No me queda de otra, tal vez si improviso. ¿Qué hago? No se pueden conocer, no quiero y menos ahora. Esto está jodido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro