040.
Pasado
—Park Jimin —soltó el hombre de ese entonces no tan avanzada edad—. Mi diamante en bruto.
El chiquillo lo tenía sostenido de la mano, este estaba un tanto nervioso y mordía la uña de su pequeño dedo índice, caminando detrás del señor.
—Hoy... —rio el señor—. Encontraremos a tu compañero, y tengo al indicado —dejó al infante unos segundos ahí.
El no entendía nada con eso de diamante en bruto ¿a qué se refería? Era porque siempre era el preferido de las clases, especialmente en las de lucha le iba excelente, el hombre volvió a llegar con alguien a su costado, quien era un poco más alto que Jimin.
—Jimin, él es Kim Taehyung, y él será tu compañero de ahora en adelante.
Los dos niños desconcertados se miraron, luego se fijaron en el adulto quien les sonrió animandolos.
—Hola. —soltó primero Taehyung al niño que seguía con su dedo índice en su boca, con una bonita y animada sonrisa cuadrada.
—Hola —le respondió bajito.
[...]
—¡Ohh! Eso es genial. —agregó emocionado el infante más alto en altura, viendo como su compañero movía una cuchilla con sus dedos en forma circular—. ¡Enséñame Jimin! ¡Enséñame!
En su inocencia no sabían para qué los estaban entrenando, pero les habían entregado una daga personal a cada uno que tenían que proteger. Si te cortabas, tenías que aprender a sanarte solo y rápido.
—¡Claro! Mira, primero tienes que poner los dedos así al rededor de esto —enseñó el mango del arma blanca—. Y tienes que darle vuelta entre los dedos, las primeras veces me corte no lo hagas sin... —muy contrario de las palabras del chico, Taehyung lo intentó y pasó lo inevitable se rasgó la piel de uno de sus dedos—. No te preocupes, voy a traer una gaza.
Al pequeño Kim Taehyung no le interesaba que su piel estuviera sangrando, él solo deseaba ser igual de talentoso que Jimin, su compañero.
Había algo en ese niño que lo enternecia y lo hacía sintir protegido, siempre que le sucedía algo corría en su auxilio, y le daba palabras de confort.
Cómo en ese momento, sus ojos de infante se quedaron viendo el rostro del otro chico mientras lo curaba y le colocaba una curita, al final de esto Jimin le sonrió y le acarició la cabeza amistosamente.
—Volvamos a intentarlo con cuidado, lo lograrás pronto —lo apoyó.
Taehyung se sentía amado al lado de Jimin, era ese amor que supuestamente en los libros que les dan para estudiar una madre o un padre debería darle a su hijo, pero ellos jamás habían conocido a sus progenitores, comían, dormían, entrenaban estudiaban juntos y en ese enorme lugar que podría ser una mansión.
En ese caso, está sería su ¿casa? El señor que les manda sería como un ¿padre? Y Taehyung y Jimin serían... ¿hermanos?
Jimin sin pensarlo dos veces, se acercó al cuerpo del niño más alto y rodeo su tórax con sus brazos, chocando su rostro contra Taehyung, quien sorprendido por la situación aceptó con confusión el afecto.
—¿Acaso te dolió mucho, quieres llorar? —preguntó, como se encontraban los dos solos ahí podían mostrar sus emociones, afuera no... no les permitían llorar.
Pero Taehyung negó con la cabeza, ahí está otra vez... preocupándose por él, eso es tener una familia entonces, sonrió abiertamente.
—Gracias por curarme —le agradeció para luego mirarlo a los ojos—. Hermano.
Le mostró su risa alegremente, a Taehyung eso cayó como un balde de agua fría, lo vio como que tendría una responsabilidad más, pero sería una responsabilidad que quería tomar como ser humano... Jimin era como su hermanito, y eso lo llenaba de cariño... desde ese momento se dijo a sí mismo que daría la vida por su hermano y viceversa.
[...]
Presente
—¡Jimin maldición! —Kim Taehyung exclamó abriendo la puerta de la habitación del ya mencionado y su pareja de un portazo, dándoles un buen susto que los hizo despertar y saltar en la cama.
—¡Maldición Taehyung! ¿Qué rayos te pasa? —cuestionó el de cabello rosado enojado al igual que el pelinegro que "descansaba" a su lado.
—¿Qué que rayos me pasa? ¡Son las doce del puto día y no haz abierto la tienda! —grito regañándole con las manos en su cadera.
—Joder —gruño Park pasando las manos por su cabello con fastidio—. Mierda lo olvidé, carajo —rápidamente se levantó.
—No puede ser Jimin, de verdad —continuó Kim—. Eres un irresponsable de mierda, se supone que ambos íbamos a tomar responsabilidad —miro a su amigo ir de un lado para el otro en la habitación, buscando el uniforme del negocio para prepararse—. No solo yo debo poner de mi parte ¿lo entiendes?.
—¡Si Taehyung si! ¡Lo se, mierda! —espeto se colocó sus botas de tacón bajo, tomó el mandil rayado y salió de la habitación enojado.
—Y tu Jungkook —miró ahora al azabache con tatuajes el cual, despreocupadamente aún seguía durmiendo serenamente.
—A mi no me metan en sus mierdas de panecillos —masculló sin si quiera abrir los ojos.
—¡No son solo panecillos, es una cafetería pastelería! —el turquesa refunfuñó y luego salió cerrando la puerta con fuerza.
Jungkook río.
—Si son panecillos.
[...]
—Buenas tardes, bienvenido a Coffee and Chocolate ¿cual es su pedido? —con un tono bajo y arrastrado, y un rostro que no mostraba ninguna emoción más que aburrimiento y cansancio Jimin se dirigió al cliente.
—Amm —el hombre de ojos azules miró en la parte de arriba, el menú del local—. Quiero un vainilla late helado y dos pan de arroz con relleno de chocolate por favor —le sonrío.
—Bien, serían ciento seis dólares —cobró, el hombre le entregó el dinero y Park su ticket de compra—. Aquí tiene, gracias por su compra espere su pedido en la barra —suspiro cuando el hombre salió de su vista—. Estoy tan harto de esta basura, detesto este lugar, maldición.
—Tranquilo Jimin —Hoseok pasó por detrás de él vertiendo leche en un vaso trasparente—. Recuerda que esto es solo un hoobie —dejó el café listo y tapado en la barra y luego entregó también los panes recién salidos del horno—. Además, no es tan malo. ¡Gracias por su compra vuelta pronto! —se despidió del ojiazul con una resplandeciente sonrisa.
—Si tan solo Taehyung me dejara atender junto a Jungkook esto sería más fácil —bufo y se cruzó de brazos.
El peliblanco se acercó a él.
—Sabes que Tae lo decidió así por que; primero se lo dejarías todo a Jungkook, y él como es un marido tonto lo haría todo por ti por que te ama —Jimin giro los ojos—. Y segundo no nos queremos arriesgar a que algún cliente los vea o escuche tener sexo —ahora sonrío ladinamente—. ¿Ahora lo entiendes? Por eso Tae con Jk, tú conmigo y todos seguros, a trabajar.
—Joder —refunfuñó Park.
En el Sur oeste del Océano Pacífico, en la capital de Nueva Zelanda, Wellington abrió sus puertas para cuatro jóvenes Sur Coreanos. No dieron mucho de que hablar al llegar al vecindario, fueron tomados como simples ciudadanos más, con una casa común para los cuarto, en un vecindario común, incluso abrieron un pequeño establecimiento común de pastelería en el centro, y en resumen eran dos parejas gay comunes y corrientes.
Pero, lo que no sabían era que...
Todo eso era una fachada.
El vecindario que escogieron, la casa, el establecimiento que abrieron.
TODO era simplemente para cubrir lo que en verdad eran; cuatro peligrosos sicarios, que de día horneaban pasteles y de noche asesinaban a sangre fría. Sin duda las noches de trabajo eran más emocionantes que los días, en Australia la gente era sadica y bastante vengativa, así que el trabajo nunca hacía falta.
—Okay Bunny deja de jugar y solo hazlo —ordenó Miami por el intercomunicador escuchando a un hombre berrear.
—¡Jajaja! Deberías verlo, es como un cerdo —el de máscara de conejo y tatuajes se rio a carcajadas—. Su piel es rosada, está sudado a mares y suelta un horrible olor.
Su compañero de cabello azul giró los ojos y suspiro cansado.
—Solo mátalo conejo, joder ¿por que siempre te la pasas jugando? —protestó Gucci.
Y así como en la hora de cafetería, las parejas se había combinado, ahora quien ayudaba en las misiones en tierra a Jungkook era Taehyung, y quien estaba en el cuartel con Hoseok era Jimin, ya que, después de tocar la cárcel la confianza de Kitty Gang había disminuido y por ahora, en lo que su confianza regresaba era encargado de preparar el plan, hacer las tácticas y entrenar a sus compañeros, es decir... era el cerebro.
Y aunque había algunas dificultades, como que Jungkook terminaba con la paciencia de Taehyung, Hoseok se sentía intimidado por Jimin, y Jimin se sentía aveces impotente, aún con todo eso trabajaban bien, lo suficiente para seguir agregando unos cuantos miles a su cuenta.
Y además lo que los cuarto más querían era protegerse, las pérdidas era dolorosas así que intentaban evitarlas, más por que una de las parejas ya se había unido en sagrado matrimonio.
—Kitty —el peliblanco se quitó sus auriculares y miró al pelirosado—. ¿Quieres venir y decirle a tu esposo que mate a la presa? Es tarde y tengo hambre.
—Agh maldición —Jimin fastidiado le arrebató los auriculares los cuales tenían incluido un micrófono—. Oye rata de alcantarilla, mata a ese hijo de perra ya, tenemos hambre —exclamo y le devolvió los auriculares.
Hoseok se los volvió a colocar con una sonrisa triunfante.
—Ya escuchaste a tu esposo.
—Bien está bien, lo haré —Bunny empuñó una de su hermosas dagas y sonrió egocéntrico en la cara del hombre que tenía amarrado a una silla con la boca tapada con cinta—. Quería aplazar más este momento pero al parecer los estómagos de mis compañeros no aguantan más. ¿Listo? Adiós.
Finalmente la noche terminó con el hombre sin vida, la daga del conejo con sangre y una deliciosa cena en casa.
—Laven sus platos brutos —protestó Taehyung recogiendo los platos de la mesa luego de terminar de cenar.
El de cabellera negra y el de cabellera rosa los ignoraron por completo y se dirigieron a su habitación.
—No te preocupes nene, yo te ayudo —Hoseok beso la mejilla de su novio, tomó los platos y los llevó al fregadero disponiéndose a lavarlos.
—¿Cuanto crees que les dure esto del recién cansados? —cuestionó el turquesa recargado en la barra a un lado de Hoseok con el ceño levemente fruncido.
—No lo se, supongo que un tiempo, además Jimin y Jungkook siempre han sido apasionados incluso antes de casarse ¿por que cariño? ¿Necesitas a tu mejor amigo? Le puede decir a jk que...
—No no no, nada de eso —suspiro—. Solo... no es nada, venga te ayudo a secar los platos.
[...]
—¿Qué haces? ¡Jajaja basta basta, jajaja! —Jimin explotó en risas mientras tú cónyuge ya hacía en medio de sus piernas desnudas comiéndole los muslos internos—. Me haces cosquillas tonto.
—¿Es así? ¿Aún le causó escalofríos a tu cuerpo mi algodón de azúcar peligroso? —con una sonrisa subió y besó apasionadamente los labios de su chico—. Te digo algo... —lo miró directamente a los ojos—. Puede parecer extraño, pero cuando salgo a una misión, no importa lo que tarde, te extraño a cada segundo.
Jimin sonrío.
—Señor cursi apareció, hola señor cursi ¿cómo ha estado? —bromeó.
Ambos rieron en voz baja.
—Habló en serio Jimin, apenas han pasado cinco meses desde nuestra boda en el patio trasero pero yo te amo cada día más, quien iba a decir que íbamos a terminar casados —se recostó a su lado y lo abrazo por la cintura.
Park se recargó en su codo para quedar a la altura del rostro de Jungkook.
—De querer asesinarte, a ser tu esposo, wow que dualidad —sonrió y lo beso rápidamente—. Pero no me arrepiento de nada, te amo mi estúpido conejito.
Jeon sujetó su mano derecha y la beso justo arriba del dedo donde ya hacía un hermoso anillo de oro que hacía conjunto con el que él traía en su mano izquierda.
—Y yo te amo a ti mi hijo de perra hiriente.
REGRESEEE AAAA jahdjaj, yo se, yo se q no respete la fecha pero de verdad estaba sequisima con esta historia, lo arreglé me hidrate con info y aquí estamos, una disculpa😭😭
Como saben es el último arco, así que vienen muchas cosas bastante fuertes ¿listxs? Eso espero.
Luv fuera
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