032.
—¡Haaa! ¡Ahh, Jungkook voy a venirme! —las piernas de Jimin estaban sobre los hombros del azabache, y sus manos apretando las sábanas de la cama con fuerza, pues su novio lo embestía de manera profunda y dura—. Lento, hazlo lento amor —le imploro llevando su mano a uno de sus pectorales, justo sobre el corazón.
—Bien, lento entonces —jadeó Jeon, entonces bajo las piernas de su amado, esté las enrollo en su torso, él se dejó caer sobre su cuerpo y comenzó a mecerse continuando con las embestidas esta vez mas suaves como había pedido—. Haaa, ¿así te gusta? —besó su cuello, luego paso su lengua y por último lo mordió levemente.
—¡Ah! Si, así joder —abrazó su espalda, cerró sus ojos para disfrutar el placer que lo tenía en las nubes y arqueó su cuello sintiendo la boca de su novio pasearse por allí—. Mmgh, rápido ahora ve rápido.
—Eres tan malditamente caprichoso —Jungkook acató, movió su pelvis más rápido, entrando y saliendo del cálido interior de chico con una velocidad considerable—. Mierda, se siente bien.
—¡Si así! ¡Justo ahí! —entró profundo y tocó su punto dulce logrando sacarle un grito y también proporcionándole un orgasmo, prontamente Jeon también llegó a su extasis.
Ambos se vinieron gimiendo sonoramente, Jimin sobre su abdomen y Jungkook dentro del condón. El de piel tatuada miro con devoción el rostro de mejillas sonrojadas de su amando y antes de echarse a su lado, beso sus labios suavemente, finalmente lo abrazó por la cintura y se dedicó a recuperar la respiración al igual que él.
—¿Crees que hicimos mucho ruido? —preguntó Park volteando a verlo, pasó sus dedos por su cabello azabache mojado por el sudor.
Jungkook ladeó su cabeza y le brindó una sonrisa.
—No lo creo, y si lo hicimos ¿qué? —chisto—. Ya quisiera tener el tipo de sexo que nosotros tenemos, salvaje, apasionado, romántico —beso su hombro con dulzura—. Amor somos unos jodidos dioses del sexo.
—¿Ahora ya me consideras un dios también? —abrió sus ojos un poco de más subiendo las cejas también.
—Pero por supuesto, como no ponerte el título cuando te mueve de esa forma —de manera repentina le dio una nalgada que resonó pero no dolió extrañamente.
Jimin frunció las cejas e hizo un puchero.
—Eres un naco, corriente.
—¿Lo soy? ¿Soy corriente, minie? Anda dímelo otra vez —le comenzó hacer cosquillas, el pelirosa río y se retorció como gusano.
—¡Jajaja! Ya basta, detente, oye —se detuvieron a mirarse—. No lo eres, pero si un conejo estúpido, pero lindo —besó sus delgados labios rápidamente y sonrió.
Ambos se acomodaron correctamente en la cama, metiéndose en las cobijas desnudos, sintiendo la calidez y suavidad del cuerpo del otro al abrazarse.
—Dime una cosa ¿qué te gustaría hacer en el futuro? —le cuestionó mientras Jeon enrollaba su pequeño cuerpo entre sus fornidos brazos tatuados.
—En el futuro... —lo pensó por un par de segundos, y luego de dar un suspiro contesto—. El futuro siempre lo veo contigo —sus miradas conectaron—. Con una casa en la colina, un perro, un hámster y una alpaca.
—¿Una alpaca? —Park amplió la mirada con una pequeña risa.
Jeon sonrió y asintió—. Sip una alpaca, tan suave y esponjosa... —deslizó sus dedos por los labios de su amante, y luego los besó suavemente—... como tú labios, amor.
—Jungkook... —soltó en un resuello Jimin, mientras paseaba sus dedos por la espalda desnuda del ya mencionado.
—¿Qué pasa?... ¿por que no me dices que es lo que tú quieres en el futuro? ¿También quieres una casa en la colina, con animalitos y tal vez... niños?.
—¿Qué? —ahora el rostro del pelirosa era de sorpresa, con un leve rubor en sus mejillas—. ¿T-Tú acaso quieres te-tener hijos?.
—Bueno... —ahora los dedos del azabache pasaron por el rostro de Jimin delicadamente mientras miraba su rostro con devoción—. Ser padre aún no es uno de mis sueños, quiero conocer el mundo, vivir nuevas experiencias ¿sabes?... ¿y tú? ¿Quieres tener hijos?.
—Ahora que lo pienso... es algo que me gustaría experimentar, vivo en un mundo donde los hombres pueden embarazase así que... no lo se —encogió los hombros completamente ruborizado.
—Eres tierno, me encanta este Jimin, dulce, soñador, tímido, mi amor eres un encanto —dulcemente Jungkook dejo un beso en la punta de la pequeña nariz de su chico, para luego abrazarlo con un poco fuerza y pegarlo a su pecho.
Jimin suspiro y cerró sus ojos sintiendo el suave pecho de su novio.
—Solo contigo soy así, aún con Tae me da un poco de vergüenza, y es que tú... eres un idiota tan tierno que me ablandas, pero nunca dejaré de ser un hijo de perra hiriente ¿lo sabes verdad?.
—Lo se, esa es una de las cosas por las que me enamore de ti, así que, tierno, hiriente, peligroso... no importa, yo te amo como sea —sus miradas brillaron de pura ilusión—. Amor, todo este tiempo que hemos estado juntos, y por las cosas que hemos pasado y afrontado me han hecho preguntarme una cosa.
—¿Qué es? —frunció el ceño Jimin con interés.
—Bueno... digamos que... si yo... —habló completamente nervioso, pero pronto se detuvo miedoso—. Sabes que mejor olvídalo, no es nada importante.
—Anda dímelo, no me dejes con la duda baboso —protesto.
—Agh, está bien —suspiro y luego inhalo para entonces continuar—. ¿Tu... que dirías si... te pidiera que te casaras conmigo? —soltó.
Jimin abrió sus ojos un poco de más, completamente asombrado ante lo dicho por su amante, lo tomó completamente por sorpresa, el matrimonio era algo en lo que nunca había pensado al igual que el tener hijos, la vida que había estado llevando no daba espacio a tener ese tipo de pensamientos.
Pero ahora... llevaba una relación amorosa formal y ciertamente estable con ese forastero molesto que luchó con todas sus fuerzas por su amor hace un año atrás, Jungkook ya era alguien especial en su vida, lo amaba, inclusive llegó a pensar que era el amor de su vida pero esas mierdas cursis no van con él.
Pero, él es la única que persona que lo hace pensar en el matrimonio, en tener hijos, en llevar una vida veterana y tranquila hasta envejecer juntos en una colina, solo Jungkook podía lograr que bajara su escudo y le dejara ver ese lado sensible oculto.
—No me contestes —rápidamente interfirió Jeon antes de que él tuviera oportunidad de contestar—. No quiero saberlo, prefiero el silencio antes de quedar como un idiota.
—Pero yo no-
—Shh —colocó su dedo índice sobre los pomposos labios del rosado callándolo—. No digas mas, mejor hay que dormir, luego hablaremos sobre eso ¿bien? Mañana tenemos una misión.
—Cierto, entonces descansemos —le sonrío, ambos giraron sus cuerpos para apagar las lámparas en sus mesas de noche, para luego nuevamente abrazarse y disponerse a dormir—. Te amo rata de alcantarilla.
—También te amo mi lindo hijo de perra hiriente.
[...]
Esta misión estaba destinada a ser más que perfecta, luego del terrible error que se había cometido en la anterior, ese era el objetivo de todos, sobre todo el de Kitty Gang, quien se movía dispuesto junto a su compañero de mascara de conejo por los pasillos oscuros de la edificación que les habían indicado para matar a un sujeto como cualquier otro.
—Bien chicos, a su derecha hay un pasillo vayan hasta el fondo de este y en la última puerta a la izquierda está el objetivo, cuando me den la señal encenderé la electricidad y los dejaré pasar a la habitación —hablo Miami concentrado, mirando el panorama por las pequeñas cámaras que llevaban Kitty y Bunny en sus trajes con vista nocturna.
—Necesitamos una tarjeta para entrar —murmuro el rosado caminando sigilosamente, intentado hacer el mínimo ruido.
—Me estas ofendiendo Kitty ¿acaso no sabes con quien estás hablando? —la voz de su mejor amigo, Gucci, sonó por el audífono en su oreja, Kitty sonrió—. Esa puerta es pan comido, mi concentración está en las malditas alarmas, joder odio los hoteles de cinco estrellas.
—Llegamos, a la cuenta de tres lo hacemos —murmuro el azabache con máscara de conejo—. Una... —anticiparon sus armas—. Dos... —cargaron y colocaron el dedo en el gatillo listos para asesinar—. ¡Tres! —vociferó.
Las luces se encendieron, la puerta se abrió, ambos asesinos entraron apuntando a todas partes en busca de presas, pero no había nadie, incluso la recámara estaba limpia y ordenada, como si no nunca hubiera visto un huésped allí.
Ambos estaban confundidos ¿nuevamente habían cometido un error?.
—Gucci, infórmame ¿que diablos pasa ahora? —preguntó Gang poniéndose furioso nuevamente.
—Dame un momento, algo está... —la voz de su amigo se escuchó distorsionada y luego desapareció por completo.
—¿Gucci? ¡Oye! ¿Me escuchas? ¡Taehyung! —estaba confundió, jamás había pasado algo igual, se preocupó un poco por su amigo, algo andaba mal, lo sabía, algo se lo decía, su instinto. Miró a Jungkook—. Esto no está bien, esto es...
Se escucharon pisadas fuertes, muchos hombres con trajes negros blindados salieron de todas partes rodeándolos, apuntándolos con armas y protegiéndose con escudos.
Era de nuevo la policía, había fallado nuevamente, la sangre le hirvió a Jimin, estaba furioso, pero ahora debía mantener la cabeza fría e idear una salida rápido, había policías detrás y delante de él, en la puerta y en las ventanas, aunque... no en una de ellas, vio oportunidad y no la desperdició.
—¡Ahora ventana, ya! —le ordenó a Bunny quien enseguida salió corriendo hacia la ventana, por suerte llevaba consigo un gancho con cuerda, sería fácil escapar con ello, rompió el vidrio, lazo en gancho hacia arriba enganchándolo con el borde de un balcón y entonces estaba todo listo para huir.
Pero cuando miro hacia atrás, en ves de ver correr a su amado hacia él para escapar juntos como siempre, lo vio combatiendo con los policías, su corazón palpitó con fuerza, eran muchos, todos lo atacaban, él se defendía pero no duraría mucho, pensó en ayudarlo pero de pronto...
—¡Vente! —le gritó—. ¡Escapa, Jungkook lárgate! —repitió, el susodicho miraba todo anonadado, asustado, no quería dejarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas pero cuando miró los de su amado y pudo ver que le imploraba con la mirada, no tenía otra opción—. ¡Ahora vete! ¡Agh! —lograron someterlo, lo tiraron al suelo, le sujetaron las manos en la espalda y le colocaron las esposas.
—¡Jimin, no! —el corazón de Jeon se rompió al ver nuevamente al amor de su vida dar la vida por él, fue inevitable contener las ganas de llorar, pronto sus mejillas se llenaron de lágrimas.
—¡Vete maldición! ¡Ahora por favor! —gritó nuevamente, y entonces cuando Jungkook vio que policías aproximarse a él no tuvo de otra que lanzarse y huir, pero antes dijo...
—¡Iré por ti, lo prometo! —cuando llegó al suelo, no hubo tiempo de detenerse y llorar, tuvo que correr pues había más policías en la entrada del edificio, así que mientras corría lloraba desconsoladamente.
Sentía una presión fuerte y dolorosa en el pecho, un hueco enorme en el estómago y un sentimiento de suma impotencia y melancolía, jamás había sentido un dolor igual, el ver como le arrebataba a lo más preciado que tenía ni siquiera se podía comparar con el dolor de un golpe o incluso una bala, era peor, mucho peor.
Y dolía más al recordar que la noche anterior hablaban sobre tener hijos y el matrimonio y ahora él estaba atrapado, seguramente siendo herido por esos hombres, e imaginar todo eso sólo lo empujaba a comenzar a idear ya un plan para recuperarlo.
Volvería a tener a su amado Park Jimin entre sus brazos, aunque sea lo último que hiciera, por que lo ama, y preferiría la muerte antes que perderlo.
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