—¿Qué mierda es esa cosa peluda? —cuestionó con un rostro de terror y confusión el de cabello rosado, observando a la "extraña" pequeña criatura peluda la cual estaba en los brazos de su mejor amigo.

—Es un perrito —respondió el turquesa con una enorme sonrisa—. Hobi y yo lo adoptamos, pasamos a una veterinaria, era el único que queda y es que tiene algunos problemas respiratorios y nadie lo quería —acaricio al animalito—. Y si no se iba esa semana iba a sacrificarlo, y no lo íbamos a permitir.

—Por dios, que gente tan hija de puta —Jimin suavizó su rostro y miró al canino de orejas puntiagudas y pelaje negro con café—. Es tierno y bastante pequeño ¿tiene un nombre?.

—Yeontan —contesto—. ¿Es lindo no? ¿Te gusta pequeño? —le preguntó al peludo con una voz chillona—. Ayy~ si te que gusta, no nos dará problemas, lo educaremos poco a poco.

—Está bien, no hay problema —Park lo acaricio con una pequeña sonrisa—. Deberíamos hablar sobre la misión de hoy ¿donde está mi hombre idiota y el tuyo? —frunció las cejas y buscó con la mirada.

—El mío no es idiota ¿cierto Tan, papá no es idiota? —nuevamente habló con su voz chillona y le dio un besito en su cabeza al animalito.

[...]

Entre ellos formaban una lianza, siempre prometiendo cubrirse sin importar quien o que venga, cada uno era el escudo del otro.

Después de todo son un equipo.

Eran especialistas en su trabajo, no andaban con juegos, así que si querían solicitar el servicio de estos talentosos jóvenes asesinos, había un requisito.

Nada en este mundo es gratis. Y el dinero es la ambición pecaminosa de todo ser humano.

Aunque más que todo dependía de los misiones, ya que, literalmente nacieron para este trabajo, ¿verdad?, ¿qué más harían con su vida si no es matar o por dinero o por amor? Sin importar si es por gusto o si es injusto.

Park Jimin no dejaría de ser el mismo, casi siempre siendo agente de tierra, cuerpo a cuerpo, pero no le quita el hecho que es muy talentoso con las armas de fuego también. Su rango seguía tal cual, magnífico, con su típica señal que el había sido el causante de la bala, y esta siempre caía justo entre las cejas.

En compañía solía llegar Jeon Jungkook, con sus habilidades con armas blancas, filosas, enormes y peligrosas. Podía controlar a quien fuera con sus manos. Su agilidad, destreza y por supuesto la unidad romántica que tenían los hacían imparables en el campo de batalla.

Este solía manejar cuando tenían que huir y perderse por las calles en la noche, siendo astuto. Manejado a toda velocidad su motocicleta, aunque ser lo más cautelosos es lo indicado, pero el amaba la velocidad y su novio también.

Parecían una pareja independiente que trabaja sola entre ellos, personalmente. Hasta que dos más aparecieron entre la sombra.

Taehyung era bueno en combate también, no tanta destreza como Jimin, ni tanta agresividad como Jungkook, pero seguía manteniendo su fuerza e inteligencia con una pizca de delicadeza al quitarle la vida a alguien.

Cual sombra siendo acompañado por un integrante de cabellera blanca, mayormente lucia su destreza no solo con sus manos, sino con su inteligencia también al manejar máquinas, pero también podría destruir el rostro de alguien cuerpo a cuerpo como sus compañeros.

Cuatro imágenes de chicos siendo un verdadero peligro.

¿Por qué lo hacen?

Porque quieren.

Porque pueden.

Porque tienen todo, las mentes maestras repartiendose mandatos para ser exitosos, después de todo les iría igual que en Corea ellos son élites, no cambiaría nada... nada.

Los dedos de Hoseok se movían sin parar en el teclado de distintos monitores, con los auriculares puestos y un micrófono incluido en ellos para hablarles por los intercomunicadores, no podía ni pestañear con tanto para procesar, en este caso él es el encargado de toda la administración de cámaras y controles del local.

Necesitaban refuerzos así que se llevaron a Taehyung consigo, un solo error, todo se iría al carajo. Pero ahora, no iniciaba lo mejor, solo preparaban todo para la fiesta.

El viendo soplaba sobre los cabellos de los tres jóvenes asesinos, Taehyung sería su respaldo, corriendo por los tejados en silencio, dispararia desde el techo a quien se atreva a tocar a sus compañeros, él era encargado del franco tirador con silenciador incluido.

Por otro lado, un pelinegro con traje oscuro, correas de cuero decorando las prendas, y esos piercing con esos tatuajes en su brazo izquierdo dejando en claro que es un peligro. Estaba al lado de un pelirosa, que tenía elegancia en su vestir, no le quitaba lo nocivo que podría ser.

Esa chaqueta con una camisa blanca y un suéter negro arriba de esta y sus siempre pantalones de cuero ceñidos a sus fuertes piernas, tan distinguido y precioso como siempre.

Kitty Gang tenía su arma rosada expuesta, pero sus refuerzos escondidos en su traje, caminando tranquilamente junto a su compañero.

Sabían exactamente dónde estaban, el problema era el silencio perturbador contra sus oídos.

—Esto es extraño, no... no hay nadie —hablaron por el intercomunicador, hasta que se escucharon múltiples balas saliendo de la metralleta de un compañero azul a lo lejos.

El de cabellos rosas sonrió de satisfacción «Sabían que iban a venir» dijo en sus pensamientos, sabiendo muy bien que su hermano jamás lo abandonaría.

Sabian que iban a ser atacados.

Trataron de hacerles una emboscada, pero probablemente la sed de sangre de su amado Kim no les dejaría ni uno para descuatizar.

—Kitty, Bunny, se escaparon cuatro, van hacia ustedes~ ¡Mierda! —se volvió a escuchar esas repetidas balas, con respiración agitada. Taehyung saltaba y corria por todos los techos tratando de despistar a los refuerzos de esos hombres—. El objetivo va hacia ustedes.

—Entendido —dijeron al mismo tiempo la pareja mientras se miraban entre sí.

Jungkook con su típica máscara de conejo.

Y Jimin con ese antifaz negro, tapando solo sus bellos ojos.

—¿Le gustaría bailar una pieza hoy, Kitty Gang? —masculló el más alto mientras veían a los hombres llegar desde lejos.

El rosado resbaló sus dedos por la espalda del más alto.

—No puedo, lo siento, soy un chico comprometido. —le indicó viendo el techo, calculando donde saltar para atacar a los hombres por arriba, pero antes de eso miró a Jeon, le guiño un ojo—. Tengo novio.

Entonces salto dejando a el pelinegro encantado, este se relamio los labios sacando su katana esquivando los disparos que para su sorpresa parecían inexpertos esos hombres.

En un parpadear de ojos, vio como un disparo atravesó la cabeza de uno de los hombres, y su hermoso rosado rasgaba la garganta de otro.

Quedaban dos.

Y ese sería su banquete de hoy.

Con sus dedos preparó su agarré, de una maniobra simple sometió uno rápidamente clavando una pequeña daga en su mentón.

La dos presas eran fáciles, pero quería saborearlas al máximo, pero para comer la cena, primero se prepara.

Cómo un ratón jugando con su comida, vio cómo el hombre trató de defenderse, sudando y exhausto, golpeó con fuerza su rostro haciéndolo caer.

—¿Cómo te gustaría morir? —susurró mirándolo desde arriba, después vio cómo Kitty se acercó—. ¿Ideas?

—¿Quieres que me ponga creativo? —sonrió de lado cuando el conejo asintió—. ¿Le quitamos los ojos? —el hombre tembló de miedo y rogó por su vida, ante esto Gang río—. Es tan mediocre que me da pena, no merece mi creatividad —suspiro y peino su cabello rosa hacia atrás con sus dedos—. Levántalo para mi ¿quieres?.

—Como usted ordene majestad —de inmediato Bunny levantó el cuerpo del hombre y lo lazo a la pared más cercana, este se quedó inmóvil al ver que el del antifaz alzaba una pistola rosa y lo apunta con ella.

—¡Per favore ti prego! ¡Non uccidermi! ¡per favore! ¡Non uccidermi! —todo el cuerpo del individuo tembló.

—¿Qué mierda esta diciendo? —Kitty colocó su dedo en el gatillo—. Maldita mierda italiana, soy coreano —y finalmente disparó, el hombre gritó, gran error, la bala entró por su boca y así perdió la vida.

—Malditasea, que jodidamente sexy —gruñó Jeon mordiendo su labio inferior por debajo de su mascara. Prontamente escucho un grito, un hombre se aproximaba a él con una arma, pero rápidamente y con una sonrisa burlona terminaron con él, Kitty le disparó en las piernas, cayó de rodillas frente al de mascara de conejo y el mismo lo decapito—. Estúpidos —río entre dientes.

—¿Qué está pasando? —les llamo Gucci.

—¿Miami? —replicó Gang.

—Es mejor que muevan rápidos sus traseros a la casa o me terminare toda la lasaña, terminaron por hoy, misión cumplida equipo —respondió Miami.

Todos sonrieron en sus lugares, una nueva noche exitosa como todas las demás. No se inmutaron ante Italia, eran expertos, simplemente de la élite y al pasar el tiempo había mejorado y los resultados eran todas esas noches victorias que los hacía cada vez más ricos.

Jungkook se quitó la máscara y le sonrió a su amado.

—¿Nos vamos cariño? —extendió su mano para que el otro la tomara.

Jimin también se quitó el antifaz y asintió devolviéndole la misma sonrisa cálida.

—Vámonos, tengo hambre y escuche lasaña —juntaron sus manos y entrelazaron sus dedos, para salir de la escena de su crimen subir a su motocicleta y simplemente ir a cenar tranquilamente con sus amigos.

Una vida común, con emociones fuertes y situaciones extremas como todas las demás.

[...]

—¡Tan! ¡Yeontan ven pequeño! Te daré tu comida —Taehyung dejo un pequeño plato con comida de perro en el, junto a agua, el animalito esponjoso prontamente brincoteo hacia allí y comenzó a cenar como los otros cuatro.

—Felicidades —Hoseok alzó su lata de sprite—. Por no llegar empapados de sangre y, por una nueva misión victoriosa.

Los demás alzaron sus distintivas bebidas y las estrecharon en el medio de la mesa henchidos de felicidad entre risas.

—Woah~ la cena estuvo maravillosa, por supuesto no más que mi novio logrando darle a la boca a un hombre desde lejos, amor —lo miro a su costado—. Yo te aplaudo —y Jungkook aplaudió.

—No fue difícil, le iba a dar en el pecho pero el infeliz gritó y quería callarlo —contesto Park con aires de superioridad encogiendo sus hombros—. Pero todos estuvimos bien, como siempre, muy bien hecho equipo.

—¡Salud! —Taehyung alzó su bebida invitando a su amigos a volver a entrechocar.

—Me duele los ojos y estoy cansando, iré a dormir primero, descansen —el de cabello blanco se levanto primero, y con él su chico de cabello turquesa.

—Voy contigo, yo también estoy cansado ¡Tan! —llamó al peludo—. Vamos ven con tus padres a dormir —lo cargo y entonces camino junto a su novio hacia su habitación en la planta alta—. Eres un buen chico, si claro que lo eres, hermoso Yeontan —le hizo mimos mientras subían las escaleras.

—Estoy comenzando a sentir un poco de celos por nuestro hijo Taehyung —protestó Hoseok.

—Oh cierra la boca y deja de decir tonterías, soporta.

Jimin soltó un risita en voz baja y luego soltó un prologando suspiro lleno de cansancio, Jungkook noto esto y le llamo palmeado su pierna.

—Ven aquí —extendió sus brazos, el pelirosa acató, se levantó y se sentó en las piernas de su novio quien lo envolvió con sus brazos—. ¿Estás cansado amor? ¿Quieres que te haga un masaje? —le sonrió.

Jimin negó.

—Gracias, estoy bien, tengo sueño, solo llévame a dormir conejo estúpido —enrollo sus brazos en su cuello y dejó caer su cabeza en su hombro.

—Bien, vamos a dormir mi algodón de azúcar peligroso hijo de puta hiriente —le dio un beso en la oreja, para luego cargarlo como princesa y llevarlo a su habitación—. ¿Pero solo vamos a dormir? Cuando le disparaste a ese hombre y le dijiste eso te veías tan sexy que yo...

—Jungkook —sentenció.

—Ya está bien, solo dormiremos... ¿pero de verdad no podemos...?.

—Tu de verdad... ¿acaso nunca te cansas?.

—Nop ¿entonces si podemos te...?.

—Bájame me iré al sofá.

—No no, está bien ya vayamos a dormir.

Mañana es Año Nuevo, y les deseamos por adelantado un feliz Año Nuevo ya que toca capítulo hasta el lunes, espero la historia les está gustando tanto como a nosotras las escritoras, sin nada más que decir hasta pronto<33🎄