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025.

Fueron dos largas, pero confortantes semanas de recuperación para la salud de Jungkook.

Dónde pasó una serie de exámenes, revisiones nocturnas para ver qué no tuviera una recaía por la cicatrización de las heridas.

Los chicos presentes brindándole apoyo y felicidad estuvieron Hoseok y Taehyung, quienes además de concentrase en la recuperación de su amigo, se tomaban pequeños momentos para dedicarle tiempo a su recién nacido amor, yendo a caminar al parque, cenando en lugares comunes y hogareños, o simplemente quedándose en el departamento para mirar una película romántica, que solo lograba ponerlos en un modo cursi y meloso, lo cual no era incómodo en lo absoluto, pues era una realidad que eran muy diferentes a Jungkook y Jimin, ellos disfrutaban tener ese amor acaramelado, envuelto en algodón de azúcar y chispas de colores.

Momentos dulces entre caricias independientes, no simplemente eran caricias amorosas, eran momentos de ellos, solo pertenecientes a sus corazones.

Empezaron a saber que es amar.

Estaban viviendo su propia historia de amor.

Y por otro lado, estaban Jimin y Jungkook. Jimin no se apartaba ni un segundo de su novio, estaba siempre pendiente de él, dándole mimos y haciéndolo sentir bien a cada momento. Estaba allí, haciéndolo reír, dándole de comer en la boca dulcemente, dándole besitos de vez en cuando y algunas veces cerraban la puerta, cerraban las persianas de la ventana, apagaban las luces, Jungkook le hacía un espacio en su cama y Jimin se metía dentro de las cobijas acurrucándose junto a él.

Era un momento simplemente hermoso. En la oscuridad, sintiendo sus pieles cálidas juntas, escuchando su respiraciones y oliendo sus olores que para ellos eran embriagantes. No era erotico, sino romántico, genuino, sentimental. Era un momento para entrelazar sus corazones y hacerse uno solo.

—Haz pensado en qué quieres hacer cuando salgamos de aquí —preguntó en un murmuro el rosado—. Yo sí, pero quiero escucharte a ti primero.

Lo miró subiendo sus ojos.

—Pues... —Jeon suspiró con ligereza removiendose en la cama—. Aceptaría cualquier cosa, solo con la condición de que todo sea contigo, en este momento te amo tanto que no me imagino un futuro sin ti.

El más pequeño pasó sus brazos debajo de los de su amado, pegandose a su torso, sintiendo sus latidos conectarse.

—Jungkook —Park soltó una risilla y subió su cabeza dando besito en el cuello causando que la piel de su amante se erizara—. Entonces... si es así ¿qué te parece irnos de Corea? Empezar en otro país, lejos de aquí.

Al principio se sorprendió subiendo las cejas, pero relajo su expresión.

—¿Qué tienes en mente amor? —sonrió apoyando su cabeza en la almohada.

Jugando con sus dedos Jimin empezó a balbucear.

—Bueno... ¿te gustaría ir a Italia? Tenemos el suficiente dinero y de sobra para comenzar en otra parte, realmente me gustaría huir de este país a un lugar más... cálido —se aferró más al cuerpo de su chico y suspiro—. Además quiero dejar atrás lo sucedido acá.

—¿Y Hoseok y Taehyung?.

—Vendrían con nosotros, podemos comprar una casa y vivir los cuatro allí, todos como un equipo, incluso podemos...

—¿Continuar trabajando? —lo interrumpió intusiasmado, el silencio de su pareja lo afirmó—. ¿Estás seguro? Yo encantado, sabes que adoro esto pero... ¿tú estás bien con ello?.

—No del todo —miró hacia el costado—. ¿pero que más nos queda? Eso es lo único que sabemos hacer, incluso tendríamos más trabajo allá, sería divertido hacer un equipo los cuarto, como unir fuerzas —ambos soltaron una risita embelecada.

—¿Te gusta ver el mundo arder?

—¿Y a quién no? —ladeo la cabeza hacia atrás con aires de superioridad.

—Suena bien amor, me gusta la idea, si tú eres feliz con ello yo también —Jungkook lo abrazó con un poco de fuerza y le besó la frente con dulzura—. Pero ahora debo concentrarme en recuperarme para salir de esta maldita habitación de... lo que sea que sea aquí.

—Por supuesto, además —Jimin se levantó un poco, recargándose en su codo para poder mirar el rostro de su chico—. Ya a pasado mucho tiempo desde que... —susurró en su oído—... tuvimos sexo, duro, salvaje, caliente y en fin arduo sexo —le mordió el lóbulo de la oreja.

Jeon se mordió el labio inferior al sintir un cosquilleo viajando desde su estómago hasta su entrepierna.

—Si me lo pones así, entonces ya tengo un mejor motivo para recuperarme. —pasó saliva—. Amor deja de hacer esto, harás que pierda la cordura y te haga mío en este instante —le advirtió Jungkook.

Jimin procesó que ya tenía al borde de la locura, la lujuria empezó a empañar sus ojos y sus alientos ardieron.

—¿Y por qué no? —el rosado comenzó a repartir besos por la cien de Jungkook—. El doctor dice que estás mejor y que probablemente el fin de semana puedas tener el alta —deslizó su mano hacia la entrepierna de su novio, sus dedos rozaban la erección que ya había crecido dentro de sus pantalones de ligera tela—. Puedo si quieres estar arriba, no tendrás que hacer mucho esfuerzo.

—Jimin joder... haa —jadeó sintiendo como lo comenzaba a masturbar arriba de los pantalones—. Por favor detente, debemos controlarnos, contrólate.

—¿Por qué? Solo quiero un poco de caricias por parte de mi novio ¿eso está mal?, vamos amor se que tú también quieres —sus labios se humedecieron entre ellos, abriendo un poco su boca para dejar pasar su lengua y que ambas comenzar a jugar dentro de su cavidad.

Jimin estaba decidido, ambos estaban muy exitados como para detenerse a pensar. Así que el pelirosa se iba a colocar sobre el torso del azabache a horcajadas, pero antes de que lo hiciera la puerta se abrió y las luces se encendieron repentinamente.

—¡¿Qué es lo que están haciendo?! —era el doctor con una cara de sorpresa y horror—. Joven Jimin, le indique correctamente que debía dejar descansar a Jungkook ¿qué haces allí arriba?.

El pelirosa se bajó de la cama. Ambos tenías las mejillas coloradas y las respiraciones agitadas.

—Lo siento doctor —agachó el rostro e hizo una pequeña reverencia.

El hombre suspiro con pesadez pasando sus dedos por el puente de su nariz—. Correcto, los comprendo de verdad, quieren tocarse, demostrar sus afecciones, solo que no aquí —dijo—. En otras noticias —se acercó a ellos viendo su reporte—. Esta es el alta del joven Jeon.

—¡¿Qué?! ¿De verdad? —Jungkook saltó de su cama completamente emocionado, pero sintió una debilidad en su cabeza por lo repentino.

—Sí, estás mucho mejor de salud, no hay ningún riesgo, todo en tu organismo parece estar bien y no hay por que seguir reteniéndote aquí —respondió con una pequeña sonrisa—. Pero igual tenemos que entregarte unos medicamentos para una recuperación cien por ciento segura.

—¡Si! ¿Escuchaste mi peligroso algodón de azúcar? —miró a Jimin, luego ambos se abrazaron llenos de alegría—. Puedo irme finalmente.

—Bien hecho amor, así sea hace mi tonto conejo valiente —despeinó el cabello del contrario.

Hubo un pequeño silencio, el doctor carraspeó para llamar su atención.

—Amm, Jungkook. Tal vez antes te gustaría darte una ducha fría, por que... tienes una ereccion —dijo, rápidamente Jeon se cubrió con su manos completamente apenado.

—Lo siendo Doctor, ammhh, iré a ducharme entonces ¿puedes llamar a los chicos amor? Fantástico —le dio un beso rápido a Jimin y luego corrió al baño.

—Amm, ya sabe, cuando la necesidad llama no debemos ignórala ¿cierto? Así es el cuerpo humano —justificó Jimin encogiendo los hombros, el doctor río en voz baja.

[...]

—Hobi —habló Taehyung abrazando por la espalda a su novio, quien parecía estar entusiasmado en la llamada que estaba teniendo—. ¿Todo bien?

Este volteo euforicamente dándole un beso profundo a su pareja sorprendido por el repentino fervor.

—Jungkook está de alta —replico abrazándolo dando saltitos, el corazón de Kim dio un regorcijon por cómo era su amor.

Subió las cejas enternecido.

—¡Tenemos que hacerle una bienvenida! —insistió el chico, mientras el peliturquesa pasaba sus dedos por la cabellera castaña.

Compartieron una risita.

—Puedo hacerle una comida especial.

—¿Sabes cocinar?

—Yo le cambié los pañales a Jimin —bromeó—. Bueno sé hacer muchos labores domésticos, después de todo Jimin dependió de mí mucho tiempo.

—¿Sabes hacer comida tradicional? —el azulino asintió.

—Puedo hacer... —pasó saliva antes de decir lo siguiente, ya que sus mejillas se ruborizaron fuertemente, desvío su mirada para devolverla unos segundos después—. Lo que quisieras con amor.

Hoseok sintió un zumbon en su pecho, había algo en Tae que le producía más de que cualquiera hubiera hecho antes... era como si se le hiciera más perfecto con casa palabra, cada gesto, cada acción, cada parte de Kim Taehyung lo tenía fascinado. Realmente estaba enamorado.

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