017.
Quejidos de dolor era lo que se escuchaba en la oscuridad y soledad de aquel terreno baldío, dos hombres mantenían una batalla caudal cuerpo a cuerpo, sus armas se encontraban esparcidas por la tierra y césped del lugar, dificultándoles terminar finalmente con la pelea. Sus rostros estaban ensangrentados, los nudillos de sus manos morados y sus cuerpos exhaustos por la prolongación de una situación que técnicamente debía ser simple.
Era obvio, uno caería.
Y así fue.
Uno fue más astuto, le lanzó un fuerte puñetazo en la mejilla logrando voltearle bruscamente el rostro, para luego darle una patada en el pecho lanzándolo al suelo derrotado. Velozmente tomó una de las armas que se encontraban en el suelo, la cargó y apuntó al individuo debajo de él.
—No puedes matarme, si lo haces, tendrás consecuencias incluso peores que la muerte —se rio mostrando su dentadura llena de sangre con la poca fuerza en sus dedos trató de levantarse—. ¡Jodido animal! Con esa máscara solo muestras mejor tu verdadera naturaleza.
—Mhhh... ¿algo más? —agregó cínicamente apretando el pie más fuerte contra la columna, resonó una carcajada.
—Si jalas el gatillo tu vida será un puto infierno
—¿Infierno? Creo que lo conozco, me mandas un saludo desde allí... bueno entonces que así sea hijo de puta —colocó su dedo en el gatillo, miro el rostro palidecido del hombre y entonces disparó sin piedad, y finalmente obtuvo a su enemigo sin vida.
[...]
La mujer entaconada recibió una llamada deteniéndose de inmediato.
—Diga.
Las palabras salidas del teléfono le provocaron una sonrisa resplandeciente, pero guardo la compostura al terminar la llamada.
Siguió sus pasos, un recorrido en el ascensor, por último entrando a la oficina de su jefa, dio una sutil reverencia antes de pronunciar su anuncio.
—El trabajo está hecho jefa —le comunicó recibiendo una dulce risa por parte de la superior.
[...]
—¿Terminaste con los archivos? —Jin preguntó al lado de su compañero, quien asintió mientras le mandaba el último documento al chico, finalizando su trabajo—. Listo —le sonrió y puso su mano sobre el hombro del turqueza—. Gracias amigo.
Le temblaba el rostro de tener ese rostro con una sonrisa fingida, como le hervía la sangre. Pero bueno, no podía tomarse el lujo que desconfiaran de él.
Tenía que sacarle el mejor provecho a su trabajo y a su nuevo compañero.
—No hay de qué —su voz salió más gruesa de lo normal, pero lo bueno fue que Jin se marchó unos segundos después, pudo soltar un suspiro.
La cabeza le punzaba, había estado sometido a un estrés supremo, por lo poco que sabía los ataques hacia la empresa habían aumentado, había asesinado ya a muchos de los agentes compañeros y ese no era solo trabajo de cuerpo a cuerpo como agente de tierra, sino de agentes de monitor como él, por supuesto era otra empresa y si eso seguía así todo iba terminar en una guerra, que terminaría en catástrofe.
—Necesito un trago —miró al cielo por la ventana, le aburría un poco llegar a casa, hacerse la cena, bañarse, dormir... solo, una rutina monótona insatisfactoria—. ¡Maldita soledad me distraes! ¡Tengo que hacer muchas cosas para pensar en eso!
Se escuchó la puerta abrirse en un estruendo.
—¿Quién quiere alcoholizarse? —preguntó juguetonamente el pelirosado sacándose la chaqueta ensangrentada, habían tenido una misión simple ese día.
—¡Yo! —contestó el turquesa subiendo sus brazos junto con la respuesta—. ¿Al lugar de siempre?
Jimin negó con la cabeza.
—Vamos un club —le comentó.
—Que finura Kitty, ¿qué celebramos? Qué te follaron o qué —en ese momento su amigo se mordió el labio, pero a Tae le entró un miedo enorme—. N-no... No me digas que~
Puso su mano en su boca.
—¿Qué cosa? —preguntó el rosado.
—¿Estás... tu...? —se tocó el puente de la nariz con un estrés entero—. ¡¿Te preñaron Park?!
En ese instante el rosado entendió la preocupación repentina de su amigo, pero frunció el ceño sosteniendo una almohada del sillón lanzándosela en la cara.
—No juegues con eso, tarado —su rostro molesto le provocaba ternura a Tae quien no tardó en carcajear.
—Ya pero, si usaron protección ¿verdad? —replicó acomodándose en su asiento.
—Sí —arqueó la ceja—. Además, todos los meses me pongo mi inyección mensual —susurró lo último—. ¡Dejemos de hablar de mi vida sexual! ¿Te incómoda si Jungkook viene con nosotros? Hoy es mi día con él.
—Noup, pero ¿él invita? —en ese momento le llegó un correo a Kim, quien se sorprendió ya que había terminado su papeleo, estuvo a apunto de abrirlo, pero Jimin lo detuvo.
—Debe ser un correo de fin de semana, ¡Hoy nos emborracharemos hasta no más poder! —lo jaló, no lograron ver el mensaje mandado—. Hay que cambiarnos de ropa, no iré manchado de sangre.
Taehuyng es muy estricto con su trabajo, pero en parte Jimin tenía razón, su vida se resumía en trabajo, y eso le estaba produciendo problemas con su vida personal.
Solo sería en esa ocasión.
Por otro lado Jimin tenía una emoción superior, buscaría a alguien para que Tae también sintiera el amor romántico y carnal. Quiere verlo feliz.
[...]
—Nos conocimos hace un tiempo, pero hay que presentarnos formalmente ahora —agregó un pelinegro que tenía su mano en la cintura de su novio—. Soy Jeon Jungkook.
Taehyung y Hoseok eran técnicamente desconocidos, ya que la última vez que se vieron Taehyung estaba teniendo una intoxicación etílica y seguramente no recordaba nada, así una vez más se presentaron.
Los cuatro tomaron la situación de manera muy natural, cada uno era bastante bueno socializando en confianza así que congeniaron cada uno.
—Kim Taehyung —les repartió una expresión agradable.
Por la mente de otro chico de cabellos oscuros esa imagen fue impresionante, la sonrisa cuadrada del turquesa lo había dejado conmovido por la belleza de esta.
—Jung Hoseok.
[...]
Las risas resonaban en ese lugar, ya que compartían una conversación que se acaloraba levemente por el consumo alto del alcohol en su sistema.
—¿Les gustaría ordenar algo más? —se acercó a nosotros un mesero del club con un rostro precioso.
—Sí, por favor —contestó Tae—. Dos vodkas.
—¿Para ti y para quién? —preguntó Jungkook con curiosidad.
—¿Crees que estaba pensando en ustedes? Son para mí —les bromeó Taehyung que ya estaba un poco picado.
Hoseok empezó a establecer una conversación sobre sus trabajos con Tae quien lo tomó de forma normal contestando.
—¿Qué le dijiste a tu amigo para converselo a venir? —preguntó el pelinegro alto al rosado en un susurro.
—"¿Quién quiere emborracharse?" —dijo—. No te preocupes tengo todo controlado —agregó para luego guiñarle el ojo de manera juguetona.
Cuando llegaron las bebidas Jimin separaba una señal que Tae se sintiera atraído por este, pero eso no sucedió.
—¿Viste al camarero? —preguntó picaronamente.
Taehyung asintió sin mucho interés. Jimin comprendió eso así que suspiró desganado. Sus ojos perspectivos seguían explorando el lugar con tal de buscar un buen partido.
—¿Qué haces? —le siguió el juego de "celestina" Jungkook a su pareja colocándose unos lentes de sol para parecer incógnito.
Park aguantó la risa, pero se fijo a lo lejos en un precioso hombre bebiendo.
—¿Lo conoces?
Su novio frunció el ceño, al darse cuenta que su propio algodon de azúcar peligroso que le había costado tanto conquistar estaba buscando descaradamente un chico atractivo con dinero.
—Aja.
—¿Y sería buen partido para Tae? —cuestionó en voz muy baja.
Jeon asintió tomando el alcohol secamente sintiendo como este le raspaba la garganta de intensidad.
Por su parte Taehyung la estaba pasando muy bien, solo que su amigo no lo percató.
—No me creo que puedes tomarte los dos de una —agregó Hoseok viendo cómo Kim hizo una expresión de superioridad, de una pasando el vodka de los dos envases.
—¿No crees? —se burló con una sonrisa.
—Eso es genial, pero recuerdo que última vez que nos vimos te embriagaste muy rápido —comentó preocupado de que el chico no le afecte el repentino consumo de vodka—. Pero no te preocupes, yo puedo cuidar de ti, así que tú diviértete.
Taehyung sintió el calor llegar a sus mejillas con ese recuerdo vergonzoso, ese día se pasó de copa en serio, tocó el puente de su nariz con sus dedos, pero rio levemente.
—No me lo recuerdes —dijo—. Llegué a pensar que era una princesa y el césped era de dulce.
Hoseok rio junto a él, la verdad con ese rostro precioso podría pasar desapercibido por una persona perteneciente a la realeza.
—Serias una hermosa princesa —amistosamente adquirió Hoseok haciendo que su compañero de bebida pasara su brazo por sus hombros.
—Obvio lo soy —siguió el juego, pero se miraron a los ojos en ese momento.
Fue solo unos segundos en que sus ojos se miraron de forma más penetrante, sus pupilas se conectaron. Rieron para disimular un poco la situación, pero nunca habían sentido el sentimiento invadir su cuerpo.
—¡Tae ven! —Jimin jaló de la nada la mano de su amigo, guiandolo fuera de sus lugares en busca de alguien, pero Taehyung se quedó aturdido por la situación anterior.
Recuerden los horarios!! Trabajamos arduamente💗💗
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