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015.

Rápidamente Jungkook alargó su mano tomando el rostro de Jimin para estampar sus bocas con suma necedad, y el beso no tardó en convertirse en algo apasionado, ambos abrieron sus bocas permitiendo que sus lenguas se introdujeran en su cavidad y comenzaran a acariciarse entre sí. Seguidamente y por supuesto su manos no se quedaron quietas, empezaron a viajar por el cuerpo del otro, acariciando diferentes puntos que a ambos les causaba escalofríos y les ponían la piel de gallina.

Los dedos de cada uno hacían suaves roces circulares con delicadeza en la piel.

Se fueron despojando prenda por prenda, de una manera específica, disfrutándolo, como si estuvieran abriendo un regalo. Y cuando terminaron desnudos, se detuvieron por unos segundos para mirarse con demasiado deseo, sintiendo su piel arder por el mismo.

Jungkook estaba hipnotizado por el ambiente ardiente, de la mirada con cierta timidez de Jimin al estar desnudo en frente de él y el aroma de los pétalos de las rosas.

Todo era... simplemente perfecto.

Le besó el cuello lentamente, luego la clavícula escuchándolo jadear levemente.

—¿De verdad quieres hacerlo? Por ti puedo esperar lo que sea, solo dime si estás de acuerdo con esto —Jeon lo miro a los ojos interrogándolo un tanto preocupado, pues había recordado que Jimin buscaba el momento indicado para hacerlo.

—Si... yo, creo que lo estoy —lo miro a los ojos, sus mejillas enrojecidas y su respiración irregular—. Te dije que buscaba el momento indicado, y creo que este lo es, yo... solo quiero follar contigo, ya no puedo sopórtalo más. —murmuro Jimin con las pupilas llenas de una lujuria feroz que debía ser atendida, sí o sí.

—No cariño, no te follaré —se acercó a su oído y susurró con su voz profunda—. Te haré el amor pero a mi manera —le mordió el lóbulo de la oreja y luego volvió a mirarlo a los ojos.

Esos ojos bellos y brillantes en los que podía ver la Vía Láctea, Jimin no solo se había convertido en su mundo, sino, en su universo. Todo, todo era él.

—¿Cómo es a tu manera? Quiero que me lo hagas suave al principio, y luego duro —gruño.

Jeon mordió su labio inferior escuchado complacido los pervertidos deseos de su amante. Y por supuesto que lo iba a complacer, pero todo a su tiempo, debía ser muy complaciente, no solo meterla terminar y listo, no, debía ser... especial.

Solo por él.

—Está bien, como tú quieras, pero primero déjame prepárate, cariño —le sonrió. Se levantó de la cama, buscó entre sus cosas del cajón de la mesa de noche sacando de allí una botella de lubricante—. Ponte boca abajo y coloca abajo de tus caderas una almohada, y si quieres deja una cerca de tu boca para que la puedas morder —le ordenó sonriendo, mientras colocaba de ese lubricador en sus dedos índice y del medio.

—Bastardo, tú realmente... —Jimin puso los ojos en blanco y bufó, pero finalmente le obedeció, se colocó como le indicó mientras estaba atento a sus movimientos esperando cualquier cosa.

Su cabeza era un lío en ese instante, su corazón zumbando no dejaba de desconcentrarlo, en ese pequeño período de tiempo de espera sintió ese aroma floral de la cama. Era como si esos pétalos carmesí desprendieran feromonas realmente eroticas.

Su corazón bombeaba sin parar, sentía millones de cosquilleos por doquier, de nervios, de un sentimiento placentero. Todo combinando.

Entonces, Jungkook se colocó de rodillas detrás de él y de pronto, Park sintió como los dedos lubricados del azabache entraron en él, metiéndolos profúndame y enseguida comenzó a moverlos de manera placentera para sí.

—¡Ah! ¡Mierda! —gimió apretando la almohada en sus manos, echando su cabeza hacia atrás—. ¡Haaah! ¡Eso me gusta, ah!.

—Lo sé, cariño —susurró Jeon en su oído sonriendo satisfactoriamente mientras continuaba moviendo sus dedos. Luego le besó los hombros y la espalda, brindándole a su amado una mejor sensación.

—¡Ingg! ¡Ju-Jungkook...! ¡Ah! ¡Para! —pidió enterrando sus uñas en la almohada, sintiendo como los largos dedos del ya mencionado se acercaba a su punto dulce—. ¡Mierda voy a venirme! ¡Haaa!.

Era un remolino en su estómago, como si mariposas revoloteaban acariciando su interior.

—No todavía no —inmediatamente Jungkook sacó sus dedos dejándolo con el deseo de venirse, dejándolo necesitado, necesitado de él, escuchado sus gemidos frustrados.

Jimin se volteó, sujeto los hombros de Jungkook y lo atrajo hacia él para poder besarlo con ganas, despertado, hambriento, dejando un hilo de saliva extendiéndose desde sus labios a través de ellos cuando se separaron.

—Joder, te deseo tanto —le dijo y volvió a besarlo.

Realmente se deseaban con mucha fuerza, se necesitaba como al puto oxígeno, como un flor al agua. Se querían entregar, lo iban hacer, lo estaban haciendo de una manera mágica y muy muy lasciva.

Pero para sus mentes no era solo un calor desbordante, sino un sensación de entrega infinito, sus almas siendo fusionadas en ese instante.

—Iré por un condón —le dio un beso rápido, regreso al cajón de la mesa de noche y sacó la bolsita metálica de allí, se colocó el preservativo y entonces volvió a la cama, posicionándose entre las piernas de su chico—. Mierda quiero disfrútalo por más tiempo, ven aquí.

Repartió besos en puntos específicos que solo lograban hacer delirar al de cabello rosado. Puntos como el cuello, las orejas, la clavícula, sus duros pezones y su pequeña cintura, lugar donde se retorcía al sentir la cálida boca de Jeon, al tiempo que soltaba uno que otro gemido agudo.

—Basta, métela, te necesito ahora —objetó Jimin detenido los lujuriosos y ágiles besos del pelinegro por su cuerpo, se sentía muy bien, pero la necesidad lo estaba consumiendo—. Por favor, por favor...

—Lo que tú pidas mi peligroso algodón de azúcar —lo besó por última vez en los labios.

Y entonces, abrió sus piernas, agarró con sus dos grandes manos las caderas de Park, alineó la punta de su miembro con su dilatada entrada y finalmente hundió su polla dentro del pelirosa, quien soltó un prologando gemido sintiendo su polla deslizarse lentamente en su interior hasta el fondo.

—¡Ingg! ¡A-Aghh, Jungkook! —sujetó sus fornidos brazos musculosos enterrando sus uñas en estos invadido por el placer—. Mierda eres tan grande —se mordió el labio inferior.

Su garganta no podía expresar la gran sensación de ese instante... ¿Qué era? ¿Qué era este sentimiento? Había tenido sexo antes, pero este sentimiento no era normal, era como ver e incluso sentir fuegos artificiales en su cuerpo, de solo haber comenzado.

... ¿Esto es hacer el amor? ¡Pero es demasiado! ¡Maldición como esto existía y no lo conocía antes! Su codicia apareció.

Jeon sonrió engreídamente.

—¿Es así? ¿Te gusta mi pene, amor? —deslizó su lengua desde su garganta hasta llegar a su mandíbula, para luego lamerle el cuello y dejar algunas marcas rojas allí—. Contéstame ¿te gusta?

—¡Mmgh, mierda! —le miró, con las pupilas dilatadas y con una mirada sensual que estremeció al contrario—. Cierra la puta boca y follame, por un demonio.

Y sin esperar más comenzó a moverse, moviendo sus caderas primero, lentamente dejando que ambos disfrutaran de las primeras sensaciones. Aunque a decir verdad, uno de ellos deseaba vorazmente llegar al momento en que cogieran con fuerza y sin piedad, hasta que sus gargantas se desgastaran de tanto gritar. Pero todo fue lento como lo pidió Jimin, al menos solo al principio.

Jungkook no paraba de gemir al sentir el delicioso, caliente y estrecho interior de su chico, era simplemente magnífico. Y dios, su polla se sentía jodidamente perfecta, amoldándose a sus paredes satisfactoriamente, haciendo gemir como lunático a Park, sintiendo lento entrar y salir el miembro de su amante.

—Mghh. Se siente fantástico Jungkook, Haaah —enrolló sus piernas en el torso del pelinegro y las entrelazo para que este no escapara y continuara follandolo así—. No pares, mmm.

Jeon movía su pelvis ágilmente, apoyándose de la cama, concentrado y disfrutando a cada maldito segundo, pronto aumento solo un poco lo movimientos y entonces lo miró directamente, mientras ambos gemían con la boca abierta.

—Haah, Ji-Jimin... mierda, joder esto de verdad es... mggh —mordió su labio inferior moviendo sus caderas con precisión, entonces empujó más profundo sacándole gemidos escandalosos a su amante—. Gime, así, gime para mi.

—¡Ahh! ¡Ah! ¡Haggh! —Park llevó sus manos hacia la espalda del azabache y la rasguñó sintiendo un increíble extasis recorrer todo su cuerpo—. Hijo de pu... ¡mierda así! ¡Ah!.

Sus ojos y uñas expresaban lo inevitable, su placer corporal, sentimental, todo su cuerpo quería gritar, pero su garganta no le permitía explicar sus emociones, por la satisfacción, solo abría la boca para gemir como gata en celo.

—¿Si, así? ¿Así te gusta querido! —empujó su polla más al fondo.

—¡Si, así me encanta! ¡Ah!.

Pronto, luego de un perfecto vaivén, Jungkook comenzó a aumentar la velocidad de sus embestidas haciéndolas más rápidas, más duras, logrando mover la cama y haciendo que la cabecera golpeara contra la pared fuertemente. Para ese punto Jimin ya no estaba gimiendo, estaba gritando, llorando de puro exceso de placer, lo estaba rompiendo, le estaba dando el mejor sexo de todos, y seguramente después de eso no volvería a caminar adecuadamente.

—Mierda que rico, haaa —gimió Jeon.

Luego de un par de minutos de arduas estocadas, las cuales comenzaron a escucharse como aplausos, al tiempo que el sonido del chapoteo se hacía también presente, empezaron a construir un orgasmo, sintiendo llegar un calor característico en la parte baja de su abdomen, en conjunto con un ardiente cosquilleo, mientras el azabache arremetía contra él contrario con profundidad y dureza. Y para ese momento la espalda del pelinegro se encontraba roja y llena de rasguños que ardían como el carajo. Y Jimin ya no podía dejar de gemir una y otra vez, más bien comenzó hacerlo con más fuerza mientras echaba su cabeza hacia atrás, cerraba los ojos y fruncía el ceño.

—¡Aggh! ¡Ah! ¡Me vengo! ¡¡Me vengo!! —aviso Jimin mientras observaba con devoción el rostro sudoroso y tenso de Jungkook, su cabello negro mojado por el sudor, colgando por su frente y los músculos de sus brazos haciéndose aún más notables cuando ejercía más fuerza en una clara desesperación de llegar a un orgasmo, el cual por supuesto no se hizo esperar, atacó repentinamente a Park, quién arqueó la espalda y gimió fuertemente chorreándose en su abdomen—. Mierda, mierda...

—Tranquilo, aún no terminó querido, espera un poco más —sentenció con una sonrisa maliciosa.

Entonces salió de su interior y tomándolo por las caderas le dio la vuelta, observando su delgada espalda y su bien formado culo.

Era demasiado... demasiado para procesar.

Jungkook no puedo resistirse y antes de empujarse profundamente nuevamente dentro de él, le propició una fuerte nalgada, dejando una marca roja con la forma de su mano en su blanquecina piel, Jimin gimió tanto de dolor como de placer. La mano derecha de Jeon se deslizó por la espalda de Park para empujarlo hacia abajo, pegándolo contra el colchón, dejó allí esa mano, y la otra la colocó en su cadera, tomándola con fuerza al tiempo que comenzaba a joderlo rápidamente, como una ametralladora, haciendo sentir a ambos un placer indescriptible.

—¡Ah! ¡Ahh! ¡Joder, voy a venirme otra vez! —vociferó el pelirosado apretando entre sus manos las sabanas de la cama.

—Vente, vente por mi Jimin, vamos —lo volvió a nalguear. Y entonces comienzo a follarlo en serio, bombeó sus caderas dentro suyo, más duro y rápido, golpeando su punto dulce, finalmente el orgasmo de Jungkook llego junto uno nuevo de Jimin, logrando ambos gemir sonoramente de placer.

Jeon se desplomó encima de él, sobre su espalda, donde mientras regulaba su respiración, dejaba algunos besitos allí como también en sus hombros.

—¿Como te sientes? —preguntó Jungkook.

—Jodido dios del sexo hijo de puta —replicó Jimin mirando al chico, sacando los pétalos que se le había pegado al cuerpo y al rostro, y a pesar de sus palabras sonrió cuando hicieron contacto visual.

—¿Lo soy? ¿Entonces aceptas que soy un dios del sexo? —enarcó una ceja con una sonrisa de lado.

—Odio, mejor dicho ¡detesto! Decir esto pero... —soltó un prologando suspiro, peinó hacia atrás su cabello y luego de sonreír dijo—. Si, tienes razón, ame como me follaste, eres un dios del sexo.

—¿Y me amas por eso?...

Park abrió sus ojos un poco de más, quedado sin palabras ante aquella pregunta.

—... ¿A-Amarte?... 

No podemos creer que escribimos 2022 palabras de puro hard/lemon/sexo, pero es algo fundamental. Aunque una es más especializada en crear escenas románticas y curiosas, y la otra en el drama y en las escenas íntimas pudimos crear esto y hacer que funcione. A mi parecer somos una estupenda combinación ¿ustedes que piensan? No sean timidxs y dejen sus opiniones (;

Por cierto les damos a saber que ya hay días asignados para la publicación de los capítulos, serán el Lunes y el Jueves, sin hora asignada <33

Sin más nos leemos hasta el próximo episodio.

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