"Gucci, Kitty los quiero en mi oficina, ahora de inmediato"

—Uy, creo que hoy el anciano esta muy amable —bromeó Kim levantándose de su silla siendo seguido por su amigo quien afilaba sus cuchillas.

—Si no fuera por nuestras habilidades juraría que estamos en problemas —contestó el rosado en un tono juguetón, su amigo le chocó el hombro con el propio.

—¿Qué tal te fue con tu hombre? —susurró para ver la expresión sonrojada de Kitty, y le funcionó muy bien, ya que este se tiñó de inmediato.

—No tengo porque contarte. —ya estaban llegando a la oficina de su jefe así que bajaron la voz.

—Sí soy tu mejor amigo, tengo derecho —en una milésima de segundo Gucci había agarrado una de las navajas de su amigo—. Sí tienes.

—No tengo.

—Sí tienes.

—No tengo, pedazo de mier... —Jimin se calló cuando de la nada de abrieron las puertas de la oficina.

[...]

—Les presentó a King, su nuevo compañero —les dijo el anciano, adornando su rostro con una sonrisa, tomando por el hombro a un joven azabache, de labios regordetes y portador de un increíble rostro apuesto, que adornaba con unas ligeras gafas circules.

El peliturquesa y el pelirosado se quedaron petrificados en su lugar. «¿un nuevo compañero?» la pregunta inmediatamente llegó a su cabeza, jamás tuvieron la necesidad de tener uno, eran un estupendo equipo, pero entonces si lo eran ¿por que la persona que siempre les da elogios sobre los magníficos agentes que son, les está dando un nuevo compañero? ¿Cual era el punto?.

Jimin frunció el ceño disgustado de la situación reciente, mientras Tae mostraba su mejor cara de poker analizando de pies a cabeza a su nuevo compañero.

—Es un gusto conocerlos —hablo él muchacho—. Espero podamos llevarnos muy bien, no se preocupen estoy aquí para ayudar, no causaré ningún desastre, al menos no aquí —sonrió y guiño el ojo.

—¡Pero jefe! —saltó Park golpeando la mesa—. ¿Por qué meter un nuevo miembro? ¿No se supone que Gucci y yo somos los más capacitados y por ende no necesitamos ayuda? —cuestionó.

—¿Qué fue lo que sucedió en las últimas misiones? Anda dime, fallos y más fallos —espetó en un tono brusco no propio de él—. Lo traje por que es un sicario excepcional, con un currículum perfecto y por que ahora que recuerdo... ¿dónde has estado yendo después de las misiones Kitty? En la última dejaste al recluta solo y se te indicó que lo trajeras de regreso con las estadísticas de su misión.

—Yo... —Jimin tragó saliva y se mordió el labio inferior nervioso. No podía decirle que se a estado escapando con Jungkook y mucho menos que en ese momento se encontraba completamente enamorado del mismo—... yo solo salí algunas partes, me divertía como cualquiera persona. —se dio cuenta que cometió un error en revelar esa pequeña información, debía encubrirse no penalizarse, cambió el tema—. ¿Pero eso que tiene que ver?.

—Mucho jovencito —objeto—. Me importa un mierda que hagas o con quién estés en tu tiempo libre, pero recuerda una cosa... —lo miró fíjame a los ojos, imponente con sus dedos sostuvo el mentón del rosado—. Debes respetar las normas de este lugar y sobre todo debes respetar mis órdenes, si tú te atreves a traicionarme...

—No se preocupe más jefe —se volvió a escuchar la voz del chico apuesto—. Ya estoy aquí y me encargaré de que todo en este lugar se haga tal y como se ordena —sonrió ahora de una manera egocéntrica mientras miraba al pelirosa, quien en ese momento tenía unas enormes ganas de asesinarlo.

Taehyung frunció las cejas «¿quien se cree ese imbecil?» se preguntó, no llevaba ni una hora en el lugar y ya había emanado una mala vibra y se había ganado el desprecio de sus futuros compañeros. ¿Realmente que hacía allí? ¿Acaso el jefe sabía más de lo que aparentaba saber? ¿Acaso sabe que Jimin está completamente enamorado de un chico de una empresa rival? Ahora era ese el dilema.

No le serviría de mucho que sus acompañantes estén en su contra, después de todo, no éramos niños peleando por un dulce, podían desgarrar su garganta en segundos.

—Trataremos de acoplarnos, jefe —habló el peliazul intentado tranquilizar la situación y que no llegará a mayores, conociendo bien a su despiadado amigo—. ¿Cierto Kitty?.

—Tsk —el chasqueó la lengua—. Una mierda.

El nuevo río en voz baja—. Para acercarnos aún más ¿por que no nos decimos nuestros nombre reales? Así podremos comenzar una amistad...

—No —objeto secamente Park.

—Kim, Kim Taehyung —dijo inmediatamente el peliazul brindándole su bonita sonrisa cuadrada.

—Taehyung, es un placer —King miró ahora a Gang esperando su respuesta—. ¿Y tú eres...?.

Pero Jimin se negaba rotundamente, cruzando de brazos, con el ceño fruncido y una notable mueca de molestia en su rostro.

—Dile vamos —hablo entre dientes Gucci, abriendo muchos sus ojos para presionarlo, mirándole de una manera amenazante—. ¡Díselo anda!.

—¡Agh, maldición! —refunfuñó Jimin—. Bien, joder... —giró los ojos y bufó mirando de nuevo y de mala gana al chico de cabello azabache—. Park Jimin.

—Un gusto también Jimin, yo soy Kim Seokjin, pero llámenme Jin, insisto —mostró su dentadura sonriendo de oreja a oreja, sintiéndose demasiado forzando, muy hipócrita sin duda—. Sé que nos vamos a llevar muy bien en el futuro.

—Si aja —se limitó a decir Jimin.

—Eso espero Jin —repuso Taehyung.

—Sí, yo también —entorno la mirada y lentamente se deshizo de su sonrisa mirando al pelirosa de la misma mortífera manera que él lo miraba.

Cada uno había mostrado una máscara con intensiones ocultas, excepto Jimin que nunca fue bueno en ocultar sus emociones, y el ser hipócrita nunca se le dio.

[...]

Piezas de ajedrez, así se sentía el inteligente peliazul, quien llevaba ya unas buenas horas mirando a su monitor, sospechaba que ese estúpido nuevo compañero los espiaba de alguna forma.

Él no tenía muchos secretos, pero su mejor amigo sí y tampoco podía tomarse el lujo de permitir que estos fueran descubiertos. Lucharía con su propia vida para esto.

Si se lo preguntan, ellos eran literalmente hermanos, recibiría una bala por Jimin y viceversa, mientras él esté en este mundo nadie lo dañara.

Miró a la puerta de la oficina, recordando como de niños llegaron a ese lugar, sin saber que serían entrenados para matar a sangre fría, cuidándose mutuamente.

Abrió un cajón que tenía a su lado, dentro tenía su tesoro, las pocas veces en las que Jimin y él fueron niños normales, niños que pasaron un día feliz jugando y comiendo helado, una foto de ellos dos en una feria era su preciado recuerdo.

—Mientras yo esté aquí nadie te hará daño Minie —suspiró  Taehyung sonriendo, mirando aquella fotografía con nostalgia.

Queríamos subirlo el miércoles, pero simplemente no aguantamos, estamos preparando incluso el final, así que tengan por seguro que cada semana habrá un capítulo nuevo, sin importar el día de publicación.