007.
—¡¿De verdad?! —Jungkook abrió mucho sus ojos, impactado por la respuesta casi inconsciente que le había dado Jimin.
El rosado sorprendido de las palabras que salieron de sus labios, puso sus dedos encima de estos para callarse.
—¿De verdad qué? —el pelirosado negó regresando en sí y procesando lo que acababa de decir, para fingir demencia—. Yo... yo quise decir... ¡Solo estoy bromeado, joder! —desvió la mirada encontrándose completamente sonrojado, disimulando al terminarse su bebida.
—¿Entonces por que te pusiste nervioso?. —insistió con una sonrisa.
—¡Yo no me puse nervioso! —justificó inmediatamente frunciendo las cejas, dejando con fuerza su copa en la mesa resonando.
—Jimin... está bien —el pelinegro colocó su mano sobre la del contrario, y este abrió sus ojos como sus platos aumentando el rubor de su rostro llegándole hasta las orejas—. No debes avergonzarte, si fuera tú... —se acercó a él peligrosamente—... también querría besarme.
El rostro de Jimin se puso serio «malogró el momento»
Hubo un momento de silencio mientras ellos se miraban. Pero luego, Park explotó en risas dejando atrás todo el nerviosismo que en ese momento sentía, ese chico realmente era un bruto, de alguna forma también le pareció lindo la manera en que se amaba así mismo.
—Déjate de tonterías Jungkook, ni en tus mejores sueños volveré a besarte, accedí a esta cita solo para que me dejaras en paz y ya te dije que fue solo una broma, así que ya bájate de tu nube. —se levantó de la mesa al terminarse el alcohol y pagar la cuenta, en teoría la cita había concluido.
—Woah, eso fue muy hiriente, que hijo de puta. —lo siguió.
Jimin soltó un suspiro junto una sonrisa—. Pero soy un hijo de puta hermoso, y eso me hace mejor que tú, además de mi variedad en distintas destrezas. —agregó cerrando los ojos con una sonrisa mientras sus manos estaban en sus bolsillos.
—¿Estas diciendo que no te parezco guapo? —cuestionó Jungkook enarcando una ceja.
—Lo eres, eres guapo... —admitió sin dudar.
—¿Entonces por que no puedes besarme? —lo interrumpió.
—Yo no dije que no pudiera, sino que simplemente no quiero besarte, así de fácil, vive con eso. —alzó los hombros saliendo del restaurante.
—¿Por qué? —frunció el ceño, deteniendo la puerta que se estaba apuntó de cerrar en su cara.
—¿Debo tener un motivo?. —siguió contestando.
—Dame al menos una excusa, y espero que sea buena, solo así dejare atrás lo del beso —entorno la mirada fijamente al de cabello rosado.
—No tengo una —contesto con frustración.
—¿Entonces? Solo hazlo, ya lo hiciste una vez y a ambos nos gusto, niégalo. —insistió.
Jimin giró los ojos—. Estaba bajó influencias del alcohol, y lo hice por que no me iba ir de esa maldito bar sin a ver follado o a verme besando a alguien.
Sonrió victorioso, «¿en serio cree este chico que yo sería tan fácil?» Pensó Jimin al ver que el ánimo del chico bajaba.
—¿Así que tu principal objetivo era que cogiéramos? —preguntó subiendo una ceja pícaro.
Pervertido.
—No exactamente. Agh ¡ya basta! Tuve suficiente de ti por hoy, no voy a besarte, esta cita se termino y hasta nunca —Park finalmente se dio la vuelta y tomó su camino.
—No, espera.
Jungkook inmediatamente trató de detenerlo. El pelirosa se detuvo en la calle, en busca de un taxi, y al ver que Jungkook le sostuvo los hombros puso los ojos en blanco.
—Jimin —habló mientras este se soltaba y lo ignoraba—. Por favor no te vayas, hago este tipo de cosas por que... —jalo aire antes de confesar—. Por que tú me gustas, me gustas joder, y mucho de verdad.
Park lo miró en silencio, frunciendo las cejas y con una expresión de "¿qué carajo?" Dibujada en su rostro, para luego soltar una leve risita. ¿Jimin se estaba burlando de los sentimientos de Jungkook?
—Esto es ridículo ¿por qué? ¿Qué mierda? Solo estás diciendo estupideces para lograr besarme, pero no soy tan idiota, no caeré en tu labia —respondió disponiéndose a buscar su taxi entre todos los autos que pasaban por la avenida.
—¡No es labia, maldición! —vociferó frustrado. Park Jimin realmente era difícil, incluso confesándole sus verdaderos sentimientos no era capaz de persuadirlo al menos un poco—. Créeme me gustas demasiado, dime ¿por qué crees que te he molestado todo este tiempo para que salgas conmigo? Mierda incluso puse en juego mi vida, por ti.
El taxi que por fin Jimin había logrado detener se fue en ese instante dejando a un rosado ya un tanto estresado.
Suspiro para tranquilizarse.
—No lo sé ¿para follarme? Que sé yo —alzo los hombros. Finalmente encontró otro taxi y lo llamó agitando su mano en lo alto, el auto amarillo se acercó a la cera.
—Jimin escúchame por favor ¿como quieres que te lo pruebe? Puedo gritarlo, lo juro.
—No te atreverías —entornó los ojos junto una sonrisa burlona.
Jungkook bufó—. ¡¡Park Jimin me gustas!! —vociferó vaciando al aire de sus pulmones, todas las personas lo miraron, el mencionado abrió sus ojos sorprendido y rápidamente le tapó la boca.
—Cállate idiota, tienes suerte que estamos en la calle si no te hubiera cerrado la boca con una patada —lo miró con furia, realmente apenado por su acto infantil—. Me largaré, y si te vuelvo a ver en una de mis misiones o en mi vida diaria iré al hoyo donde te escondes y te asesinaré ¿escuchaste?.
—Jimin... —murmuró cuando le quitó la mano de la boca—... Tú me gustas, me creas o no —dijo mirándolo directamente a los ojos—. Solo quiero que lo sepas, por si algún día ese gran ego que tienes se va y deja que tu corazón se ablande.
—¿De qué estás hablando?.
—Tú no quieres aceptarme por que así lo dicta tu asquerosa soberbia, soy Park Jimin un chico hermoso, audaz e inteligente, demasiado para los mortales —se burló y resopló—. Que patético, eres un cobarde.
—¿Cobarde? —frunció el ceño.
—Si, un cobarde... ¿qué piensa que tramo, ah? ¿Crees que solamente quiero coger contigo y ya?. Pues no, estás muy equivocado, yo no soy ese tipo de chico.
—¿Pruébalo? —lo miro seriamente, separándose de él—. ¿Soberbia? ¿Ego? Desconfiar de un asesino profesional de una empresa probablemente rival ¿me hace un egoísta?, ¡Ja! Demuéstralo.
Y eso hizo. Jungkook lo sujeto de la cintura, y lo atrajo a su intenso cuerpo, Jimin abrió un poco de más sus ojos y entonces... lo besó. Al principio el pelirosa se encontraba sorprendido, ni siquiera había cerrado los ojos, estaba apunto de romper el beso pero el pelinegro empezó a mover sus labios lentamente, ya que a diferencia de él, Jungkook si tenía los ojos cerrados y estaba disfrutándolo, y aunque Jimin aún no aceptara el contacto, él se sentía en las nubes con solo tocar su labios, era un delicioso tacto, sus carnosos labios eran un manjar que estaba deleitando.
Pero entonces, luego de unos cortos segundos de unión, Park empezó a cerrar sus ojos lentamente, y a continuación movió sus labios siguiendo el ritmo de los de Jungkook y finalmente se dejó llevar, creando una burbuja a su alrededor.
Las manos del más alto acariciaban desde su cintura hasta su columna, era tan delgado y suave.
El otro se abrazó de su cuello, el pelinegro ajustó su agarre de la cintura de Jimin, y ambos se dispusieron a disfrutar de aquel lento y mágico beso. En el fondo sonaron casi imperceptible unas campanas que solo ellos lograron escuchar, causando que sus pieles se erizaran y sintieran mariposas revolotear en el estomago, fue una sensación nueva y realmente extraña.
—¡Disculpa! ¿Vas a tomar el taxi? —el hombre del taxi reventó su burbuja. Ambos salieron del pequeño transe y se separaron.
—S-Si, yo... —Jimin rascón su nuca divagante igual que Jungkook—. Me-Me tengo que ir, adiós Jungkook —se despidió con la cabeza gacha sin saber que había sucedido.
Pero rápidamente el azabache lo detuvo con su voz cuando abrió la puerta del taxi e hizo ademán de subirse.
—¿Volveremos a vernos? —preguntó con su corazón latiéndolo fuertemente adentro de su pecho.
Jimin no sabía que responder en ese momento, se encontraba muy confundido, diablos ¿cómo podía ser que un simple beso lo tuviera así tan idiotizado? Pensó en decir "no", "no lo sé", "tal vez" pero luego de cuestionárselo simplemente respondió...
—Te esperare conejo —replicó y luego se subió al automóvil amarillo. Le dio indicó la dirección al conductor y se pusieron en marcha.
También Jungkook se preguntaba qué había sucedido ¿por qué aquel simplemente beso fue tan mágico? ¿Por qué su piel se había erizado? ¿Por qué su estómago dolía de una manera extraña? ¿Por qué su corazón no dejaba de palpitar rápidamente? ¿Y de donde diablos salió el sonido de esas campanas?. Tantas preguntas sin respuesta.
Lo único que estaba claro es que estaba completamente enamorado de ese chico quisquilloso y de cabello rosa. Realmente deseaba que algún día fuera suyo, y seguiría persistiendo hasta que así fuera.
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