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002.

—Killer Bunny, es su alias —indago Kim Taehyung mirando su monitor con los ojos entornados—. Asesino en masa, especializado en armas blancas como cuchillos, dagas, katanas etc, utiliza como vestuario casi siempre trajes de gala es su mayoría negros, y una mascara de conejo, por lo tanto no se sabe nada sobre su verdadera identidad, y como lo supuse trabaja para una empresa de "agentes" —hizo comillas con los dedos—. Aunque bien sabemos que no somos específicamente agentes.

—Suena interesante —replicó con sonrisa el pelirosa—. ¿Hay algo más?.

—Nada más —suspiro y dejó caer su espalda en el respaldo de su silla cansado—. Parece ser que probablemente esa rata a la que exterminaste se había metido con quien no debía, garantizándole dos asesinos de empresas diferentes para su muerte.

—¿Estas diciendo que nos dieron la misma misión?. —inquirió Jimin entornando los ojos.

—Eso mismo, el solo estaba haciendo su trabajo igual que tú, no quería calumniar tu misión, simplemente iban a matar a la misma persona. —contestó de manera tranquila.

—Estoy más tranquilo entonces, porque si fuera de otra manera temo que hubiera hecho estofado de conejo —sentenció al mismo tiempo que sacaba su navaja retráctil de mango rosa brillante y una sonrisa maliciosa adornaba sus labios.

Su compañero de cabellera azul asintió y encogió los hombros.

—¡Gucci, Kitty! —sonó el radio de comunicación ruidosamente desde el escritorio—. Tráiganme el expediente y sus estadísticas, ahora.

Los dos jóvenes soltaron un prologando suspiro lleno de fatiga poniendo al mismo tiempo sus ojos en blanco.

—Ya escuchaste mi buen amigo, dejémosle a ese decrépito el expediente y luego vayamos a beber algo. —mencionó el peliazul levantándose al mismo que su amigo de su silla.

—A veces odio que seamos los favoritos —protestó Jimin mientras salían de la oficina—. ¿Qué hay de los nuevos reclutas? Deberían tener este tipo de misiones, algún día le daré mi queja.

—Si claro.

[...]

—Excelente como siempre, no esperaba menos de mis dos mejores subordinados —los halagó el hombre de edad mayor desde su escritorio de madera oscura con una satisfactoria sonrisa—. Aunque me sorprende mucho que un cual quiera haya burlado tu sistema Kim —miró al chico—. Quiero una explicación.

—Llegaron primero que nosotros, así que los sistemas ya estaban hakeados antes de que nosotros entráramos, no intervine ya que lo primordial era la misión y además Kitty ya se había encargado. —replicó serio y con las manos en sus espalda.

—¿Esa es tu excusa?, mira que casi te creo —se levantó de su asiento, camino lento y tétricamente hacia los chicos—. ¿Me quieres decir que mi mejor ingeniero en sistemas no pudo con un hacker de cuarta?, entonces yo soy el culpable ya que todo lo que saben es gracias a mí.

—No señor, lo siento, fue todo mi culpa, debí introducirme en su hackeó y haberlo quebrado en ese momento —dijo haciendo una reverencia.

—Errores así déjaselos a los nuevos reclutas, ustedes son profesionales ¡Compórtense como tal! —increpó con un rostro enojado.

Por un segundo todo fue silencio, hasta que unas risitas burlonas se hicieron presentes, entonces el hombre miró al chico pelirosa quien las emitía.

—¿Te gustaría agregar algo Park? —habló con una ceja levantada, cruzándose de brazos.

—Vamos jefe, no sea tan malo con él, Tae hace lo que puede. —mencionó Jimin abrazando al hombre por los hombros—. Somos humanos y cometemos errores, además esto nos tomó por sorpresa a ambos, yo también pude haber cometido un error, pero eso es lo que nos hace un humanos, de lo contrario seríamos todas unas máquinas asesinas ¿no lo cree?.

El hombre exhaló con fastidio—. No debería dejarlo pasar, pero lo haré, solo porque saben que tengo una debilidad con ustedes.

Aquello era totalmente cierto, pues el hombre de ya casi sesenta años, había criado y protegido a ese par desde los cinco años, les había ensañado todo lo que saben, más allá de la educación común que normalmente tiene un niño. Los había hecho fuertes en todos los sentidos y aspectos, eran su gran obra de arte, según él, dos perfectos asesinos con un alma un tanto densa y si quieren llamarla también cruel, pero manteniendo esos sentimientos que los convierten en humanos.

Taehyung alzó su cabeza.

—Eso es todo jefe, iremos por unos tragos ¿gusta ir con nosotros?. —preguntó. En su mente deseaba que dijera que no.

—Diviértase, pero no mucho, no saben a quién querrán matar mañana —le guiñó el ojo y les brindó una sonrisa dándoles su autorización para salir.

—¡Fantástico! no perdamos más tiempo entonces, volveremos luego de una congestión alcohólica, adiós jefe —le dio un beso en la mejilla juguetonamente—. Vamos Tae.

—Adiós jefe, nos vemos mañana —el de cabello azul hizo una reverencia y luego se marchó junto a su mejor amigo de cabellos rosados.

—¿Congestión alcohólica? ¿qué tienes quince años? —Taehyung lo miró de forma egocéntrica indignado por su sentido del humor tan infantil.

—Pfff, tenía que espantar el tema, te salve el culo de nuevo, me debes una. Oye ¿no te parece humillante? —silvo Jimin con sus brazos entrecruzados detrás de su cabeza, el turquesa frunció las cejas sin entenderle—. ¿Qué un haker de cuarta te haya ganado?.

Kim le golpeó la costilla con su codo por su burla, provocando una risita de Park.

—¡Cierra la boca o mi puño lo hará por ti!

[...]

—Kitty Gang, es el nombre que utiliza como alias —explicó Jung Hoseok metido en la información que le brindaba su ordenador—. Todo un profesional en el ámbito de asesinato, destreza en armas blancas, de fuego y artes marciales, aunque se conoce su rostro no hay ningún archivo de su verdadera identidad, pero ulala, es bastante hermoso y confirmó lo que dijiste sobre ser muy peligroso, trabaja para una empresa de sicarios igual que nosotros.

—Eso explica por qué coincidimos en la misión, probablemente lo contrataron para matar el mismo hombre, al mismo tiempo —vaticinó pensativo Jungkook..

—Exactamente mi buen amigo, fue solo una casualidad, nada amenazante a menos de que fuera una calumnia, pero no lo creo, él simplemente lo mato y desapareció —dijo tranquilo.

—Eso me favorece compañero, tú mismo lo dijiste, es hermoso y muy habilidoso, seríamos una estupenda pareja ¿no lo crees? —alzó y bajó sus cejas rápidamente sonriendo.

El de cabellos castaños hizo una mueca de asco—. Lo viste solo una vez Jungkook y casi te mata, no te dejes llevar por una cara bonita, es peligroso tu mismo lo dijiste —le aconsejo.

—Podemos conocernos.

—¿Le dirás tu verdadera identidad? —preguntó sorprendido.

—Naturalmente, no va a besar a una máscara de conejo ¿verdad? —replicó sonriente—. Seré cuidadoso, ademas estoy acostumbrado y sé afrontar al peligro —le guiño el ojo.

—Es tu vida, solamente no metas en problemas a la empresa, y no quiero verte lloriqueando en las oficinas solo por que tú joven corazón fue roto —se burló—. Vamos, hay que llevarle a la jefa el expediente y luego deberíamos ir por unos tragos.

—Suena bien.

Ambos salieron de la habitación rumbo a los asesores, tomándolo para subir al último piso, con un folder en la mano de Hoseok.

—Cierra la boca Hoseok, no fui yo quien se enamoró del agente más antipático y frío de la empresa ¿o me equivoco? —siguió—. Oh querido Agust D, te escribo esta car...

Lo callo dándole un golpe en el estómago.

—Cállate, eso fue hace dos años, deja de molestarme, además él no era tan frío ni antipático conmigo. —justificó.

—Solo hablaron dos veces.

—¿Y? Fue una conversación muy interesante.

—¿Sobre el clima y los sabores del ramen? Por su puesto, una conversación súper interesante —señaló con mucha ironía, el otro lo miro con recelo y un poco de sufrimiento.

Cuando llegaron al último piso, caminaron por un largo pasillo hasta la enorme puerta de roble negro en el fondo.

—Ya esta bien, dejemos de hablar sobre nuestras tragedias y errores, si la jefa nos escucha hablando sobre amor nos abofeteará —repuso junto a un pequeño escalofrío y miedo.

El pelinegro giro los ojos y asintió. Entonces luego de ponerse serios tocaron la puerta, y una vez dado el permiso de la voz femenina para entrar, pasaron cerrando la puerta a sus espaldas.

—Buenas noches je...

—¡Hobi, Kookie! Oh mi conejito y mi ardillita feliz ¿como estuvo su misión? ¿estupenda? —no los dejo contestar, lo dejo con la palabra en la boca—. ¿fantástica?, eso espero —suspiro y camino hacia ellos con una sonrisa.

—Buenas noches jefa —habló el castaño—. La misión fue satisfactoria como siempre, aquí esta el expediente —le dejó el folder amarillo en uno de los muebles color brillante de la habitación que iluminaba con todos los colores del arcoíris.

—Bien hecho mis niños ¿ya comieron? ¿quieren comer algo? podemos pedir sushi...

—No se preocupe jefa, ya cenamos, ahora pensamos salir por unos tragos para desestresarnos un poco —hizo una reverencia y ambos se giraron para volver a la puerta pero la mujer los detuvo.

—¿Qué está pasando Hoseok? —la voz dulce y femenina se hizo más gruesa y autoritaria—. ¿Hay algo que no me han dicho todavía? Por que me gustaría saberlo.

—Bueno si usted incis... —Hoseok recibió un pellizco tan fuerte por parte de su compañero que soltó un chillido y una lágrima escurrió por su mejilla.

La mujer enarco una ceja esperando alguna respuesta prudente.

—No hay nada más jefa, solo estamos cansados, fue un día largo, de verdad —afirmó Jungkook nervioso.

La mujer los miró durante unos largos y ensordecedores segundos y luego la aura se tranquilizó cuando ella volvió a sonreír.

—Bueno, si tú lo dices Kookie, vayan a dormir mis pequeños, dulces sueños —les mando un beso con entusiasmo y entonces ambos se retiraron.

Soltaron un suspiro.

—¡Tu de verdad quieres morir! ¿Ibas a decírselo? Piensa lo que vas a decir antes de hablar, tarado.

—Solo quería jugar contigo —Hobi se río—. Pero ese pellizco ¿qué diablos? Sentí que me arrancabas la piel, eres siempre tan malo conmigo —se limpio una lagrima falsa victimizándose.

—Agh cállate, tú te lo buscaste ardillita feliz —se burló junto a una carcajada, y el otro le propició un golpe en el brazo.

—Siempre tan gracioso ¿verdad kookie conejito? —el castaño imitó la voz de la mujer exageradamente regresándole la burla.

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