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Epílogo

Oct. 23, 2021

La clasificación de "La liga femenina de voleibol argentino" llegó a su fin varias semanas atrás; Las vikingas logramos encabezar la tabla de posiciones, ascendimos como club; por lo que clasificamos para el "Campeonato sudamericano de clubes campeones de voleibol femenino", el torneo internacional más importante y prestigioso respecto a clubes en Sudamérica. Si llegamos a ganar este último tendríamos que competir a nivel mundial, en el "Campeonato mundial de clubes" (Women's club world championship).

Anteayer, el lunes, los abuelos me llevaron a Buenos Aires a probarme para la Selección mayor de vóley femenino, quedé.

Me aceptaron.

Me quieren con ellos.

Formo parte de la Selección.

Formo parte de las panteras. Soy una más de ellas.

Le pedí a Diego que no me acompañara porque me daba miedo el resultado (sin contar que el pobre estaba igual o más nervioso que yo), y si no llegaba a quedar ya de por sí iba a hacer incómodo con los abuelos (no necesitaba a nadie más para eso); las palabras de aliento del abuelo con su rostro apenado y las puteadas de la abuela en contra de quienes seleccionan a las chicas nuevas... Y conociéndola también iban a recibir un par de insultos algún que otro familiar de los cazatalentos. Ambas reacciones eran más que suficiente.

Por suerte pasó todo lo contrario.

Empezaría a jugar con mis nuevas compañeras al principio de la temporada del año que viene. Mientras tanto solo tendría que ir a los pocos entrenamientos que quedan (para empezar a adaptarme) y a verlas jugar en los partidos de la temporada actual desde la banca de suplentes.

¡Bren de 4 años que vio a unos chicos jugar en la playa y se interesó en el deporte, lo logramos!

¡Bren de 6 años que por primera vez pisó la cancha para jugar, seguimos jugando con la misma pasión del primer día y ahora somos parte no solo del mismo club sino que también de la Selección!

¡Bren de 13 años que empezó a competir por primera vez, logramos nuestro sueño de estar en la Selección!

¡Bren de 15 años que tenía miedo de que la seleccionen y tener que irse, alejándose de nuestra familia, tranquila que tuvimos una segunda oportunidad! (No seas tan dura con vos, nena).

Esto no es solo mío, sino que detrás de este sueño cumplido hay quince pequeñas versiones mías que lucharon para que yo esté acá.

Un sueño en común cumplido.

Las expectativas de las quince fueron maravillosas, pero se quedaron cortas como en realidad fue.

Con los abuelos nos quedamos paseando dónde viviré en los próximos meses, decidimos hacerlo para festejar y para darle la sorpresa a mamá, Luca y Sele durante la cena. Ellos mismos propusieron invitar a Diego para contarle la noticia, y para que no sea tan obvio, la abuela le escribió diciéndole que yo lo necesitaba en este momento, pasándole la dirección de su casa (aunque ya la sabía porque había ido cuando me lastimé el tobillo). Luego de mandar el mensaje desactivó los datos móviles para que él no le pudiera hacer preguntas de mi prueba. Toda un genio del mal.

Cuando finalmente llegamos (muy tarde a propósito) con cajas de pizzas que compramos en el camino, mamá junto a mis hermanos y a Diego nos estaban esperando en la sala mientras compartían las últimas novedades (tanto mamá como Luca y yo tenemos un juego de llaves de la casa de ellos).

Respecto a la facultad terminaré este cuatrimestre en mi facultad y daré los finales que me quedan; A partir de marzo, segundo año de la carrera, tercer cuatrimestre, la seguiré online, no me gusta mucho esta decisión, pero es la única que veo conveniente para estar enfocada tanto en los estudios como en el club y en la Selección mayor, sin priorizar una más que la otra.

Quiero sembrar mi propio futuro, uno en donde tenga un título universitario y jugar profesionalmente.

Aunque esté muy cerca de debutar como una pantera le doy importancia al hecho de tener un título porque quiero poder ejercer en algún momento de la profesión que decidí desde muy chica. Mi sueño sigue siendo ser licenciada en actividad física y deporte, además de poder vivir como una deportista reconocida; algo perfectamente equilibrado, y para eso necesito tiempo para ambas cosas.

Mi facultad me da la opción de cursar online y que cada profesor tenga un seguimiento semanal o cada dos semanas porque entienden la situación (algo que ya se ha llevado en práctica con otros estudiantes), así que por esa parte no estoy tan nerviosa. En estos días me voy a comunicar con ex's alumnos o de años más avanzados que eligieron esa modalidad por una razón similar a la mía para ya prepararme mentalmente de cómo puede llegar a ser.

El lunes a la noche en la casa de mis abuelos, hablé sobre eso con Diego. Me aconsejó que no me preocupara antes de tiempo por algo que pasará en meses, y más aún si el cuatrimestre no terminó, y aunque sé que tiene razón me gana la ansiedad de saber todo sobre mi nueva vida en menos de medio año.

Él está muy feliz por mí. Y sobre todas las cosas, orgulloso por haber tomado finalmente la decisión de viajar y probarme en la Selección.

Me ayudó a calmarme cuando tocó hablar de nuestra relación, me dijo que no me preocupe por el tiempo que estaremos distanciados. Incluso me propuso cambiarse de facultad a una en la que haya ambas modalidades, presencial y online, —aunque nuestras facultades pertenecen a la misma universidad, la suya es únicamente presencial— para cursar en línea y que no estamos tan distanciados cuando tenga que viajar para CABA, pero es algo que no se lo permitiría.

No le permitiría que cambie su vida por mí. Jamás.

No será tanto tiempo distanciados porque yo seguiré jugando en el club en el que estoy, en el local, así que en las fechas que la selección tenga los entrenamientos y juegue sus temporadas viajaré, y cuando eso acabe vendré a casa de mamá y podré verlo (al igual que a mi familia). Mientras viva en Buenos Aires hablaremos todos los días por mensajes y videollamadas, estas últimas al menos tres o cuatro veces por semana. Diego bromeó con ser parte de la vieja escuela y escribirme cartas y enviarlas por correo; aunque lo haya dicho riendo no tengo dudas de que lo hará alguna vez.

Sabemos que puede ser difícil el primer tiempo, pero tenemos fe y sobre todas las cosas confianza y amor. Ahí está la clave.

Si bien no hay una receta para el amor, ambos creemos que es confiar, dejarte querer y amar.

Es entregar con una mano en un pequeño cofre tu corazón y con la otra dar un cuchillo envuelto en un pedazo de tela de algodón, esperando que no lo apuñale. Y cuando ambas manos te queden libres y la otra persona haya aceptado ambos objetos, a cambio recibirás su cofre y un pedazo de tela envolviendo otro cuchillo.

Las cosas con Diego están muy bien, más que bien. Nos apoyamos mucho y mutuamente. Sinceramente nos vemos más veces de las que creíamos que íbamos a hacerlo por la facultad. No coincidimos tantas veces en el campus como en el cuatrimestre pasado, pero si nos vemos por fuera de la facultad, me gusta que sea así para tener excusas durante la semana para vernos.

Sigue usando el mismo collar que algún día hizo con sus propias manos para apoyarme en una práctica a la que lo invité, con la diferencia que ahora lo usa cada día y sin la necesidad de que salgamos juntos. Diego dice que lo usa porque quiere que todos sepan que está con, en sus palabras, "La gran pantera".

En cuanto quedé como una de Las Panteras (al día siguiente, a primera hora) Diego le hizo una pequeña reforma que yo veo como "LA REFORMA", la cual se trata de una nueva mostacillas que contiene una "B" en el centro. Está al lado de dos bolillitas que separa al número once, la cual acapara toda la atención.

Cuando le pregunté a qué se debía ese cambio si antes estaba perfecto tal y como estaba, él me respondió:

"Llevo tu inicial en mi cuello, no porque te pertenezca, sino porque realmente me conocés, amor.".

Sé que lo dijo haciendo referencia a una frase de una canción que solemos escuchar en el auto cuando vamos a algún lugar o cuando escuchamos música en mi casa o en la suya; pertenece a las tantas canciones que seleccionamos para guardar en una playlist y escucharlas juntos; él la agregó. Yo no la conocía hasta que me la enseñó.

Acá es donde me doy cuenta de que: Siempre fue él. Diego.

Siempre fue y será Diego.

Él no fue mi primer novio, menos mi primer beso, pero sí mi primer amor (y espero que el único).

Siempre estuvo ahí. Desde que éramos unos pequeños infantes que no sabían nada del mundo que los rodeaba.

A lo mejor estaba todo destinado. Yo estaba destinada a reencontrarme con Diego una vez que el lazo con mi ex se rompiera. Tal vez Diego siempre estuvo a mi alcance, unido al famoso hilo rojo, esperando a ser visible de forma amorosa por mí, pero si nunca pasaba todo lo que pasó antes de él, no hubiera sido visible nunca. Aunque a veces me arrepiento de no haberlo visto antes cuando él sí me estaba mirando.

Y como dijo Rihanna: "And everybody's watchin' her, but she's lookin' at you."... Him. He. Él...

Todas lo están mirando, pero él me está mirando a mí; y yo a él. Nos miramos de una forma recíproca.

_______________ღ_______________

Fecha de publicación: 26/10/2024

Hola, ¿cómo están? Yo llorando

Llegó el epílogo!!!! Y como me pasó con el inicio, estoy muerta de nervios y miedo.

Si bien esto ya lo tenía pensado, se me hizo difícil escribirlo porque no quería soltar a Bren y a Diego, pero más se me hizo difícil escribir el capítulo final, quería darle a estos dos el final que tanto se merecen ✨✨✨

Gracias por todooo 💗💗💗

Espero que hayan disfrutado de la historia :)

Un beso con cariño
-Ruʃ!tos.

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