Capítulo 22: El lago
TAYLOR
Soy el primero en despertarse, decidí quedarme acompañando a Emma hasta que llegara Diane, pero ella nunca apareció así que me tomé el atrevimiento de dormir en su cama.
Y cómo imaginaba Emma aun no despierta, pero seguro que cuando lo haga le dolerá la cabeza, ayer sí que apestaba a alcohol.
Trato de no pensar demasiado en que ayer por la noche la vi desnuda y que dijo que le gustaba. Aunque primero me haya dicho que era aburrido, no podía esperar menos tratándose de ella. Sólo espero que no se acuerde, porque eso sería incómodo para los dos.
Lo más probable es que no lo haga, ya que fue lo último que dijo antes de sumirse en este pesado sueño del que aún es presa.
Así que me acerco a ella para comprobar que está todo bien. Y al menos sigue respirando tranquilamente. Me alivio enseguida, al menos sigue con vida.
Justo hoy que tenemos el paseo al lago a Emma se le ocurrió que sería una buena idea beber hasta quedar inconsciente.
¿Debería despertarla?
–Emma... –digo intentando no levantar tanto la voz, pero lo único que consigo es que se tape aún más para seguir durmiendo.
Bueno, al menos lo intenté.
Me quedo observándola al menos quince minutos más hasta que alguien toca la puerta de la habitación y sólo espero que sea Diane o Ashley.
Una vez que abro la puerta, me siento relajado al ver que es Diane.
–Hola Taylor –dice algo incomoda –Yo vine a...
–Pasa por favor. Emma está en una especie de trance y no pude despertarla –digo haciendo un gesto para que entre
–Oh, ya veo. No te preocupes, yo la despertaré. Gracias por cuidarla
No me molesto en preguntar por Ashley y asumo que Diane estuvo con Ben, de lo contrario habría dormido aquí, pero como todavía no tenemos tanta confianza, evito decir algo al respecto.
Aunque me siento bastante orgulloso de mi amigo, al fin lo consiguió.
–No hay de qué, iré a mi habitación a cambiarme ropa
Diane asiente y la dejo a cargo de Emma, quien no tiene ninguna intención de despertarse al parecer.
(...)
En cuanto llego a la habitación que me designaron con Ben, no me sorprende también encontrar a Dylan tirado en el suelo. No sé si habrá dormido ahí o simplemente se cayó. De alguna forma también había varios invitados de Caleb durmiendo como podían alrededor de los sillones.
Supongo que Emma no será la única que tenga resaca esta mañana.
–Por fin apareces, ya empezaba a creer que te habían abducido los ovnis –dice Ben luciendo feliz
–O tal vez fue abducido por Emma, eso es más probable –dice Dylan incorporándose desde el piso
–Pues no fue ni lo uno, ni lo otro. Terminé cuidando de Emma... ebria –cuando finalizo Dylan me mira con cierto interés –no ocurrió nada
– ¿Enserio crees que nos tragaremos eso? ¿Que no pasó nada? –pregunta Dylan
– ¿Y qué iba a pasar si estaba ebria? No se demoró nada en quedarse dormida y yo me quedé esperando a que llegaran sus amigas, pero veo que Ben tenía muy ocupada a Diane
Debo olvidar ese momento en el baño y que luego dijo que yo le gustaba, porque esa era una versión ebria de Emma hablando. No era verdad y por mi bien, debo olvidar la imagen de Emma desnuda, además lo más probable es que ni lo recuerde.
Lo que es bueno para ambos.
–Claro, ahora es mi culpa –dice Ben sin poder contener su sonrisa
–Cómo quieras, nos enteraremos de todas formas. Ahora te aconsejo que te pongas ropa más adecuada para hacer una caminata. El lago queda como a cuarenta minutos andando –dice Dylan levantándose
Me imagino lo molesta que estará Emma con el dolor de cabeza y además ahora tendrá que hacer una caminata. A lo mejor no le diré nada de lo sucedido ayer, pero sí puedo molestarla como suelo hacer casi siempre.
Volveremos a la rutina habitual y lo de ayer quedará en el olvido.
(...)
Estamos con los chicos comiendo algo y apenas veo a Emma no puedo creer que casi no se vea afectada por la resaca, salvo porque trae unas gafas no hay ningún indicio de que ayer haya bebido tanto.
Está usando unos shorts de mezclilla que me dan un buen vistazo de sus largas piernas y una polera corta de tirantes. Luce impresionante y temo no haber sido muy discreto al observarla, así que enseguida dirijo mi vista al pastel que estaba comiendo.
– ¡Hola chicos! –saluda ella como si nada. Incluso suena hasta feliz
–Emma, te ves bastante bien –dice Dylan
–Gracias, la verdad es que me siento genial
Emma se sienta frente a mí, así que hago un asentimiento en señal de saludo. Cuando Diane se incorpora al desayuno veo como sus mejillas enrojecen al ver a Ben y mi amigo también parece estar feliz de verla.
Al menos ellos tuvieron una buena noche. No es que yo me pueda quejar tampoco, al menos dormí bien.
–Bueno, los dejo. Iré a ver en donde está Caleb. El imbécil ese será nuestra guía y sólo espero que pueda moverse luego de la noche de ayer –Dylan se levanta y yo mantengo mi vista en la taza de café
– ¿Crees que podemos hablar? –pregunta Emma luego de un momento. Levanto mi vista y me doy cuenta de que me está mirando a mí
–Claro –ella se levanta enseguida y yo hago lo mismo
Se dirige hacia la cocina y se quita las gafas
–Sólo quería darte las gracias... por acompañarme. Diane me dijo que te quedaste hasta que ella llegó. No era necesario que lo hicieras, así que...
–Sí era necesario, se supone que soy tu novio. Y eres un peligro andante con zapatos de tacón y unos vasos de alcohol –comento para aligerar el ambiente y no pensar en lo ocurrido ayer
–Bueno, igual quería darte las gracias
– ¿Cuánto recuerdas de ayer? –tal vez no debería preguntárselo, pero así sabré cómo comportarme con ella el resto de día
Emma me observa en silencio unos segundos y parece avergonzada.
–Recuerdo que estaba bailando y luego un tipo me botó bebida en el vestido... Luego tú me encontraste en el baño porque quería quitármelo y te pedí ayuda. Luego tengo algunos recuerdos, no estoy segura de si en verdad ocurrieron o es mi imaginación.
Bien, sólo tiene recuerdos del inicio. Me alegro porque sacar el tema de que la vi desnuda y todo eso, sería demasiado incómodo para ambos.
–No ocurrió nada de lo que debas avergonzarte. No es la primera vez que lidio con alguien ebrio, con Dylan me ha pasado unas cuantas veces. Y eso ha sido mucho peor que hacerte compañía
Emma luce mucho más relajada ahora, aunque parece que no me cree del todo
–Muy bien chicos, encontré finalmente a Caleb y de paso también a Ashley. Así que partimos con la caminata en quince minutos –anuncia Dylan divertido y tras él veo a Caleb y a Ashley, ambos lucen molestos.
No me pierdo la mirada de Emma hacia Ashley, así que supongo que no están en los mejores términos.
(...)
Finalmente se unieron unos tres chicos más que son amigos de Caleb a nuestro paseo. Emma va caminando a mi lado y un poco más adelante van Diane y Ben, junto a Dylan, quien va liderando el grupo, aunque en realidad lo hace Caleb.
Ashley dijo que se sentía mal, así que se quedó en la casa.
Emma ha hablado muy poco y no sé si se debe a que está molesta con Ashley o a las consecuencias de haber bebido tanto.
Al menos el paisaje es bonito. No soy demasiado fan de hacer deporte a diferencia de Dylan, por lo que mi resistencia no es la mejor, así que sólo espero que no quede tanto para llegar al dichoso lago.
– ¿Estás bien? –le pregunto a Emma con la intención de dejar atrás el silencio
–Sí, supongo –no suena muy segura de su respuesta
– ¿Segura? –no pierdo nada con volver a insistir
–Bueno, estoy algo molesta con Ashley porque evitándome y ahora tengo algunos recuerdos difusos de lo que ocurrió ayer. Lo peor es que no sé si son reales y no creo estar lista para averiguarlo
–Deja de torturarte con eso Emma, ya te dije que no hiciste nada tan raro ayer y respecto a lo de Ashley, supongo que hablarán cuando llegue el momento. No creo que sea una buena idea hablar con ella ahora...
No puedo acabar de hablar porque de pronto Emma me besa y casi por instinto pongo una de mis manos en su cintura y la acerco más a mí. Ella parece encantada con el recibimiento porque enreda sus manos en mi pelo, mientras ambos seguimos besándonos casi como si hubiera pasado una eternidad de la última vez.
No negaré que estoy sorprendido, lo último que esperaba era que Emma quisiera besarme después de que no recuerde lo que sucedió anoche, pero como siempre que se trata de ella logra sorprenderme.
–Deberías empezar a actuar más como mi novio –dice Emma una vez que se separa de mí –Falso, por supuesto. Mi novio falso
– ¿Esa es una indirecta porque quieres que te bese? –comento divertido
Luego de lo que dijo ayer no estoy seguro de que todo sea tan actuado entre nosotros y temo que pueda salirse de nuestras manos en cualquier momento. Esto no lo tenía en mis planes.
–Es una indirecta para que te comportes como tal –es la única respuesta que obtengo a cambio.
Luego de eso Emma me deja atrás solo y camina hasta llegar al lado de Diane.
Genial, yo creía que estaba actuando bien hasta ahora, ¿se puede saber que hice mal?
(...)
Le agradezco a Dios cuando veo que los chicos se detienen en un punto. Al fin llegamos, después de más de cuarenta minutos caminando sin parar y pensando en lo que me dijo Emma.
– ¿Llegamos? –pregunto
Aunque no necesito una respuesta. El lago está frente a mí y algunos de los chicos ya se están empezando a quitar la polera para meterse ahí dentro.
Y de hecho Emma no se queda atrás. Observo cómo se va quitando la ropa y queda en un bikini azul que me deja apreciar su esbelto cuerpo.
– ¿No vendrás? –me pregunta Caleb al ver que no me muevo
–Claro, iré enseguida
Me obligo a quitarme algo de ropa para poder unirme a los chicos, aunque jamás dejo de observar a Emma.
¿En qué momento comenzó a suponer un problema para mí?
Yo estaba tan bien con que sólo seamos conocidos y ahora no puedo dejar de pensar en que quiero volver a besarla.
Vamos Taylor, tú puedes. Me animo a mí mismo.
Me acerco de a poco al agua y al sentirla, me alejo lo más que puedo. Está demasiada fría.
–Oh, vamos Taylor. No está tan mal –dice Dylan observándome
Observo a los demás quienes ya están en el agua, sólo falta que me una yo. Genial.
Sé que el agua no es tan profunda y de hecho el lugar es bastante bonito, hay unos cuantos árboles y también se puede observar el inicio de unas montañas frente a nosotros, así que voy de a poco adentrándome más al agua.
Al menos me relajo un poco al ver que somos los únicos que estamos aquí, por lo que nuestras cosas no desaparecerán de esas rocas donde las dejamos.
– ¿Te ayudo Tay tay?
Reconozco enseguida su voz, pero no me da tiempo a responder cuando siento todo mi cuerpo frío de un momento a otro. La muy maldita me mojo completamente.
– ¡Guerra de agua! –escucho que grita Dylan como si fuera un niño
Y luego no sólo debo protegerme de Emma, sino también de los chicos, porque al parecer les pareció gracioso hacer un complot contra mí.
Alguien tiene que haber tenido la brillante idea de traer baldes de agua para niños, porque varios de los chicos tienen uno, incluida Emma.
Aun así yo intento defenderme cómo puedo y con esto me refiero a que únicamente me tapo el rostro con las manos intentando no mojarme, lo cual en esta situación es ridículo. Creo que no hay una sola parte de mí que no esté mojada.
Escucho como los demás se ríen, disfrutando del juego como si fueran niños. Así me doy por vencido y decido atacar a Emma. Porque ella fue la de la brillante idea de mojarme.
– ¿Qué pasa Tay, no te gusta el agua? –pregunta divertida
–Bueno, no es mi pasatiempo favorito meterme al agua helada –intento no distraerme mirándola más de lo debido, sobre todo porque si lo hago mi plan no funcionará
Sonrío al imaginarla recibiendo su propio merecido. Debo quitarle el balde para el agua que tiene en las manos.
Aunque claro, lo quiera o no Emma siempre logra distraerme y en esta situación aún más.
–Vaya así que eres bastante mañoso, ¿no? ¿Acaso no sabes los beneficios que puede tener para la piel el sumergirse en agua helada? –se queda callada un momento, mientras espera a que le responda
Al ver que no le digo nada, observo como sus mejillas enrojecen y aprovecho ese instante para quitarle el balde de las manos y sumergirlo en el agua. De modo que en cuestión de segundos me encargo de tirarle a Emma todo el balde a la cara y a su cabello.
– ¡Maldita sea Taylor!
La observo con una gran sonrisa y luego recordando sus palabras doy un paso más hacia ella y retiro el pelo mojado de su rostro.
Entonces sin pensarlo ni meditarlo demasiado, la beso.
Mis manos entran en contacto directo con su piel mojada y yo dejo de sentir frío, por muy raro que parezca. Emma reacciona a los pocos segundos y cuando se une al beso y me da acceso a su boca dejo de pensar con claridad.
Me da lo mismo que estén los chicos alrededor continuando con el juego o que esté Diane por aquí. Emma me dijo que me portara como un buen novio y eso estoy haciendo. Ahora sólo tengo ojos para ella.
No quiero que mi novia falsa se vuelva a quejar de mí. Así que no pienso darle más motivos para que lo haga.
(...)
– ¿Se puede saber a dónde vamos? –pregunta Emma divertida
Luego de que nos besáramos durante no sé cuánto tiempo, se me ocurrió que podríamos volver solos a casa de Caleb, porque ¿qué tan difícil puede ser?
–A casa de Caleb y podremos continuar justo donde lo dejamos –digo muy seguro de mí mismo
–Es una idea genial, pero antes...
La única respuesta que obtengo son sus labios sobre los míos, no puedo quejarme por esto, estoy seguro de que la he sorprendido y por eso está tan contenta. Aunque yo también estoy muy feliz.
Me encanta besarla.
–A este paso no llegaremos –respondo con sus labios peligrosamente cerca de los míos.
–Tienes razón, ya no te distraeré más
Observo a nuestro alrededor para saber a dónde nos tenemos que dirigir, pero no lo tengo muy claro. Aun así no entro en pánico.
A ver, el camino era prácticamente derecho, ¿no?
–Emma... ¿por casualidad recuerdas el camino de vuelta?
–Claro, es por ahí –dice señalando un camino
Decido hacerle caso, porque creo que a mí se me olvidó. Pasamos cerca de un árbol gigante y trato de memorizarlo.
Caminamos un poco más y una pequeña parte de mí está entrando en pánico al pensar en la posibilidad de perdernos. Aunque ese no es el caso.
–Sabes dónde estamos, ¿verdad? –pregunta con algo de desconfianza
–Por supuesto que sí, aquí estuvimos en la mañana, ¿no lo recuerdas?
–Ajá... –no suena para nada convencida y yo me obligo a mantener la calma.
No nos perdimos, no nos perdimos. No sé cuántas veces lo repito en mi cabeza para no entrar en pánico.
Me encargo de entrelazar nuestras manos y seguimos caminando entre algunos árboles.
– ¿Escuchaste eso? –pregunta Emma luego de un momento
– ¿De qué hablas? No ha habido ningún...
Me quedo callado cuando escucho lo que parece ser un rugido o algo así. No será algún animal, ¿verdad?
– ¿Lo escuchaste? Por favor, dime que por aquí no hay ningún animal rabioso que quiera comernos. Soy demasiado fabulosa para morir de esta manera.
No le respondo nada a Emma porque no tengo idea. No se me ocurrió buscar el sitio en Google para saber que animales salvajes podrían haber.
Ahora el ruido se escucha más fuerte que antes y Emma y yo nos miramos asustados. Cuando volvemos a escuchar el mismo ruido una vez más a ella se le escapa un grito y luego se lleva la mano a la boca, asustada.
Yo entro en pánico y sin siquiera decir una palabra, ambos empezamos a correr como si nuestra vida dependiera de ello.
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