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capitulo VIII

Siento la tardanza. Espero les guste :)

—Muchas gracias por todo.

—Gracias a ustedes por invitarnos— Tiger y Gosh se despedían de la presentadora. El programa ya había finalizado.

—Es un placer conocerlos. Espero tenerlos de regresó pronto.

—Gracias— hicieron una reverencia y abandonaron las instalaciones de TV Akashi entre los reporteros y fanes.

—¿Cómo te sientes?

—Cansado— de deshizo de los zapatos sin importar que el chofer que dispuso Akashi iba conduciendo.

—¿Cancelamos las siguientes entrevistas?

—No. Sí lo hacemos Seijūrō nos despelleja vivos.

—Toda la razón— taiga rió, pues era lo más seguro.

—¿Mañana iremos a ver a mis padres?

—A primera hora. De allí vamos a la casa de Seijūrō.

—Enlistaré ropa para ir directo.

—Está bien ¿Vas a cenar?

—Sí, muero de hambre.

—Cocinare lo que quieras— le beso la mejilla a su esposo.

Al llegar al complejo de departamentos donde vivían Taiga cargó a su esposo, amaba cargarlo, y se dirigieron a su departamento.

—¿Peso amor?

—No...

Tetsuya sonrió al notar el estremecimiento en su esposo. Taiga no sabía mentir —Dormirás una semana en el sillón. Rió un poco al ver el puchero de su esposo —Te amo.

Miró a su esposo. En definitiva Tetsuya había cambiado, se había vuelto más expresivo. Aun recordaba su comienzo en américa.

———————— Recuerdos.

—Despierta Taiga.

—5 minutos más...— se cubrió más con la sábana.

—¡Taiga!

Saltó en la cama algo desorientado ¿Dónde estaba? —¡Pero qué de...

—¡No te atrevas a terminar esa frase! — Yuuki jaló las sabanas dejando al descubierto a su semi desnudo hijo —Levántate y ve a ver a Kuroko-kun... Está llorando.

Era su madre... Cierto, habían llegado a Los Ángeles en la madrugada —Dios... — No había sido una pesadilla. Estuvo despierto por varias horas hasta que el sueño le venció.

—Ve a verlo. Les hablaré cuando este el desayuno.

—Un gran licuado de vainilla para Kuroko.

—Lo sé. Tu padre fue al supermercado.

—Gracias mamá— se levantó y la abrazó.

—Todo estará bien. Saldrán adelante y olvidaran ese amor por ellos.

—Ojala y sea pronto, no quiero seguir recordando— soltó a su madre.

—No será fácil pero el tiempo lo hará, y conocerás a la persona correcta cuando menos lo esperes.

—Por ahora no quiero a nadie...

—Ve con Kuroko.

Buscó un pantalón y una camisa, se la colocó rápido y salió de su habitación. Se aproximó a la puerta de la recamara de Kuroko y lo escucho sollozar —Estúpido Kise. Maldito Aomine— pensó antes de entrar e hizo que el pelo celeste saltara y sentarse mirándolo fijamente.

—Kagami-kun...

—Todo estará bien— aseguró antes de colarse con el pelo celeste en la cama y le revolvió el cabello mientras miraba el techo —No llores. Ellos no lo merecen.

—¿Por qué nos usaron, Kagami-kun? — sollozó regresando a su lugar en la cama.

—No lo sé— sus ojos se llenaron de lágrimas no derramadas —Pero los olvidares. Ahomine no merece que llores por él.

—Kagami-kun tampoco debe llorar— se acostó de lado y vio las lágrimas surcar las mejillas del pelirrojo.

—No estoy llorando— aseguro mirando hacia otro mientras se limpiaba las lágrimas. —Es vergonzoso.

—¿Qué cosa Kagami-kun?

—Estar llorando por esto. Es humillante...

—...— El pelirrojo tenía razón. Y más él, era la segunda ocasión que le lloraba a Aomine.

—Será mejor dormir. Mamá nos hablara más tarde— se giró y miró al pelo celeste, tenía los ojos rojos e hinchados —Te ves horrible.

—A un doncel no sé le dice eso— farfulló con el ceño fruncido.

—Lo sé... ¿Quieres que mandemos a traer a Niguo?

—Pero...

—Mientras que lo mantengas alejado de mí.

—Sí— sonrió levemente. Le había dolido dejar atrás a Niguo, su fiel compañero. Miró al pelirrojo antes de cerrar sus ojos —Gracias Kagami-ku...

—Buenas noches Kuroko.

———

La siguiente vez que abrieron los ojos, yuuki Kagami los había despertado y forzado a levantarse y ducharse para tomar el desayuno, aunque por la hora era almuerzo.

—Iremos de compras— anunció yuuki feliz.

—Pero— trato de refutar Tetsuya pero la pelinegra no lo dejó.

—Nada de peros. Iremos. Siempre quise tener un hijo doncel tan lindo como Kuroko-kun— yuuki le froto las mejillas a Tetsuya.

—No me mires— taiga siguió comiendo sin importarle la mirada del pelo celeste.

—Ahora que recuerdo, la tuya también la tire. Esta horrible Taiga.

—¿Qué hiciste qué? — gritó golpeando la mesa.

—Está en la basura— yuuki sonrió —Era horrible. Pareciera que un perro las mordió.

—¿Perro? ¡Si era nueva! — había comprado ropa cuando llegó a Japón y la había mantenido en aquella maleta en caso de emergencia.

—No me grites jovencito.

—Suéltame. Suéltame— trataba de quitar la mano de su madre de la oreja.

—Cariño, deja a Taiga— Tora llegó a almorzar. Mientras que Kuroko bebía tranquilamente su malteada de vainilla disfrutando de la escena.

Yuuki desistió —Bien. Apresúrense que iremos de compra.

Haber ido de compras le costó caro. No porque fuese mucho dinero, sino por qué Kuroko le cobro factura por haberse burlado de él cuando se probaba ropa para donceles americanos.

——————

Semanas después iniciaron la universidad. Kuroko decidió educación mientras que él, gastronomía, lo mismo que iba a estudiar en Japón.

Con el tiempo él iba dejando de pensar en kise, pero sin duda quien se tardó en superar aquella situación fue Kuroko, y él lo comprendía. No era fácil dejar de amar a alguien y más si llevas tanto tiempo cómo Kuroko lo estaba.

Conforme pasaba el tiempo notó que Kuroko era más expresivo gracias a los niños que cuidaba. Sus padres se habían opuesto a que los cuidara pero el doncel dijo que seguiría y que si no le dejaban se marcharían, sus padres aceptaron pues de verdad sentían como otro hijo a Kuroko y no les gustaba verlos sufrir.

Para él, el regresar con sus padres fue algo que no había planeado y no es que no les gustara estar con sus padres, los amaba, pero se sentía más cómodo estando solo. Antes, su madre se la pasaba en la playa tomando el sol en sus ratos libres, mientras que su padre cuando regresaba de alguna filmación, volvía cansado y no le gustaba que le molestaran. Entendía que ambos tenían trabajos y que gracias esos trabajos no pasaban carencias pero solo quería un poco de tiempo para jugar con ellos, por ello cuando pudo marchase a Japón no dudo en ningún momento aceptar la oferta de su padre. Su madre se había negado ya que en los últimos años se habían vuelto cercanos e incluso le había enseñado a cocinar. Pues Yuuki Kagami era chef y era dueña de algunos restaurantes... Y ahora estaba de regresos con ellos, solo esperaba platicar de vez en cuando con su padre y cocinar con su madre más seguido.

———

Continuara..

uggh wattpad no me dejo colocar las cursivas TnT

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