Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XIV


Me miro una vez más al espejo y suspiro.

No sé en qué momento he decidido ir a esa estúpida fiesta, pero al menos no estaré sola. Suki se ha ofrecido a venir conmigo, ya que Willow tenía fiebre. Había estado toda la mañana con ella.

Sin embargo, Suki ya se había recuperado de su pierna rota, y dice que tiene ganas de emborracharse así que se viene conmigo.

Ahora mismo, ella está haciéndome un moño con una trenza que me ha hecho, y le está quedando bastante bien. Respecto a la ropa, he escogido un vestido ajustado de color negro, y un escote en forma de V. Iba a destacar mucho entre la gente, pero ese es el propósito de esto. Nunca destaco en las fiestas, ya que voy con unos vestidos demasiado holgados e incluso a veces en vaqueros y la gente no se fija en mí. Y Andrew lo sabe. De hecho, si está lo suficientemente borracho, ni se dará cuenta de que estoy ahí.

Trago saliva. Tengo miedo de ir allí y que Sophie no me estuviese mintiendo. De que Andrew...

Sacudo la cabeza. Él no podía estar haciendo eso. No podía. ¿Verdad?

Suspiro de nuevo. Ahora estaba dudando de Andrew. ¿Quién me lo hubiese dicho hace dos meses?

Hace dos meses no conocías a Ciro, háztelo mirar

-Listo- anuncia Suki con una sonrisita orgullosa. Me acerco al espejo y me miro.

No puedo negarlo, estoy deslumbrante. Sonrío un poco. Mis ojos azules están apagados como siempre. Habían perdido su característico brillo cuando perdí a mi madre, y a veces me lamentaba por ello.

Veo a Suki por detrás y la ridícula diferencia de altura que tenemos. Entre que yo soy bajita y Suki alta, me saca un poco más de media cabeza. Me giro hacia ella.

-Ya nos podemos ir- digo saliendo por la puerta, no sin antes asegurarme de que mis bebés (también conocidas como mis gatas) tenían comida suficiente. Al ver que sí, me despido de ellas acariciándoles el lomo, cierro la puerta y me meto las llaves en el bolso.

Suki me coge de la mano felizmente y me guía hacia el metro.

Justo hacia el andén donde conocí a Ciro, y no de la mejor manera posible, la verdad.

Entramos al vagón, y una vez me siento, empiezo a mover mi pierna derecha de arriba a abajo frenéticamente.

Estoy nerviosa. Muy nerviosa. Y tengo miedo de que Andrew realmente me esté engañando.

Suki me puso una mano en la pierna, y me mira.

-Todo va a salir bien, ya lo verás- la verdad es que lo dudaba mucho, pero me obligo a mí misma a sonreírla de todos modos.

Llegamos al local donde se celebraba la fiesta. Era la casa de alguien. Se encontraba en una urbanización de chalets que, en mi opinión, eran bastante bonitos.

Una vez en la entrada, veo a dos personas que monitorizan quién entra y quién no.

Mierda, no creo que nos vayan a dejar entrar.

Nos acercamos a la entrada y uno de los chicos me mira fijamente.

-¿Nombre?- me pregunta secamente.

-Vienen conmigo, Thomas. Déjalas pasar- Sophie aparece tras el marco de la puerta, y Suki la mira, asombrada.

El tal Thomas se aparta y nos deja entrar, y observo el interior.

Había una barra en la cocina donde una chica sirve bebidas con cara de hastío, y el resto de la casa se ha convertido en una sala de baile. Todo el mundo baila sin control, la mayoría borrachos. Y los que no bailan se enrollan por las esquinas de la casa.

Ah, y huele mal. Huele a sudor y a que la gente no tiene ni idea de lo que es un desodorante.

Arrugo la nariz y me giro hacia Suki, que mira con el ceño fruncido a Sophie.

-¿Eres Sophia?- pregunta ella con curiosidad. Tras asentir, Suki chilla como una loca.

-¡Soy Suki!- Sophie abre la boca como un pez y rápidamente se envuelven en un abrazo.

¿Se conocen? Me cruzo de brazos extrañada.

Cuando se separan, Suki se gira hacia mí.

-Lilly, esta es Sophie. Es...

-Tranquila, ya nos conocemos- dice Sophie. Suki pone cara de confusión, pero al final debe de atar cabos, porque su expresión cambia.

-Aaah- dice ella.

-Andrew aún no ha venido, pero no le debe de faltar mucho. Que no te vea- me advierte Sophie, y yo asiento.

Pasan unos quince minutos, y, aparte de que ya hay tres hombres babeantes y borrachos han tratado de ligar conmigo (obviamente me he negado), Andrew entra por la puerta.

EL corazón comienza a latir, desbocado. Parece que busca a alguien con la mirada, y por fin la encuentra.

De dos zancadas se planta delante de Sophie y la planta un beso más que obvio.

En ese momento, mi mundo se derrumbó.

Las manos comenzaron a temblarme descontroladas, y las lágrimas fluían libremente por mis mejillas.

No puede ser, no puede ser...

Me tapo la cara con las manos. Andrew es un imbécil, y no me he dado cuenta hasta ahora.

¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? Justo cuando mi vida parecía estar mejorando, cuando parecía que estaba saliendo de mi agujero, me empujan hasta lo más profundo de este.

Andrew es un gilipollas. No te merece

Mi conciencia trata de animarme, y es ese comentario lo que hace que deje de sollozar y mis manos se conviertan en puños furiosos.

Este chico no sabe quién soy yo.

Me acerco con paso decidido hacia ellos, y una vez estoy frente a ellos, Sophie me ve y se aparta.

Me planto delante de Andrew y le doy una bofetada a mano abierta con todas mis fuerzas.

Todos los presentes en la sala se callan, y nos miran, pero a mi me da igual. Me da igual porque mi mundo se está rompiendo a pedazos una vez más, y no puedo hacer nada para impedirlo.

Mis mejillas están empapadas, y sigo llorando, pero al menos miedo mantener mi voz firme.

-¡¿Cómo has podido, Andrew?!- grito en su cara. Él se sostiene la mejilla, aún confuso.

-Lilliet, ¿qué...?

-¡Pensaste que no me daría cuenta, ¿verdad?!

-Lilliet, ¿qué coño dices?

-¡Os he visto besándoos dos veces! ¡Y ni quiero saber qué mas cosas habréis hecho!-.

Andrew se queda pálido, y su sonrisa de estúpido se borra al instante.

-Oye, Lilly, yo... Yo nunca me he besado con ella- suelto una risa histérica.

-¡Solo he venido a esta estúpida fiesta para pillaros! ¡Ni se te ocurra decirme que estoy loca, porque sé lo que he visto!- respiro hondo y me paso las manos por las mejillas.

Andrew, desesperado, me coge de la mano.

-Lilly, yo... Puedo explicar...

-No. No me toques. No me hables. Ni siquiera me mires- me aparto de él dando dos pasos para atrás.-Hemos terminado-.

Y, sin más que decir, me doy la vuelta y salgo corriendo por la entrada.

Comienzo a llorar desconsolada mientras corro hacia la parada de metro. Mi móvil vibra y lo miro. Era Andrew llamándome. Cuelgo y lo bloqueo.

Suki me llama también, pero la cuelgo.

Me meto en el metro y cubro la cara con mis manos.

No quería volver a casa, ya que no quería estar sola. Tampoco quería llamar a Willow, la pobre estaba muy mal, y Suki está en la fiesta. Sólo me queda una persona.

Media hora después, estoy llamando a la puerta del apartamento de Ciro. Tengo un aspecto horrible, pero espero que le de igual.

Él abre la puerta con una sonrisa, pero pone una expresión preocupada cuando ve mi lamentable estado.

Le miro a los ojos, esos ojos ámbar que tanto me gustan. Entonces me acerco a él, entierro mi rostro en su cuello y me pongo a llorar de nuevo.

Ciro cierra la puerta y deja que me desahogue. Aprieto su camiseta en mis puños, furiosa y triste por lo que ha pasado.

Pasan unos quince minutos y las lágrimas terminan por esfumarse. Ahora soy solo un manojo de nervios porque no sé si le habrá molestado que haya venido.

-Yo... Lo-lo siento, yo...

-Lilliet, no te disculpes- me dice, aún abrazándome.- Nunca dudes en venir a mí cuando algo te ocurra- sonrío débilmente pero vuelvo a mi expresión seria.

-¿Por qué haces todo esto por mí cuando apenas me conoces?- digo, apartándome.

-Porque tú me has demostrado más que la mayoría de mis amistades en muy poco tiempo- él desvía la mirada a la punta de sus zapatos, y yo sonrío de lado. Me da la sensación de que Ciro es demasiado amable, y se han aprovechado de él varias veces.

-Si quieres me voy ya, seguro que te he molestado...

-No, quédate, no me molestas- me dedica una sonrisa y yo se la devuelvo.-¿Quieres ver una peli?-.

Asiento y nos sentamos en el sofá. Con Ciro olvido todos mis problemas, me olvido del mundo, solo estamos él y yo pasando un buen rato.

Me giro hacia él disimuladamente. Sus hombros están relajados, y su cabello negro está despeinado de una forma que le queda muy bien. Sus marcados brazos descansan sobre sus piernas, las cuales están extendidas hacia delante.

Espera, ¿acabo de darle un repaso a Ciro?

Sí, y la verdad es que no me ha decepcionado ni un poquito. ¿Has visto sus abdominales?

Me doy la vuelta de sopetón, abochornada. Menos mal que él no ha notado nada.

Trato de prestar atención a la película, pero no me lo saco de la cabeza. Acabo luchando contra mis ganas de girarme hacia él y ver esos ojos tan bonitos que tiene, y esa sonrisa que tanto me gusta.

Una vez se acaba la película, me voy a mi casa despidiéndose de Ciro y dándole las gracias como unas cincuenta veces.

Y, cuando estoy en el metro, no puedo evitar preguntarme una cosa.

¿Desde cuándo Ciro es tan guapo? ¿Y qué cojones me ha pasado en su apartamento?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro