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Único

La historia presentada a continuación, contiene angustia, depresión, intentos de suicidio y suicidio, autoayuda e intento de romance.

Se recomienda leer con discreción, también, con una música de fondo triste.

+18

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Ser abandonado por sus padres, ser olvidado por todos, estar endeudados y tener una disque fama que le ayudaría conseguir trabajo, hace que la vida de Kaveh sea un martirio, se encuentra viviendo en casa de su amigo-rival, no entiende como, pero se encuentra ahí, recibiendo todos los días, la burla de su compañero de piso, no hay un día en que reciba un elogio, siempre es abrumado por las pésimas palabras y cientos de comentarios estúpidos.

Apenas abrió sus ojos, está cansando, pues verse pequeñas bolsas oscuras debajo de sus ojos, solo quiere sentirse mejor, quiere a menos recibir unas buenas palabras antes de continuar, pero...

No...

Había ido al baño, se tomó la ducha con agua fría, incluso escucho de lejos el comentario de Alhaitham, de cobrarle un presupuesto si usa el agua tibia, para Kaveh, eso ya no importa, está acostumbrado al agua fría, miro sus muñecas, llenas de cortadas que apenas comienzan a cicatrizar, es un miedo, le teme a morir y desea tanto su muerte.

Después de darse una ducha y vestirse, paso de largo, ignorando la cocina que para esos momentos se encontraba el escriba haciendo el desayuno. Quien antes de que el rubio pudiera marcharse, le llamo.

— ¿No vas a desayunar?

Escucho solo un "No" de parte del rubio y se dispuso a irse, no podía estar más tiempo ahí, ya tenía tiempo que no probaba una buena comid, desde que sus padres vivían juntos y de un día a la mañana su felicidad se fué, tras la muerte de su padre y su madre mudandose lejos, solo para morir con alguien y el ni pueda ni verla, solo tenía oportunidades de comprar bebida para destruir su cuerpo y recuerdos, todo lo que una vez soño, atesoro, se iba de sus manos, pensó que tendría amigos que lo apoyarían y así paso, pero después de un tiempo, su mente le hizo ver qué no, que posiblemente era un problema para ellos, que solo los buscaba para decirle sus problemas, que lo más seguro ellos ya estaban harto de esas visitas y charlas sin sentido. Se encerró en su propia burbuja, creyendo que a nadie le importaría si él muriera.

Camino un poco por las calles de Sumeru, necesitaba conseguir dinero, necesitaba pagarle a Dori y Alhaitham la renta de ese mes, sin embargo, no había nada, no había ningún trabajo o alguien que quisiera aceptarlo, ni por más mínimo trabajo o acción.

Dió un suspiro, salió de Sumeru, en dónde tomo asiento en un tronco caído, mirando el horizonte selvático, llena de vida y emociones de alegría, incluso miro a lo lejos los pequeños hongos elementales que parecía vivir en armonía con los slime, su pequeño maletín robótico apareció, intentando animar a su dueño, pero en cambio, Kaveh estaba tan cansando, estaba frustrado de esa vida que tenía y tal vez era el momento de decir adiós.

— Mehrak, creo que es tiempo de despedirnos...

Una sonrisa débil surgió, mientras sus ojos rojizos demostraban un toque cristalizado, era evidente que le dolía tanto decir esas palabras, pero no podía hacer más, su cuerpo ya no le daba más, ya no deseaba seguir adelante, todo su trabajo, todo sus dedicación no había servido de nada, el pequeño maletín se dió cuenta, entendía un poco los sentimientos humanos a pesar de no demostrarlo intento animarlo, mostrando los planos de aquel enorme proyecto, que se olvidará de todo esos pensamientos pero... No, solo siguió sonriendo, está vez para verse como gruesas lágrimas caían por sus mejillas.

— Descuida, te dejare en buenas manos... Alhaitham, posiblemente te cuide...

Dijo, está vez se desánimo, ya que posiblemente el escriba, destruya esa máquina, aún así no tenía otra alternativa, Tighnari no quería molestarle, se sentía como alguien molesto para ellos, sus labios temblaron, intento ser fuerte, las punzadas en su pecho eran tan fuerte, sentía como su garganta se apretaba con tan solo pensar que dejaría a su pequeño amigo solo.

__

Cuando regreso por la noche fue solo para ver al escriba sentando en el diván de la sala, se veía concentrado en su lectura, Kaveh estaba dispuesto a pasar de largo de no ser que fue detenido, sin verle a la cara le agradeció todo, su voz sonaba apagada, incluso hizo todo lo posible para que no sonara tan deprimente o que sus lágrimas no amenazaran en salir. Después de esa charla pequeña y creer que el escriba no le dió la atención necesaria se fue, sin embargo Alhaitham alzó su mirada hacia el chico quien camino hacia la habitación en dónde dormía el rubio. 

Kaveh camino a su habitación el maletín que lo seguía miro de reojo al más alto, demostrando una mirada virtual deprimente, en cambio, el más alto no esperaba que hiciera alguna cosa.

Durante la noche Kaveh escribió una carta, estaba tan dolido lo que estaba haciendo, incluso apagó Mehrak para que "descansará" solo para estar escribiendo su despedida, ya que el Mehrak no quería, le impedía que lo hiciera, pero el chico estaba decidido estaba conciente de lo que estaba por hacer, una carta que no sería cursi, porque posiblemente nadie le importe, cuando finalmente termino, dejo su carta sobre el escritorio, enfrente de Mehrak, esperando que a menos en los siguientes horas, Alhaitham pueda leerla, si es que no comienza a decir que no tenía caso, incluso dejo su nombre escrito sobre el sobre, tomo su mandoble, con diseño de flores que había conseguido en un evento, que le hizo tan feliz de a verla obtenido después de que había empañado la suya para conseguir dinero y dar otro pago y finalmente salió de casa, vio por última vez esa casa que le dió un techo, solo para demostrar una sonrisa tan desolada y devastada solo para caminar hacia la afuera de la ciudad.

Había hecho el menos ruido posible, su caminata lo llevo hasta las afueras de la ciudad de Sumeru, más allá de la montaña Devantaka, en dónde podía verse dragones de las ruinas, había elegido un buen lugar para poner su vida en juego.

Tantos meces que intento suicidarse y tantas veces que había fracasado, ahora ya no había marcha atrás, se sentía feliz por lo que haría, estaba seguro que está vez dejaría todo atrás, incluso había dejado su visión en el escritorio, junto con sus cosas y la carta.

— Mmm... Bien... Estoy listo...

Susurro al aire, empuñó su mandoble y comenzó a caminar hacia el trío de dragones.

La mandoble era mucho más pesada de lo que recordaba, así que no habría problemas, su muerte estaba segura, sus energías estaban bajas, esos días enteros sin probar una comida, esos días sin poder dormir adecuadamente y finalmente esa perdida de sangre, porque para esos tiempos Kaveh había intentando de todo, pero sus miedos a morir por su cuenta no funcionaban, sus muñecas estaban llenas de cortes que era difícil de ver debido a esos guantes.

— No importa si me pasa algo... Solo espero que todo sea mejor...

Susurro, alzó de nuevo su mandoble y comenzó el combate.

Siguió así, por un rato, se volvía a poner de pie, su cuerpo estaba mal herido, comenzaba a sangrar, de su cabeza demostraba una herida, ya que la mitad de su rostro estaba cubierta de sangre, aún así se ponía de pie, sus piernas temblaban y a penas podía levantar su espada con ambas manos, recibió de nuevo el impacto, haciendo que cayera, su espada había quedado bastante lejos y esté apenas podía ponerse de pie, sus brazos comenzaron a sangrar y dolía bastante aún así hincado estiró sus brazos, extendiendo la hacía los lados esperando algún tipo de ataque cosa que fue así.

Miro por primera vez el amanecer, le hizo recordar en su niñez cuando sus padres lo levantaban muy temprano para ver esa hermosa escena, aquello le hizo sentir felicidad porque finalmente vería a sus padres y esperaba a menos que ambos estuvieran juntos en el otro mundo.

Recibió un impacto en abdomen, hizo una mueca de disgusto, aunque pronto sonrió, un hilo de sangre salió de sus labios, una sonrisa triunfante, finalmente... Iba a descansar, cayo al suelo apenas pudo moverse, sus ojos apenas podía ver con claridad sin que unas manchas rojas le impidiera, logro ver a Tighnari.

Pudo ver cómo estaba preocupado, como le hablaba, incluso lo giro para intentar curar sus heridas, se veía nervioso, ansioso, en cambio el rubio le sonrió y lentamente fue cerrando sus ojos, esto alertó aún más al híbrido de zorro quien dió un chillido, llamando la atención del dúo que seguía peleando contra aquellos dragones.

__

Kaveh estaba en una completa oscuridad, posiblemente esto era lo que se merecía, después de todo, la gente de su tipo no recibía nada, ni siquiera un pasaje al paraíso, no importaba ahora, todos sus preocupaciones se habían esfumado, sintió una calma que no había sentido en muchos tiempo, se relajo lo suficiente, la poca luz provenia de quién sabe en dónde solo quería sentir la calma.

— ¡Kaveh! ¡Cariño!~

Una voz gentil y suave surgió de la nada, llamando la atención del chico, quien busco con emoción, solo para encontrarse con el duo de sus padres. Kaveh miro al duo, sus orbes carmis se llenaron de emociones, de lágrimas y de manera apresurada corrio hacia ellos para abrazarlos

— ¡Ha ha ha! ¡Mamá! ¡Papá!

Decía, estaba más que feliz de tenerlo ahí con él, podía sentir ese abrazado, esa calidez familiar que necesitaba desde hace un tiempo.

— Cariño, ¿Que haces aquí?

— Aún no es tu tiempo...

— Pero...

— Papá tiene razón, no es tu tiempo cariño, debes de regresar.

— No puedo, no merezco seguir vivo...

— No digas eso hijo, has logrando grandes cosas.

— A costa de otras cosas.

— Cariño, todo sucede por algo, no debes dejarte vencer.

— Yo... Yo estoy solo... No tengo a nadie...

— ¿A nadie? ¿Que dices cariño? Si tienes a tus amigos, a la diosa Dendro, porque dices eso.

Kaveh quedó aturdido, miro a sus padres como ellos se alejaron de ese abrazo familiar, solo para colocar su mano en el hombro del chico.

— Lo lamento Kaveh, pero no puedes acompañarnos aún, tienes un camino que recorrer.

— ¿Que? ¡No! Por favor... Quiero ir con ustedes...

Kaveh comenzó a sentirse tan impotente, más cuando vio como sus padres se despidieron y le dieron la espalda, para caminar hacia una luz, el rubio quiso seguirlo, pero fue sujetado por una pequeña manita. Kaveh quiso seguirlo, pero esa manita se lo impedía, se giro solo para ver a la diosa Dendro, quien miraba al chico llorar, la niña sabía por todo lo que había pasado en ese transcurso, en toda su vida más bien.

— Por favor... Déjeme ir con ellos. Ya no soy útil para la sociedad.

— Me temo que esa no es una solución, será mejor que sigas viviendo, ellos han visto que te espera muchas cosas buenas a futuro.

Kaveh dirigió su vista hacia enfrente, solo para darse cuenta que sus padres habían desaparecido, cayó arrodillado, derrotado, solo para tener a un costado a  Nahida, quien parecía entender el sufrimiento.

— Lo lamento...

— ¿Por qué se disculpa señorita Kusanali?

— Por no brindarte un apoyo, por no darte esos ánimos que necesitabas cuando más lo necesitabas, como tú arconte debí de estar al pendiente de todos ustedes, pero aún así no puedo hacer bien mi trabajo.

— No diga eso, realmente usted no tiene la culpa de mi mala suerte, ni de mi mala vida...

— Pero a menos debo darte unas cuantas palabras de aliento y no fui capaz de hacerlo.

— Eso quedó en el pasado. Ya no importa ahora...

El chico demostró una sonrisa melancólica, cosa que Nahida noto, incluso se limito a acercarse a la altura, tomando ambas mejillas del rubio.

— No te quedes con todo ese sufrimiento, te hará mal.

El chico solo demostró una confusión y como si fuera una especie de orden comenzó a llorar, derramando gruesas lágrimas, haciendo que Nahida lo abrazara.

— Soy una desgracia para todos, no debí... No debí a verlos conocido a nadie...

Logro decir, Nahida pudo entender, sin embargo aquello fue todo lo contrario, ya que el lugar oscuro cambio, era un edificio pequeño y rústico, era la zona del hospital de la ciudad, en el pasillo se encontraba Tighnari y Cyno, el primero se encontraba tan desanimado, mientras Cyno le daba ánimos, dándole pequeñas palmaditas en la espalda.

— Todo está bien, no te desanimes, el se encuentra fuera de peligro...

— Cyno, no lo viste ese día, demostró una sonrisa, como si se estuviera despidiendo, temia lo peor...

— Pero no lo hizo... Todo está bien...

Kaveh quedó un tanto dolido, incluso se acercó, se inclino enfrente de Tighnari para poder hacer ver qué estaba bien, pero en cambio solo fue ignorado por el duo.

— Nadie puede verte... Estamos usando un poco de mi poder.

— Ya veo...

Kaveh miro algo deprimido al duo y se levantó solo para caminar a lado de la niña, la niña sostuvo la mano del rubio y lo llevo hasta la habitación, pudo encontrarse con el mismo, estaba acostado en cama, con vendas en brazo y cabeza, sin contar que permanecia en un sueño, ya que este se veía tan pacífico.

Kaveh miro su persona, sintió un hueco, pero eso no fue todo, su vista fue en dirección hacia el acompañante, este era Alhaitham, quien se encontraba ahí, sentando.

Era difícil de creer que Alhaitham este ahí, cuidando de él, se veía cansando, ya que verlo recostado recargado en la cama, incluso el rubio pudo notar como sostenía la mano de su cuerpo inerte.

— ¿Que hace aquí?

— Desde el día que te trajo al hospital se le vio muy desesperado, incluso fue capaz de detener todo los asuntos del hospital para que te atendieran, estaba tan asustado, que incluso me pidió ayuda.

— No quería que eso pasara...

— No se trata de que pasara, Alhaitham lo hizo porque te aprecia tanto, me temo que hasta tiene sentimientos por ti.

— Eso es ridículo, siempre me decía cosas malas.

— Recuerda que el no es tan afectuoso como lo fuistes tu, ya que lentamente te fuistes encerrando en una burbuja y no dejabas que nadie te ayudará, ya que no decías o hacías nada.

— Yo...

Kaveh se llenó de culpa, miro más de cerca a Alhaitham, pudiendo notar el cansancio del escriba, incluso se sintió un poco dolido, llevo sus manos a remover ese cabello, incluso dejando a la vista el duo de pares que estaban cerrados.

Kaveh apreciaba tanto Alhaitham, sin embargo su disputa lo llevo a tener ideas diferentes, le agradecía todo lo que había hecho, el techo que le había dado, incluso esas comidas que le daba a pesar de no tener dinero, solo para alejar su mano del rostro del contrario, debido que dejó ver esos orbes turquesa con una franja color rojiza.

Esto lo asustó tanto, que incluso se alejo, aunque era evidente que no lo vería en absoluto, cuando se giro a ver a Nahida, se encontraba solo. Estaba solo en esa habitación.

— ¿Ugh? ¿Señorita Kusanali?

— Ahora piensas huir, como lo has hecho hasta ahora...

Alhaitham le hablo, con un toque serio, incluso tétrico, mientras su mirada estaba hacia el cuerpo acostado del chico, mientras el rubio que estaba de pie le miro nervioso.

— Te gusta hacerme preocupar ¿No? Te encanta verme sufrir...

Dice está vez girandose hacia la persona de Kaveh, hacia el subconciente que estaba visitando en esos momentos, Kaveh se sintió amenazado, aunque pronto esa amenaza comenzó a sentirse en miedo.

— N-No...

Respondió el rubio, esperando que este no fuera su pregunta, pero en cambio el mayor se levantó de su asiento y camino hasta el subconciente de Kaveh, quien sintió miedo, ya que el rubio comenzó a dar pequeños pasos hasta que fue acorrolado contra la pared.

— ¿Crees que es gracioso verte morir? ¿Crees que es bueno saber que me dejaras?

— N-No... No era así...

— Kaveh... Debes entender que si te sientes mal, puedes hablarlo.

— ¿Cómo podría molestarte con mis asuntos?

Pregunto, el mayor solo le miro con cierto reproche, Alhaitham había sufrido en ese tiempo, era la primera vez que había sufrido así y ahora se encontraba reclamándole al rubio, pero todo esos reclamos se esfumaron, todas esas malas palabras desaparecieron, solo para abrazarlo con amor y cariño.

— Le pedí a la señorita Kusanali, que me diera oportunidad de hablar contigo...

Susurro, sin alejarse de ese abrazo, solo aferrarse a él como si de eso dependiera.

— Entonces...

— Kaveh... No vuelvas a hacer esto, no me vuelvas a dejar...

El chico sintió su pecho estrujarse, incluso intento alejarse del más alto, solo para reclamarle todas esas aburdos comentarios, Alhaitham sabía que iba a suceder, así que fue sincero.

— Tenía miedo de que si comenzaba a ser amable, lo tomarás mal y simplemente te fueras.

— ¿Y tú has creído que de esta manera no iba a suceder?

— Así a sucedido durante meses, pero está vez... Será diferente.

Se separó, finalmente mirando cara a cara al rubio, quien demostraba una cara tranquila de parte de Alhaitham y una cara molesta de parte del rubio, aunque pronto el rubio se relajo.

— Está bien... Supongo que ahora tengo otra deuda que saldar, pagar el hospital será lo principal...

Dijo, resingnadose a vivir, Alhaitham se sintió más tranquilo, pero antes de que pudiera decir algo, Kaveh había desaparecido, viendo como su subconciente iba directamente al cuerpo dormido del rubio.

Kaveh abrió sus ojos, la luz era molesta, aún así fue capaz de adaptarse, pudo sostener la mano de Alhaitham, ya que había olvidado por completo de esto, solo para darse cuenta tiempo después y verlo como despertaba también, el mayor no soltó la mano, incluso demostró una pequeña sonrisa, depositando un beso en el dorso de esta.

— Estoy contento de tenerte de vuelta.

Susurro, haciendo que fuera audible para el rubio, se levantó de la silla y soltó la mano del rubio. Se acercó al rostro y depósito un beso en la frente.

— Llamaré a los demás, esperaban por este día.

Tras decir eso, el más alto salió, dejando a un ruborizando chico, quien no se le quitaba lo sorprendido, por tal repentina acción del escriba.

Minutos después llegó Tighnari quien casi derriba la puerta de un golpe, se apresuró a abrazar al chico, logrando reclamarle, estaba tan asustado, incluso ahora sus miedos se habían disipado, Kaveh mantuvo su silencio, dándose cuenta que a final era importante para ellos, a pesar de estar lleno de desgracia, a pesar de su mala suerte, de todo.

— Has hecho que Tighnari no pueda dormir adecuadamente, no sabes el sufrimiento que he tenido que pasar.

— Cállate, que tú también has sufrido...

— E-e...

El duo miro un poco preocupado, se dió cuenta que el rubio necesitaba agua, cosa que Tighnari se apresuró a darle un vaso de agua, el rubio bebió con cuidado y después de unos minutos Kaveh comenzó a hablar, algo torpe pero lo hizo.

— L-Lo... Siento...

Logro decir, haciendo que el duo quedará en silencio, se viera por unos momentos, se acercaron al rubio y lo abrazaron, Kaveh sintió esa calidez, era increíble lo que había sucedido, incluso se sentía relajado, como si realmente hubiera necesitado de un abrazo.

— No hagas esto de nuevo, no sabes lo que tuvimos que hacer para que Alhaitham dejara que los médicos hicieran su trabajo.

— Es demasiado bueno para ser cierto.

Kaveh no pudo responder, solo dejo que el duo le siguiera contando, hasta que finalmente regreso Alhaitham, cuando llegó el mayor, el duo salió, dejando de nuevo a solas en el lugar.

— Me imagino que ya te han puesto al corriente ¿No?

El rubio afirmó, haciendo que Alhaitham pensará en asesinar aquello dos, pero esos pensamientos se esfumaron, tomo asiento y saco a Mehrak, quien al ver al rubio demostró una sonrisa, ya que los ojos virtuales se cerraron de esta manera (^^).

— No puedo creer que hayas avanzado tanto con un Mandoble, después de todo, ya ni siquiera eres capaz de levantar las.

— Yo... No sé de dónde saque fuerzas...

Dijo apenas, mientras abrazaba su pequeño amigo robótico. Su mirada detonó un poco de melancolía, solo para dirigir su vista hacia el mayor.

— Debes de pensar que soy una basura, que los he decepcionado.

— No, eres valiente. Fuistes el primero en enfrentarte a tres dragones y aunque si eres tonto al dejar tu visión atrás.

— Admite que soy un idiota y ya...

— Como tú digas.

Tras esas pequeñas palabras Kaveh demostró una pequeña sonrisa, se sentía un poco mejor, sin embargo sus amigos no lo dejarían ir tan fácil, así que comenzaron a hacerle terapia, dándole pequeñas clases en dónde cada uno ayudo, haciendo que Kaveh comenzará a sentirse más tranquilo.

__

Ha pasado una semana, desde que comenzó a rehabilitarse, dejaba ver su muñecas con cientos de marcas antes de ponerse sus guantes, miro la fotografía familiar de sus padres.

— Tenían razón, mamá, papá.

Susurro a la fotografía, demostrando una sonrisa pequeña. Dejo el retrato a lado de otra foto, en dónde estaban sus amigos, sin contar que había otra donde solo estaba el escriba y el. Prácticamente estaban en un intento de relación, ya que Kaveh había lo posible para hacer las cosas bien en esta.

La vida no sería fácil, esperaba que con el pasar de los días todo fuera mejorando, que con el pasar del tiempo pudiera mejorar y salir de sus deudas. Era cierto que su estado emocional no era todo estable, que posiblemente le llevaría semanas y que todo se arregle, pero Nahida estaba ayudando, estaba entrando al subconciente del chico, siendo de apoyo, dándole buenos afectos y diciendo que tenía buenos amigos en quien apoyarse.

Kaveh comenzó a sentirse más tranquilo, positivo, dejo de pensar en eso y poco a poco comenzó con trabajos pequeños, haciendo pequeñas chozas a las fueras de Sumeru para esos pequeños Ararana, incluso el mismo hacia los materiales para las casas. No recibía nada a cambio, pero eso se desvanecia, ya que cada mañana Alhaitham, miraba a su puerta unas cuantas frutas o verduras, clara seña de "pago" o agradecimiento de parte de esos pequeños seres del bosque.

Alhaitham no dijo nada, simplemente terminaba aceptando y entregando todo eso al dueño de dicha recompensa, cosa que a final se usaba para la cena.

Fin.

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