Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6

Abrí los ojos, como lo esperaba, no era mi cuerpo, era más alto y robusto, además de que no tenía el control sobre este cuerpo, aunque tenía control de su mente...

Al parecer el dolor que es sentía a mi también me afectaba, en esos momentos tenía un insoportable dolor de cabeza, él se había golpeado la cabeza, el golpe fue tan fuerte que había perdido el conocimiento, además de eso, se había provocado una lesión celebral, estuve revisando sus memorias mientras ese hombre trataba de ignorar el dolor.

Él... ese hombre... en el que yo estaba... era mi hijo... mi hijo, Zarato... el me odia, me odia por abandonarlo.

Quisiera llorar, abrazarlo, decirle que lo siento, que lo amo demasiado, lastimosamente no puedo, simplemente observo lo que hace... observo como sufre por ese golpe...

Afuera de la habitación se escuchaban murmullos, casi como si discutieran...

Zarato se encontraba quejándose por el dolor que sentía, se sentía extraño... diferente.

En eso un hombre alto con alas entró al lugar, se acercó preocupado.

—¿Estas bien?

Lo tomó de las mejillas y miró la venda que tenía en la cabeza.

—¿Que me pasó?

Preguntó confundido, no recordaba muy bien.

—Te golpeaste la cabeza, ¿no es obvio?

—Ya sé, ¿pero que pasó después?

Rodó los ojos y miró bastante tranquilo a ese hombre alado.

—Prusia, habla.

—Ya, perdón, simplemente te golpeaste, Suecia te iba a matar, y yo como buen caballero salvé a mi princesa del... vikingo.

El prusiano rió un poco y miró con detenimiento al ruso que aún analizaba lo dicho.

—Gracias, te debo una, ¿Quieres algo en especifico de mi?

Murmuró agradecido, el alemán lo pensó por un rato, pero al final respondió.

—Tu cuerpo.

Habló con tranquilidad, Zarato lo miró callado sin saber que decir o que hacer, simplemente unió sus labios con los del teutón.

Estuvo apunto de aceptar, de decir que si, pero algo... o alguien... en su ser se lo impidió.

—Yo... Prusia... mi cuerpo... no es de nadie...

Dudaba con cada una de sus palabras, el alemán lo miraba sintiendo el rechazo.

—En... otra ocasión mi querido Prusia.

Murmuró avergonzado...

Era mi hijo, ¿Que esperaban? ¿Que dejara que ese lo tocara? No, prefiero manipularlo para que rechace todo de él.

No.

Voy a dejarlo, no voy a atormentar a mi hijo, jamás lo haré, esperaré al siguiente, y lo haré sufrir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro