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✶ Lee Félix ¹⁵

El timbre había sonado,  y el pobre Lee salió del salón sintiéndose más calmado. Su teléfono estaba completamente descargado pero sabía que quería hacer; Hablar con hyunjin.

Era lo único que necesitaba, sabía que podía estar más calmado con el pelirrojo a un lado. Sabía que tenía que comentarle todo antes de que se pudiera enterar por otro lado. No obstante, lo vio pasarle por un lado sin decirle nada, dejándolo confundido.

— ¿Acaso no piensas hablarme? — le alzó un poco la voz, deteniendo al alfa. Girando a verlo a los segundos. — Hyunjin tienes que saber algo -

— No quiero saber nada. — le interrumpió.  Lee frunció el ceño por su comportamiento. — Felix ya dijiste mucho, me quedo claro.

Continuo su camino, Félix no quería acabar la conversación, por lo que lo siguió y metió a un salón, hyunjin queriendo alejarse de este; hiriendo un poco al omega.

— Hyunjin, no se que te dijeron pero créeme  que no es cierto — le explicó, sin querer verle la cara. No soportaría guarda esa mirada de desinterés de hyunjin.

¿Dónde estaban sus ojos tiernos?

— ¿Me vas a decir que no dijiste que me usaste? — Lee abrió la boca para decir otra cosa, pero no salió nada. — Que soy aburrido, que no te gustó y solo fue un juego,  ¿No dijiste eso, Félix?

— S-si lo dije, pero tiene una explicación, hyunjin — intento acercarse, tocarle del hombro, pero este solo le evitó. — H-hyung..

Sus miradas no mostraban más que arrepentimiento,  uno que no podía medirse con una regla. Hyunjin podía sentir su lobo irse, no tenían nada que buscar. Félix, por su parte, estaba rompiendo su primera regla para no alejar a Hwang.

«nunca dejes que te vean vunerable» pero eso no aplicaba si no querías que alguien importante se fuera.

— Hyunjin.., no quiero perderte, — murmuró, sintiendo un nudo en su garganta. — Yo te escuche cuando paso lo mismo, por favor tienes que escuchar mi versión.

El pelirrojo, camino a la salida,  dejando al pelinegro con las palabras en la boca.  Tragando grueso para no dejar que salgan, no quería rendirse, no quería perderlo.

— Es diferente esta vez, Félix. — le hablo desde la salida, conectando miradas con él. — Ese día no lo escuchaste venir de mí, pero esto lo escuche de ti. Y sabes soy un tonto por creer que no sería de esta manera.

El omega, tanteo dentro de su suéter, sintiendo la carta que le había escrito. Y cuando lo vio irse, camino rápido hasta detenerlo nuevamente y extenderle la carta.

— Leela, y si después de hacerlo no me quieres seguir hablando, lo entiendo. — tomo su mano y la puso sobre su palma, devolviendo su mano hasta su pecho. — Las cosas no ocurrieron como crees, hyunjin.

Hwang vio el sobre en sus manos, del mismo color de su cabello; con dibujos de pinceles y las iniciales de este sobre la hoja de papel. Guardo esta en su bolsillo, no queriendo abrirla.

— No prometo leerla, así que no esperes una respuesta. — le comento, ya a unos pasos lejos de él.

Félix sintió su pecho contraerse por un segundo, volteando a ver por donde se había ido el pelirrojo; notando como se había subido a un carro y luego desaparecer.

Sabía que todo ello era plan de ese estúpido alfa que le acorralo. Haciéndolo sentir culpable por dejarse influenciar por sus feromonas, solo pedía que hyunjin lea la carta y pueda de alguna manera cambiar algo.

El pelinegro, veía su habitación Completamente destrozada. Toda su ropa estaba en el suelo, algunos objetos de la mesa estaban mezclado con el desastre de abajo.  Y en medio de todo; estaba Félix sentado en su cama.

Le había enviado mensajes a hyunjin, pero estos nunca habían sido respondidos, le llamo pero siempre enviaba a buzón. Félix no sabía que hacer, era la primera vez que algo así le pasaba.

Nunca había sido dejado con el amor en las manos, siempre era el que lo hacía y se iba antes de que ocurriera. Pero Félix no quería irse, el quería quedarse y seguir intentando hasta que tenga una respuesta positiva.

Él, estaba enamorado.  Y se había dado cuando comenzó a celar a hyunjin, cuando le visitaba a dejarle bocadillos mientras estaba metido en el salón de artes. Tuvo el presentimiento de lo que iba a pasar cuando lo vio despertar a su lado aquel fin de semana; con su cabello amarrado en una coleta mal hecha, con sus labios abultado mientras abrazaba un peluche qué tenía guardado en el armario.

Tenía claro que se enamoraría muy fuerte cuando pensaba en el cada vez que veía algo relacionado a la pintura, el arte o aquellas flores que tanto le gustaban.

— Bien clase, ¿Alguien me dice cuales son estas flores? — Preguntó la profesora, mostrando las flores de abundantes pétalos.

Varios alumnos comenzaron a decir nombres, siendo erróneos en todos. Pero Lee no quería hablar en clase, solo veía por la ventana y en su dirección, estaba el pelirrojo viendo educación física. Estaba serio y a su lado, el chico que solía nunca despegarse de su lado.

La profesora, que se percató, sonó su garganta para que le viera. — Disculpa Félix,  ¿Puedes decir el nombre de esta flor?

El pelinegro la vio, recordando la conversación que había tenido meses atrás con hyunjin.  Mojo sus labios y asintió a su pregunta.

— Son crisantemos, nacen a inicios de otoño, y sus colores significan diferentes cosas como el blanco que, representar la verdad y la lealtad y.., el rojo qué puede representar el amor y la pasión.  — le explico, mientras la profesora asentía orgullosa.

— bien hecho Félix.  — le agradeció, volteando a ver a la clase que murmura lo bueno que era el australiano.

El timbre había sonado, y todos comenzaron a irse, mientras la profesora los despedía, sin embargo, fue a Félix; quien recogía lentamente sus cosas.

— Félix,  ¿Ocurrió algo? Ya no intervienes como antes — su mano se había posado en su hombro, pero Félix seguía viendo el escritorio. — Sabes que puedes contar cualquier cosa...

Felix le vio, bajando sin problema la mano sobre su hombro. Agradecía la preocupación de la profesora, sin embargo, no era nada académico y eso no le incumbe.

— Agradezco su apoyo. Pero estoy bien, solo tuve un mal día. — le sonrió suave. Cerrando su bolso y caminar lejos de ella.

Una vez salio, y caminó lejos del salón. Su hombro había sido tocado, haciéndole creer por un momento que se trataba de hyunjin; a lo que giro interesado.

Pero era ere castaño del cual no se le despegaba. Seungmin.  Y en sus manos cargaba una prenda que le hizo sentir un revuelo en el pecho.

— ¿Félix, no? — el pelinegro asintió. Viendo como le extendió el suéter. — Hyunjin dijo que es tuyo, y quería devolvértelo.

El omega lo tomo, sintiendo aun el aroma fresco del alfa en él. Apretó la tela, mordiendo su mejilla interna para enviar las lagrimas acompañada de una mueca.

— ¿El leyó la carta? — se atrevió a preguntar, Seungmin negó lamentado la respuesta. — ¿Podrías hacer que la lea? Por favor.

El beta asintió,  sobando el hombro en compasión. Pero eso solo le hacía sentir peor, hyunjin ni si quiera tuvo el valor de entregarlo por su cuenta.

— Haré lo que pueda para que lo lea. Yo confío en ti, Félix — le sonrió suave, caminando lejos del australiano.

Dándole tiempo de ver el suéter en sus manos, sentir su tela y con ello un recuerdo de cuando se lo vio puesto.

⛺️notita:
Pronto se acaba el fic gente🥺👌🏻.

Siempre lo digo pero lo vuelvo a decir: no se desanimen que son cosas que tienen que pasar. NO va a durar así y SI VA a tener un final feliz.

O apoco no cumplo? 🤨💗

— Valen. ♡

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