Unos días habían pasado, y durante este, hyunjin parecía no querer tener intensiones de leer aquella carta. El final del lapso estaba por a dos días, y su presentación de arte también.

Seungmin, que le visitaba todos los días.  Esta vez había traído café para dos, sentándose en la cama de este luego de dejar el café en su escritorio.

Permaneció en silencio, hasta que el pelirrojo se canso y le vio exigiendo una palabra.

— ¿Vas a seguir ignorando a Félix? — se quejó, viendo al alfa rodear los ojos y seguir con su pintura. — Hyunjin, te estás comportando como un idiota, un alfa muy estúpido.

El insultado, dejo el pincel a un lado y le volteó a ver. Odiaba ser llamado así, más por seungmin, pero se sentía más dolido por lo corrido con Lee.

No iba a negar que extrañaba sus visitas pero su lobo se negaba a volver a acercarse.

— No lo ignoro, solo quiero espacio, Seungmin. Él...-

— Él no tiene la culpa de nada. Hable con Félix, me contó su versión y deberías de molestarte más de ese amiguismo tuyo Dohyun, que con Lee. — le apunto con una almohada. — Hyunjin eres mi hermano y te apoyo en todo, pero en esto la estas cagando.

El pelirrojo quedo callado, pensando en que hacer o si creerle a él. Seungmin se había levantó y le extendió la carta de Félix; siendo recibida a los segundos.

— Félix te dio una segunda oportunidad, él también se merece una.

Y eso había sido lo último dicho por él, dejándolo solo cuando escucho la voz del señor Hwang desde abajo.

El alfa vio la carta en sus manos, estaba intacta a la vez que se la dio. Recordando su mirada suplicante y como intentaba no quebrarse la voz con sus palabras.

¿De verdad la vamos a abrir? , pensó cuando ya rompía donde estaba pegado. Abrir el doblas y ver la letra del omega escrita con tinta.

✶

— ¿Estás listo? — la voz de Sunoo le hizo reaccionar.  El pelinegro se acomodó la camisa y asintió.

Habían asistido a un fiesta, donde Félix estaba siendo obligado a permanecer. Pero le había ayudado mucho a olvidar lo de hyunjin y disfrutar un poco del alcohol que odiaba consumir.

Y hablando de eso.

El pelirosa le sujeto antes de que se fuera a otro lado. Pero este solo se agacho abrazándose a si mismo, kim vio a los lados buscando a su novio para que le ayude a meterlo al carro.

— Lix cuando dije que te divirtieras, no hablaba de que te bebieras toda una botella de tequila tu solo. — chillo el menor de ambos, sentándose a su lado y sentir como este se recostó en su hombro.

— Lo extraño, sunoo. Pareciera que nunca querrá leer la carta y no sabes lo mucho que- — se había tapado la boca con sentir una arcada.

Kim se asustó, temía a que se vomitara encima, encima de él.  Por lo que le ayudo a inclinarse si quería hacerlo.

Saco su teléfono marcando a su novio para que se apurara.

— ¿Te digo algo? — Lee le vio, sintiendo su voz ida y ronca. — Era mi primera vez enamorado, y me siento muy patético por beber con el corazón roto. Soy..- soy un idiota por no darme cuenta antes que lo amaba

Sunno, suspiro sintiendo el nudo en la garganta. Agradeció cuando vio al chico de cabellera negra correr a donde estaban.

— Lamento tardar sunoo, estaba tratando de meter al auto a Jake. — le comento, dejandole un beso en la frente. Kim negó rápido restando importancia.

— Tengo que llevarlo al departamento y quedarme con él, ¿no es molestia? — le comento levantándose cuando esté ya cargaba al australiano ya casi dormido por el alcohol.

— Bebe, lo entiendo. Es tu mejor amigo — le comprendió, caminando al auto y meterlo en la parte trasera.

El camino había sido silencioso para no despertar a Félix.  Pero el japonés, sujetaba la mano de su novio para darle apoyo. Pues este estaba llorando por el estado del pelinegro, y no por el alcohol; era más por sus sentimientos.

Odiaba verle así, ver que su miedo se había cumplido; que todos sepan que Félix era un omega y salir lastimado por eso. 

— Ese tal hyunjin, ¿sabe la verdad? — le murmuró el japonés con dulzura. Sunoo negó secando las lagrimas.

— Ni siquiera le dio tiempo de que le explicara.  — le volteó a ver, escondiendo sus labios. — Se que parecer que la situación es mía, pero no soporto ver a Félix tan herido, todos sus dolores son como míos. Lo quiero mucho.

A los minutos, detuvieron frente al departamento, donde el japonés ayudo a bajar al australiano qué recién había levantado. Sin embargo, ver una cabellera roja en las escaleras, le hizo entrar en pánico.

— No lo saques — le ordenó al japonés, que confundido se dejaba jalar la camisa del pelinegro acostado en el carro. — Hyunjin esta allá.

Ambos habían volteó, y para cuando hyunjin se percató, ya sunoo se estaba acercando de brazos cruzados.

— Sunoo, ¿Y Félix-

— ¿Ahora si te animas a venir a verlo? Hyunjin pasaron dos semanas desde que ocurrió todo y no sabes lo tanto que tuvo que aguantar comentarios y malos tratos de los alfas que llamas amigos — le dejo en cara, completamente molesto por el descaro de hyunjin en hacer acto de presencia justo ahora.

— Primero Dohyun y el resto no son mis amigos, Sunoo. Y admito que debí venir antes pero.. -

— No le creías,  desconfiaste de lo que él tenía por decirte— le volvió a interrumpir, cruzándose de brazos.

Hyunjin quedo en silencio, tenía la carta en su mano, no obstante cuando fue notado por Kim, la guardo en su suéter de color gris. No quería sonar estúpido, pero sabía y reconocía el enojo de Sunoo.

— Solo quiero verlo. Se que la cagué al no confiar en él y tomarlo por mentiroso, pero quiero enmendar lo que hice, Sunoo, yo lo amo demasiado y estaba dolido de pensar que la persona que amo solo me estaba usando a su beneficio. — murmuró, siendo vunerable como aquella vez lo hizo Félix.

Una persona vale si admite su error, son a quienes se les da segundas oportunidades. Pues no todos son lo suficientemente maduros para admitir sus errores.

Y eso lo sabía sunoo, que chasqueo la lengua con saber que tenía que dejarlo pasar.

— Está borracho, bebió mucho en una fiesta de mi novio. — le explico, volteando a ver al japonés y este ayudar a bajar a Félix completamente hablando con el de cualquier cosa, pero se tambaleaba y llamaba a cualquiera por otro nombre no conveniente.

— ¿Sales con Nishimura? — le vio confundido, y Sunoo asintió orgulloso. — Creí que te gustaban más...

— ¿Cómo tu? No, ese es Félix.  Yo ya probé la comida japonesa y es mejor que la coreana — le sonrió,  haciendo reír al pelirrojo.

Se había ofrecido a llevar a Félix,  y una vez concedido, el omega le abrazo mientras de su boca salio: — ¡Sabía que vendrías, Sam!

La pareja vieron confundido a hyunjin, y este solo escondió sus labios y cargo completamente al australiano.  Llevando a este a las escaleras.

Sunoo por su parte, despidió a su novio. Siguiendo a hyunjin,  no iba a dejarlos solos; eso no sería muy de amigos que digamos.

Pero cuando llegaron al departamento, el dueño se lanzó al sofá, negándose a moverse. Y no fue hasta varios intentos que lograron acostarlo en la cama.

— ¿Te vas a quedar? — le vio, posando su mano en su cintura en forma de cansancio. Hyunjin asintió.

— Discutí con mi papá para venir, y tengo que esperar hasta mañana que no está, para poder ir a casa. — le comento no muy emocionado, sintiéndose cansado de la situación con su padre.

A pesar de que Sunoo quería preguntar más,  solo le ayudo a acomodar la sala para que durmiera allí. Pues con Félix iba a dormir el pelirosa.

Tal vez no había salido como lo planeó, el quería ver a Félix estable, pero en cambio le llamo Sam y jugo con su cabello pensando que era La sirenita. Pero ya estaba decidió que mañana, si podría hablar con él.

⛺️notita:
¡LEYÓ LA CARTA! 🥳
Ya las cosas se ponen mejor Y el siguiente es el final, para que se preparen 🫶🏻.

Eso sería todo por ahora, hasta pronto.
—Valen.