Todo se vuelve borroso para mí.

Estoy perdiendo la conciencia sobre mí mismo, pero por las imágenes que logro entender son Seokjin sosteniéndome. Me analiza cuidadosamente como si no comprendiera lo que está pasando. Dicen que cuando entras en celo te vuelves más sensible a cada sensación; al tacto, olfato y gusto, porque si hay personas que disfrutan de probar los fluidos de su pareja. Algo asqueroso, pero supongo que en un momento como el celo dejan de importar las cosas de ese tipo, si es higiénico o no, es tu animal saliendo a tomar el control.

Y ahora siento como el olor a eucalipto de Seokjin, me pica en las fosas nasales, arde y me quiero restregar en él, más cuando puedo sentir sus dedos sobre mis mejillas sosteniéndome o más bien alejándome, su piel es tan suabe. En un intento que el trata de quitar sus manos de mi cara, las mantengo en el sitio apretándolas con mis manos e inevitablemente restriego mi cara en las palmas de sus manos. Si pudiera llegar a sus glándulas odoríferas de sus muñecas, podría obtener más de sus feromonas, al punto que me marque y por fin satisfacerme.

—Jungkook —dice, mi nombre suena tan bonito en su voz —. Detente

Trato de jalar hacia arriba las mangas del saco, solo un poco más y podré llegar a sus muñecas.

—¿Es una orden alfa? —inevitablemente mi voz se vuelve más airada, pues me estoy sofocando, el calor se centra en mi vientre, esparciéndose hacia mi parte baja.

—¿Estas en celo? —pregunta tan inocentemente, pero puedo notar como ha perdido esa expresión tan serena que siempre mantiene en su rostro, se está poniendo nervioso por mí.

—No lo sé, dímelo tu alfa —por fin logro descubrir sus muñecas y acerco más mi nariz, su aroma es tan claro, pero aun así se esconde su segundo olor —. Márcame alfa, quiero oler a ti.

Seokjin se queda quieto, si él es aún lo suficientemente consciente debería irse, pero las feromonas que mi omega se ha empeñado en expulsar le están afectando. Le pasaría a cualquier alfa, es muy difícil resistirse a las feromonas de un omega en celo, pero que le esté pasando justo a él, hace que me sienta orgulloso, quizás al final de cuentas si soy atractivo para él.

Con una sonrisa tonta tomo sus muñecas con fuerzas para exponer sus glándulas odoríferas y acercarlas a mis mejillas, Seokjin pone un poco de resistencia, pero aun así logro frotar sus glándulas en mi piel. Me exijo a mí mismo absorber todo lo posible, oportunidades como estas no surgen todos los días.

Su olor es embriagador, pero sé que si me restregara en su cuello quedaría completamente empapado de él. Sé que lo que estoy haciendo está mal, el problema es que no me puedo controlar y él no hace mucho por detenerme. Solo está ahí mirándome fijamente con esos lindos ojos, imperturbable. Sus gruesos labios están ligeramente separados como si estuviera aspirando aire por la boca. Quiero ir por ellos.

Me arriesgo y me acerco más a él, viendo directamente hacia su cuello, pero el da unos pasos hacia atrás, intenta forcejear contra mi agarre, pero me aferro a sus muñecas.

—Jungkook... por favor, no te quiero lastimar —suena suplicante.

—Entonces no te alejes alfa —tomo ventaja y me pego a su pecho tratando de alcanzar su cuello, estando tan cerca ahora es más evidente la diferencia de altura.

Me pongo de puntitas para que mi nariz logre rozar con la piel de su cuello, si el dejara de tratar de alejar su cuello de mí ya hubiera logrado mi objetivo. En otro momento más lucido, seguramente mi omega estaría llorando por el rechazo que me está dando el alfa, pero estoy tan caliente y necesitado que lo único que me podría calmar es que el alfa se dejara llevar por su instinto y dejara de pensar.

Pero estamos aquí como una danza extraña, mientras que gano unos milímetros más cerca, él está dando pasos hacia atrás, hasta que topa con otro muro y lo tengo acorralado, un punto de ventaja para mí. Le sonrió más abiertamente al notar sus pupilas dilatadas.

—Alfa por favor, asísteme —le susurro más cerca.

Seokjin me ve detalladamente analizándome e inevitablemente comienzo a sentirme un poco avergonzado. Al estar tan cerca puede ver mis imperfecciones en la piel enrojecida de mi rostro, ¿estaré sudando? O ¿se habrá dado cuenta del acné que ha brotado en mi frente?

No soy tan bonito para un alfa como él, ¿Cómo se me ocurre acorralarlo de esta forma? quizás esa es la razón por la que no cede ante las feromonas de celo que ha soltado mi omega, no soy lo suficiente para él. Ante mis inseguridades suelto sus muñecas y bajo mi cabeza, eso debería ser suficiente para empujarme y dejarme ahí hundiéndome en mis inseguridades.

Pero para mi sorpresa, Seokjin levanta mí cabeza, presiona su mano en mí nuca para dirigirme hacía su cuello. Directamente a sus glándulas odoríferas, deja que mi nariz se clave en su cuello, embragándome por completo con su aroma, que me deja más que satisfecho y adormilado, tanto que podría desfallecer ahí mismo.

Sigue dirigiendo mi cabeza ahora tallando mi cabello y frente en su cuello, me esta marcando con su olor y solo me dejo hacer, de esta forma su olor me acompañara por varias horas.

—¡Jungkook! —oigo que grita Taehyung a lo lejos y viene corriendo. Es mi amigo y lo quiero, pero en este momento no quiero que se acerque cuando Seokjin me esta tomando de esta forma, mi omega se siente tan irritado con su presencia, él olor a otro omega me hace sentir amenazado.

Seokjin deja de tallarse, y siento como me jalonea Taehyung hacia atrás bruscamente, mi vista esta borrosa y apenas si puedo distinguirlo con mis ojos entrecerrados.

—Aléjate Taehyung —intento decirlo como una amenaza, pero mi voz suena tan cansada, ¿Qué me han hecho?

Taehyung me mira asustado cuando termina de olfatearme, voltea a gritarle algo a Seokjin, pero ya no estoy entendiendo. Sus voces suenan difusas en mis oídos, Taehyung me está preguntando algo y lo único que logro entender por el movimiento de sus labios es la palabra "supresores". Solo doy un pequeño golpe en uno de mis bolsillos del pantalón, él busca en mis bolsillos un supresor y tan pronto como lo obtiene, lo mete a la fuerza a mi boca.

Después de eso, todo se vuelve obscuro.

Me despierto en mi habitación, sobre mí cama, con dolor en mi vientre punzante, el calor ahora en demasiado abrazador y poco tolerable. Estoy empapado por todos lados, especialmente en mi entrada, se siente tan mojada, quizás mi propio fluido, pero hay algo suabe que está rodeando, acariciando y humedeciendo de más mi entrada.

No logro distinguir, se siente tan bien. Es como si ese algo estuviera intentando embestir, como si estuviera dilatando mi entrada, no quiero que se detenga, pero lo hace cuando suelto un pequeño gemido. Miro hacia abajo para ser consciente que estoy con las piernas abiertas y desnudo. Una maraña de cabellos castaños es el responsable de estas sensaciones, principalmente su lengua.

"¿Te gusta esto bebe?" me pregunta con esa voz tan sensual, levanta su cabeza para dejarme ver su rostro.

Esto es tan confuso, no entiendo cómo es que pasamos de estar en el pasillo de la escuela a estar ahora en mi habitación, ¿Cómo es que Seokjin me está asistiendo en mi celo?

Pero lo que más me hace sentir que sea tan irreal es que mis madres aceptaron esto, ellas hasta ahora no han permitido que nadie asista mi celo a pesar de la recomendación del doctor de que debería desfogarme un poco con alguien o con algo durante mi celo, pasar el celo solo con supresores podría traer algunos problemas con mi omega, que ahora este justo Seokjin asistiéndome lo hace sentir incoherente.

"Sigue alfa" digo en su lugar, las explicaciones serán para luego.

Con media sonrisa acaricia mis piernas y presiona sus labios húmedos en mi abdomen, subiendo poco a poco hacia mi pecho. Siento como tantea uno de sus largos dedos en mi entrada y va entrado muy despacio, su dedo se desliza fácilmente gracias al flujo acumulado y pronto se une otro dedo. Me entretiene con sus labios cuando llega a mi cuello y toca un punto en el que me hace soltar más gemidos involuntarios.

Veo sus gruesos labios acercándose más, quiero arremeter contra ellos para ahogar todos los sonidos raros que estoy emitiendo, solo unos centímetros más, pero él se esta tomando su tiempo lento... demasiado lento.

Un golpe.

—¿Jungkook? —alguien me llama a lo lejos.

Otro golpe, es la puerta.

Abro los ojos y no hay nadie en la cama conmigo, estoy vestido, empapado y con la mano debajo de mi ropa interior. Lo único real es mi mama llamando a la puerta, mientras yo estaba teniendo un sueño indecoroso con Seokjin.