La canción (Etapa 4)
¿Los escucha? Ya han empezado.
Es como uno de esos coros navideños de las películas en las que un grupo de niños canta frente al portal de una casa. ¿Se los imagina? Rodeados de luces de colores que parpadean bonitas y artificiales. Ristras de muérdago. Un muñeco de Papá Noel asomándose desde la fachada.
Tan diferentes de cómo podrían ser y cómo son en realidad.
Ellos llevarían ropa de abrigo, los ojos radiantes por la emoción, las mejillas sonrosadas.
Pero no tienen luz que los alumbre en la noche. Ni muérdago. ¡Ni estúpidos muñecos de un seboso conductor de trineos! No... Su ropa son harapos corrompidos por la humedad y las alimañas. Los ojos: cuencas vacías. Las venas: secas hasta el hueso. Y pese a todo... Y pese a todo, ellos cantan.
Sus pulmones no respiran, pero ellos cantan. Voces quejumbrosas, polvorientas, quebradas como ramas muertas. Una sola voz que proviene de más allá de la tumba. ¿No es hermoso? Cantan para usted. Por usted. Por el regalo que les va a dar...
Se convertirá en su luz. Les dará el calor que ellos no pueden poseer. Los arropará con su carne, mamarán de su sangre y, por todo ello, le amarán.
Aguante. Aguante un poco más, por favor. Este instante merece una canción.
Una furtiva lacrima
negli occhi suoi spuntò:
Quelle festose giovani
invidiar sembrò.
Che più cercando io vò?
Che più cercando io vò?
M'ama! Sì, m'ama, lo vedo. Lo vedo.
Un solo istante i palpiti
del suo bel cor sentir!
I miei sospir, confondere
per poco a' suoi sospir!
I palpiti, i palpiti sentir,
confondere i miei coi suoi sospir...
Cielo! Si può morir!
Di più non chiedo, non chiedo.
Ah, cielo! Si può, Si può morir
Di più non chiedo, non chiedo.
Si può morir, Si può morir d'amor.
Hermosa, ¿verdad? Una furtiva lacrima, compuesta por Gaetano Donizetti en 1832. Ya sé, ya sé, mi voz comparada con la de Pavarotti queda bastante floja. Me temo que no puedo ofrecerle nada mejor.
En fin, no podemos tenerlos esperando toda la noche.
Un segundo que marque los puntos de sujeción. Es importante hacerlo bien. De otra forma la piel podría desgarrarse por el peso y sería un engorro.
Sí. Ahora sí... ahora puede llorar...
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