Habían pasado dos semanas desde que se enteraron que estaban esperando bebés, ya podían decirlo así que intentaron con sus padres. El padre de Jungkook se desmayó y el padre de Taehyung se burló, su madre y el padre omega de Jungkook comenzaron a llorar. Después de una larga explicación entendieron lo que pasaba y pidieron a Dios se apiadara de ellos, si vivir con un embarazado es era malo, con dos era peor.

Hasta sus seguidores estaban al tanto, no habían tenido tiempo de checar sus mensajes y notificaciones, pero sabían que estaban felices. Aquel día se habia quitado las pijamas, se arreglaron y salieron del departamento directo a la casa de Jimin y Yoongi, en donde sería la fiesta de bienvenida de Hoseok.

Jung Hoseok era aquel alfa amable, divertido y cariñoso que los había juntado, lo conocieron cuando trabajaba como barman en un club de la cuidad, era amigo de todos, en ese tiempo Taehyung, Jimin y SeokJin iban a beber y divertirse, mientras que Jungkook, Yoongi y Namjoon hacían lo mismo, una noche un borracho quiso golpear a Hoseok, haciendo que los tres omegas se metieran a protegerlo y los alfas terminaron defendiendo a los cuatro. Sentados en la banqueta se hicieron amigos. De eso habían pasado diez años, ahora su amigo volvía de Francia después de un año, a donde se había ido a presentar un show de baile.

—No me siento bien—dijo Taehyung después de casi vomitar en la calle.

—Espero que no termines vomitando—chasqueo la lengua, sosteniendo el regalo de Hoseok.

—Tú eres el que siempre vomitas, lo hiciste ayer que salimos al supermercado—cruzó los brazos.

Jungkook le miró con una ceja alzada. —Una vez comparada con todas las que tu has hecho.

—Tú serás el que lo haga primero, entrando lo harás, de eso estoy seguro—atacó Taehyung con una sonrisa de suficiencia.

—¿Quieres apostar? —sonrió ladino.

—Apostemos—regreso aquella mirada pícara—. Si yo gano tú limpiaras la casa solo por una semana.

—Perfecto, si yo gano entonces tu te pondrás el disfraz de leoncito y serás mi esclavo por una noche.

Taehyung enrojeció antes de asentir. —Hecho.

Se encaminaron a la puerta, Taehyung tocaron con una sonrisa, tenía una encrucijada, estaba entre dejarse perder, porque amaba como se ponía Jungkook cuando usaba ese disfraz, pero al mismo tiempo, quería echarse toda la semana sin hacer nada. En aquellos tiempos, era más necesario el descanso, por lo que no perdería.

Jimin les abrió y les sonrió como sólo él sabía, su amigo tenía una de las sonrisas más hermosas del mundo. Entraron a la casa, la cual estaba bien adornada con afiches de bienvenido y dibujos de soles y flores de colores.

—Hola chicos, pasen—les indicó con la mano—. Jin fue por Hoseok al aeropuerto.

No había muchas personas en la casa, algunos amigos de Hoseok y su familia. Yoongi estaba preparando la parrillada, el aroma era tan delicioso que tanto Jungkook como Taehyung sonrieron satisfechos, ese día podrían ganar. Se separaron, Jungkook quiso ayudarle a Yoongi y Taehyung platicaba con Jimin y la hermana de Hoseok.

—¿Cómo lo están llevando? ¿Ha sido difícil? —preguntó Jimin curioso. 

—Sólo peleamos por el helado—se encogió de hombros—. Todo normal, estamos felices.

Jimin sonrió de manera encantadora. —Quiero un bebé, le diré a Yoongi que hagamos uno.

Hablaron un poco más hasta que Namjoon dio la orden de que se escondieran. Jungkook lo tomó de la mano para esconderlo detrás de un peldaño, donde comenzó a besarlo con pasión, aquello le sorprendió, pero no tardó en seguir el beso, escucharon el "Sorpesa" y se separaron. Salieron de su escondite para mirar a Hoseok.

Este estaba radiante, con una enorme sonrisa, abrazaba a su familia, poco a poco sus amigos se acercaban a él, Jungkook y Taehyung hicieron lo mismo. Cuando Hoseok los vio, lanzó un pequeño chillido de felicidad y los abrazó con fuerza.

—Mi pareja de embarazados favoritos—dijo con una sonrisa.

—Te echamos de menos—dijo Jungkook con una sonrisa de conejo.

—Muchooo—balbuceo Taehyung que ya se había puesto a llorar.

—Ah estos niños—les acaricio el cabello—. Se que les hice falta, sobretodo a Yoongi, aunque no lo diga.

Yoongi quien estaba comiendo una mandarina que Hoseok le había traído, levantó la vista de forma inocente. Los chicos rieron y procedieron a pasar una linda tarde.

Tanto Jungkook como Taehyung estaban atento al otro, mientras comían se miraban retadoramente, llamaron la atención de los chicos, los omegas apoyaban a Taehyung, cuando este sentía náuseas le echaban un poco de aire, a Jungkook le apoyaban los alfas, le daban agua para tranquilizarlo. Pronto se convirtió en una competencia entre dos grupos, Hoseok era quien llevaba las cuentas de las apuestas, porque sí, terminaron por apostar dinero.

Todo estaba en orden, habían mandado a hacer un pastel de chocolate para Hoseok y unas gelatinas de limón. Cada uno obtuvo su porción. Cuando Taehyung probó el chocolate sintió algo extraño, un asco terrible que subió por su garganta. Paso exactamente lo mismo cuando Jungkook probó el limón.

—¡Aguanta Tae! —dijo SeokJin temiendo perder.

—¡Jungkook tu puedes!

Pero fue imposible, porque ambos chicos corrieron al baño, uno vomitando en el lavabo y el otro en la taza del baño, los chicos que estaban en la puerta hicieron una cara de asco.

—Me retracto, ya no engañare que Yoongi emborrachandolo para tener un bebé—suspiró Jimin.

A su lado Yoongi lo observó como si se hubiese vuelto loco.

—Lo bueno es que nadie gano—sonrió animado Hoseok.

—Perdió Jimin que va a tener que limpiar—se burló Namjoon.

—Odio estar embarazado—susurró Taehyung abrazando la taza del baño.

—Por dos—suspiró Jungkook.

Así ellos aprendieron a no hacer estupidas apuestas sobre vomito y a que sus nuevos enemigos eran el chocolate y el limón.

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