✩。:•.─ Capítulo 22
Las veinticuatro horas del celo de Harry habían por fin terminado, eran las seis de la mañana del día siguiente, Harry estaba despertando recién, debía ir a su trabajo y llevar a Rhian a la nueva guardería. Las guarderias publicas estaban en toda la ciudad y se ajustaban bastante al tipo de salario del padre.
Harry era padre soltero, con un salario que ni siquiera se podía considerar mínimo, así que su cuota era cada dos meses, así la primera quincena podía rebastecer la alacena de su casa y con la del mes completo siguiente pagar la guardería que incluida hasta comedor.
Estaba bien, por ahora. Despertó a Rhian y lo bañó primero, luego lo hizo él rápido, salió para vestirse y caminar a preparar el desayuno. Hizo tocino y lo preparó en modo emparedado para ambos. Rhian tomó su chocomilk y Harry café.
Tomó la mochila de Rhian dónde iban sus juguetes y un libro con varios colores para que pudiera colorear si se aburría de jugar. El problema siempre era que Rhian no quería despegarse de Harry.
──¡Dada, no! ──se aferró con sus pequeñas manitas a la camisa de Harry mientras gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas. ──¡Dada...!
──Deja de llorar, por favor. ──la señorita que se encargaba de cuidar los niños estaba pacientemente esperando a Rhian.
──¡No quiero aquí! ──chillo, Harry le tapó la boca para evitar el grito.
──No hagas eso. ──pidió sonando duro, Rhian hizo un puchero y sollozo bajito. ──Deja de llorar, yo volveré por ti pero debo ir a trabajar.
──Quiero contigo ──hizo un puchero. ──Por favor...
──Amor, debes quedarte aquí, es rápido. ──Harry suspiró. ──Se un valiente cachorrito para papá, ¿por favor?
──No quiero...
──Oh, vamos. Y te llevaré por muchos dulces. ──Harry sonrió. ──E iremos al parque a jugar, ¿te gustaría?
Rhian asintió.
──Debes quedarte aquí, entonces.
──Pero Dada.
──Por favor, ¿sí?, un ratito.
Rhian terminó asintiendo cuándo Harry lo marcó con su olor, tomó tímidamente la mano de la chica y Harry se despidió, luego de eso, se apresuró a llegar a su trabajo.
Cuándo llegó, su jefe estaba en la puerta esperándolo, llegaba unos minutos tarde.
──Debes tomarte en serio este trabajo, Styles. ──Harry asintió. ──Llegas tarde, lo rebajare de tu sueldo.
Los ojos de Harry se abrieron en sorpresa.
──No, por favor. Tengo que pagar la guardería de mi cachorro este mes y se me quita algo no podre completarlo. ──explicó casi en súplica.
──No es mi culpa, es tuya por llegar tarde. ──Harry suspiró, tragando saliva.
──Señor, por favor.
──Dedícate a hacer tu trabajo, Styles. Nadie quiere a los lamebotas. ──luego de eso se dirigió al interior de la tienda, perdiéndose entre una puerta de metal. Harry suspiró caminando detrás del mostrador para estar frente a la caja y esperar por si algún día un alma se aparecía ahí.
No iba mucha gente, aún no sabía cómo el viejo tenía tan buena ganancia, no le interesaba preguntar tampoco en caso que fuese algo turbio.
Una chica rubia entró a la tienda, compró sus cosas y pagó, el resto del día fue tan aburrido cómo lo eran los otros. Harry se estaba muriendo de sueño.
Entró otro cliente, mismo proceso.
Espera con tantas ansias que fuesen ya las seis para irse. El día pasó lento para Harry, pensó en Louis y que hace mucho no le veía, el Omega le dijo que iba a estar ajetreado está semana, que podían verse la otra, Harry quería que pasará rápido, apenas era miércoles.
──Styles. ──llamó el dueño. ──Hoy cerramos temprano. Cuenta lo de hoy y vete.
Harry asintió, eran las cuatro y le sorprendía que el tipo cerrará tan temprano, de nuevo, no preguntó.
Contó el dinero en la caja, lo apuntó en el libro que tenían para eso y le entregó todo el dinero al viejo, le dijo la cantidad y luego salió de la tienda cuándo éste le volvió a echar otra vez. Caminó despacio hacia la guardería, tenía hambre pero debía esperar llegar a su casa, no podía darse el lujo de gastar lo poco que tenía en algún restaurante o soda.
Robó unos dulces de la tienda sin que el viejo o las cámaras le atrapasen para su cachorrito. Llegó hasta la guardería, habían varios autos obstruyendo su paso pero se las ingenió para lograr llegar hasta la puerta.
Esperó pacientemente hasta que escuchó una preciosa voz llamarle.
──¡Haz! ──se volteó, Louis venía bajando de una camioneta negra, caminó rápidamente hasta Harry. ──Hola, Alfa.
Siempre se sentía tan lindo que le llamase Alfa, su lobito movía la colita encantado y ronroneaba. Harry le sonrió.
──Hola, Omega.
──¿ Que haces aquí? ──preguntó Louis. ──¿Dejas a Rhian aquí?
Harry asintió. Rhian venía corriendo hacia Harry, el Alfa lo atrapó, tomándolo en brazos.
──¡Louis! ──estiró sus bracitos y el omega se acercó. ──Un besito.
──Oh, gracias, Rhian. ──el cachorrito dejó un besito en la mejilla de Louis.
──Dada, tú también. ──y besó la mejilla de Harry.
──¿Saliste temprano? ──preguntó Harry, Louis suspiró.
──En realidad es cómo descanso, debo regresar a hacer guardia con uno de los internos. ──explicó.
──¿Y que haces aquí?
──El hijo de una de mis compañeras está aquí también. ──explicó. ──Tú ¿cómo estás? no respondiste mis mensajes ayer, ni hoy...
──Estoy bien, lo lamento, ayer entre en celo y hoy salí rápido de mi departamento hasta aquí y luego al trabajo. ──Louis no escuchó nada más luego de celo.
Su omega se removió inquieto pensando que tal vez Harry usaba Omegas que le ayudasen con los celos. No sabía cómo preguntar.
──Y... tú, ¿pasas ya sabes... me refiero a qué ──soltó una risa nerviosa. ──Porque los cachorros son muy dependientes cuándo entran en celo los padres y digo, si alguien... tú entiendes.
Harry sonrió.
──¿Quieres saber si alguien me ayuda? ──preguntó en tono burlon.
──No, no, no. Yo sólo especificaba lo de los cachorros, muchos Alfas buscan que alguien les ayude, hay omegas que se dedican a ello. Si tú-
──Nadie me ayuda, Louis. Puedes dejar los celos. ──habló Harry rió.
──¿Eh?, celos, puff... ¡Que va! ──se rió demasiado nervioso, Harry estaba disfrutando de la escena. ──Celos, no, no. ──rió. ──Yo sólo-...
──No me ayuda nadie, Omega. ──susurró cerca de Louis. El Omega se puso serio, Harry sonrió, inclinándose para presionar sus labios en los de Louis. ──Pero si tu Omega lo desea...
──Harry...
Rhian los sacó de la burbuja sexual donde iban a entrar, encontró los dulces que Harry había comprado para él.
──Dada, hay que darle a Louis...
──Claro
──Gracias, cachorro. ──trago saliva nervioso, Harry sólo sonreía.
All the love 💗
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