Louis se encontraba limpiando todo lo que en sucio en su celo, las sábanas, el consolador y todos los platos de comida que habían usado, su ropa también se estaba lavando. Suspiró cuándo se dejó caer en el sofá, la música del televisor sonaba bajita, tomó su celular viendo el montón de mensajes de su asistente con las citas del turno de la noche y mensajes de Zayn molestándolo. Cerró los ojos.

Se ducho, alistandose para ir a su trabajo, ya había salido de su celo así que podía volver al trabajo, se sintió extraño cuando entró a la cafetería para ordenar café y pastelillos para llevar y no ver a Harry en la caja. Había una chica, era Beta al parecer trabajando en el puesto de Harry.

Se preguntó que estaría haciendo Harry ahora que no trabajaba, hizo una mueca mientras caminaba al hospital, entró en el edificio, dirigiéndose a su consultorio, su asistente le entregó el blog de citas. Se asombró de observar el nombre del rizado. Había olvidado por completo que su cachorrito tenía que venir a ver su peso y demás.

Su omega se agitó cuándo notó que tendría la presencia de Harry. Se intentó calmar, ya había pasado su celo y no quería verse expuesto ante Harry.

Pensó durante horas, mientras atendía a sus pacientes si sería buena idea invitarle a una cita, aunque sea de amigos para poder hacerle conversación y conocerle más.

No iba a negarlo, quería saber si Harry le daría una oportunidad a alguien más luego de su Omega Jax. Oportunidad específicamente a él.

──Adelante. ──indicó luego de los toques en la puerta de su consultorio.

El aroma del Alfa se mete en sus fosas nasales y su omega empieza a mover la colita emocionado. Harry entra con Rhian a su lado dando saltitos.

──¡Louis! ──exclamó Rhian, soltandose de su papi y yendo al escritorio de Louis, el omega sonríe. ──Te traje chocolate pero me los comi... ──explica triste.

──Si me hubieras dicho que eran para él, lo hubiera guardado, Rhian. ──habla Harry serio. Louis suspira.

¿Está molesto?, no le pregunta, simplemente se dedica a ponerle atención a Rhian, lo lleva a pesar y a las demás cosas que debe hacer.

──Está todo bien con Rhian, excepto su peso, está un poco abajo de lo normal que debe estar un cachorro de cuatro años. ──explica.

──Ya, ¿eso es todo? ──Louis asiente con una mueca.

──Harry, yo-

──¿Tú qué?, vas a disculparte de nuevo por llamarme Alfa. ──Louis abre la boca.

──¿Estás molesto por eso?, fue una falta de respeto porque tú-

──¿Falta de respeto?, eso es ridículo. ──Rhian estaba jugando con un lápiz de Louis y una hoja, Harry se acercó a Louis. ──Yo no me ofendí por eso, te lo dije, parece que sólo te escuchas a ti.

──Harry, lo sé, pero para tu Omega-

──No te atrevas a hablar de Jax. ──gruñó bajito. ──Jax murió hace años, Louis. Él era increíble, sí, y lo ame mucho, pero tú-... tú me gustas. Y ese es el problema, qué tú no lo ves. Rhian, vamos.

Harry tomó la mano de su cachorrito, Rhian observó a Louis.

──¿Yo te gustó?

──Sí, pero seguro también dirás que es falta de respeto. ──rodó los ojos. ──Esto es ridículo, debo irme.

──¡No! ──lo tomó del brazo. ──Harry...

──Dilo, sólo si quieres, dilo. ──habló, Louis. ──Llevas gustandome desde la primera vez que entraste a ese café, Dios, mi lobo ruega por tu atención, ¿acaso no te das cuenta?

──Yo... Harry, Dios, me gustas, pero yo pensé que no habría oportunidad de que yo te gustase cuándo tu Omega era muy hermoso.

──Jax era mi Omega, lo ame mucho, demasiado, me dio mi primer hijo, pero cuándo él murió, simplemente supe que no podía lanzarme al vacío con él porque tenía un cachorro y esa iba a ser mi vida, hasta que te vi, no creí que iba a gustarme alguien más después de Jax, pero Louis, me gustas. Y es ridículo, pero es verdad. No me molestó que me llamaras Alfa.

──Harry... ──se acercó a él nuevamente y acarició las mejillas del Alfa. Sonrió. ──Ten una cita conmigo.

──¿Cómo dices? ──puede que la respiracióm de Harry falle un poco al tener el contacto de las manos de Louis en sus mejillas.

──Eso, ten una cita conmigo, empecemos de nuevo, quiero conocerte, ¿me dejas, Alfa?

Y entonces las preciosas esmeraldas de Harry brillaron y Louis sonrió.

──Está bien. ──Harry sonrió también. La vista se Harry fue al rasguño de Louis en su cuello. ──¿Otra vez los niños te lastimaron?

──¿Qué? ──Harry apuntó su rasguño, Louis colocó una mano ahí rápidamente, poniéndose nervioso. ──No, no. Eh, yo- fue un torpe accidente.

Harry asintió.

──Ya debemos irnos. ──anunció Harry, Louis se separó. ──Te di mi número la otra vez, dime dónde quieres que vayamos.

──Sí.

──¡Tata, Louis! ──Rhian agitó su manita y Harry salió del consultorio con él. Louis suspiró.

Cuándo la puerta se cerró, Louis tomó la almohada de la camilla y gritó.

Tenía que llamar a Zayn.