Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7

Ares

Ambos continuamos callados pero muy pensativos. Estoy sentado en la orilla de la cama mientras Eros camina de un lado a otro.

Verlo nervioso es fatal.

Si hay algo que admiro de Cupido es su temple de acero, a pesar de ser un impulsivo de mierda sus nervios siempre permanecen intactos.

Pero han perdido esta batalla.

—¿Algo? — pregunta.

—Nada.

Sigue caminando.

—¿Y ahora?

—¿Crees que encontré la solución en tres segundos cuando llevamos cinco horas sin conseguirlo? — cuestiono.

—Tengo ganas de correr con papá y pedirle ayuda, no me jodas — escucharlo es mucho peor. Yo también tuve ese vago deseo, pero oírlo de su voz es terrorífico.

—De acuerdo, no podemos correr con nuestro padre como si fuéramos unos niños. Además, sería estúpido, ¿qué crees que va a decirnos cuando admitamos que hicimos un trío con una chica y por eso es imposible saber quien de los dos es el padre? — soy quien da el primer paso al fin.

—De acuerdo, ya lo tengo — chasquea los dedos al fin, deseaba con ansias oír dicho sonido —. Si California decide quedarse en la residencia hablaremos con Trevor.

¿Hablamos de...?

—¿El decano? — inquiero.

—Sí, le contaremos acerca del embarazo y acordaremos que ella pueda continuar en Umbra sin problemas. En caso de que no quiera quedarse nos mudaremos aquí.

—De acuerdo, solo encuentro un pequeño detalle en el plan.

—¿Cuál?

—¡Que no hay un plan! — exploto —. Es solo como decir que esperaremos a que tenga al bebé y viviremos felices por siempre, ¡despierta! Estamos viviendo la vida real en Nueva York, esto no es Hollywood. ¿Cómo vamos a subsistir hasta dicho momento? Y después, ¡¿qué va a pasar después?!

Ya va, no podía mantener la calma otro momento más.

—Escucha... hay algo que no les he dicho, pero tuve una idea hace poco.

Una idea.

Eros tuvo una idea.

¿Listos? El fin del mundo llega en 3... 2... 1...

—Ampliaremos el negocio — suelta.

Genial.

*Dos meses después*: todo Olympus se encuentra huyendo de la Interpol por razones desconocidas que tienen que ver con este día.

—Ni hablar — decido.

—¡Ni siquiera has escuchado mi idea! — se queja.

—Pero no quiero hacerlo, sé perfectamente en qué terminan tus ideas. No quiero ser perseguido por la Interpol.

Eros frunce el ceño y me mira irónico.

—¿Quieres relajarte? Eso no va a ocurrir.

—¿Entonces cómo planeas expandir el negocio?

Eros sonríe con malicia y comienzo a prepararme.

—Comenzamos con las carreras — dice —. Autos.

—¿Autos?

—Sí, carreras con autos. Seremos los primeros de los grupos de toda la zona. He revisado nuestro capital y podemos comprar un carro deportivo usado. Angus me ha dicho que puede conseguir otro. Tú puedes competir en el Mustang y nosotros rentar los otros dos autos. Si las cosas resultan como lo preveo, en tres meses todo habrá cambiado.

Bueno, no ha sido una idea tan mala, creo que hasta me gusta.

Es algo que puede funcionar.

—Bien — accedo —. ¿Qué hay de tu auto? Lo usarás también, ¿no?

—¿Mi Camaro? — cuestiona y cuando asiento se echa a reír —. Mi auto seguirá en la cómoda seguridad del garage de papá, gracias por la invitación.

—¡Ah! ¿Por qué yo tengo que usar el mío? — reclamo poniéndome de pie.

—Bueno ya, está bien — accede a regañadientes antes de que inicie un pleito.

Sigue siendo el mismo tramposo de siempre. Eso no cambiará nunca.

—¿Qué hay del plantío? — pregunto.

—Contraté más personas — informa —. Son de confianza, todo se mueve rápido.

—¿Qué tan rápido?

—Lo suficiente para generar algo que me tiene tranquilo.

Eso me relaja.

Presiento que las cosas van a ponerse duras en un futuro cercano, necesito la seguridad de que no corremos peligro económicamente.

—¿Cuándo le diremos a papá? — cuestiono.

—Quizá lo mejor sea ocultarlo hasta saber quién es el padre.

—¿Nueve meses?

—Puede hacerse una prueba de paternidad en el embarazo, idiota — suelta rodando los ojos.

—No veo a California con intenciones de hacerlo.

Debemos decírselo a nuestros padres. No necesitamos de ellos, podemos hacernos cargo de la situación, así que ocultárselos será absurdo.

—Iremos a pasar el fin de semana con la abuela, no lo olvides — advierto —. ¿Y sabes algo? Creo que es un buen lugar para que papá lo sepa.

—¿Estás loco?

—No, creo que afrontarlo es lo mejor, hacer las cosas correctas lo será. Si se lo ocultamos vamos a mostrar que somos unos idiotas incapaces. Tenemos que demostrarle seguridad o todo se irá a la mierda.

—Todo se irá a la mierda — pronostica.

—Podemos controlarlo.

—¿Podremos controlar a papá? — interroga irónico.

Eso quizá no.

—Dijiste que si tu plan funciona, en tres meses tendremos los bolsillos más llenos — recuerdo.

—Sí — afirma.

—¿Eso cubre tres colegiaturas?

Eros comienza analizarlo y hacer cuentas mentales.

—No hagas esto, la duda es igual a un no — hablo.

—Estoy calculando el monto total de tres colegiaturas del resto de una carrera universitaria — explica rodando los ojos —. Es un hecho, podremos.

—Entonces a la mierda papá, ¿si podemos independizarnos por qué preocuparnos por su reacción?

Analiza mis palabras y oigo que suspira rendido.

Asiente y cobra confianza en la decisión que tomé por ambos.

—Hecho, el fin de semana será.

—Bien, ahora mueve el culo y compra ese auto — ordeno poniéndome de pie.

—Ya lo hice, está en el cobertizo de Olimpo — informa despreocupado y me hace sonreír.

Estoy por marcharme cuando se me ocurre una pregunta.

—¿Qué habría pasado si me hubiese negado al plan? — averiguo.

—Sería mi nuevo auto — se encoge de hombros.

—¿Pagado con nuestro dinero?

—¿De dónde crees que sale el dinero para comprarle llantas a la Jeep?

—No me jodas.  

(...)

Llevo más de cinco minutos sin moverme.

No he dejado de mirar el mismo aparador. Carriola, cuna, andadera, mameluco.

Todo para bebés.

—Joder — una voz femenina y conocida me saca del transe —. Ares Wells.

Me encuentro con un par de ojos azules coquetos. El cabello castaño cae ondulado sobre su espalda, viene de shorts de mezclilla, playera de manga corta con un escote muy pronunciado y Nike blancos.

—¿Georgia? — por un instante creo que he olvidado su nombre.

—Me siento afortunada de que aún me recuerdes.

Me pongo de pie y le saludo con un abrazo.

Georgia es parte de mi pasado, cruzó conmigo mi etapa desenfrenada de preparatoria.

—¿Cómo te encuentras? — interroga.

—Muy bien — respondo. A pesar de los problemas pienso que mi vida no está yendo tan mal —. ¿Y tú?

—No me quejo.

Eros sale al fin de la tienda, sostiene una pequeña bolsa blanca y camina en nuestra dirección.

—No lo creo — admira la chica —. Fenix viene contigo.

—Georgia — nombra con voz sarcásticamente animada —. Que gran sorpresa.

—Sorpresa lo que miro — piensa ella —. No tienes facha de papá.

Eros mira la bolsa que sostiene, luego a mí, y asiente.

—Sorpresas de la vida, nos venimos a encontrar tú y yo y el que está por comprar pañales soy yo.

La chica se echa a reír con muchas ganas, y sí, se burla abiertamente.

—Pobre pequeño.

—¿Saldrías con un tipo con hijos? — cuestiona sacando sus lentes de sol de la chaqueta

—Nunca — responde.

—Es una pena, yo solo soy el tío — informa haciendo una mueca y entregándome la bolsa.

Se pone los lentes y da vuelta para marcharse.

Georgia está horrorizada.

—No me quejo — digo —. Está siendo divertido.

______________________
Sigue leyendo. 👾

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro