Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18

California

A pesar del gran esfuerzo que hago por relajarme no lo consigo, estoy enfurecida.

En definitiva, Eros está en mi lista negra una vez más.

No me interesa cuán estúpido sea esta vez.

Salgo de la cocina y voy hacia la entrada al club subterráneo que tenemos.

Atravieso la rocola y me deslizo cuidadosamente por la rampa, la música me ensordece enseguida y soy envuelta por la multitud.

Es la segunda vez que estoy aquí, y no puedo evadir los recuerdos de la primera.

Como maldición, el incidente de la primera ocasión se repite, una chica tropieza y esta vez me choca de verdad.

Ocasionando que yo empuje a alguien junto a mí.

Un chico.

Grande, musculoso...

—¿California?

—Lo siento — balbuceo entorpecida por la sorpresa —. Fue un accidente.

—¿Te encuentras bien? — la preocupación habitual de Eliot por los demás sale a flote.

—Lo estoy.

¿Pero qué hace él aquí?

No me molesta... pero no me parece algo común o propio de él.

Quien sabe.

—Oye... — llama rascándose la nuca —. ¿Podríamos charlar un momento?

¿Por qué no? No tengo algo mejor que hacer.

—Sí — asiento y vamos a la zona más tranquila y menos ruidosa cerca de la entrada.

Esperemos que aceptar no haya sido una mala idea.

—¿Es cierto lo que dijiste el otro día? — interroga.

—¿Que estoy embarazada? — cuestiono dudosa al no saber qué pude haber dicho, pero asiente —. Lo es.

—¿Hay posibilidad de que sea el padre...?

No sé si reír sea oportuno.

—No la hay — niego rotundamente y segura de ello.

—¡California! — el grito grave y furioso de los gemelos me estremece y por un instante no logro identificar de qué forma.

—¿Pasa algo? — consulto con nervios pero confundida mientras acortan los metros de distancia.

—¿Qué carajo significa eso? — Eros no se detiene y viola mi espacio personal al punto de empujarme ligeramente con el cuerpo.

—¿De qué estás hablando ahora?

Los cambios tan drásticos en las actitudes del chico sacan de balance mi estabilidad mental.

—Sabes de qué estoy hablando, no intentes engañarme — escudriña encarándome y me siento asustada.

—¡Aléjate de ella! — es retirado con brusquedad, y para mi fortuna Eliot se interpone entre el castaño y yo.

—¿Acaso quieres una paliza? —Fenix comienzan las amenazas conforme se acerca otra vez, sin embargo apenas termina la primera el puño de mi defensor se estrella contra su mandíbula y pierde el equilibrio.

Veo que Ares pone los ojos en blanco y a mí me entran ganas de burlarme de Cupido caído.

—¿Acaso Eliot puede ser el padre también? — investiga el rubio de manera pacifica y más ecuánime que su hermano.

—Ya he dicho que no — repongo enseguida —. Él sólo vino a preguntármelo, y le he dicho que no hay manera de que sea posible.

Pero ya veo a Ares dudoso.

Que maldición, como si eso me hiciera falta.

—Joder — resoplo molesta —. Escucha, la única vez que Eliot y yo tuvimos sexo sin forro fue... — y miro al chico para que él sea quien responda.

—No lo sé... cerca de mediados de noviembre — calcula un aproximado a Ares entonces.

—¿Sabes hacer cuentas o tengo que ser más específica? — cuestiono al rubio.

—Lo siento — se disculpa finalmente de forma sincera. 

Eros apenas consigue incorporarse y quiero reír de su derrota.

—Eres ridículo, Fenix — externo al fin.

—Esto no va a quedar así — amenaza a Eliot acercándose de nueva cuenta.

Quiero ver el segundo desplome.

Y como lo predije, el puño del luchador sale disparado contra Eros de nuevo, pero esta vez lo esquiva exitosamente y es su puño el que choca violento contra su rostro.

—¿Te tomé por sorpresa? — cuestiona el castaño muy sarcástico.

—¡Basta! — apenas logro intervenir cuando la pelea va a darse lugar.

—¿Me pides que pare? — reprocha.

—No voy a soportar tus estúpidas escenas de celos, Fenix — determino acercándome a Eliot y empujándole suave para marcharnos de aquí.

Oigo protestas por la decisión que tomé respecto a mi acompañante. Pero no hago caso y vuelvo a adentrarme en la multitud con Eliot.

—¿Te encuentras bien? —pregunto muy alto para que me escuche.

—Lo estoy — confirma agachándose un poco hacia mí.

—Siento que te haya golpeado... — me disculpo por Eros, ya que él jamás lo hará.

—No ha sido nada, sabía que no se quedaría de brazos cruzados.

Es algo que todos sabíamos, suficiente fue la humillación de llegar al piso como para no responder el golpe.

Y tras avanzar por algunos metros salimos al exterior de la casa. Lejos del ruido ensordecedor de la música, el calorón sofocante de los cuerpos danzantes, y la cierta seguridad que da solo disfrutar de ella como los chicos normales que pagan su admisión.

Ahora que miro hacia la carretera comprendo que las carreras están siendo organizadas ya.

Algunos autos deportivos están aparcados en la línea de inicio, y veo a Eros fuera dirigiendo todo.

La maldita carrera es ahora.

—¿Estás saliendo con Fenix? — pregunta conforme caminamos en dirección a la multitud.

—No, eso es un poco más complicado...

—¿Complicado? ¿Por qué?

—Escucha, yo... — suspiro e intento darle forma a la ideas antes de decirlas —. Estoy en una situación muy complicada, toda mi vida lo está, no solo me refiero a la parte amorosa, sino a todo, no hay un solo aspecto de mi existencia que no esté patas arriba. En resumen... estoy embarazada, es cierto, y no es tan malo, la parte mala de esto es que no sé quién es el padre — confieso finalmente —. Puede ser Ares o Eros, y por si eso no fuera ya demasiado jodido, hace poco admitieron ser hermanos.

—¿Hermanos? ¿De sangre?

Presiento que este nuevo orden será difícil de procesar.

—Sí, y peor aún, son... gemelos.

—Estás de broma — ríe por fin y no parece creer lo que le digo.

—No bromeo, quisiera que así fuera, sonaría menos enfermo...

—¿Ambos son Fenix?

—Sí.

—Joder...

Una vez que lo piensas bien a fondo, no puedes decir algo más que eso. 

—¿Entonces no estás con ninguno?

—En realidad estoy con ambos lo— corrijo.

—Vaya...

—Te dije que era algo difícil de explicar.

Estoy atravesando una etapa de caos total, nada es como debería ser, pero sin importar todo sigue marchando bien.

—Siendo de esa forma... creo que no necesitas de un tercero en tu vida.

Oh no.

No lo necesito.

Ya no sería divertido.

Y no lo quiero.

Ya no estoy en posición para ir por ahí deliberadamente mientras tengo amoríos con todos los chicos de físico atrayente.

Estoy embarazada, es hora de ser responsable y tranquila.

—Justo ahora no. Necesito más tiempo antes de darle forma a mi vida y saber qué quiero hacer respecto a la parte amorosa de ella.

—Entiendo — asiente dándome una sonrisa dulce —. Espero que todo marche bien en ella.

—Yo también — concuerdo siendo la más interesada en ello y mientras tanto no pierdo detalle de la carretera que nos queda muy cerca ya —. Ahora hay algo de lo que debo encargarme...

Le doy un beso en la mejilla y sigo de largo hasta donde veo a la mayoría de dioses reunidos.

—¿Dónde está Fenix? — interrogo.

—Estaba dando órdenes allí hace diez segundos... — responde Angus sin saber dónde está su mejor amigo.

Él junto con Hera, Artemis y Hades le buscan con la mirada, y parece ser que desapareció repentinamente.

—Ah, no me digas, desaparece de un segundo a otro justo antes de la carrera — comienzo a quejarme —. Que cobarde se ha vuelto cupido.

—No — niega Angus —. Eros jamás haría eso.

—¿Entonces donde está?

El rubio está acorralado, no hay manera que niegue lo obvio o pueda abogar por su amigo.

—Carajo — reprocha bajo.

Increíble.

Poco antes de que consigamos enloquecer, del cobertizo salen dos figuras altas y con la espalda bien erguida. Vestidas de negro de pies a cabeza, y con un casco ocultando su identidad.

Caminan en nuestra dirección, muy sincronizados y pareciendo máquinas reales por un momento.

—¿Dónde está Fenix? — la inevitable pregunta es hecha por una voz familiar.

Russ está de pie junto a un bmw negro, y nuestros ojos verdes se encuentran. Pero a diferencia de los míos, su mirada se ha vuelto más dura y seria.

Recordar la razón me provoca mareos terribles.

—Aquí — ambos tipos responden al unísono con el mismo timbre grave, y voces idénticas.

—¿Quién de los dos es Fenix? — cuestiona.

Ambos se miran aunque el casco evitan que tengan un contacto de miradas real.

—Yo — responden a unísono de nuevo y siguen de largo rodeando a Russ.

—¿Esto es real? — inquiero casi átona.

—¿Los hermanos Fenix compitiendo en la misma carrera para cuidarse la espalda? Sí. Es real.

Cada nuevo día ocurren cosas que uno antes me parecían fantasías imposibles de hacerse realidad.

—Anden, veremos personalmente la carrera — apresura Hera —. Necesitamos un auto rápido, ¿alguno quedó?

—No — niega Angus enseguida —. Y el Mustang de Ares está dentro de la competencia también — agrega antes de que ella lo tome en cuenta.

—Vayan ustedes, tengo algo de lo que encargarme — se libera Hades y nos marchamos a lados contrarios.

—Carajo — refunfuña mi hermana poniéndose a pensar.

—Tengo una opción — informa el rubio y corre.

Así que vamos detrás de él.

Directo a la Jeep de Eros.

Rebaso al resto además de Angus y subo al asiento copiloto enseguida.

Para nuestra fortuna las llaves estaban en el asiento.

Y como lo pensé, es Angus quien maneja y frena antes de poder subir al asfalto.

La carrera está por comenzar, y esperamos pacientemente a que eso ocurra, mientras tanto los faros de la camioneta están apagados para no llamar la atención de su dueño.

La tensión previa a la salida puede sentirse en todo el lugar. Pero seguro que ninguno lo sufre igual que nosotros.

Y salen disparados.

Pasan frente a nosotros como un suspiro y el zumbido de los motores aún es perceptible.

Les seguimos enseguida, los primeros segundos necesitamos de acelerar a fondo para alcanzar la distancia recorrida por los competidores. 

—¿Qué autos están usando? — interrogo abiertamente para quien sepa responderme.

—El Mustang de Ares y el Camaro de Eros — responde Angus.

Miro uno a uno de los autos que están a poca distancia, pero por supuesto que a quienes busco van mucho más adelante.

A la cabeza con un Audi azul metálico.

Russ compite por la muerte de su mejor amigo, me asusta imaginar que quizá haya alguna trampa por su parte, es muy probable. Mas tomando en cuenta que una victoria o derrota en esta carrera no resolverá nada.

Ni siquiera deseo imaginarlo.

Estoy esperando con tensión el instante en que todo ocurra, aún cuando los eternos segundos transcurren sin un solo incidente.

La última vez que vi a ambos chicos no terminamos nada bien, ahora mi alma prende de un hilo mientras espero que no caigan en ninguna trampa.

Al menos van en auto. Si estuvieran en una motocicleta no sabría si desmayarme o mantenerme consciente. 

Pero, la incógnita que tampoco me deja decidir si es bueno o malo, es: ¿quién va en qué auto?

Ambos les pertenecen sin importar quien lo sepa o no.

Si cada uno estuviera en su propio carro sería demasiado predecible... tanto como estar en el carro del otro.

Esto es digno de apuestas, ni yo puedo imaginar cual es la verdad.

Solo deseo estar equivocada y que la carrera culmine sin muertes de por medio.

_______________
Hola, criaturas. 🙋🏻‍♀️

Luego de un eterno bloqueo, finalmente he vuelto. 💘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro